El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Luis Fernando dijo:
Hombre, desde el tiempo del mismo Jesucristo tenemos la primacía petrina. La primacía de la sede romana la tenemos desde el martirio de Pedro.
Y no hay que ir muy lejos para comprobar que así lo creían los cristianos. Aparte de la intervención de San Clemente, obispo de Roma, en los asuntos de la Iglesia de Corinto allá por el ocaso del siglo I, tenemos el testimonio del teólogo más importante de la Iglesia en el siglo II, San Ireneo de Lyon, que tuvo a bien escribir lo siguiente en una obra que tituló "Contra los herejes":
"Mateo también publicó entre los hebreos un evangelio escrito en su propio idioma, mientras que Pedro y Pablo estaban en Roma evangelizando y echando los fundamentos de la Iglesia. Pero dado que sería muy largo enumerar in este volumen la sucesión de todas las iglesias, confundiremos a todos aquellos que, de cualquier forma, sea por auto-datisfacción o vanagloria, o por ceguera y opinión perversa, se reunen en otra iglesia que la apropiada, señalando aquí los sucesores de los obispos de la ciudad más grande y antigua iglesia conocida por todos, fundada y organizada en Roma por los dos apóstoles más gloriosos, Pedro y Pablo, la Iglesia que tiene la tradición y la fe que nos llega a nosotros después de haber sido anunciada a los hombres por los apóstoles. Con esa Iglesia, debido a su superior origen, todas las iglesias en el mundo entero deben de estar de acuerdo, y es en ella donde los fieles de cualquier lugar han mantenido la tradición apostólica."

Siglo II, señores. Siglo II

Siglo II señores, siglo II Clemente de Roma interviene... ¿como, de que manera? ¿Alguien intervino afeando la conducta de un papa romano cuando quiso imponer alguna cosa incluyendo cuando se debía celebrar la pascua?
El primer historidor cristiano, Eusebio narra el como Ireneo haciedo honor a su nombre, no solamente "pacífico", sino tambien por razón de su plan y propósito de vida, amonestó y alegó esas cosas en favor de la paz de las iglesias. Y no solamente a Victor, sino también a muchos otros obispos de las iglesias, escribió cartas acerca de la cuestión propuesta abundando en el mismo parecer.
Así, según el razonamiento (a cualquier cosa llamo razonar) de LFP Ireneo debía ser el auténtico primado en aquella época. El Papa Ireneo.

Vayamos ahora con la carte de Clemente de Roma. Carta que para desgracia de de los romanistas "informaticamente-dirigidos" y del mismo LFP ha llegado hasta nosotros intacta. (A alguien se le olvidó manipularla y claro, ahora se ven obligados a manipular lo que dijo a fin de aparezca como lo que no es. Lo cierto es que esta famosa carta nos da una información evidente tocante al gobierno de la Iglesia tanto en Roma como en Corintio. Esta evidencia es corroborada por el escritor de Hermas.
Los ministros son llamados "episcopoi" y diáconos; y estos términos son usados en contextos que excluyen la posibilidad de que los presbíteros sean un tercer rango eclesiástico de orden intermedio. El título de presbitero parece implicar un estatuto más bien que un ministerio y ser más amplio que el de obispo ("episcopoi")
La carta de Policarpo a los Filipenses muestra que es esta iglesia también en una época tan tardía como el año 115 no existia todavía el mono-episcopado.

En tiempos de Clemente y Hermas, la igleia de Roma estaba gobernada por un colegio de obispos-presbíteros...Con toda probabilidad, la iglesia de Roma fué organizada en su origen como una sinagoga judía, en la cual uno de los ancianos, conocido con el nombre de "orquisunagogos" (principal, o dirigente, de la sinagoga), tenía a su cargo la dirección del culto.

Originalmente, los presbíteros (presbuteroi) y los obispos (episkopoi) eran las mismas personas. Dos títulos que se daban a los mismos oficiales. Esto se deduce claramente tanto en el Nuevo Testamento como en las cartas de Clemente de Roma (I de Clemente de Roma a los Corintios, cap XLII, XLIV, LVII)
1º.- A los presbíteros se les llama explícitamente obispos (comp. Hechos 20:17 con el verso 28 y Tito 1:5 con el verso 7)
2º.- El oficio de presbítero viene despues del de apóstol (Hechos 15:6 y 22). Igualmente, se habla de los ancianos como de quienes depende el gobierno, la enseñanza y la dirección de la Iglesia (1 Tim 5:17; 1. Pedro 5:1, etc) a estos ancianos, sin embargo los apóstoles designaron con el nombre de presbíteros (1. Pedro 5:1, 2; y 3 de Juan 1:1)
3º.- Los varios oficios de la Iglesia se reducen a dos grupos en la expresión "obispos y diáconos" de Filipenses 1:1; Clemente romano I e, XLII, comp. 1. Tim 3:1, 8)
4º.- Todos estos pasajes del Nuevo Testament y de Clemente nos hablan de muchos obispos en una misma iglesia. Dadas estas evidencias es difífil comprender la insistencia de los "basureros" (perdón) teólogos católicos en querer ver dos distintos oficios, y distintas funciones, en los términos presbítero y obispo. Incluso Jerónimo, Agustin de Hipona, Urbano II (1091) y Pedro Lombardo admitieron esta "basura" que afirma que en su origen los dos eran sinónimos.
Pero , claro, esto no está al alcance de LFP. y aquello que no está a su alcance es basurilla.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Muy interesante, Tobi.

Lo que escribe el católico sobre Ireneo también es interesante, sólo que hay un detalle.
Ese texto que nos trajo aquí no va dirigido contra personas o contra alguien que quisiera "desprestigiar" o rechazar alguna autoridad apóstolica de la iglesia de Roma, como tal vez él quisiera hacernos creer. Ese texto va dirigido contra los gnósticos, los cuales alegaban tener conocimientos ocultos transmitidos por los Apóstoles, y por ello Ireneo escribe la sucesión de los obispos de Roma para mostrar que estos hombres tienen más autoridad que aquellos gnósticos que pretendían tener secretos transmitidos por los mismos Apóstoles.

Haciendo un poco más amplia la cita de "Contra las herejías", encontramos esto:

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1.3. Los sucesores de los Apóstoles

[848] 3,1. Para todos aquellos que quieran ver la verdad, la Tradición de los Apóstoles ha sido manifestada al universo mundo en toda la Iglesia, y podemos enumerar a aquellos que en la Iglesia han sido constituidos obispos y sucesores de los Apóstoles hasta nosotros, los cuales ni enseñaron ni conocieron las cosas que aquéllos deliran. Pues, si los Apóstoles hubiesen conocido desde arriba «misterios recónditos», en oculto se los hubiesen enseñado a los perfectos, sobre todo los habrían confiado a aquellos a quienes encargaban las Iglesias mismas. Porque querían que aquellos a quienes dejaban como sucesores fuesen en todo «perfectos e irreprochables» (1 Tim 3,2; Tt 1,6-7), para encomendarles el magisterio en lugar suyo: si obraban correctamente se seguiría grande utilidad, pero, si hubiesen caído, la mayor calamidad.

1.3.1. Sucesión de los obispos de Roma

3,2. Pero como sería demasiado largo enumerar las sucesiones de todas las Iglesias en este volumen, indicaremos sobre todo las de las más antiguas y de todos conocidas, la de la Iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que desde los Apóstoles conserva la Tradición y «la fe anunciada» (Rom 1,8) a los hombres por los sucesores de los Apóstoles que llegan hasta nosotros. [849] Así confundimos a todos aquellos que de un modo o de otro, o por agradarse a sí mismos o por vanagloria o por ceguera o por una falsa opinión, acumulan falsos conocimientos. Es necesario que cualquier Iglesia esté en armonía con esta Iglesia, cuya fundación es la más garantizada -me refiero a todos los fieles de cualquier lugar-, porque en ella todos los que se encuentran en todas partes han conservado la Tradición apostólica (227).

3,3. Luego de haber fundado y edificado la Iglesia los beatos Apóstoles, entregaron el servicio del episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo (2 Tim 4,21). Anacleto lo sucedió. Después de él, en tercer lugar desde los Apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los beatos Apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y Tradición de los Apóstoles que todavía resonaba; y no él solo, porque aún vivían entonces muchos [850] que de los Apóstoles habían recibido la doctrina. En tiempo de este mismo Clemente suscitándose una disensión no pequeña entre los hermanos que estaban en Corinto, la Iglesia de Roma escribió la carta más autorizada a los Corintos, para congregarlos en la paz y reparar su fe, y para anunciarles la Tradición que poco tiempo antes había recibido de los Apóstoles, anunciándoles a un solo Dios Soberano universal, Creador del Cielo y de la tierra (Gén 1,1), Plasmador del hombre (Gén 2, 7), que hizo venir el diluvio (228) (Gén 6,17), y llamó a Abraham (Gén 12,1), que sacó al pueblo de la tierra de Egipto (Ex 3,10), que habló con Moisés (Ex 3,4s), que dispuso la Ley (Ex 20,1s), que envió a los profetas (Is 6,8; Jer 1,7; Ez 2,3), que preparó el fuego para el diablo y sus ángeles (Mt 25,41). La Iglesia anuncia a éste como el Padre de nuestro Señor Jesucristo, a partir de la Escritura misma, para que, quienes quieran, puedan aprender y entender la Tradición apostólica de la Iglesia, ya que esta carta es más antigua que quienes ahora enseñan falsamente y mienten sobre el Demiurgo y Hacedor de todas las cosas que existen.

[851] A Clemente sucedió Evaristo, a Evaristo Alejandro, y luego, sexto a partir de los Apóstoles, fue constituido Sixto. En seguida Telésforo, el cual también sufrió gloriosamente el martirio; siguió Higinio, después Pío, después Aniceto. Habiendo Sotero sucedido a Aniceto, en este momento Eleuterio tiene el duodécimo lugar desde los Apóstoles. Por este orden y sucesión ha llegado hasta nosotros la Tradición que inició de los Apóstoles. Y esto muestra plenamente que la única y misma fe vivificadora que viene de los Apóstoles ha sido conservada y transmitida en la Iglesia hasta hoy.

1.3.2. Policarpo, obispo de Esmirna

3,4. Policarpo no sólo fue educado por los Apóstoles y trató con muchos de aquellos que vieron a nuestro Señor, sino también [852] por los Apóstoles en Asia fue constituido obispo de la Iglesia en Esmirna; a él lo vimos en nuestra edad primera (229), mucho tiempo vivió, y ya muy viejo, sufriendo el martirio de modo muy noble y glorioso, salió de esta vida. Enseñó siempre lo que había aprendido de los Apóstoles, lo mismo que transmite la Iglesia, las únicas cosas verdaderas. De esto dan testimonio todas las iglesias del Asia y los sucesores de Policarpo hasta el día de hoy. Este hombre tiene mucha mayor autoridad y es más fiel testigo de la verdad que Valentín, Marción y todos los demás que sostienen doctrinas perversas.

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Parece evidente que por "tradición apóstolica" Ireneo se refiere aquí a la doctrina que él mismo describe: la de un solo Dios, creador del cielo y de la tierra, Padre del Señor Jesucristo, a diferencia de los gnósticos que creían en "otro Dios" y varios eones.

No pierda de vista que Ireneo está escribiendo contra los gnósticos, gente que tenía doctrinas extrañas mezcladas con cristianismo, y no contra otros cristianos propiamente dichos.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Lo que citas es otra cuestión.
Yo me referí a la carta de Ireneo a Victor cuando pretendió separar de la comunión con Roma de las iglesias que no se plegaron a la pretensión de cambiar la fecha de la celebración de la pascua.

En cuanto a la sucesión apostólica de los obispos romanos es una absoluta falsedad. La demuestro con pruebas irrefutables en este mismo epígrafe. La manera de elegir a los obispos ha variado constantemente y cuando parecía que encontraron la manera, única legal, viene lo de Constanza y la hecha por los suelos.

Respecto a Pedro en Roma es fruto de una leyenda, una invención. Te recomiendo la lectura de dos obras de Oscar Cullmann La Traditión y Petrus-Jünger-Apostel-Märtyrer Yo la tengo en catalan y el título es Pere, Deixeble, Apòstol, Màrtir. Els problemes històric i teològic de Pere.

Curiosamente la traducción fue realizada por el Dr Manuel Balasch, presb.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Observemos lo siguiente:
- Se dice algo falso sobre el concilio Vaticano I
- Se refuta convenientemente
- El falsario, que curiosamente quiere dedicarse a demostrar las falsedades de otros, hace como si con él no fuera la cosa y encima tiene la desfachatez de pedir explicaciones a los que demuestran que es un farsante que no deja de decir falsedades.
- El falsario se saca de la manga otro "mito": Pedro nunca estuvo en Roma.

Pues bien, evidencias históricas de la estancia de Pedro en Roma (de mayor a menor antiguedad):
Lactancio en "Los muertos de los perseguidores", año 318:
"Cuando Nerón estaba reinando en Roma, Pedro llegó a la ciudad....... y allí Pedro fue clavado a una cruz, y Pablo asesinado.

Pedro de Alejandría en "Penitencia, canon 9", año 306:
"Pedro, el primero entre los apóstoles, habiendo sido detenido y puesto en prisión donde fue tratado ignominiosamente, finalmente fue crucificado en Roma"

Eusebio de Cesarea en "La Crónica", año 303:
"El apostol Pedro, después de que hubo establecido la Iglesia en Antioquía, fue mandado a Roma, donde permaneció como obispo de la ciudad..."

Poema contra los marcionitas, autor desconocido, año 267:
"En esta silla, en la cual él se había sentado, Pedro en la poderosa Roma mandó a Lino, el primer elegido, que se sentara"

San Cipriano, en su epístola 52, año 251, describe Roma como el "sitio de Pedro"

Orígenes, en el 232 en su Tercer "Comentario sobre Génesis", citado por Eusebio:
"Pedro, habiendo llegado a Roma, fue crucificado cabeza abajo, tal y como él había pedido"


Clemente de Alejandría, año 200, en sus "Bosquejos":
"Las circustancias que ocasionaron los escritos de Marcos fueron estas: Cuando Pedro predicó públicamente la Palabra en Roma y declaró el evangelio por el Espíritu, muchos de los presentes pidieron que Marcos, que había sido durante largo tiempo su seguidor y que recordaba sus dichos, escribiera lo que había sido proclamado."

Cayo, "Controversia con Próculo", año 198:
"Está atestiguado que Pablo murió decapitado en la propia Roma, y Pedro, de igual manera, fue crucificado, durante el reinado de Nerón. El acontecimiento está confirmado por los nombres de Pedro y Pablo en los cementerios de allí, donde permanecen hasta este momento."

Ireneo de Lyon, "Contra los herejes", año 189:
"Mateo también publicó entre los hebreos un evangelio escrito en su propio idioma, mientras que Pedro y Pablo estaban en Roma evangelizando y echando los fundamentos de la Iglesia.
Pero dado que sería muy largo enumerar in este volumen la sucesión de todas las iglesias, confundiremos a todos aquellos que, de cualquier forma, sea por auto-datisfacción o vanagloria, o por ceguera y opinión perversa, se reunen en otra iglesia que la apropiada, señalando aquí los sucesores de los obispos de la ciudad más grande y antigua iglesia conocida por todos, fundada y organizada en Roma por los dos apóstoles más gloriosos, Pedro y Pablo, la Iglesia que tiene la tradición y la fe que nos llega a nosotros después de haber sido anunciada a los hombres por los apóstoles.
Con esa Iglesia, debido a su superior origen, todas las iglesias en el mundo entero deben de estar de acuerdo, y es en ella donde los fieles de cualquier lugar han mantenido la tradición apostólica."

¿Habrá alguien que tenga el valor de decir que el testimonio de toda esa gente no tiene ninguna validez como prueba histórica?

Pues he aquí lo que dijo San Ignacio de Antioquía, que conoció personalmente al propio Pedro, en su carta a los romanos:
Dejadme que sea entregado a las fieras puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y soy molido por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro [de Cristo]. Antes atraed a las fieras, para que puedan ser mi sepulcro, y que no deje parte alguna de mi cuerpo detrás, y así, cuando pase a dormir, no seré una carga para nadie. Entonces seré verdaderamente un discípulo de Jesucristo, cuando el mundo ya no pueda ver mi cuerpo. Rogad al Señor por mí, para que por medio de estos instrumentos pueda ser hallado un sacrificio para Dios. No os mando nada, cosa que hicieron Pedro y Pablo.

El testimonio de los cristianos de los primeros siglos sobre la presencia y martirio de San Pedro en Roma es UNÁNIME. A ver de dónde se saca ahora el falsario una sola cita que DEMUESTRE que todas esas son falsas o estaban equivocadas.


Acabo con lo de Clemente. Y acabo rápido: léase lo que ocurrió en este mismo epígrafe desde el mensaje 53 hasta el 64.
Con eso bastará para hacerse una idea de quién está haciendo qué en este epígrafe. Epígrafe que ya lleva 3740 visitas, para mayor vergüenza del falsario y de los que le jalean.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

De todas las citas que has colocado, ¿cuantas no han sido manipuladas?
¿Alguien puede creer que Pedro, cuando se marchaba de Roma y se encontró con Cristo, conforme a la leyenda de la cual os nutrís, le preguntara en latón lo de "quo vadis"?

Oscar Cullmann, perfectamente documentado y de una total seriedad afirmo que cualquiier villorrio de Palestina tiene más probabilidades de poseer la tumba de Pedro, que Roma.
Si lo que dices fuese verdad estaría en el Nuevo Testamento y allí nada se dice de una estancia de Pedro en Roma, sino todo lo contrario.
Pablo jamás le cita ni en las salutaciones de la Carta a los Romanos, ni tampoco en las cartas que escribió desde Roma, las dos veces que estuvo detenido en ella.
El cuento de Pedro en Roma ya no se lo creen ni vuestros papas.

Estas palabras de Pablo a los romanos son más que definitivas
Rom. 1:8-12
Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros. Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

¿Pablo confirmando a aquellos adoctrinados por Pedro?

Y tambien en Romanos 15:20 afirma:
Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno,

En vez de usar tantos menosprecios a mi persona, dedícate a investigar para ver en que quedan las pretensiones romanas. Simple paja e invenciones falsarias.
Claro que me alegan los menosprecios toda vez que todo el mundo se da cuenta que son fruto de tu impotencia.
Ahora estoy últimando una nueva entrega. Seguro que te sentará bién.
Asi, que, buen provecho.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Servirá de algo decir que la votación en dicho concilio fue de 100 asistentes y los 100 a favor, si los frutos no son los demandados?

Siguen retumbado de pared a pared la frase “Por sus frutos los conoceréis”

.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Continuación

XXVIII Entrega

Las falsificaciones de los Dominicos y sus consecuencias.

Urbano, evidentemente engañado él mismo, envió el documento a Tomás de Aquino, quien lo insertó en su obra contra los griegos, sin la menor sospecha de que no era auténtico; las dudas que expresa en su carta al Papa se refieren solamente a los pasajes sobre la Trinidad y la procesión del Espíritu Santo. Al mismo tiempo, Buonaccursio, dominico residente en el Este, tradujo estos pasajes al griego en su “Theasaurus” (El dominico Doto, que trajo esta obra a Occidente alrededor el 1330, dice que Buonaccursio hizo la traducción latina, y la comprobó con el texto griego; en realidad, fue compuesta en latín y traducida al griego. Esto ha sido reconocido por Quetif y Echard, “Script. Ord Proedic.”, I. 156 seq) Tomás, que no sabía griego, y, educado en el sistema gregoriano, derivaba todo su conocimiento de la antigüedad eclesiástica de Graciano, se encontró de pronto en posesión de este “tesoro” de testimonios de gran peso de los primeros siglos, que no dejaron ninguna duda en su mente de que los grandes concilios, y los más influyentes obispos y teólogos de los siglos cuarto y quinto había reconocido en el Papa el infalible monarca que gobernó a toda la Iglesia con poder absoluto. Por consiguiente hizo lo que los escolásticos no habían hecho nunca antes: introdujo la doctrina del Papa y de su infalibilidad, tal como la encontró es esos espúreos pasajes, y a menudo con sus mismas palabras, en el sistema de la “Shola”: un paso cuya gravedad y resultados son incalculables.

Lo que los orientales, de acuerdo con esta falsificación, se supone habían enseñado sobre el Papado durante los primeros cinco siglos, y que Tomás de Aquino desarrolló todavía más con su autoridad, es en sustancia lo siguiente:

Cristo ha conferido a Pedro toda su plena autoridad, y así es el Papa solamente el que manda, ata y desata. Todos estamos bajo él como si fuera Cristo mismo, y lo que decreta debe ser obedecido. Porque “Cristo está plena y completamente con cada Papa en sacramento y autoridad (Es decir, de manera misteriosa, que sólo puede entenderse por la fe. Se intenta fundar una infalibilidad basada en la inspiración) La Sede Apostólica gobierna, permaneciendo inalterable siempre en la fe de Pedro, mientras que otras Iglesias están deformadas por el error, y así la iglesia Romana es el sol del cual todas reciben su luz. Un Concilio deriva toda su plena autoridad del Papa; el tiene derecho de establecer una nueva confesión de fe, y todo aquel que rechaza su autoridad es hereje, porque pertenece al Papa solamente el decidir en cada cuestión doctrinal (Summa II, 2 Q. I Art. 10; XI. Art. 2, 3)

Fue, pues, sobre la base de esos escritos inventados por un monje de su misma orden, escritos que incluían un canon de Calcedonia dando a todos los obispos derecho ilimitado de apelación al papa, y sobre las falsificaciones halladas en Graciano, que Tomas de Aquino construyó su sistema papal, con sus dos puntos principales: que el papa es el primer maestro infalible del mundo, y dirigente absoluto de la iglesia. El espúreo Cirilo de Alejandría es su autor favorito sobre este tema, y lo cita constantemente.

En Roma se vio enseguida cuán grande era la ventaja y el avance que significaba que lo que hasta entonces había sido enseñado solamente por juristas y códigos de la ley canónica, se convirtiese en parte integrante de la teología dogmática. Hizo las delicias de Juan XXII, quien pronunció la famosa frase que Tomás había obrado tantos milagros como artículos había escrito, pudiendo ser canonizado sin otros milagros, y en su Bula afirmaba que Tomás no había escrito sin una especial inspiración del Espíritu Santo. Inocencio VI dijo que quien quisiera que desestimase su enseñanza incurría en la sospecha de herejía.

Paradójico. La victima de un engaño, dicho engaño le sirvió para ser canonizado y hecho “santo” y de dicho engaño no tienen inconveniente a implicar al Espíritu Santo. Mayor desvergüenza es imposible de encontrar en la historia de cualquier otra forma de religiosidad.

En aquellos tiempos el romanismo se vio invadido por un diluvio de nuevas órdenes religiosas, sostenidas completamente por la más abyecta mendicidad, el confesionario, y el uso de los privilegios papales. Predicación de indulgencias y absolución de pecados reservada al Papa. En 1215, en el gran Sínodo romano (cuarto concilio lateranense) Inocencio III ordenó, por primera vez que todo cristiano debería confesarse una vez al año a su propio sacerdote parroquial, sin cuyo permiso nadie podía dar la absolución. Inocencio IV quiso proteger a los párrocos de la invasión de monjes itinerantes. Que estaban siempre prestos a absolver a todo el mundo. Pero su decreto de que los monjes no deberían entrar en los confesionarios sin permiso de los sacerdotes parroquiales fue revocado por su sucesor Alejandro IV. Así, lo que unos Papas decretan, otros lo cambian y como ninguno de ellos se puede equivocar, el “santo” Tomas escribió en contra de los teólogos parisinos que defendían a los sacerdotes parroquiales y al orden y disciplina previamente existentes en la Iglesia; dedujo que los testimonios espúreos de San Cirilo que, en lo que se refiere a la obediencia, no hay diferencia entre Cristo y el Papa, e hizo decir a los Padres que de hecho los dirigentes del mundo (“primates mundi”) obedecen al Papa como si fuera Cristo. Puede, por consiguiente, anular el antiguo orden de la Iglesia establecido por los concilios, porque todos los concilios derivan su autoridad únicamente de él.
Así el 4º Concilio de Letrán cuya autoridad derivaba de Inocencio III y confirmado por Inocencio IV quedó anulado en este aspecto por Alejandro IV.

Martín Lutero conocedor de los escritos del “santo” Tomas tuvo que darse perfecta cuenta de estas contradicciones. ¿Donde buscar la verdad respecto a las confesiones previo pago y a la compra de indulgencias? No hay duda que lo buscó en la auténtica tradición apostólica, es decir, en el Nuevo Testamento.
El resultado fue: La Sola Escritura, la Sola fe y la Sola Gracia.

Para creyentes en la verdad apostólica, aquí lo tenéis:
Efesios 2:8 y 9

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Especialmente dedicado a LFP
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

DanielO dijo:
Servirá de algo decir que la votación en dicho concilio fue de 100 asistentes y los 100 a favor, si los frutos no son los demandados?

Siguen retumbado de pared a pared la frase “Por sus frutos los conoceréis”

.

Tienes estos frutos en mi última entrega
Un abrazo en Cristo.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Tobi dijo:
Tienes estos frutos en mi última entrega
Un abrazo en Cristo.

Y tu Tobi, la atención de muchos lectores que no dejamos de salir del asombro de ver tanto engaño "made in ICR"

Un abrazo a ambos.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Tobi dijo:
Tienes estos frutos en mi última entrega
Un abrazo en Cristo.
:denfadado --__Decirle que esto ser lo Malo dé la Tergiversación*************** De que todas las citas que hé colocado, Me Mencionas ¿cuantas no han sido manipuladas?, y por esto: ¿Alguien puede creer que Pedro, cuando se marchaba de Roma y se encontró con Cristo, conforme a la leyenda de la cual os nutrís, le preguntara en latón lo de "quo vadis"? Ser Historia que NO vale recordarla, y tenerla Presente. Y lo que vale íncorrectamente ser que por Ninguno de éllos hemos logrado la Vida eterna concebirla én el Cuerpo de la mísma Vida que Somos realizar la Enseñanza de Cristo hécha, lo que han lográdo Ser o és Tergiversarla íncorrectamente.-
Porque en Romanos 3:21 afirma una Ley 'de Vída' o No, ó, cual, porque Todos han sido Justificados por la Gracia, Mediante le redención de Cristo Jesús;3:24; y lea el 25 y 26 p´or Dios el Pádre 'presente'.-***************:denfadado
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

O sea, tenemos un cristiano del siglo II dice que en Roma estaban las tumbas de Pedro y Pablo y tenemos el testimonio de muchos otros que atestiguan su martirio en la ciudad romana.... pero aparece un señor en el siglo XX y dice que no, que lo que todo el mundo (eruditos protestantes incluídos) ha creído durante veinte siglos no es cierto y que Pedro murió en Palestina.

Pues vale.....


El caso es que un pajarito me ha dicho que cree que Cullman sí creía en la estancia de Pedro en Roma. Voy a ver si encuentro el dato. Porque como encuentre eso, el cachondeo puede ser ya cósmico
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Luis Fernando dijo:
O sea, tenemos un cristiano del siglo II dice que en Roma estaban las tumbas de Pedro y Pablo y tenemos el testimonio de muchos otros que atestiguan su martirio en la ciudad romana.... pero aparece un señor en el siglo XX y dice que no, que lo que todo el mundo (eruditos protestantes incluídos) ha creído durante veinte siglos no es cierto y que Pedro murió en Palestina.

Pues vale.....


El caso es que un pajarito me ha dicho que cree que Cullman sí creía en la estancia de Pedro en Roma. Voy a ver si encuentro el dato. Porque como encuentre eso, el cachondeo puede ser ya cósmico

Y esas obras donde se da testimonio,son de fulano escritas en tal y tal siglo.
no son fuente segura. danos en que parte se encuentran los originales ,los papiros,sin traducción,la evidencia científica de que no son de intereses particulares.-

sale-vale
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

andres291(II) dijo:
Y esas obras donde se da testimonio,son de fulano escritas en tal y tal siglo.
no son fuente segura. danos en que parte se encuentran los originales ,los papiros,sin traducción,la evidencia científica de que no son de intereses particulares.-

sale-vale

JA! No pides tu ná, yo llevo meses pidiendo una lista de tradiciones y .....
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Tobi dijo:
palermo dijo:
TONI:
Entonces ni puñetero caso al CDC, una invención de hombres mas y van...

PALERMO:
Pero ese no es el caso, sino que Tobi cayó en un error, y estamos esperando que lo reconozca. ¿Vos creés que lo hará?
------------------------------------
Tobi ya os ha respondido pidiendo el texto del Codicgo de Derecho canónico del 1917 y que mostreis lo que dicen los cánones 22-229.
Lo que pasa es que como no teneis ni la más remota idea sobre la realidad histórica os agarrais a un clavo ardiendo.
A mi no me costaria nada diciendo que equivoqué y que los cánobes era el tal y el cual, los cuales ya coloqué y me salio un "inteligente" diciendo que no eran válidos para el pasado, o sea, no eran retroactivos. ¿A que viene entonces que usando falsedades los papas del pasado afirmaban que los concilios no eran válidos sin la aprobación papal?
Döllinger y Manso os ponen las peras a cuarto mostrando las falsedades de vuestra Institución que, de cristiana no tiene nada y de pagana lo tiene todo.
Lo siento por vosotros, pero así és.
QUOTE]
:denfadado --__Soy Edgar_Tallet y les defino esto: --__EL que Pedro ha sido en Todas Sus realidades, Bien; pero cuál ser el caso de definir tanto esa realidad de ser, porque 'la verdad' por el A'postolado que representaban No fué Ni ha sido 'hécho' por Algúno todavía de Vosotros de Religión, que ser Una pór Dios úno SOLO 'creador' de ser én el Absoluto y 'presente'.-La enseñanza de Moisés y Jesús más Amplia No la han Sabído comprender por los Conocimientos de las Ciencias áctuales pór las Gracias de Dios darnos, porque No éran cuando Jesús éstos Conocimientos porque No se Tenían.-:denfadado
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Edgar_Tallet dijo:
Tobi dijo:
:denfadado --__Soy Edgar_Tallet y les defino esto: --__EL que Pedro ha sido en Todas Sus realidades, Bien; pero cuál ser el caso de definir tanto esa realidad de ser, porque 'la verdad' por el A'postolado que representaban No fué Ni ha sido 'hécho' por Algúno todavía de Vosotros de Religión, que ser Una pór Dios úno SOLO 'creador' de ser én el Absoluto y 'presente'.-La enseñanza de Moisés y Jesús más Amplia No la han Sabído comprender por los Conocimientos de las Ciencias áctuales pór las Gracias de Dios darnos, porque No éran cuando Jesús éstos Conocimientos porque No se Tenían.-:denfadado

:quienyo: :confused: :mosqueo: :ojos: :ezicon3: :eek: :bostezo: :headscrat

Decíselo a Tobi, seguro que se entenderán a la perfección...

p/d: Ya pasó el "chiste", opiná algo en serio...
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Luis Fernando dijo:
O sea, tenemos un cristiano del siglo II dice que en Roma estaban las tumbas de Pedro y Pablo y tenemos el testimonio de muchos otros que atestiguan su martirio en la ciudad romana.... pero aparece un señor en el siglo XX y dice que no, que lo que todo el mundo (eruditos protestantes incluídos) ha creído durante veinte siglos no es cierto y que Pedro murió en Palestina.

Pues vale.....


El caso es que un pajarito me ha dicho que cree que Cullman sí creía en la estancia de Pedro en Roma. Voy a ver si encuentro el dato. Porque como encuentre eso, el cachondeo puede ser ya cósmico

Continuas con tu patetismo. Si son tantos lo que atestiguan ¿como es que no nos citas a ninguno? ¿Es asi, porque lo dices tú?

Voy a traducir algo de lo que dice Oscar Cullmann:

"¿Como está ahora la tumba de Pedro?
¿De ha enciontrado verdaderamente, tal como decididamente lo anunció Pio XII en el mensaje de Navidad del 1950, un sepulcro que sirvió de tumba para Pedro?
Los siguientes informes los tomamos de la publicación oficial. En primer lugar los dirigentes de las excavaciones se vieron forzados a constatar que la indicación del "Liber Pontificales" I, 176, del siglo VI, segun el cual Constantino habria rodeado con colosales placas de bronce y habria edificado encima una Confessio con una cruz de oro, pertenece al reino de la leyenda. Sea como sea, las excavaciones nada de eso han descubierto, y, sobre todo, no han constatado el menor rastro por el cual hubiese podido existir un ornamento de este tipo".

Así, que, ¿que se ha demostrado de las excavaciones despues de la pretenciosa afirmación de Pio XII en la Navidad del 1950? El mas absoluto silencio.

Esta fué una leyenda en cuanto que todas las Iglesias existentes en la época de los siglos II y III presumian que su iglesia había sido fundada por un apóstol.

Resulta más que raro que en el Nuevo Testamento no encontremos ninguna referencia de la pretendida estada de Pedro en Roma. Y mas cuando sobre ello se pretende fundar la primacia de la iglesia de Roma sobre el resto de las Iglesias.

Ah, y encima la amenaza:
Porque como encuentre eso, el cachondeo puede ser ya cósmico

Pues lo siento. Desde que empenzé este epígrafe he mostrado que el cachondeo de las falsedades romanas si es realmente cósmico
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Si quereis vuelvo a poner en los foros lo que dice la enciclopedia católica sobre la estancia de Pedro en Roma.....

¡¡¡que no se tiene prueba alguna!!!
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

andres291(II) dijo:
Y esas obras donde se da testimonio,son de fulano escritas en tal y tal siglo.
no son fuente segura. danos en que parte se encuentran los originales ,los papiros,sin traducción,la evidencia científica de que no son de intereses particulares.-

sale-vale


Podrías preguntárselo a Joxan, evangélico bautista participante en este foro que tiene una web sobre cristianismo primitivo y que estoy convencido de que, aunque difiera en la interpretación sobre la importancia que tienen para validar la primacía de la sede romana, supongo que puede atestiguar que dichas citas son válidas y aceptadas por los historiadores.

De todas formas, si ante la evidencia de que la TOTALIDAD de las citas de autores cristianos primitivos afirman la estancia y martirio de Pedro en Roma todo lo que podéis hacer es poner en duda esas citas, pues la verdad es que nos estáis haciendo un gran favor a los católicos de este foro pues cualquier observador imparcial podrá darse cuenta de quiénes son los sectarios que se niegan a reconocer la evidencia histórica.

Por cierto, Toni, esto es lo que dice la Enciclopedia católica acerca de San Pedro y su estancia en Roma (con citas de historiadores protestantes incluídas):
IV. ACTIVIDAD Y MUERTE EN ROMA; SEPULCRO

Es un hecho histórico indisputablemente establecido que San Pedro trabajó en Roma durante la última parte de su vida y finalizó su vida terrenal por el martirio. En cuanto a la duración de su actividad Apostólica en la capital Romana, la continuidad o no de su residencia allí, los detalles y éxito de sus trabajos y la cronología de su arribo y de su muerte, todas estas cuestiones son inciertas y pueden resolverse solamente mediante hipótesis más o menos bien fundadas. El hecho esencial es que Pedro murió en Roma: esto constituye el fundamento histórico del reclamo de los Obispos de Roma sobre el Primado Apostólico de Pedro.

La residencia y la muerte de San Pedro en Roma son establecidas más allá de toda disputa como hechos históricos por una serie de claros testimonios, que se extienden desde el final del primer siglo hasta el final del segundo, proviniendo de varios países.
Que el modo y, por ende, el lugar de su muerte hayan sido conocidos en círculos Cristianos muy extendidos hacia el final del siglo primero, resulta claro a partir de la observación introducida en el Evangelio de San Juan, respecto de la profecía de Cristo sobre que Pedro le estaba ligado a Él y sería conducido adonde no quisiera -- "Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios" (Juan, xxi, 18-19, ver arriba). Tal observación presupone el conocimiento de la muerte de Pedro por los lectores del Cuarto Evangelio.


La Primera Epístola de San Pedro fue escrita casi indudablemente en Roma, dado que el saludo final reza: "Os saluda la (iglesia) que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos" (v, 13). Babilonia debe ser identificada aquí como la capital Romana, desde que no puede referirse a Babilonia sobre el Eufrates, que yacía en ruinas o a la Nueva Babilonia (Seleucia) sobre el Tigris, o a la Babilonia Egipcia cerca de Menfis, o a Jerusalén, debe referirse a Roma, la única ciudad que es llamada Babilonia en otra parte por la antigua literatura Cristiana (Apoc., xvii, 5; xviii, 10; "Oracula Sibyl.", V, versos 143 y 159, ed. Geffcken, Leipzig, 1902, 111).


A partir del Obispo Papias de Hierápolis y de Clemente de Alejandría, ambos quienes apelan al testimonio de los antiguos presbíteros (i.e., los discípulos de los Apóstoles), conocemos que Marcos escribió su Evangelio en Roma a pedido de los Cristianos Romanos, que deseaban un memorial escrito de la doctrina predicada a ellos por San Pedro y sus discípulos (Eusebio, "Hist. Eccl.", II, xv; III, xi; VI, xiv); esto es confirmado por Irineo (Adv. haer., III, i). En conexión con esta información relativa al Evangelio de San Marcos, Eusebio, fiándose quizá de una fuente anterior, dice que Pedro en su Primera Epístola describió a Roma en forma figurada como a Babilonia.


Otro testimonio sobre el martirio de Pedro y Pablo es proporcionado por Clemente de Roma en su Epístola a los Corintios (escrita alrededor del A.D. 95-97), donde afirma (v): "Mediante el ardor y la astucia, los mayores y más rectos sustentos [de la Iglesia] han sufrido la persecución y han sido guerreados hasta la muerte. Coloquemos ante nuestra mirada a los buenos Apóstoles—San Pedro, quien a consecuencia de un injusto ardor sufrió, no uno o dos, sino numerosos agravios y, habiendo dado así testimonio (martyresas), ha ingresado al merecido lugar de gloria". Después menciona a Pablo y un número de elegidos, que estaban reunidos con los otros y sufrieron el martirio "entre nosotros" (en hemin, i.e., entre los Romanos, sentido que la expresión también tiene en el capítulo iv). Indudablemente habla, como lo prueba el párrafo completo, de la persecución Nerónica, refiriendo de esa manera el martirio de Pedro y Pablo a esa época.


En su carta escrita a comienzos del siglo segundo (antes del 117), mientras era llevado a Roma para ser martirizado, el venerable Obispo Ignacio de Antioquía procura por todos los medios refrenar a los Cristianos Romanos de pugnar por lograr el perdón para él, señalando: "Ninguna cosa les mando, como Pedro y Pablo: ellos eran Apóstoles, mientras que yo soy sólo un cautivo" (Ad. Rom., iv). El significado de esta expresión debe ser, que los dos Apóstoles trabajaron personalmente en Roma, predicando allí el Evangelio con autoridad Apostólica.


El Obispo Dionisio de Corinto en su carta a la Iglesia Romana en tiempos del Papa Sotero (165-74), dice: "Por lo tanto, usted mediante su urgente exhortación ha ligado muy estrechamente la siembra de Pedro y Pablo en Roma y en Corinto. Pues ambos plantaron la semilla del Evangelio también en Corinto y juntos nos instruyeron, tal como en forma similar enseñaron en el mismo lugar de Italia y sufrieron el martirio al mismo tiempo" (En Eusebio, "Hist. Eccl.", II, xxviii).


Irineo de Lyon, un nativo del Asia Menor y discípulo de Policarpo de Esmirna (un discípulo de San Juan), pasó un tiempo considerable en Roma poco después de la mitad del Siglo II y luego siguió a Lyon, donde devino Obispo en el 177; describió a la Iglesia Romana como la más destacada y principal conservadora de la tradición Apostólica, como "la más grande y más antigua iglesia, conocida por todos, fundada y organizada en Roma por los dos más gloriosos Apóstoles, Pedro y Pablo" (Adv. haer., III, iii; cf. III, i). De este modo apela al hecho, conocido y reconocido universalmente, de la actividad Apostólica de Pedro y Pablo en Roma, para hallar en ello una prueba de la tradición en contra de los herejes.


En sus "Hypotyposes" (Eusebio, "Hist. Eccl.", IV, xiv), Clemente de Alejandría, maestro en la escuela de catequesis de esa ciudad desde alrededor del año 190, afirma con la fuerza de la tradición de los presbíteros: "Después que Pedro hubo anunciado la Palabra de Dios en Roma y predicado el Evangelio en el espíritu de Dios, la multitud de los oyentes pidió a Marcos, que había acompañado extensamente a Pedro en todos su viajes, que escriba lo que los Apóstoles les habían predicado" (ver arriba).


Como Irineo, Tertuliano apela en sus escritos contra los herejes a la prueba aportada por las labores Apostólicas de Pedro y Pablo en Roma acerca de la veracidad de la tradición eclesiástica. En "De Praescriptione", xxxv, dice: "Si están cerca de Italia, tienen a Roma, en donde la autoridad está siempre a mano. Qué afortunada es esta Iglesia para la cual los Apóstoles han volcado toda su enseñanza con su sangre, donde Pedro ha emulado la Pasión del Señor y donde Pablo ha sido coronado con la muerte de Juan" (el Bautista). En "Scorpiace", xv, él también habla de la crucifixión de Pedro. "El retoño de fe ensangrentado primero por Nerón en Roma. Allí Pedro fue ceñido por otro, dado que fue ligado a la cruz". Como una ilustración de la falta de importancia sobre qué agua se utiliza para administrar el bautismo, sostiene en su libro ("Sobre el Bautismo", cap. v) que no hay "ninguna diferencia entre aquélla con la que Juan bautizó en el Jordán y aquélla con la que Pedro bautizó en el Tiber"; y contra Marcion apela al testimonio de los Cristianos de Roma, "a quienes Pedro y Pablo han legado el Evangelio, sellado con su sangre" (Adv. Marc., IV, v).


Cayo, el Romano que vivió en Roma en tiempos del Papa Ceferino (198-217), escribió en su "Diálogo con Proclus" (en Eusebio, "Hist. Eccl", II, xxviii) dirigido en contra de los Montanistas: "Pero yo puedo mostrar los trofeos de los Apóstoles. Si tienen a bien ir al Vaticano o al camino a Ostia, hallarán los trofeos de aquéllos que han fundado esta Iglesia". Por trofeos (tropaia) Eusebio entiende las tumbas de los Apóstoles, pero su óptica es confrontada por investigadores modernos que consideran que se refiere al lugar de la ejecución. Para nuestro propósito no es importante cuál opinión es correcta, pues el testimonio retiene su valor total en ambos casos. De cualquier modo, los lugares de ejecución y de entierro de ambos estaban próximos; San Pedro, que fue ejecutado en el Vaticano, recibió también allí su sepultura. Eusebio se refiere también a "la inscripción de los nombres de Pedro y Pablo, que han sido preservados hasta hoy allí en las sepulturas" (en Roma).


Existía por ende en Roma un antiguo memorial epigráfico conmemorando la muerte de los Apóstoles. La lóbrega cita en el Fragmento Muratorio ("Lucas optime theofile conprindit quia sub praesentia eius singula gerebantur sicuti et semote passionem petri evidenter declarat", ed. Preuschen, Tubingen, 1910, p. 29) presupone también una definida tradición antigua con respecto a la muerte de Pedro en Roma.


Los apócrifos Hechos de San Pedro y Hechos de los Santos Pedro y Pablo, pertenecen de manera similar a la serie de testimonios sobre la muerte de los dos Apóstoles en Roma.
En oposición a este testimonio claro y unánime de la temprana Cristiandad, unos pocos historiadores Protestantes en tiempos recientes han tratado de descartar como legendaria la residencia y muerte de Pedro en Roma. Estos intentos han resultado un completo fracaso. Se aseveraba que la tradición respecto de la residencia de Pedro en Roma se inició primero en los círculos Ebionitas y formaba parte de la Leyenda de Simón el Mago, en la que Pablo es enfrentado por Pedro como un falso Apóstol debajo de Simón; al tiempo que esta pelea fuera transplantada a Roma, también surgió en fecha temprana la leyenda de la actividad de Pedro en esa capital (así en Baur, "Paulus", 2da ed., 245 sqq., seguida por Hase y especialmente Lipsius, "Die quellen der romischen Petrussage", Kiel, 1872). Pero esta hipótesis se ha visto fundamentalmente insostenible por el carácter íntegro y la importancia puramente local del Ebionitismo, siendo refutada directamente por los antedichos testimonios genuinos y enteramente independientes, que son de al menos una antigüedad similar. Más aún, ha sido enteramente abandonado por historiadores Protestantes serios (cf., e.g., los comentarios de Harnack en "Gesch. der altchristl. Literatur", II, i, 244, n. 2). Un más reciente intento de demostrar que San Pedro fue martirizado en Jerusalén fue realizado por Erbes (Zeitschr. fur Kirchengesch., 1901, pp. 1 sqq., 161 sqq.). Él apela a los apócrifos Hechos de San Pedro, en los que dos Romanos, Albino y Agripa, son mencionados como perseguidores de los Apóstoles. A éstos identifica como Albino, Procurador de Judea y sucesor de Festus, y a Agripa II, Príncipe de Galilea, de donde llega a la conclusión que Pedro fue condenado a muerte y sacrificado por el Procurador de Jerusalén. Lo insostenible de esta hipótesis se hace inmediatamente visible por el mero hecho que nuestro más antiguo testimonio definido sobre la muerte de Pedro en Roma antedata por mucho los Hechos apócrifos; además, nunca en toda la extensión de la antigua Cristiandad se ha sido designada otra ciudad fuera de Roma como el lugar del martirio de los Santos Pedro y Pablo.

Aunque la actividad y muerte de San Pedro en Roma sea tan claramente establecida, no tenemos información precisa sobre los detalles de su estancia Romana. Las narraciones contenidas en la literatura apócrifa del siglo segundo, sobre la supuesta contienda entre Pedro y Simón el Mago, pertenecen al dominio de la leyenda. De lo ya dicho sobre el origen del Evangelio de San Marcos, podemos deducir que Pedro trabajó durante un largo período en Roma. Esta conclusión es avalada por la voz unánime de la tradición, que desde la segunda mitad del siglo segundo designa al Príncipe de los Apóstoles como fundador de la Iglesia Romana. Se sostiene ampliamente que Pedro hizo una primera visita a Roma luego de ser milagrosamente liberado de la prisión en Jerusalén; que Lucas se refería a Roma por "otro lugar", pero omitió el nombre por razones especiales. No es imposible que Pedro haya realizado un viaje de misión a Roma alrededor de esta época (después del 42 AD), pero este viaje no puede ser establecido con certeza. De cualquier forma, no podemos, en apoyo de esta teoría, apelar a las notas cronológicas de Eusebio y Jerónimo, dado que, aún cuando estas notas se retrotraen a las crónicas del siglo tercero, no son tradiciones de antiguo sino el resultado de cálculos basados en las listas episcopales. En la lista de obispos de Roma que data del siglo segundo, se introdujo en el siglo tercero (como sabemos por Eusebio y la "Cronografía de 354") la nota sobre veinticinco años de pontificado de San Pedro, pero no podemos rastrear su origen. Este agregado, en consecuencia, no sustenta la hipótesis de una vista de San Pedro a Roma luego de su liberación de la prisión (alrededor del 42). Por lo tanto, podemos admitir solamente la posibilidad de una visita tan anterior a la capital.

La tarea de determinar el año de la muerte de San Pedro está rodeada de dificultades similares. En el siglo cuarto y aún en las crónicas del tercero, hallamos dos notas distintas. En las "Crónicas" de Eusebio se da la muerte de Pedro y Pablo como en los años decimotercero y decimocuarto de Nerón (67-68); esta fecha, aceptada por Jerónimo, es la sostenida generalmente. El año 67 también es avalado por la afirmación aceptada al igual por Eusebio y Jerónimo, sobre que Pedro fue a Roma en el reinado del Emperador Claudio (según Jerónimo, en el 42), así como por la tradición antedicha de los veinticinco años de episcopado de Pedro (cf. Bartolini, "Sopra l'anno 67 se fosse quello del martirio dei gloriosi Apostoli", Roma, 1868). Una versión distinta es provista por la "Cronografía de 354" (ed. Duchesne, "Liber Pontificalis", I, 1 sqq.). Ésta refiere el arribo de San Pedro en Roma al año 30, y su muerte como la de San Pablo al año 55. Duchesne ha mostrado que las fechas en la "Cronografía" fueron insertadas en una lista de los Papas que contiene solamente sus nombres y la duración de sus pontificados, de donde, bajo la suposición cronológica de ser el año de la muerte de Cristo el 29, se insertó el año 30 como el comienzo del pontificado de Pedro y su muerte referida al 55 sobre la base de los veinticinco años de pontificado (op. cit., introd., vi sqq.). Esta fecha, sin embargo, ha sido defendida recientemente por Kellner ("Jesus von Nazareth u. seine Apostel im Rahmen der Zeitgeschichte", Ratisbon, 1908; "Tradition geschichtl. Bearbeitung u. Legende in der Chronologie des apostol. Zeitalters", Bonn, 1909). Otros historiadores han aceptado el año 65 (e. g., Bianchini, en su edición del "Liber Pontilicalis" en P. L.. CXXVII. 435 sqq.) o el 66 (e. g. Foggini, "De romani b. Petri itinere et episcopatu", Florencia, 1741; también Tillemont). Harnack procuró establecer el año 64 (i . e . el comienzo de la persecución Neroniana) como el de la muerte de Pedro ("Gesch. der altchristl. Lit. bis Eusebius", pt. II, "Die Chronologie", I, 240 sqq.). Esta fecha, que ya había sido sustentada por Cave, du Pin y Wiesler, ha sido aceptada por Duchesne (Hist. ancienne de l'eglise, I, 64). Erbes refiere la muerte de San Pedro al 22 febrero de 63 y la de San Pablo a 64 ("Texte u. Untersuchungen", nueva serie, IV, i, Leipzig, 1900, "Die Todestage der Apostel Petrus u. Paulus u. ihe rom. Denkmaeler"). Por ende la fecha de la muerte de Pedro no ha sido decidida aún; el período entre julio de 64 (inicio de la persecución Neroniana) y comienzos de 68 (el 9 de julio Nerón huyó de Roma y se suicidó) debe dejarse abierto para la fecha de su muerte. El día de su martirio también se desconoce; 29 de junio, el día aceptado de su fiesta desde el siglo cuarto, no puede ser probado como el día de su muerte (ver abajo).

Con respecto a la forma en que Pedro murió, contamos con la tradición—atestiguada por Tertuliano a fines del siglo segundo (ver arriba) y por Orígenes (en Eusebio, "Hist. Eccl.", II, i)—sobre que sufrió crucifixión. Orígenes sostiene que: "Pedro fue crucificado en Roma con su cabeza hacia abajo, como él mismo había deseado sufrir". Como el lugar de la ejecución pueden muy probablemente aceptarse los Jardines Neronianos en el Vaticano, dado que según Tácito allí se representaban en general las horrendas escenas de la persecución Neroniana; y en este distrito, en la vecindad de la Vía Cornelia y al pié de las Colinas Vaticanas, el Príncipe de los Apóstoles halló su sepultura. De esta tumba (dado que la palabra tropaion era, como ya se dijo, correctamente interpretada como tumba) Cayo ya habla en el siglo tercero. Por un tiempo los restos de Pedro descansaron con los de Pablo en una cripta en la Vía Apia en el lugar ad Catacumbas, donde ahora está la Iglesia de San Sebastián (que en su erección en el siglo cuarto fue dedicada a los dos Apóstoles). Los restos habrían sido probablemente llevados allí a comienzos de la persecución Valeriana en 258, para protegerlos de la amenaza de profanación cuando fueron confiscados los sepulcros Cristianos. Fueron más tarde restituidos a su previo lugar de reposo y Constantino el Grande hizo erigir una magnífica basílica sobre la tumba de San Pedro al pié de la Colina Vaticana. Esta basílica fue reemplazada por la actual de San Pedro en el siglo dieciséis. La cripta con el altar construido sobre ella (confessio) ha sido el más venerado santuario de un mártir en Occidente. En la estructura inferior del altar, sobre la cripta que contenía el sarcófago con los restos de San Pedro, se hizo una cavidad. Ésta fue cerrada por medio de una puerta en el frente del altar. Al abrir esta puerta el peregrino disfrutar del gran privilegio de arrodillarse justo encima del sarcófago del Apóstol. Se solían dar llaves de esta puerta como recuerdos (cf. Gregorio de Tours, "De gloria martyrum", I, xxviii).

La memoria de San Pedro está íntimamente relacionada con la Catacumba de Santa Priscilla en la Vía Salaria. Según la tradición corriente en la tardía antigüedad Cristiana, en este lugar San Pedro instruía a los fieles y administraba el bautismo. Esta tradición parece haber estado basada en testimonios de monumentos aún anteriores. La catacumba situada debajo del jardín de una villa de la antigua familia Cristiana y senatorial Acilii Glabriones y su fundación, se retrotrae hacia fines de siglo primero; y dado que Acilio Glabrio (q. v.) cónsul en 91, fue bajo Domiciano condenado a muerte por ser Cristiano, es bastante posible que la fe Cristiana de la familia datase de los tiempos Apostólicos y que al Príncipe de los Apóstoles se le haya otorgado recepción hospitalaria en la casa de ellos durante su residencia en Roma. Las relaciones entre Pedro y Prudencio, cuya casa estaba en el sitio del actual templo de Prudencio (ahora Santa Prudentiana) parecen recostarse más bien en una leyenda.

En relación con las Epístolas de San Pedro, ver EPÍSTOLAS DE SAN PEDRO; respecto de los varios apócrifos que llevan el nombre de Pedro, especialmente el Apocalipsis y el Evangelio de San Pedro, ver APÓCRIFOS. El sermón apócrifo de Pedro (kerygma), que data de la segunda mitad del siglo segundo, era probablemente una colección de supuestos sermones del Apóstol; varios fragmentos son preservados por Clemente de Alejandría (cf. Dobschuts, "Das Kerygma Petri kritisch untersucht" en "Texte u. Untersuchungen", XI, i, Leipzig, 1893).

Eso está sacado de la web oficial de la Enciclopedia católica (http://www.newadvent.org/cathen/11744a.htm), así que ya nos dirás de dónde te sacas el dato de que la misma afirma que no hay prueba alguna de la estancia de Pedro en Roma.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

Si Pero fue martirizado en Roma, si en esa ciudad se halla su sepulcro, ¿qué prueba? NADA. Pedro no era el presidente de la iglesia, sino Santiago (Hechos 15). ¿Por qu'e en el orden de las epístolas, luego de las 14 de Pablo, está el libro de Santiago? Pero tiene dos magíficas epístolas que pudieran estar antes que la única de Santiago.

Algo que sí debiera escudriñarse es que los obispos de Roma no tenían supremacía alguna hasta el 533, fecha del edicto de Justiniano, el que fue puesto en vigor el 538. En el edicto, el emperador nombró al "santo papa de la antigua Roma" como el principal sobre los obispos de Conastantinopla, Jerusalem, Antioquía y Alejandría. El de Constantinopla tuvo que conformarse con el segundo lugar.

El mito de que el papa de Roma tenía supremacía sobre todo emperador o rey está basado en un documento fraudulento (como muchos dentro del catolicismo) del siglo VIII, llamado LA DONACION DE CONSTANTINO.

Puede haber habido una sucesión de obispos de Roma, como en todos los otros obispados, y una sucesión de obispos universales en la sede romana después del edicto de Justiniano, pero no antes.
 
Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.

¿Habla tambien esta enciclopedia de las Falsas Decretales? Y de los manejos falsificado todo aquello quje les vino en gana para fundamentar el obispado universal de los papas?

Para cualquier cristiano que desee conocer la verdad, irá a la Revelación de Dios en el Nuevo Testamento donde nada se dice sobre Pedro en Roma. Tampoco de la pretendida sucesión Apostólica de los obispos de Roma primero y la de los papas despues. Algo de tanta importancia ¿se lo calla la Revelación?
Eso sólo basta y sobra para entender que estas pretensiones son evidentemente falsas.

Quien pretenda el obispado universal, será precursor del anticristo.

Y mira que casualidad "VICARIVS FILII DEI = 666 (rima y todo)
Ebria de la sangre de los mártires de Jesús.
Salid de ella, pueblo mio.