El tema es que a la luz de lo que la revelación bíblica hemos aprendido sobre Dios, es que
Dios es Omnisciente, lo que por definición indica que no necesita probrar nada pues el conoce la verdad. Por eso dice Santiago:
Afortunado el que mantiene la fe cuando es tentado [en lo que Adán y Eva fracasaron y en lo que Cristo venció], porque recibirá el premio de la vida eterna que Dios ha prometido a los que lo aman. 13 Cuando alguien tenga una tentación, no diga que es tentado por Dios, pues a Dios no lo tienta la maldad ni tampoco él tienta a nadie. 14 Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce.
¿Notaste la explicación? Decir que Dios pone a prueba o tienta a alguien es equivalente a afirmar que Dios es tentado por la maldad. Ninguno de los árboles del Eden cumplía la función de tentar en el sentido en el que Satanás nos tienta o tentó a Jesucristo en el desierto.
Cuando hablamos de Dios la palabra "Probar" debe entenderse con un significado totalmente diferente que de cuenta de la omnisciencia y la presciencia de Dios (Dios conoce tanto lo que pueda ocurrir como lo que ocurre ) y si bien es posible pensar que por amor a nosotros y en aras de la justicia y la libertad Dios se auto-limita en beneficio nuestro, es demasiada especulación. Para ello Pablo dice que ya habrá un tiempo cuando podamos conocer cara a cara... por ahora nos toca conformarnos por conocer en parte (Lo que Adán y Eva despreciaron buscando sabiduría absoluta en el adivinación-1 de Samuel 15:23) y tener cuidado de que no terminemos desviándonos a derecha o izquierda por nuestras especulaciones. Esto es que no terminemos en una herejía.
Dicho esto ¿Para qué necesita probar Dios nuestra fidelidad? No es que no sepa que somos infieles, sino que nosotros no sabemos que podemos ser fieles.
Decir que Dios tiene "Derecho" a restringir y poner limites es darnos demasiada gloria a nosotros mismos y rechazar el Señorío. El derecho de Dios está dado, es inalienable... no se puede renunciar a él. Dios deja de ser Dios si no impone normas y limites sea en un mundo secuestrado por el pecado o en un mundo libre de pecado como aquel en el que Satanás se contaminó. La pregunta debe ser es ¿A qué tenemos derecho nosotros?... pues somos nosotros los que dependemos del Bien y la justicia y no la justicia y el bien los que dependen de nosotros.