La Sanidad

Re: La Sanidad

Sus promesas siempre son sí y amen.

Esto es una clara mal interpretació de la Escritura, con el fin de justificar lo injustificable. Vamos a leerlo tal cual lo dice:

2Cor. 1:20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

Son en él, EN él, Sí, y en él, EN él Amén, por medio de nosotros. No EN NOSOTROS, sino EN Cristo, por medio de nosotros, y no para nuestro bien, SINO PARA LA GLORIA DE DIOS. Las promesas de Dios son en Cristo Sí, y en Cristo Amén, por medio de nosotros PERO PARA LA GLORIA DE DIOS, no para nuestra satisfación.
 
Re: La Sanidad

Mc. 1:40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.

¿Qué vemos en el leproso?... un ruego, una adoración y sumisión (hinca la rodilla ante él) y una clara fe en su poder (si quires PUEDES)... ¿claro?... bemos ruego, adoración, sumisión, una clara fe, y por sobre todo NO UNA IMPOSICIÓN a que lo sane, no un pedir y exigir que lo sane, sino que claramente vemos que deja en Jesús TODA LA RESPONSABILIDAD: si quires, puedes.

No indica en modo alguno que su deseo sobrepase el deseo del Señor, sino que se sujeta y por entero a su VOLUNTAD: si quires, puedes.
 
Re: La Sanidad

Cristo nunca exigió el arrepentimiento antes de sanar a alguién. Esta es una tradición de los hombres, no es Palabra de Dios. Cristo ni siquiera sabía que la mujer con el flujo de sangre le tocaba por detrás. Nunca hizo una entrevista acerca de los pecados. A veces exhortaba que no pecaran más para que no suceda algo peor. La gracia de Dios para la sanidad existe porque la gracia de Dios ha perdonado el pecado de la humanidad. Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado. Su obra redentora incluye todos los pecados pasados y futuros. Todos pueden recibir el don de la justicia por fe, y todos pueden recibir la sandiad por fe. La salvación existe por lo que Cristo hizo, no por lo que nosotros hacemos. Igual con el tema de la sanidad.

Las promesas de Dios son en El sí y en El amén. La sanidad es de EL y en EL. Siempre, para siempre, sin accepciones.

Saludos
 
Re: La Sanidad

El cristiano genuino no acude a Dios exigiendo que lo sane, sino que en perfecta sumisión, y sabiendo que todas las cosas son para bien de quienes aman a Dios, ante la enfermedad acude a Dios y le dice: Padre, en el nombre de Jesús, si quieres, puedes sanarme, pero que no sea conforme a mi voluntad, sino la tuya... y antes de pedir la sanidad, pide a Dios que le de luz, que le muestre si en él hay algo que desagrada a Dios, si está obrando contrario a Dios, si ha fallado a Dios en algún aspecto, si ha cometido algún pecado y no lo ha confesado, si está siendo en cualquier aspecto contrario a la voluntad de Dios para con él...

Y esperará en Dios, sin prisa alguna por sanar, porque sabe que Dios tiene poder sobre la enfermedad, y si Dios la ha consentido, por tanto que ningún mal puede acontecer al creyente sin el consentimiento de Dios, es porque Dios tiene un claro propósito para con el creyente enfermo, y bien sabe que cuando entienda el por qué de Dios, ello será para su santificación.

En breve, pero muy claro para quien es un creyente genuino que confía en Dios por lo que Él es, y no por lo que Dios da.
 
Re: La Sanidad

Cristo nunca exigió el arrepentimiento antes de sanar a alguién. Esta es una tradición de los hombres, no es Palabra de Dios. Cristo ni siquiera sabía que la mujer con el flujo de sangre le tocaba por detrás. Nunca hizo una entrevista acerca de los pecados. A veces exhortaba que no pecaran más para que no suceda algo peor. La gracia de Dios para la sanidad existe porque la gracia de Dios ha perdonado el pecado de la humanidad. Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado. Su obra redentora incluye todos los pecados pasados y futuros. Todos pueden recibir el don de la justicia por fe, y todos pueden recibir la sandiad por fe. La salvación existe por lo que Cristo hizo, no por lo que nosotros hacemos. Igual con el tema de la sanidad.

Las promesas de Dios son en El sí y en El amén. La sanidad es de EL y en EL. Siempre, para siempre, sin accepciones.

Saludos

Lo siento por usted, pero omite ahora que los que cita mostrarón su fe para con él. Ya ve, unas vece omite unos aspectos, otras otros, y otras saca los textos de su contexto. Así es usted.
 
Re: La Sanidad

Decir que Cristo nunca hizo una entrevista por los pecados, cuando bien sabemos que Él es Dios y sabe lo que cada uno piensa, y que hay en su corazón, esto es y claramente un degradar a Cristo mismo.

Cuanto más habla, más se va viendo cuan lejos está del Señor y la falta de respeto que le tiene a Dios.
 
Re: La Sanidad

La gracia de Dios para la sanidad existe porque la gracia de Dios ha perdonado el pecado de la humanidad. Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado. Su obra redentora incluye todos los pecados pasados y futuros. Todos pueden recibir el don de la justicia por fe, y todos pueden recibir la sandiad por fe. La salvación existe por lo que Cristo hizo, no por lo que nosotros hacemos. Igual con el tema de la sanidad.

De nuevo vuelve a NEGAR la necesidad de creer en Cristo. De nuevo la omite, la deja de lado, no le da ningún valor, y... ya ve, cuanto más habla, más manifiesta hasta que punto está lejos del Señor, de amar al Señor, y de darle a Él toda la preeminencia.
 
Re: La Sanidad

Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado.

Su enseñanza cada vez va mostrando cosas más extrañas. ¿de donde saca usted que Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado?... por favor, indique de donde los saca y lo analizamos. Gracias.
 
Re: La Sanidad

Cristo nunca exigió el arrepentimiento antes de sanar a alguién. Esta es una tradición de los hombres, no es Palabra de Dios. Cristo ni siquiera sabía que la mujer con el flujo de sangre le tocaba por detrás. Nunca hizo una entrevista acerca de los pecados. A veces exhortaba que no pecaran más para que no suceda algo peor. La gracia de Dios para la sanidad existe porque la gracia de Dios ha perdonado el pecado de la humanidad. Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado. Su obra redentora incluye todos los pecados pasados y futuros. Todos pueden recibir el don de la justicia por fe, y todos pueden recibir la sandiad por fe. La salvación existe por lo que Cristo hizo, no por lo que nosotros hacemos. Igual con el tema de la sanidad.

Las promesas de Dios son en El sí y en El amén. La sanidad es de EL y en EL. Siempre, para siempre, sin accepciones.

Saludos

A su vez, usted, está también olvidando que Dios NO PERDONÓ los pecados hasta que Cristo mismo murió en la cruz y su sangre fue derramada para el perdón de los mismos. Con lo cual, usted está omitiendo que cuando Jesús obró sanidades, el perdón de los pecados aun no había tenido lugar, y que en la inmensa mayoría de ocasiones las enfermedades estaban siendo a causa de Satanás, de la obra de Satanás. Y Cristo lo que hacia más que sanar, era reprender la obra de Satanás en los enfermos.

También omite que Jesús podía perdonar, y hecho lo hacia, los pecados. Y si Dios perdona, es porque hay un claro arrepentimiento en el perdonado. Aunque la escritura no muestre que a quien Jesús perdonaba, en este hubiese arrepentimiento, ello no nos ha de impedir ver que Cristo podía ver el corazón y pensamiento de cada uno de ellos.

Dios jamás obra contra la voluntad del hombre, y si el Señor perdonaba pecados, era porque, y aunque no esté escrito en cada ocasión, en verdad el perdonado había un claro arrepentimiento.
 
Re: La Sanidad

Marcos 2:1-12

Lucas 7:47-48

La escritura sacada de contexto, siempre lleva a un falso pretexto. Justamente estos versículos vienen a dejar en claro que usted está confundido y que su entendimiento de la Escritura es bastante limitado. Deja en claro que hay fe, y la fe es debida a que hay un claro arrepentimiento. Sin fe nadie puede agradar a Dios, y quien no busca a Dios, no acude a Dios para que Él obre en sus vidas.

Justamente estos versículos me vienen a dar la PLENA razón a lo que le vengo exponiendo.
 
Re: La Sanidad

Tan simple como esto:

"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú."

Cualquier médico hubiera diagnosticado en Jesús una enfermedad nerviosa, a causa de la tensión del momento. Sin embargo a pesar de su angustia, de su dolor, de su sufrimiento...Jesús no pide al Padre que lo sane, que le quite ese sufrimiento, sino que se haga su voluntad, no sin antes hacerle ver al Padre por lo que está pasando, pero sin que su bienestar, altere en alguna forma la voluntad de Dios.

Si hay alguien que demuestra la soberanía de Dios es Jesús y en este instante de Getsemaní mas que nunca.

Si hay alguien que demuestra que a pesar del sufrimiento de una enfermedad o una dolencia que nos tenga al borde de la muerte, debemos respetar la voluntad de Dios...ese es Jesús.

Así que el que quiere venir en pos de él, tome su cruz y sígale y trate de andar como él anduvo, para que diga que es de él.

Pero los vendedores de la super fe, quieren seguirle con una cruz de estereofón, forrada en algodón o plumas de hanzo, para que no les pese ni les haga ningún daño a su piel cargada de pecado.

Dios les bendice!

Greivin.
 
Re: La Sanidad

Dios jamás obra contra la voluntad del hombre, y si el Señor perdonaba pecados, era porque, y aunque no esté escrito en cada ocasión, en verdad el perdonado había un claro arrepentimiento.

Si esto no lo entienden, simplemente es que no han conocido ni al Padre, ni al Hijo.
 
Re: La Sanidad

Cristo nunca exigió el arrepentimiento antes de sanar a alguién. Esta es una tradición de los hombres, no es Palabra de Dios. Cristo ni siquiera sabía que la mujer con el flujo de sangre le tocaba por detrás. Nunca hizo una entrevista acerca de los pecados. A veces exhortaba que no pecaran más para que no suceda algo peor. La gracia de Dios para la sanidad existe porque la gracia de Dios ha perdonado el pecado de la humanidad. Cristo sufrió la ira de Dios en contra del pecado. Su obra redentora incluye todos los pecados pasados y futuros. Todos pueden recibir el don de la justicia por fe, y todos pueden recibir la sandiad por fe. La salvación existe por lo que Cristo hizo, no por lo que nosotros hacemos. Igual con el tema de la sanidad.

Las promesas de Dios son en El sí y en El amén. La sanidad es de EL y en EL. Siempre, para siempre, sin accepciones.

Saludos

Es verdad. Dificulto que alguien pueda traer algún versículo que diga lo contrario.

Bendiciones
 
Re: La Sanidad

Salmo 103:1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.


3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;


4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;


5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.


Existe mucha revelación en este Salmo para el creyente. Es un Salmo profético que habla de la realidad del nuevo pacto en Cristo. Hablo de los beneficios de nuestra redención en Cristo.

Existe el perdón del pecado, un espíritu renacido en justicia y santidad.

Existe la sanidad para el cuerpo.

Existe el rescate del alma.

Existe la bendición y la misericordia.

Existe el 'cántico nuevo,' el lenguage del Espíritu Santo.

Existe el Espíritu que vivifica nuestros cuerpos mortales.

Por eso Su alabanza siempre debe estar en nuestra boca!


Saludos
 
Re: La Sanidad

Salmo 103:1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.


3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;


4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;


5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.


Existe mucha revelación en este Salmo para el creyente. Es un Salmo profético que habla de la realidad del nuevo pacto en Cristo. Hablo de los beneficios de nuestra redención en Cristo.

Existe el perdón del pecado, un espíritu renacido en justicia y santidad.

Existe la sanidad para el cuerpo.

Existe el rescate del alma.

Existe la bendición y la misericordia.

Existe el 'cántico nuevo,' el lenguage del Espíritu Santo.

Existe el Espíritu que vivifica nuestros cuerpos mortales.

Por eso Su alabanza siempre debe estar en nuestra boca!


Saludos

Es muy dado usted a acudir al A.T. cuando este NUNCA debe interpretarse sin la luz del N.T. Porque es en Cristo, en unión a Cristo, y conforme a la Enseñanza de Cristo, que en verdad se puede entender la Escritura, y ello, si Cristo nos ha abierto los ojos y nos ha dado entendimiento.

Aferrarse a citas sueltas del A.T. y más cuando son profecías, ello es UN GRAVE ERROR, ya que está Escrito, y en el N.T.:

9 Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, 10 que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.

Ya ve, los conocimientos Y LA PROFECÍA, de la cual usted constantemente se está nutriendo para justificarse, SON COSAS IMPERFECTAS, si lo prefiere, nomás dan a conocer en parte la verdad, pero nunca SON TODA LA VERDAD, porque esta lo es EN CRISTO.

Y si sigue leyendo verá que dice que todo ello llegará a su fin, a su cumplimiento si lo prefiere, CUANDO VENGA LO QUE ES PERFECTO, es decir QUE LO PERFECTO, AUN NO HA VENIDO.

Así pues, como dijo Pedro:

20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
 
Re: La Sanidad

Existe el perdón del pecado, un espíritu renacido en justicia y santidad.

Existe el perdón de los pecados, NO EL PECADO, para todos cuantos creen en Cristo. No olvide nunca que si alguien deja de creer en Cristo, vuelve a su misma condición de pecado. Del pecado somos librados, por nuestra fe en Cristo, y mientras nos mantegamos unidos a Cristo y firmes en Él. Si le negamos, volveremos a la misma condición de pecado en la cual nos hayábamos antes de creer en Cristo.

Existe la sanidad para el cuerpo.

Siempre y cuando no estemos andando contrarios a Dios. Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo, y si alguién destruye este templo, Dios mismo le destruirá a él. Por lo tanto el creyente, si quiere andar en sanidad, necesariamente ha de andar a tal cual Dios dispone TODAS LAS COSA conforme a Su Voluntad. Si cualquiera anda contrario a Dios, no dude que sobre el puede venir la enfermedad como medida correctiva y disciplinaria por parte de Dios, y ello, para su santidad.

Existe el rescate del alma.

Únicamente para los que creen en Cristo.

Existe la bendición y la misericordia.

La bendición existe para los que que creen en Dios y guardan su Voluntad. La misericordia existe para los que están sin Dios, y él los llama a cocer y creer en su unigénito Hijo. Pero quien no cree en el Hijo, el que se niega a creer, ya está condenado y por si mismo.

Existe el 'cántico nuevo,' el lenguage del Espíritu Santo.

Únicamente en quienes son guidados por el Espíritu. Y esto son los que cada día cargan con su cruz y le siguen.

Existe el Espíritu que vivifica nuestros cuerpos mortales.

Únicamente en los que han creído y lo han recibido.

Por eso Su alabanza siempre debe estar en nuestra boca!

Únicamente alaban a Dios, quienes en Él creen. Los incredulos no alaban a Dios, sino que le niegan. A su vez hemos de alabar a Dios tanto en la adversidad, como en la ganancia. Dios siempre es el mismo, y nuestra adoración no pude depender de si recibiomos o no recibimos. Ello no sería alabanza, sino agradecimiento por el don recibidos. Se alaba a Dios por lo que Él es, no por lo que el da.
 
Re: La Sanidad

Muchos piensan o declaran que 'a veces' es la voluntad de Dios que estemos enfermos. Tal vez para humillarnos, tal vez para enseñarnos algo, o sin duda para perfeccionarnos. Sin embargo, la Palabra declara que somos perfeccionados por la misma Palabra, sin enfermedades (2 Tim. 3:16-17)

Esta teología de 'a veces' es responsable por ahogar la fe de miles de hermnanos. La certeza de la gracia y la bondad de Dios se quita, y en su lugar estos 'maestros' siembran la duda, y la defienden con todas sus fuerzas.

Sin embargo, la Palabra de Dios no cambia, y Dios da buenas dádivas a Sus hijos (Stg. 1:17) El es el Sanador, no el 'Enfermador' de Sus hijos. Jesús es la perfecta revelación de la voluntad de Dios, y El andaba sanando a todos los enfermos y los oprimidos por el diablo (Hechos 10:38).

Cristo vino para deshacer las obras del diablo (1 Jn. 3:8), y la enfermedad muchas veces es obra del diablo. Cada enfermedad existe para apurar la destrucción del cuerpo. Es la muerte incipiente.

Fuimos exhortado a resistir al enemigo y huirá de nosotros (Stg. 3:7) ¿Es correcto 'resistir' a las enfermedades? O, ¿las debemos aceptar como la bendita voluntad de Dios?

Cuéntame por favor ¿cuándo levantas el escudo de la fe para apagar los dardos del enemigo, y cuándo determinas que son dardos de Dios para perfeccionarte?

Cuéntame ¿cuándo sabes resistir al diablo para que huya, o cuándo le abres la puerta y le invitas a casa?

Dáme un solo ejemplo de Jesús enfermando a alguien, o negando la sanidad a alguien para la gloria de Dios.

Explícame como la mujer con el flujo de sangre recibió su sanidad sin que Jesús supiera quien era ella, y si merecía o no tal sanidad. Ella recibió la sanidad sin que Cristo tuviera conocimiento de ella, y El destacó su fe! ¿No pueden ver que la sanidad es para todo aquel que cree?

Explícame como Jesús estaba dispuesto responder a la fe del Centurión y sanar al siervo de él, sin entrevistar el siervo primero.

Explícame como sabes cuando lo que pasa en la vida es del diablo, que viene para robar, matar y destruir, cuando es de Dios que (según muchos) viene a hacer lo mismo (robar, matar, destruir, enfermar, etc.)

Y si la enfermedad es la voluntad de Dios, ¿es lícito buscar la ayuda médica para evitar la obra de Dios en la vida?

Las preguntas pueden seguir por mucho rato. Aquellos que defienden la doctrina de las enfermedades, y se vuelven locos cuando hablamos de la sanidad para todos, no tienen respuestas a las preguntas.

Dios ha provisto la sanidad para toda la raza humana, tanto como la salvación y la reconciliación. Todo aquel que cree recibirá la salvación, y todo aquel que cree recibirá la sanidad. Es la naturaleza de Dios.

Bendiciones
 
Re: La Sanidad

Muchos piensan o declaran que 'a veces' es la voluntad de Dios que estemos enfermos. Tal vez para humillarnos, tal vez para enseñarnos algo, o sin duda para perfeccionarnos. Sin embargo, la Palabra declara que somos perfeccionados por la misma Palabra, sin enfermedades (2 Tim. 3:16-17)

Falso. No es la voluntad de Dios, sino la culpa de quien no está andando conforme a la voluntad de Dios. No es Dios quien desee la enfermedad, sino que siempre es causa imputable al que la padece, y ello, porque no está siendo del agrado de Dios. Dios la consiente para llevarle al conocimiento de si mismo, y poder ver donde está siendo contrario a Dios. O bien, Dios quiere hacerle morir a su ego, a su confianza en si mismo, a su amor así mismo... cada caso es un mundo y en si mismo que únicamente Dios puede mostrar su verdadera razón.

Ahora veamos la cita que nos trae:

2Tim. 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Lo sentimos, es usted quien le añade lo de "enfermedades". Aquí no se habla de la enfermedad de modo alguno. Es otra de sus tantas elucubraciones. Evite sacar la Escritura de su contexto, y peor aun, añadirle lo que no dice de modo alguno en su contexto.

Esta teología de 'a veces' es responsable por ahogar la fe de miles de hermnanos. La certeza de la gracia y la bondad de Dios se quita, y en su lugar estos 'maestros' siembran la duda, y la defienden con todas sus fuerzas.

El problema es que su teología lleva a los incrédulos, a los débiles en la fe, a creer en los dones de Dios, y no en Dios mismo. Les enseña no a creer, y confiar, en lo que Dios es, y quien es, sino en lo que Dios da.

Sin embargo, la Palabra de Dios no cambia, y Dios da buenas dádivas a Sus hijos (Stg. 1:17) El es el Sanador, no el 'Enfermador' de Sus hijos. Jesús es la perfecta revelación de la voluntad de Dios, y El andaba sanando a todos los enfermos y los oprimidos por el diablo (Hechos 10:38).

Ya le he dicho que quien enferma, es por que en él hay algo que no está siendo del agrado de Dios. Pero como lo mal interpreta todo, al igual que hace con la Escritura, llega a conclusiones erradas que únicamente son fruto de sus elucubraciones interesadas.

Y no sigo, porque todo en usted parte de un error que solo usted quire defender.
 
Re: La Sanidad

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.” (Marcos 11:23)

“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24)

Hay dos aspectos de la oración que deben ser entendidos. El primero trata de nuestra autoridad en contra de la obra del enemigo (la montaña). Cualquier cosa cuya característica sea ‘robar, matar o destruir’ (Juan 10:10) es algo a lo que nosotros podemos hablar, reprender o maldecir.

El segundo elemento de la oración, es recibir por fe todo lo que se nos ha dado a través de la redención. La sanidad es nuestra, la paz es nuestra, la provisión es nuestra, el gozo, la protección,...etc. Pedimos y recibimos lo que nos pertenece, como que si fuéramos al banco con un cheque para sacar dinero de nuestra cuenta. Sabemos que el dinero está en el banco y que el cheque ha sido extendido en buena fe, sin dudar. Esa es una buena descripción de pedir en fe.

La llave para una oración efectiva es creer sin dudar que “ya tienes” el final deseado. No hablamos a las montañas para convencernos a nosotros mismos o para levantar nuestra fe. Hablamos a las montañas porque sabemos que ellas se deben someter a nosotros.

Es como si le habláramos a un perro desobediente. Si sabemos que como dueños tenemos autoridad sobre el perro, usamos esa autoridad sin pensarlo dos veces. El perro conoce no sólo nuestra voz sino también las intenciones de nuestra voz; él conoce nuestra autoridad.

No obstante, si le habláramos a un perro extraño, no podríamos estar seguros si responderá a nuestra reprensión o no. No existe la misma certeza y confianza; le hablaremos ‘esperando’ que responda a nuestros deseos; en este caso, no creeremos sino hasta que ‘veamos’ los resultados. Sin embargo, en el caso de nuestro propio perro, ya sabemos los resultados aun antes de hablar. Nuestro perro nos va a obedecer o sufrirá las consecuencias. No hay duda.

Así es en la oración. Hablar a nuestro problema o enfermedad sin estar convencidos, difícilmente hará algún efecto. La llave para una oración efectiva es “saber” el resultado antes de tiempo. Estamos tan convencidos de la voluntad de Dios, de nuestra autoridad en Cristo y del resultado final tanto físico, como espiritual, que hablarle al problema es solo la pieza final del rompecabezas. Pone en movimiento aquello que ya ha sido asegurado en el Espíritu.

Por tanto, debemos pasar el tiempo necesario en La Palabra y en la oración hasta que la seguridad se haga manifiesta en nuestro corazón. No hay una fórmula especial para esto, es el fruto de una relación con Dios a través de Su Palabra que nos trae a un lugar de plena confianza, fe y autoridad a través de Jesús.

El área final a ser considerada, es la de dar gracias. Puesto que ya sabemos que la respuesta ha sido recibida, la seguridad de la fe estaría en dar las gracias aun antes de la manifestación de la respuesta. Una vez que ya sabemos que somos sanos, damos gracias a Dios. Alabanza y acción de gracias son poderosas armas para poder apresurar la manifestación a nuestra respuesta.

Saludos