Apreciado Jorge Valente
Apreciado Jorge Valente
Creo que con tu apoyo se hace definitivo nuestro abandono a todas las formas conocidas y escriturales por las que por siglos los de habla castellana hemos nombrado a Dios inequívocamente, y pasar desde ahora en adelante a escribirlo y pronunciarlo como Yah, aunque convendrá que primero ustedes nos instruyan si esa "h" la debemos dejar muda o aspirarla como en el inglés. También convendría nos dijesen si el sonido es el aconsonantado como hacemos los rioplatenses o debemos pronunciar como otros latinoamericanos con el sonido "ia".
A nuestros oyentes que manifiesten extrañeza por no haber escuchado ese nombre, debemos prevenirles que no nos referimos al "ya" de ahora, ni Yak (especie de buey tibetano) y tampoco a ningún mafioso apodado "Jack".
Por último, sólo cabe esperar que no den ustedes con algún otro versículo bíblico que acabe por darle a Dios otro nombre revelador por el que hasta ahora la humanidad entera se hubiera mantenido en ignorancia.
Por lo menos tenemos la satisfacción aquí en el Foro de contar con un par de individuos expertos en las Escritura, la historia y la lingüística, capaces de exponer y acallar nuestra crasa estulticia.
Cordiales saludos
Apreciado Jorge Valente
Creo que con tu apoyo se hace definitivo nuestro abandono a todas las formas conocidas y escriturales por las que por siglos los de habla castellana hemos nombrado a Dios inequívocamente, y pasar desde ahora en adelante a escribirlo y pronunciarlo como Yah, aunque convendrá que primero ustedes nos instruyan si esa "h" la debemos dejar muda o aspirarla como en el inglés. También convendría nos dijesen si el sonido es el aconsonantado como hacemos los rioplatenses o debemos pronunciar como otros latinoamericanos con el sonido "ia".
A nuestros oyentes que manifiesten extrañeza por no haber escuchado ese nombre, debemos prevenirles que no nos referimos al "ya" de ahora, ni Yak (especie de buey tibetano) y tampoco a ningún mafioso apodado "Jack".
Por último, sólo cabe esperar que no den ustedes con algún otro versículo bíblico que acabe por darle a Dios otro nombre revelador por el que hasta ahora la humanidad entera se hubiera mantenido en ignorancia.
Por lo menos tenemos la satisfacción aquí en el Foro de contar con un par de individuos expertos en las Escritura, la historia y la lingüística, capaces de exponer y acallar nuestra crasa estulticia.
Cordiales saludos