En eso tienes razón.
Pero para llegar a esta reflexión tuya, nos llamaste asesinos potenciales a muchos aquí, y generaste más enojo del necesario.
Los que no trabajamos en un hospital, no entendemos porqué el gobierno nos trata a todos por igual, quiere que nos inyectemos, y así darnos un pase verde para permitirnos mover de una ciudad a otra.
No aceptamos que nos quiten las libertades, por causa de una enfermedad que, como todas, afecta mucho a algunos, y poco y nada a otros.
Así que muchos sospechamos que no están tratando de cuidarnos, sino de arruinar nuestra economía, para que los fondos de inversión, que también fabrican las inyecciones, tomen posesión de nuestra tierra, y de todos nuestros recursos naturales.
Mi padre casi se muere, estuvo 15 días internado, no lo intubaron, gracias a Dios.
Mi madre que vive con él, sólo tuvo una gripe fuerte, por una semana.
Yo no quería ni que lo internaran a mi padre, porque en Argentina ya hay muchos casos en que incomunican al paciente, lo intuban, y luego te lo entregan hecho cenizas, sin posibilidad de autopsia.
El Estado les paga a los hospitales que tratan la enfermedad, aunque no la tengan, por paciente, sumas importantes de dinero.
Mis sobrinos son niños y adolescentes, y no es justo que el gobierno les diga que ellos pudieron contagiar a mi padre, de una enfermedad que lo podría matar.
En mi caso, al haber tenido yo cáncer, me hubiesen puesto la inyección antes que a otros de mi edad, pero ni se me cruzó por la mente.
No me inyectaría ese experimento de terapia génica, porque no podría vivir pensando que en cualquier momento me podría dar una trombosis, como le ha pasado a miles de personas sanas en el mundo, incluso deportistas.
Así que no gracias, no quiero inyecciones, que se la pongan los desinformados, o los que ante el riesgo de morirse, piensen que les conviene ponerse el experimento.
Si hay gente que quiere inyectarse algo que no conoce, allá ellos, yo y mi casa serviremos al Señor.
Muchos ya no tenemos diálogo con algunos parientes y algunos amigos, pero hemos hecho vínculo con nuevos amigos, quienes nunca antes conocimos, quienes nos reciben en sus casas, y recibimos en las nuestras.
No hay manera de leer las palabras de Jesús sin relacionarlas con este tiempo final de la humanidad:
Mat 24:9 En esos días los entregarán a aflicciones y los matarán, y serán odiados por todas las naciones por causa de mi Nombre.
Mat 24:10 Muchos tropezarán entonces, y unos a otros se odiarán y se entregarán unos a otros.
Mat 24:11 Y surgirán muchos falsos profetas y engañarán a muchos,
Mat 24:12 y a causa del aumento de la maldad, se enfriará el amor de muchos,
Mat 24:13 pero el que persevere hasta el fin, será salvo.
Mat 24:14 Entonces se proclamará este Evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.
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