1) El Evangelio es muy simple: cuando oigas la Palabra (y hablo en tu interior), cree, arrepiéntete y serás salvo tú "y tu casa".
2) El Evangelio, una vez creído, te separa del mundo. Estás en el mundo pero ya no perteneces a él. Así que en su sencillez, el Evangelio tiene un poder inimaginable, y es el único poder que te libera del mundo.
3) Si no conoces la propaganda soviética, deberías conocerla, porque aprenderías muchísimo para llevar a cabo la agenda de aquellas personas a las que rindes culto y a aquella ideología a la que has vendido tu alma.
4) El capitalismo, el imperialismo y la globalización no son los enemigos naturales del hombre, sino los de su propia casa. Es decir, nuestros enemigos interiores.