No veo que alguien aquí esté tratando de minimizar o quitarle a Jesús la gloria de todas las cosas que hizo por el poder de Dios.
El Hijo de Dios vino para servir, no para ser servido. Muchas veces repitió que no le importaba en absoluto la gloria que los humanos le pudieran otorgar.
Su ministerio dependía absolutamente del poder de Dios y de todo lo que le instruyó para decir y hacer. Hacerlo le procuraría tener a Dios, su padre, de su lado, pues habría estado haciendo las cosas que le agradan a Dios y no buscando sus intereses personales.
La gloria que vimos en Jesús, según nos cuentan las Escrituras, es un reflejo de la gloria de su Padre, que es infinitamente superior a su Hijo. Así lo entendemos de todo lo que Jesús decía sobre su Padre, incluso lo que dijo después de haber sido resucitado.
Cuando leemos a Jesús decir "toda autoridad me ha sido entregada, en el cielo y en la tierra" podemos ver cuánto apreció Dios las cosas que su Hijo hizo por glorificarlo, y cuánto ha recibido Jesús de su Padre.