Segunda parte de la respuesta que me envió mi amigo, creo que en la parte anterior no aparece la foto que tengo grabada en el disco duro, si no logro incrustarla ahora, pido ayuda a quien sepa cómo hacerlo, lo he hecho antes, pero ahora parece que no resulta sino desde una página web
Vamos a imaginar que llevamos a un geólogo evolucionista a este sitio pero que lo mantenemos vendado durante el viaje. No quitamos la venda hasta que lleguemos. Luego le preguntamos la historia de estos estratos. Ya que cree en procesos uniformes y no vemos estratos formándose todos los días va a hablar de miles, o quizá millones, de años para la formación de tales estratos y millones de años más para que el pequeño río (que no sale en la foto) abriera el cañon. Podemos analizarlo aún más viendo la siguiente foto.
(***aquí debería estar la foto que trato de adjuntar al final***)
Ya que descartan catástrofes para la formación de estratos tan finos, sin duda va a decir que el formar estratos tan delgados y finos requiere de muchísimo tiempo. Pero después de pregonar de una manera erudita acerca de estos estratos, le sería un gran choque averiguar que estos estratos fueron depositados en menos que tres meses, la mayoría de ellos fueron depositados en 3 horas el 18 de Mayo de 1.980 cuando se estalló la Montaña St. Helens en el estado Washington de los Estados Unidos que el cañón fue formado en menos que cinco meses, y que el río formó después del cañón. Si no podemos confiarnos en las conclusiones de los evolucionistas cuando existen testigos oculares a lo que pasó, ¿por qué debemos confiarnos en ellos cuando ni nosotros ni ellos vieron lo que ocurrió?
Si la persona se queja con decir que tienen pruebas de radiactividad para comprobar edades. Sí, pero se basan en una serie de presunciones que no se pueden comprobar. Es decir, tienen que ser aceptadas por fe. Además, realizaron pruebas de potasio argón (una de los más confiables, supuestamente) en rocas volcánicas que formaron entre la primera explosión (en la fecha arriba) y aproximadamente en el año 1.985. Los resultados indicaron que la piedra se había solidificado hace más que 2,5 millones de años. Si no podemos confiarnos en tales pruebas cuando sabemos la fecha de formación, ¿cómo podemos confiarnos en los resultados cuando no se conoce la historia?
Nosotros los cristianos, en cambio, debemos empezar con una plena confianza en las Escrituras. Presumimos que Dios no se equivoca ni habla mentiras. Presumimos que Dios está involucrado en lo que ocurre en la tierra y que la creación y el Diluvio son eventos no repetibles que ocurrieron por intervención divina una vez. Presumimos que el Dios que estuvo allí, que sabe todo y que vio e hizo todo sabe más acerca de lo que ocurrió que lo que saben los científicos que no estaban allí, que no saben todo, que no lo hicieron y que ya han decidido de antemano que Dios no lo hizo. Así que, cuando la Biblia y la "ciencia" no concuerdan, estamos seguro de que el equivocado es el científico.
Tampoco "rechazamos lo que la ciencia ha demostrado". En cambio, rechazamos la interpretación materialista de los datos. De hecho, es lo que sabemos de la ciencia que demuestra científicamente que la evolución no es posible. Por ejemplo, Luis Pasteur comprobó hace mucho tiempo que la vida viene únicamente de la vida. Se llama la ley de biogénesis. Pero la evolución acepta for fe ciega que la vida surgió de lo que no vivía una vez hace mucho tiempo. La ciencia nos ha comprobado que todas las mutaciones tienen que ver con la pérdida de información genética y por eso, aún si ayudan a la criatura a corto plazo, daña la especie porque ya no puede adaptarse como antes si el medioambiente cambia. Es decir, es menos capaz de adaptar otra vez. Pero la evolución insiste que durante los supuestos millones de años han ocurrido millardos de mutaciones que agregaban información genética e impulsaron un proceso de evolución hacia delante. Es lo que sabemos de la ciencia que lo hace ridículo preguntarle a una mujer embarazada cuál especie de criatura tiene en el vientre. Pero la evolución postula que no se puede saber por seguro si lo que nació de un animal en el pasado fue la misma clase de animal o no. Es lo que sabemos de la ciencia que nos permite, al ver un edificio, saber que no se edificó por el azar cuando una fábrica de ladrillos se estalló. No son las materiales del edificio que indican un diseñador ya que los ladrillos, el vidrio, y aún el metal, están hechos de sustancias que ocurren en la naturaleza. En cambio, es la organización que indica un diseñador. Y la energía sin inteligencia y dirección (por ejemplo del sol) sólo empeora las cosas. Por eso el volar de una fábrica no lo puede hacer. Pero los evolucionistas insisten que en un pasado desconocido unas células se organizaron sin inteligencia o plan y que la energía del sol les permitió desarrollarse hasta nosotros. Esta es verdaderamente una fe ciega.