Partiendo del pasaje del Evangelio de Lucas 1:5-13, se cuenta que en la época en la que Herodes era rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías, y marido de Elisabet. Lucas dice que mientras Zacarías oficiaba ante el Señor, en el turno de su clase, según la usanza del servicio sacerdotal, le tocó a suertes entrar en el templo para hacer la ofrenda del incienso y en ese momento se le apareció un ángel que le anunció el nacimiento de un hijo, que habría de llamar Juan.
Se sabe que los que pertenecían a la casta sacerdotal se dividían en 24 clases, que se organizaban en un orden inmutable y que debían prestar servicio litúrgico en el templo durante una semana, de sábado a sábado, dos veces al año. La clase de Zacarías, la de Abías, era la octava en el orden oficial.
Con la ayuda del calendario de la comunidad esenia de Qumrân, el profesor y estudioso judío Shemarjahu Talmon, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, reconstruyó los turnos, el segundo de los cuales caía en septiembre. Las antiguas Iglesias de Oriente celebran, de hecho, la concepción de Juan entre el 23 y el 25 de septiembre.
El evangelista Lucas dice que la anunciación del ángel Gabriel a María sucedió seis meses después de la concepción de Juan (Lc 1:26).
Las liturgias orientales y occidentales concuerdan en la identificación de esta fecha con el 31 del mes de Adar, que corresponde a nuestro 25 de marzo, fecha en la que la Iglesia celebra el anuncio del ángel y la concepción de Jesús.
La fecha del nacimiento, por tanto, debería ser colocada 9 meses después, es decir, el 25 de diciembre.