VINO:
No es igual un hombre que QUIERE dedicarse (como tú o muchos otros) a los trabajos domésticos que una mujer que durante años no PUDO dedicarse a otra cosa. No sé cómo estaban las cosas en tu país de origen, pero en el México de antaño las mujeres tenían las puertas cerradas de muy diversas formas, desde los espacios en las universidades hasta los espacios en los trabajos, pasando por los salarios, la falta de prestaciones, el maltrato, etcétera. No estamos hablando de un mensaje que apoye una igualdad histórica, sino de mensajes que pegan en una herida que, las mujeres no me dejarán mentir, sigue siendo muy profunda y dolorosa. Aún en México, a pesar de la "pro-feminidad" y la apertura algunas de estas características sociales siguen imperando y es por ello que un anuncio que tiene a un hombre en la cocina es mucho menos difícil.
Dije "difícil" porque también estaría en contra de uno que diga, como los que subió Bruce: "El hombre no debe salir de la cocina". Ese mensaje también recibiría profunda crítica de mi parte, porque hace lo mismo, limita los roles humanos al servicio de otros como único deseo y desarrollo de la persona. Hasta tú mismo, por mucho que hagas labores de casa, te felicitas no sólo por tener trabajo sino que además con tu trabajo ganas igual que ella. Es decir, los dos colaboran. Y si no tuvieras trabajo y fuera el que se queda en casa POR DESEO sería lo mismo. No por fuerza. Y muchas mujeres, insisto, lo son por fuerza.
Mi madre nunca me enseñó comportamiento sexual. Pero me comprobó, con su forma de vivir, mi hipótesis de que hace mucho más daño la espera que la práctica de la sexualidad antes del matrimonio. Ojo, que no aprendí de ella este hecho, sólo vino a corroborar mi postura.
Le preguntaría por qué lo está haciendo, antes de lanzar cualquier juicio o imputarle algun antivalor.
Dependiendo el resto del comercial. Si la voz que narra dice: "porque el lugar de la mujer está en la cocina..." Ahí sí le diría que la están convirtiendo en un objeto, ciertamente.
Besos,
K.