-"Prohibir" sería forzar a no hacer algo; Pablo no necesita recurrir a tal extremo, ya que él prefiere enseñar que "El que habla en lenguas no habla a los hombres , sino a Dios..." (1Co 14:2). Siendo así no hay provecho en hacerlo públicamente, pues en la iglesia más valen cinco palabras que se entiendan que diez mil en lengua extranjera (vs.13-19, a menos que se interprete (vs 27,28). En el AT los profetas primordialmente anunciaban eventos futuros, en las iglesias del NT los profetas eran los predicadores de la congregación. Su cometido era el de edificar a los hermanos, jamás el sentarse en un sitial de preferencia sobre la congregación. Nosotros podemos juzgar a los profetas (v.29) pues entendemos y discernimos lo que dicen. De los que oran y hablan en lenguas nada podemos decir, pues ni siquiera ellos proponen expresarse con algún significado; lo gracioso está en lo fútil.