Es asunto entre Dios y el creyente que las habla. No debería de importarnos, o sí?
BASE BÍBLICA
Seguid el amor; y procurad los dones espirituales,
pero sobre todo que profeticéis.
1Co 14:2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
Esto de hablar en lenguas "angelicales" está ubicada dentro del período apostólico que finaliza con la muerte del último de ellos.
En ese período, hasta la sombra de Pedro sanaba, lea y convénzase:
Hch_5:15 tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro,
a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.
Una época donde hasta los ángeles descendían para romper cadenas y abrir puertas de la cárcel donde se hallaba el apóstol.
A Pedro le ocurrió en Jerusalén y a Pablo en Filipos.
Pero la dispensación pentecostal llega a su fin, y vemos al apóstol Pablo encadenado a una pared, pero escribiendo las cartas de la prisión.
No hay ningún ángel que descienda a librarle, está preso en Roma, un testimonio de esta magnitud en la corte de Nerón, hubiese sacudido el mundo.
En ese contexto, las lenguas fueron como un adorno del evangelio.
Allí en Pentecostés fueron verdaderos idiomas de más de 15 naciones representadas por judíos cuyos hijos habían nacido en tales países.
En Corinto vemos un caso especial, donde muchos creyentes, que antes visitaban los templos paganos de los dioses y diosas de la ciudad, se convirtieron a Cristo al oír el evangelio.
Entre ellos, algunos sacerdotes y sacerdotisas de aquellos templos.
Ocurre, que tal tipo de sacerdocio, apela a las borracheras, a la embriaguez, cuando de practicar un ritual se trata, y es en medio de tales embriagueces, que hablan en lenguas extrañas a sus dioses.
Allí, en Corinto, se dio el caso de hermanos, que aún, en su proceso de conversión, los espíritus se negaban a abandonar sus cuerpos y más bien los utilizaban para maldecir al Señor en un lenguaje desconocido, leemos:
1Co_12:3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios
llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
El que interpretó esta maldición, hablada en lenguas, notificó a los ancianos de la asamblea, y estos, a su vez, escribieron a Pablo sobre este caso, por lo tanto, les recuerda de dónde procedían estas prácticas, ajenas a los idiomas hablados en Pentecostés, leemos:
1Co 12:2 Sabéis que cuando erais gentiles,
se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.
Pablo, en su respuesta, en el capítulo 14, no descarta que en tal época existiese el don que glorificase a Dios en lenguas, y por lo tanto escribe:
1Co 14:2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
Pero a su vez, lo contrasta con el don de profecía, como un don mayor que edifica y no hace pensar al incrédulo que entra a la congregación, que estamos locos, leemos:
1Co 14:3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
1Co 14:23 Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y
entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
1. El indocto es un creyente nuevo, que aún no tiene la doctrina de Cristo y desconoce la doctrina de la Iglesia.
2. El incrédulo es un visitante.
LA MADUREZ DEL APÓSTOL
1Co 14:18 Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros;
1Co 14:19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros,
que diez mil palabras en lengua desconocida.
1Co 14:20 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
Hoy en día, los niños buscan este tipo de entretenimiento para asombrar a los bobos, pero lo que hacen es desprestigiar el evangelio.
Un asunto muy solemne, de vida o muerte eterna, la Iglesia no es un circo para la entretención de algunos.
Para eso están los payasos.