Con todo el viento que se echan los católicos en persona, en este y otros foros. Del improbable alegato, de que la Biblia la tenemos por obra y gracia de la Romana y el Vaticano. Sin embargo, es un hecho visto constantemente en todos los foros y en el trato personal. Que el católico promedio jamás ha leído la Biblia que según ellos, le debemos a su Político-religiosa organización. Ni siquiera han leído aquellos Libros que se disputa su inspiración; Los llamados no canónicos, 1 y 2 de Macabeos, Sabiduría, Tobías, Esdras etc..
Día tras día, tema tras tema vemos, leemos y oímos a estos citando y apelando a argumentos y documentos fuera de la Biblia. Hay que ver los largo metrajes y mamotretos que traen. Que si nos ponemos a leerlos todos, tendremos que por falta de tiempo dejar de leer nuestra Biblia. Peor aun, (si es que se puede poner esto peor). Si uno se pone a investigar los documentos disponibles en la Internet de la ICAR, no tendría tiempo uno ni para Orar. Que si Clemente (de Alejandría), que si Jerónimo, que si Justino mártir, que si Ireneo, que si este, aquel o tal mas cual, de los llamados «padres»». Los cuales escribieron años después, del ultimo Libro que compone el canon Nuevo Testamentario. Y sin embargo estos mismos, ««patrístico»» cuando escribían; Citaron con tal frecuencia los escritos conocidos del NT. Que alguien ha dicho, que se puede reconstruir el NT casi en su totalidad, con las numerosas y frecuentes citas, que los mencionados patrísticos entre otros mas hicieron.
Estos «patrísticos», frecuente y constantemente citaron a Pablo mayormente, y aun mas los Evangelios. No solo eso sino que todo el liderato que reclamaron algunos de ellos. Se basaba precisamente en reclamar ser discípulos de Juan o Pablo.
Lo mas lógico fuera, si es cierto que la Romana nos trajo la Biblia. Que estos católicos fueran unos expertos en Biblia. Pero todo lo contrario; Su ««magisterio»» o el que se creen tener, es el de la confusión, el enredo y el entuerto. Son expertos en el gazapo y en todo tipo de treta y recurso retórico, para alargar indefinidamente temas que pueden dirimirse en unas pocas paginas. Cosas que hasta los niños en las Iglesias Evangélicas han aprendido y hasta pueden explicar. Estos católicos ni siquiera aluden a los Evangelios, sino que recurren a tal o mas cual, escritos del s. I, II o III. Han abandonado, o se les perdió hace rato todo sentido común. Y por su testaruda y supina ignorancia de aquello que reclaman inusualmente tener, terminan llegando a conclusiones barbáricas y barrabasadas tiradas por los pelos. Que incluso van y atentan contra la naturaleza misma.
Día tras día, tema tras tema vemos, leemos y oímos a estos citando y apelando a argumentos y documentos fuera de la Biblia. Hay que ver los largo metrajes y mamotretos que traen. Que si nos ponemos a leerlos todos, tendremos que por falta de tiempo dejar de leer nuestra Biblia. Peor aun, (si es que se puede poner esto peor). Si uno se pone a investigar los documentos disponibles en la Internet de la ICAR, no tendría tiempo uno ni para Orar. Que si Clemente (de Alejandría), que si Jerónimo, que si Justino mártir, que si Ireneo, que si este, aquel o tal mas cual, de los llamados «padres»». Los cuales escribieron años después, del ultimo Libro que compone el canon Nuevo Testamentario. Y sin embargo estos mismos, ««patrístico»» cuando escribían; Citaron con tal frecuencia los escritos conocidos del NT. Que alguien ha dicho, que se puede reconstruir el NT casi en su totalidad, con las numerosas y frecuentes citas, que los mencionados patrísticos entre otros mas hicieron.
Estos «patrísticos», frecuente y constantemente citaron a Pablo mayormente, y aun mas los Evangelios. No solo eso sino que todo el liderato que reclamaron algunos de ellos. Se basaba precisamente en reclamar ser discípulos de Juan o Pablo.
Lo mas lógico fuera, si es cierto que la Romana nos trajo la Biblia. Que estos católicos fueran unos expertos en Biblia. Pero todo lo contrario; Su ««magisterio»» o el que se creen tener, es el de la confusión, el enredo y el entuerto. Son expertos en el gazapo y en todo tipo de treta y recurso retórico, para alargar indefinidamente temas que pueden dirimirse en unas pocas paginas. Cosas que hasta los niños en las Iglesias Evangélicas han aprendido y hasta pueden explicar. Estos católicos ni siquiera aluden a los Evangelios, sino que recurren a tal o mas cual, escritos del s. I, II o III. Han abandonado, o se les perdió hace rato todo sentido común. Y por su testaruda y supina ignorancia de aquello que reclaman inusualmente tener, terminan llegando a conclusiones barbáricas y barrabasadas tiradas por los pelos. Que incluso van y atentan contra la naturaleza misma.