Hay algo que quizá te ayude a comprender y es lo que dice la palabra en Romanos 10:
"Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."
La palabra está en la boca y en el corazón. Cuando está en el corazón, la boca confiesa esa palabra de salvación, pero no todo el tiempo el que confiesa con la boca lo hace porque la palabra de fe que predicamos esté en su corazón, sino en su mente. Conoce la palabra, habla de la palabra y hasta creer creer en la palabra, pero es de la boca para afuera, como una comprensión de la palabra y no como una convicción que sale de su corazón, donde Dios deposita el mismo la palabra por medio del Espíritu Santo.
Los que no tienen la palabra morando en ellos, en sus corazones, por mas que hablen de ella jamás serán conocidos por Dios, jamás conocerán ni conocieron a Dios y su confesión no sale de una creer en el corazón sino de un conocer en su mente.
Es por ello que el libro de Hebreos nos confirma lo que el profeta dijo miles de años antes:
"Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades"
Dios mismo escribe en nuestros corazones la palabra, no es algo que aprendemos y repetimos, sino algo que conocemos y que ya es parte de nosotros. Esa misma palabra que está en nosotros no nos permite volver atrás, no nos permite dejar de permanecer en El, esta palabra es nuestra firmesa aún en la debilidad, es nuestra salvación, obsequiada y esculpida directamente en nuestro corazón para que el sacrificio de Cristo no se haga vano por el actuar de nuestra carne.
Dios te bendice!
Greivin.