hectorlugo;n3161602 dijo:cristo murio y derramo su sangre ,,,y aunque obviamente hay sufrimiento en el proceso esta establecido que el sufrimiento de por si jamas seria suficiente ,,decser asi Jesus solo hubiese renido que sufrir y no morir ni derramar su sangre ..
la paga del pecado es la muerte y sin derramamiento de sangre no hay remicion de pecados
jesus cumplio ambas cosas ,, es un hecho que aunque vamos camino a la perfeccion nadie muere siendo perfecto por ende , lo que nesecita un santo de Dios para ir al cielo es no tener una actitud de rebelion sino de contriccion arrepentimiento y fe aunque no sea perfecto ,esa perfeccion la recibe el creyente por virtud de la sangre derramada y Dios se encarga siempre de preparar a sus santos para estar en pie delante decsu presencia
no hase falta el purgatorio ,,lasangre de jesus es suficiente para que en menos de un segundo quedemos limpios y preparados el dia q ya Dios conoce desde antes de la fundacion del mundo cuando nos encontremos cara a cara con el ,,una mirada de fe al salvador sera mas q suficiente .. como el ladron ,el cual fue perfeccionado en un instante en su lecho de muerte para estar en el paraiso cuanto mas sus hijos que le sirven y confiesan su nombre dia a dia .
Yo también creo que sin caridad no hay salvación amigo, pero no todos caen en el extremo de la falta total de caridad, hay grados de gravedad en este pecado. Nosotros entendemos que el purgatorio es la continuación de la santificación, que es un sufrimiento por amor, y esa santificación si no se completa en esta vida se completa en la otra. San Pablo advierte del tribunal de Cristo a los Romanos por la falta de caridad (Romanos 14:10), ustedes creen que el tribunal de Cristo no condena, pero no parece coherente con el Evangelio que por falta de amor solo dejemos de recibir una corona, sin sentir aflicción por ello ante la presencia de Jesucristo. No es del pago del pecado lo que sustenta la teología del purgatorio, es una consecuencia teológica de la salvación por medio de la fe en Jesucristo y la caridad que Él demanda de nosotros. El sufrimiento es también pago, pero de las consecuencias de nuestros pecados, como la cicatrización de las heridas. Fuimos perdonados por Jesucristo, pero debemos sanar el Espíritu con su Gracia cada vez que lo ofendemos nuevamente.