Hermano, dices que:
Eso
no responde el argumento textual, porque:
1. Pablo no está hablando de “cosas materiales vs. personas”
En
1 Cor 15:27, Pablo mismo
define su expresión:
Aquí Pablo aclara:
“todas las cosas” = todo excepto Dios
→ una definición técnica.
No depende de si “son cosas” o “son personas”, sino de
lo que Pablo EXCLUYE.
Tu objeción ignora esta aclaración explícita.
2. Si aceptas que Pablo usa τὰ πάντα con excepción del Padre,
entonces
no puedes usar Romanos 9:5 para forzar que “todas las cosas” incluya al Padre.
Es el
mismo autor, usando
la misma frase, y en
ambos contextos habla de
rango y sujeción, no de “objetos”.
3. Romanos 9:5 no resuelve lo que estamos discutiendo
El asunto era:
¿Incluye “todas las cosas” al Padre?
¿Sí o no?
Tu respuesta no toca eso.
Saltaste a:
Pero no estamos discutiendo
eso, sino
cómo Pablo usa τὰ πάντα.
Y tú no has respondido
nada a:
- la definición explícita de Pablo en 1 Cor 15:27,
- su relación con Romanos 9:5,
- la diferencia contextual con Col 1:16.
4. El ejemplo del hijo pródigo ilustra tu confusión
El hijo mayor oía al padre decir:
“Todo lo mío es tuyo.”
Pero:
- el hijo no era el padre,
- ni tenía su autoridad por origen propio,
- ni su ser dependiente lo convertía en “igual al padre”.
Del mismo modo:
“Todo lo del Padre es mío”
no significa
“Soy el Padre”
ni
“Tengo lo que tengo por mi propio origen”.
Es
posesión por concesión, no por autoexistencia.
5. Si quieres seguir el tema honestamente
debemos resolver lo básico:
¿Qué haces con la aclaración de Pablo en 1 Cor 15:27?
Él definió “todas las cosas”.
Tú estás ignorando esa definición.
Hasta que respondas eso, no puedes seguir construyendo nada encima.
Estás confundiendo
ser la vida con
ser la fuente no-derivada de la vida.
Jesús dice
“Yo soy la vida”, y también dice —en el mismo evangelio— que
esa vida le fue dada por el Padre (Jn 5:26).
Afirmar ambas cosas no convierte a Jesús en mentiroso: significa que posee
la misma vida divina, pero
por don del Padre,
exactamente como Él mismo lo enseñó.
Reconocer lo que Jesús dijo de sí mismo no es negar su divinidad, sino
respetar su propia enseñanza y no sustituirla por una lectura que Él jamás hizo.
No hace falta recurrir a etiquetas ni a discursos inflamados.
Lo que estoy haciendo no es “arrianismo”, sino algo mucho más simple:
leer lo que Jesús dijo de sí mismo sin añadirle lo que no dijo.
La Trinidad no se defiende atacando a quien cita Juan 5:26 o 1 Cor 8:6.
La fe no se fortalece ignorando los propios textos que la componen.
Si Jesús afirma:
- que tiene la vida en sí mismo porque el Padre se la dio,
- que vive por el Padre,
- que todo se lo dio el Padre,
entonces repetir lo que Él enseñó no destruye la doctrina: la aclara.
La doctrina se debe construir
desde la Escritura, no
contra palabras explícitas de Jesús.