Así que sigue por donde vas, a ver a dónde llegas, y cuando estés allí, no digas que no te avisaron para tu bien, y quizá entonces entiendas cuál es la verdad, aunque ya no tenga remedio.
Permíteme el chiste entre tanta seriedad "cuando tú vas,, yo ya vengo de allí".
Cuando tú estés en la presencia de Dios, te darás cuenta entonces que siempre fue UNO y el mismo; EL PADRE; el Anciano de Días:
JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS CELESTIALES.
Y entonces verás a su diestra a otro: al HIJO DE DIOS, que es donde siempre estuvo: A LA DIESTRA DE LA MAJESTAD, EN LAS ALTURAS.
Pero te doy una buena noticia: Dios no castiga con el lago de fuego por no creer lo que él siempre fue: UNO.
Aunque es posible que te dé alguna reprimenda por haber creído en tradiciones y en doctrinas de hombres, en lugar de en su Palabra.
Y ahí entenderás mis palabras: cuando tu ibas, yo ya venía de allí. Lo que siempre supe, tu lo descubrirás ya no estando en esta vida.
Pero puedes estar tranquilo: te estrecharé la mano igual cuando eso suceda y sin rencor.