¿Quien fundó la iglesia de Roma?

INFLUENCIA DE CONSTANTINO EN LA OBRA EUSEBIANA


A partir del 312, Eusebio reescribiría cuando menos tres veces más su Historia Eclesiástica, a veces tan sólo superponiendo un nuevo texto o un nuevo descubrimiento bibliográfico, hasta quedar el texto definitivo aproximadamente entre 324-25. Como puede observarse en la simple lectura del texto, la redacción del mismo está afectada por las circuns-tancias políticas que ocurren durante el proceso de las distin-tas revisiones y modificaciones de su Historia. Y es que Eusebio, como ningún otro historiador de la Iglesia (salvo quizá los redactores de las Centurias de Magdeburg o en el siglo XVI), vivió justamente en uno de los períodos más decisivos para la cristiandad como lo fue el ascenso a la monarquía totalitaria y absolutista de Constantino, el primer emperador romano en declararse adepto a la fe cristiana.
Constantino, que recibió un imperio desmembrado y con grandes luchas de poder, vio en las perseguidas y tenaces comunidades cristianas, esparcidas por todo el territorio, el unificador que necesitaba para su gobierno. De tal modo, que cuando muere su padre, Constancio, en 306, e influenciado por su madre, Elena, se declara cristiano y toma bajo su protección y cuidado a los cristianos. Sin duda, como lo demostraron muchas de sus actuaciones posteriores. la decisión de Constantino estaba más signada por intereses políticos que espirituales. Pero lo que nos interesa señalar aquí es que después de casi 300 años de persecución y martirio en manos de emperadores enemigos de la fe, el Cristianismo se convierte, de la noche a la mañana, en la religión misma del Estado.
Eusebio, por su parte, siguiendo el pensamiento de sus maestros Orígenes y Pánfilo, se declaró un decidido partidario de la unión Iglesia-Estado, en lo cual creía ver confirmadas sus convicciones mileniaristas sobre el establecimiento del reino de Dios y el triunfo de la Iglesia. Así, en junio de 325, cuando Constantino, abrogándose un derecho que no poseía (ni siquiera se había bautizado, decisión que postergó hasta el final de su vida), convocó el Concilio de Nicea, el historiador Eusebio habría de tener una participación muy destacada. Fue durante este Concilio, al que asistieron obispos (o ancianos) y líderes de la Iglesia, cuando Eusebio, como obispo de Cesarea, dio lectura al Credo de fe de su Iglesia, el que con ligeras modificaciones llegó a ser adoptado como la declaración de fe de todas las iglesias de la época. A partir de entonces, Eusebio sería uno de los dirigentes eclesiásticos preferidos de Constantino, al punto de ser quien le administró el bautismo. Fue el orador escogido por el emperador para los grandes actos oficiales, razón que convirtió a Eusebio en un influyente cortesano y de gran autoridad en los cambios políticos que se gestaban dentro de la Iglesia imperial.
Asistirnos, de esta manera, al nacimiento de una Iglesia jerarquizada y política que habría de desembocar, con el paso de los años, en lo que se conoce actualmente como la Iglesia Católica Romana, con sus instituciones, dogmas y doctrinas desarrolladas a partir del siglo IV, en las cuales se intenta hacer una fusión con la cultura helénica y las enseñanzas de la Biblia. Aunque desde entonces surgieron mu-chos movimientos cristianos que protestaban contra este Poder político y jerárquico en que se transformaba la Iglesia de Jesucristo, es sólo hasta la Reforma del siglo XVI cuando se inicia formalmente un regreso a las fuentes del puro cristianismo bíblico. Pero lo que nos interesa señalar en este punto es el marco político-religioso en que se desenvuelve la vida de nuestro autor en el momento de redactar su Historia Eclesiástica. El persistente deseo de Eusebio de presentarnos listas de sucesión de los obispos de Alejandría, Roma, Antioquía y Jerusalén -por entonces los cuatro centros de mayor desarrollo de liderazgo y doctrina cristianas-, es una clara muestra del creciente espíritu jerarquizador de algunos dirigentes eclesiásticos, entre ellos Eusebio mismo.
Sin embargo, la Historia Eclesiástica, por encima de estas tedencias que ya apuntaban al posterior desarrollo de la institución romanista, es uno de los documentos más valiosos poseemos los cristianos para conocer y comprender los primeros 300 años de la fe cristiana. De hecho, como ya se puede afirmar con certeza, es el documento más antiguo y autorizado que se conoce sobre la situación de la Iglesia en período tan importante para el cristianismo.


Valentin Gonzalez B.

Prologo de "Historia Eclesiástica I. Eusebio de Cesarea". George Grayling. Ed Clie. (Pgs 9-11)
 
estado - iglesia

estado - iglesia

pero la idea de un estado - iglesia no va en contra del Evangelio de Jesús, quien dijo, mi reino está en este mundo, pero no es de este mundo. Y al hablar de los habitantes de su reino (apóstoles y discípulos) dice: Papá, cuídalos, porque están en un mundo al cual no pertenecen. Y también nos recomiendan: en este mundo ustedes deberán andar como la serpiente y la paloma. ¿Y como el pueblo de DIOS va a pasar de ser perseguido por causa de Cristo a ser perseguidor por causa de Cristo?
 
Eusebio y otros también

Eusebio y otros también

Originalmente enviado por: emaidana
qué le hace pensar a Eusebio lo siguiente:

"...y así él lo indica cuando llama a la ciudad, en forma figurada... "

¿es esto inspirado por el Espíritu Santo.?¿ Y si la epístola citada la tenemos que tomar en forma figurada, entonces qué sacamos en conclusión?

Me parece, o Eusebio dependía de Constantino, al cabo que escribe sobre la inaudita intervención de DIOS en la batalla de dos inconversos ???


Eusebio, como historiador, se basa en autores anteriores a él. Por ejemplo, menciona que Clemente (obispo de Alejandría) hace alusión a este dato en su escrito Hipotiposis, y que con él concuerda Papias (obispo de Hierápolis).

A su vez, Clemente había dicho lo siguiente anteriormente:

“Marcos, mi hijo, los saluda.” Marcos, el discípulo de Pedro, mientras Pedro públicamente predicaba el Evangelio en Roma ofreciendo muchos testimonios de Cristo para que así ellos pudieran memorizar lo que era hablado, escribió enteramente lo dicho por Pedro en lo que se llama el Evangelio según Marcos. Así como también Lucas puede ser reconocido por su estilo, habiendo compuesto los Hechos de los Apóstoles y traducido la Epístola de Pablo a los Hebreos.

(Fragmentos de Clemens Alexandrinus, Comentarios sobre la Primera Epístola de Pedro, [Cap. i.3.])

La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.
 
La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.


¿Cuánto tiempo antes, Eddy?


Creo que tu iglesia afirma que 25 años. ¿Lo crees así tú también?
 
Re: Eusebio y otros también

Re: Eusebio y otros también

Originalmente enviado por: Eddy González
Eusebio, como historiador, se basa en autores anteriores a él. Por ejemplo, menciona que Clemente (obispo de Alejandría) hace alusión a este dato en su escrito Hipotiposis, y que con él concuerda Papias (obispo de Hierápolis).

A su vez, Clemente había dicho lo siguiente anteriormente:

“Marcos, mi hijo, los saluda.” Marcos, el discípulo de Pedro, mientras Pedro públicamente predicaba el Evangelio en Roma ofreciendo muchos testimonios de Cristo para que así ellos pudieran memorizar lo que era hablado, escribió enteramente lo dicho por Pedro en lo que se llama el Evangelio según Marcos. Así como también Lucas puede ser reconocido por su estilo, habiendo compuesto los Hechos de los Apóstoles y traducido la Epístola de Pablo a los Hebreos.
-----------------------------
=============================
Tobi
¿Lucas tradujo la epístola de Pablo a los hebreos? De que idioma la tradujo? Pablo escribió siempre en griego, ¿que necesidad hubo de traducirla? ¿A que idioma la tradujo? Busca información en fuentes mas fiables. La que citas a continuación es falso y lo que pretende es dar por bueno lo que cita de Clemente. Aquello que se basa en una falsedad no puede ser auténtico. En cunto a lo que citas de Pedro tan válido es si Pedro predicara en Roma como si predicase en N.Y.
______________________________

(Fragmentos de Clemens Alexandrinus, Comentarios sobre la Primera Epístola de Pedro, [Cap. i.3.])

La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.

No le des mas vueltas, Eddy. Roma nunca tuvo las características que simbolizan Babilonia, que era el poder político y religioso en una sola mano. En los tiempos apostólicos que coincidieron con la época de mayor esplendor de los Cesares, el Cesar era quien presidia el Senado Romano y como tal era el Pontifex Maximus, lo cual significa que hacía de puente entre las diversas organizaciones sociales reconocidas por dicho Senado. Es decir, políticas y religiosas. Pero él no las gobernaba, quien lo hacía en lo político era el Senado (el Senado, ante las acusaciones contra Neron fué quien le absolvió de las mismas pero Neron que creia que sería condenado se suicidó antes de conocer aquella resolución) En cuanto a lo religioso dicho Senado se limitaba a reconer las diversas formas de religiosidad, dándo el estatus jurídico dentro del Imperio. Si una cosa Roma tenía claro era la separación de Religión y Estado. En tiempos de Cesar Augusto una de las siete ciudades citadas por el Apocalipsis convenció al Senado que era necesario que el Cesar fuese considerado una divinidad (Ausgusto lo toleró pero no lo acepto) en aras de buscar un nexo de unión en todo el Imperio. (No recuerdo cual de ellas fué, aunque creo fué Filadelfia) Entonces se estableció que todos los indivíduos, tuvieran o no el estatus de Ciudadano, rindieran culto al Cesar una vez al año quemando un poco de incienso en los altares edificados en todas las ciudades. Como debes saber esto chocó frontalmente con los cristianos los cuales eran condenados no por su religiosidad sino por lo que se consideraba una defección política. En la Historia de las actuaciones senatoriales solo encontramos una prohibición religiosa: Las famosas bacanales (culto dirigido al dios Dionisios griego o Baco romano) imagina las aberraciones que se debieron cometer para que el Senado -que tenían una manga muy ancha- se decidiera a prohibirlo.
La ciudad que si tenía las características que siombolizaba Babilonia era Jerusalen porque mediante el Sanedrin estaba en manos del Sumo Sacerdote el poder político y el religioso. Así, que, ya sabes desde donde escribió Pedro sus dos cartas y tambien en donde Marcos redactó su evangelio.
Solo la Roma Vaticana tiene la característica de ambos poderes en una sola mano, que es lo que simboliza Babilonia. Esta es la Babilonia del Apocalipsis.
Por otra parte las opiniones de Eusebio u otros se manifiestan a tres siglos de distancia y cuando los medios de comunicación no eran tan rápidos y concisos como los actuales. Tejer una leyenda como la del ¿Quo Vadis? era bastante común. Pruebas históricas fiables, ni una sola.
Mis respetos.
 
Re: Eusebio y otros también

Re: Eusebio y otros también

Originalmente enviado por: Eddy González


La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.


Un detalle que se te escapa estimado Eddy...

Mucho se comenta de que como había persecución, detalles como la estancia de Pedro en Roma, no estén nada claros, pero lo que no es de recibo es que de la muerte de Pedro ¡¡TAMPOCO HAYA DOCUMENTOS FIDEDIGNOS!! ni en vuestra tradición ni en la Historia de la Ciudad de Roma, esto mi querido es mas que concluyente, que Pedro haya estado en Roma carece de importancia, pudo estarlo.... pero no hay pruebas medianamente convincentes de todo eso que le atribuís vosotros, queda claro que Pedro no funda la iglesia de Roma, tirando de ese pequeño hilo, se desmonta ese falso entretejido montado con él y su declaración de Mateo 16:18.

Shalom!!
 
Re: Atanasio, Historia Arianorum, V, 35

Re: Atanasio, Historia Arianorum, V, 35

Originalmente enviado por: Eddy González
Quisiera hacer notar la obvia falacia del título "¡La Iglesia Oriental Afirma la Primacía de Pedro y el Papado!"

Como suele ocurrir en la prensa amarilla, lo que dice en el título no se corresponde con lo que aparece en el texto.

Que los Padres orientales, al igual que los occidentales, considerasen a Pedro el principal de los Doce es cosa acerca de la cual mo hay (o no debiera haber) discusión.

No obstante, es un anacronismo que solamente la ignorancia culposa o la malicia puede explicar el tomar las afirmaciones de los antiguos acerca de la primacía de Pedro como evidencia en favor del papado tal como hoy lo entiende la Iglesia de Roma.

Si se examinan las citas aportadas, la mayoría carente de una extensión apropiada para determinar el contexto (hecho difícilmente accidental) se verá que hablan del Apóstol Pedro personalmente, no de sus presuntos sucesores romanos. La única cita lo suficientemente extensa, la de Cirilo, deja esto bien claro.

Pero, se dirá, la cita de Atanasio alude a Roma como "el trono apostólico".

Afortunadamente, la obra de Atanasio que se cita se encuentra en la colección Nicene and Post-Nicene Fathers(NPNF), 2nd Series. Esta obra de Atanasio es una historia del arrianismo y esta parte, titulada Persecución y caída de Liberio trata de los ataques de los arrianos contra el entonces obispo de Roma. He aquí el párrafo de Atanasio, obispo de Alejandría y defensor máximo de la fe nicena:
quote:


Así, desde el principio ellos no respetaron ni siquiera a Liberio, obispo de Roma, sino que extendieron su furia incluso hasta aquellas partes; no respetaron su obispado, aunque era un trono apostólico; no sintieron reverencia por Roma, aunque es la Metrópolis de Romania[el imperio]; no recordaron que anteriormente en sus cartas ellos habían hablado de sus obispos como de varones apostólicos. Sino que, confundiendo todas las cosas juntas, de pronto se olvidaron de todo y se ocuparon solamente de mostrar su celo por la causa de la impiedad.

Atanasio, Historia Arianorum, V, 35; negritas añadidas.
NPNF, 4:282



Puede verse entonces que, para Atanasio, Roma era un trono apostólico, no exclusivamente; al igual que sus obispos eran "varones apostólicos", tampoco exclusivamente.

Adicionalmente, el párrafo también indica que la reverencia por la sede romana no se debía sólo a la apostolicidad de sus obispos, sino al hecho de ser la capital imperial.

Hace falta algo más que esto para demostrar que la Iglesia Oriental afirmara el papado.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius



Saludos para Jetonius:

En relación a tus afirmaciones, te diré que Atanasio dice que el obispado de Liberio, no Roma (imperial), es ese trono apostólico. Cuando habla del trono apostólico, se refiere claramente al obispado. Cuando habla de la Metrópolis de Romania, se refiere claramente a Roma (imperial) , por causa de que el Emperador ya había caído bajo la influencia hereje arrianista


Maravilloso, pero irrelevante. A ver si queda claro: Atanasio se refiere a la sede episcopal romana como UN trono apostólico, de lo cual se infiere que no era la única sede tenida por apostólica.

Y desde luego, la alusión a la Metrópolis se refiere a la ciudad. Los arrianos no tuvieron respeto ni por el obispado ni por la ciudad. Lo interesante es que Atanasio considere ambas cosas como singularmente graves.


Mira lo que sigue después de tú aportación, teniendo en mente que el Emperador romano ya estaba bajo la influencia de los herejes, y sólo faltaba que el Papa les dejara el camino libre. El Papa, a pesar de que escuchaba a la parte contraria, no era nada dócil en cuestiones de doctrina, ni era significantemente intimidado por el Emperador y sus ayudantes, amenazándolos que si no se sacudían de esa tradición impía, ya no podrían estar presentes en ningún concilio (es significativo notar que los herejes suponían correctamente que si el Papa caía, con él caía toda la Iglesia, lógica que ha sobrevivido hasta el día de hoy) :

(...)

(Atanasio, Historia Arianorum, V, 35-36; mayúsculas añadidas)

Por el contrario, es significativo notar que los herejes arrianos se equivocaron al suponer incorrectamente que si el obispo de Roma capitulaba con él caería toda la Iglesia.

Porque de hecho, el obispo de Roma, Liberio, terminó capitulando, y no obstante el arrianismo fue derrotado.

Sin duda el obispo de Roma, por su importancia, era un blanco primario, pero su caída no arrastró a toda la Iglesia. Otro tanto ocurrió siglos más tarde con la enseñanza monotelita de otro obispo de Roma, Honorio.

Bendiciones en Cristo

Jetonius

<{{{><
 
Re: Eusebio y otros también

Re: Eusebio y otros también

Originalmente enviado por: Eddy González
Eusebio, como historiador, se basa en autores anteriores a él. Por ejemplo, menciona que Clemente (obispo de Alejandría) hace alusión a este dato en su escrito Hipotiposis, y que con él concuerda Papias (obispo de Hierápolis).

A su vez, Clemente había dicho lo siguiente anteriormente:

“Marcos, mi hijo, los saluda.” Marcos, el discípulo de Pedro, mientras Pedro públicamente predicaba el Evangelio en Roma ofreciendo muchos testimonios de Cristo para que así ellos pudieran memorizar lo que era hablado, escribió enteramente lo dicho por Pedro en lo que se llama el Evangelio según Marcos. Así como también Lucas puede ser reconocido por su estilo, habiendo compuesto los Hechos de los Apóstoles y traducido la Epístola de Pablo a los Hebreos.

(Fragmentos de Clemens Alexandrinus, Comentarios sobre la Primera Epístola de Pedro, [Cap. i.3.])

La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.

Es probable que Pedro haya estado en Roma y predicado allí antes de sufrir el martirio. No obstante, que haya sido el fundador de esa congregación local es en extremo improbable (a pesar de la noticia de Ireneo), y mucho menos que haya sido su primer obispo monárquico.

Y aunque lo hubiese sido, no hay ninguna evidencia bíblica de que lo que cualquier singular privilegio que Cristo hubiese otorgado a Pedro fuese transferible en exclusiva a los posteriores obispos de Roma. Esto fue una teoría que los obispos de Roma desarrollaron lentamente a lo largo de siglos, y que jamás fue aceptada universalmente.

Es posible que la historia acerca del origen del Evangelio de Marcos, como basado en las enseñanzas de Pedro, tenga un elemento de verdad.

No obstante, hay que notar también las diferencias en los relatos de Eusebio. En Historia Eclesiástica II, 15:1-2 dice que los que oían a Pedro le rogaron a Marcos que escribiese "un memorial escrito de la doctrina que de viva voz se les había transmitido" (actitud muy sensata, pues ya se sabe cómo la palabra oral está sujeta a distorsión). Pero además dice que cuando Marcos hubo realizado su obra, Pedro se enteró por revelación, "se alegró por la buena voluntad de aquellas gentes y aprobó el escrito para ser leído en las iglesias". A continuación cita a Clemente dee Alejandría y Papías, y luego dice:

De Marcos hace mención Pedro en su primera carta; dicen que ésta la compuso en la misma Roma y que él mismo lo da a entender en ella al llamar a dicha ciudad, metafóricamente, Babilonia, con estas palabras: Os saluda la que está en Babilonia, elegida con vosotros, y mi hijo Marcos (Hist Ecl II, 15:2)

El traductor y editor de la edición de la Historia Eclesiástica de la BAC, el dominico Argimiro Velasco Delgado, cita al pie 1 Pedro 5:13 y añade: "Eusebio no parece estar muy seguro de ambas identificaciones, la de Marcos y la de Babilonia" (p. 89, nota 107).

Por otra parte, la tradición de Papías nada dice que Pedro hubiese aprobado el escrito. Velasco Delgado también nota, a propósito del relato de Papías transmitido por Eusebio (Hist Ecl III, 39:15), que en éste tampoco se menciona "el ruego de los oyentes de Pedro, a quien, de hecho, supone ya muerto" (p. 89, nota 106).

Finalmente, en el fragmento de Clemente conservado por Casiodoro nada se dice de la aprobación del Evangelio por parte de Simón Pedro. El mismo Eusebio, que narra esta aprobación y menciona a Clemente en Hist Ecl II,15:2 dice explícitamente en VI, 14:7, citando ahora más detalladamente a Clemente, que luego de que Marcos escribió y distribuyó su Evangelio, "al enterarse Pedro, ni lo impidió ni lo estimuló".

De modo que estos indicios, interesantes e importantes como son para el historiador, también muestran discrepancias. Por otra parte, ninguno habla de un obispado monárquico de Pedro en Roma, ni mucho menos de transferencia de poderes singulares a presuntos sucesores exclusivos. Por tanto, de ninguna manera pueden justificar las desorbitadas pretensiones de primacía romana.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
origen

origen

De jesus habla todo el antiguo testamento,
Del nuevo pacto hablan todos los profetas,
De la aceptación de los gentiles por parte del Pueblo De Dios habla la Historia Bíblica,
De que Jesús no fue creído por todo Israel queda fiel constancia,
Del mandato eterno del amor a DIOS y al hombre habla nuestra fe.

Pero la Iglesia Católica, Apostólica Romana, de tintes fuertemente griegos y paganos, fundada en tiempos de Constantino, nos brinda de su fundación unos pocos pasajes neotestamentarios, sacados de contexto, e infinidad de textos de historiadores. Pero profecía bíblica alguna: nada.

Muy por el contrario, Jesús dijo: no junten riquezas. Y ya sabemos que hay debajo de los techos de oro del Vaticano.

También es profético que el evangelio no es aceptado por todos, sino que pocos son elegidos, Pero el presunto sucesor apostólico de Pedro siempre intentó evangelizar a través de la espada, la esclavitud y las costumbres.

Y es profético que Pedro, así como era el principal de los Doce, nunca usó ese liderazgo para que le besen las manos, los pies, se arrodillen ante él, lo crean infalible, haga uso de la fuerza, sostenga el celibato, permita que le regalen el pan y la ropa, o pretenda ser el dueño de las llaves de la puerta de los cielos.
 
Aportado por emaidana:
Pero la Iglesia Católica, Apostólica Romana, de tintes fuertemente griegos y paganos, fundada en tiempos de Constantino, nos brinda de su fundación unos pocos pasajes neotestamentarios, sacados de contexto, e infinidad de textos de historiadores. Pero profecía bíblica alguna: nada


No es exactamente así. En realidad fué fundada en el añó 1123 mediante el primer concilio de Letran. O sea 811 años más tarde de la "conversión" de Constantino.
Bendiciones
 
La conclusión que sacamos al decir que Roma era Babilonia (en sentido figurado según 1 Pedro) es que Pedro sencillamente estuvo y predicó en Roma antes de morir en esa ciudad.


Maripaz dice:

¿Cuánto tiempo antes, Eddy?

Creo que tu iglesia afirma que 25 años. ¿Lo crees así tú también?


25 años es exactamente el cálculo que se ha hecho de la duración del obispado de Pedro en Roma, con la aclaración de que ciertos eventos lo obligaron a salir de la ciudad en más de una ocasión.
 
Tobi dice:

¿Lucas tradujo la epístola de Pablo a los hebreos? De que idioma la tradujo? Pablo escribió siempre en griego, ¿que necesidad hubo de traducirla? ¿A que idioma la tradujo? Busca información en fuentes mas fiables. La que citas a continuación es falso y lo que pretende es dar por bueno lo que cita de Clemente. Aquello que se basa en una falsedad no puede ser auténtico. En cunto a lo que citas de Pedro tan válido es si Pedro predicara en Roma como si predicase en N.Y.

Eso es exactamente lo que dice Clemente. Yo sólo repetí sus palabras. Para tu información (aunque ese no sea el tema que tenemos), la traducción se hizo del hebreo al griego. La Epístola a los Hebreos fue escrita para los hebreos en hebreo, y Lucas cuidadosamente la tradujo para beneficio de los griegos. Si a eso lo llamas falso, será talvez porque crees ser mejor historiador que Clemente y Eusebio.

Tobi dice:

No le des mas vueltas, Eddy. Roma nunca tuvo las características que simbolizan Babilonia, que era el poder político y religioso en una sola mano. En los tiempos apostólicos que coincidieron con la época de mayor esplendor de los Cesares, el Cesar era quien presidia el Senado Romano y como tal era el Pontifex Maximus, lo cual significa que hacía de puente entre las diversas organizaciones sociales reconocidas por dicho Senado. Es decir, políticas y religiosas. Pero él no las gobernaba, quien lo hacía en lo político era el Senado (el Senado, ante las acusaciones contra Neron fué quien le absolvió de las mismas pero Neron que creia que sería condenado se suicidó antes de conocer aquella resolución) En cuanto a lo religioso dicho Senado se limitaba a reconer las diversas formas de religiosidad, dándo el estatus jurídico dentro del Imperio. Si una cosa Roma tenía claro era la separación de Religión y Estado. En tiempos de Cesar Augusto una de las siete ciudades citadas por el Apocalipsis convenció al Senado que era necesario que el Cesar fuese considerado una divinidad (Ausgusto lo toleró pero no lo acepto) en aras de buscar un nexo de unión en todo el Imperio. (No recuerdo cual de ellas fué, aunque creo fué Filadelfia) Entonces se estableció que todos los indivíduos, tuvieran o no el estatus de Ciudadano, rindieran culto al Cesar una vez al año quemando un poco de incienso en los altares edificados en todas las ciudades. Como debes saber esto chocó frontalmente con los cristianos los cuales eran condenados no por su religiosidad sino por lo que se consideraba una defección política. En la Historia de las actuaciones senatoriales solo encontramos una prohibición religiosa: Las famosas bacanales (culto dirigido al dios Dionisios griego o Baco romano) imagina las aberraciones que se debieron cometer para que el Senado -que tenían una manga muy ancha- se decidiera a prohibirlo.
La ciudad que si tenía las características que siombolizaba Babilonia era Jerusalen porque mediante el Sanedrin estaba en manos del Sumo Sacerdote el poder político y el religioso. Así, que, ya sabes desde donde escribió Pedro sus dos cartas y tambien en donde Marcos redactó su evangelio.
Solo la Roma Vaticana tiene la característica de ambos poderes en una sola mano, que es lo que simboliza Babilonia. Esta es la Babilonia del Apocalipsis.
Por otra parte las opiniones de Eusebio u otros se manifiestan a tres siglos de distancia y cuando los medios de comunicación no eran tan rápidos y concisos como los actuales. Tejer una leyenda como la del ¿Quo Vadis? era bastante común. Pruebas históricas fiables, ni una sola.


Primeramente, quiero recordarte tus palabras:

No hay ni la más mínima prueba que Pedro escribiese sus cartas desde Roma. Cítame a un solo historiador serio, sea o no católico, que afirme tal cosa.

Y eso es precisamente lo que he hecho.

Ahora, quisiera que tú por favor me cites un historiador que afirme que Pedro se haya referido a Jerusalén, y no a Roma, en forma figurada como Babilonia en 1 Pedro y, por consecuencia, que él estuviera en Jerusalén cuando escribió sus cartas.

Si me dieran a escoger entre tu opinión (a 18 siglos de distancia de los hechos) y la de los Padres ( a 2 ó 3 siglos de distancia, según el personaje), por seguro que escojo la de estos últimos.
 
Toni dice:

Un detalle que se te escapa estimado Eddy...

Mucho se comenta de que como había persecución, detalles como la estancia de Pedro en Roma, no estén nada claros, pero lo que no es de recibo es que de la muerte de Pedro ¡¡TAMPOCO HAYA DOCUMENTOS FIDEDIGNOS!! ni en vuestra tradición ni en la Historia de la Ciudad de Roma, esto mi querido es mas que concluyente, que Pedro haya estado en Roma carece de importancia, pudo estarlo.... pero no hay pruebas medianamente convincentes de todo eso que le atribuís vosotros, queda claro que Pedro no funda la iglesia de Roma, tirando de ese pequeño hilo, se desmonta ese falso entretejido montado con él y su declaración de Mateo 16:18.


Veo que tú también eres de aquellos que no creen que los Padres de la Iglesia y sus escritos sean fidedignos y convincentes. Para mí lo son. La veracidad de un hecho histórico descansa sobre la evidencia de testigos impecables. La veracidad y la certeza del hecho no son perjudicadas por algunos detalles difíciles de explicar. La presencia y muerte de Pedro en Roma es uno de esos hechos históricos.
 
En relación a tus afirmaciones, te diré que Atanasio dice que el obispado de Liberio, no Roma (imperial), es ese trono apostólico. Cuando habla del trono apostólico, se refiere claramente al obispado. Cuando habla de la Metrópolis de Romania, se refiere claramente a Roma (imperial) , por causa de que el Emperador ya había caído bajo la influencia hereje arrianista

Jetonius dice:

Maravilloso, pero irrelevante. A ver si queda claro: Atanasio se refiere a la sede episcopal romana como UN trono apostólico, de lo cual se infiere que no era la única sede tenida por apostólica.

Tienes razón: el obispado en Roma, no era ni dos ni tres, sino UN trono apostólico. Donde hay Un obispado, hay UN trono apostólico, lo cual comprueba la naturaleza apostólica de toda la Iglesia. Eso queda claro.

Jetonius dice:

Y desde luego, la alusión a la Metrópolis se refiere a la ciudad. Los arrianos no tuvieron respeto ni por el obispado ni por la ciudad. Lo interesante es que Atanasio considere ambas cosas como singularmente graves.

Claro que ambas cosas eran graves, y por la siguiente razón: Los herejes arrianos usaban al emperador en contra de Liberio. Ellos ganaron control sobre el emperador con quien querían manipular a Liberio para que cediera y dejara el camino libre a los herejes.

Mira lo que sigue después de tú aportación, teniendo en mente que el Emperador romano ya estaba bajo la influencia de los herejes, y sólo faltaba que el Papa les dejara el camino libre. El Papa, a pesar de que escuchaba a la parte contraria, no era nada dócil en cuestiones de doctrina, ni era significantemente intimidado por el Emperador y sus ayudantes, amenazándolos que si no se sacudían de esa tradición impía, ya no podrían estar presentes en ningún concilio (es significativo notar que los herejes suponían correctamente que si el Papa caía, con él caía toda la Iglesia, lógica que ha sobrevivido hasta el día de hoy) :

(...)

(Atanasio, Historia Arianorum, V, 35-36; mayúsculas añadidas)

Jetonius dice:

Por el contrario, es significativo notar que los herejes arrianos se equivocaron al suponer incorrectamente que si el obispo de Roma capitulaba con él caería toda la Iglesia.

Porque de hecho, el obispo de Roma, Liberio, terminó capitulando, y no obstante el arrianismo fue derrotado.

Sin duda el obispo de Roma, por su importancia, era un blanco primario, pero su caída no arrastró a toda la Iglesia. Otro tanto ocurrió siglos más tarde con la enseñanza monotelita de otro obispo de Roma, Honorio.


Lo siento, pero no es así como tú dices: El Papa Liberio nunca capituló o cayó (aunque esas eran las intenciones de sus opositores).

Te diré el porqué. Después que fracasaron en convencerlo “a las buenas” (por medio del soborno), el Emperador Constancio, en el año 355, lo capturó y lo mandó a un exilio forzado por dos razones: (1) por mantener tenazmente la definición de fe nicena, y (2) por negarse a condenar a Atanasio de Alejandría. Liberio fue alejado físicamente de su sede a la fuerza, pero su autoridad como Obispo de Roma prevaleció y eso no permitió la caída definitiva de toda la Iglesia (parece que a los arrianos y al emperador se les pasó por alto ese detalle, que la autoridad del Papa va más allá de su mera presencia física en su sede).

Los presbíteros de Roma declararon solemnemente que no reconocerían a ningún otro Obispo de Roma mientras Liberio estuviera con vida. El emperador, creyendo tener autoridad absoluta sobre la Iglesia como si se tratara de un gobierno civil, quiso imponer sus propios obispos con tendencias arrianas. Pero al final vemos cómo los miembros de la Iglesia de Roma resistieron los avances agresivos de los arrianos y del emperador.

Como ves, ser capturado y exiliado a la fuerza no es lo mismo que capitular. Liberio no capituló, y por eso la Iglesia se mantuvo. Al final, Liberio regresó victoriosamente a su sede con el apoyo de toda la asamblea en Roma. Ni el Papa ni la Iglesia cayeron.

Jetonius dice:

Es probable que Pedro haya estado en Roma y predicado allí antes de sufrir el martirio. No obstante, que haya sido el fundador de esa congregación local es en extremo improbable (a pesar de la noticia de Ireneo), y mucho menos que haya sido su primer obispo monárquico.

Y aunque lo hubiese sido, no hay ninguna evidencia bíblica de que lo que cualquier singular privilegio que Cristo hubiese otorgado a Pedro fuese transferible en exclusiva a los posteriores obispos de Roma. Esto fue una teoría que los obispos de Roma desarrollaron lentamente a lo largo de siglos, y que jamás fue aceptada universalmente.


La idea de la sucesión tiene bases bíblicas y tiene como propósito la continuación ininterrumpida de la obra. Jesús acepta la sucesión de Moisés por parte de los maestros de la Ley y los fariseos (Mt 23:2-3) ; Pedro, citando el libro de los Salmos y con la cooperación de los demás apóstoles, asegura un sucesor apostólico de Judas eligiendo a Matías (Hch 1:15-26) ; Pablo reconoce en su discípulo Timoteo a alguien que después instruirá a otros sus enseñanzas sobre Jesucristo (2 Tim 2:2), y en su discípulo Tito a alguien que establecerá presbíteros en todas las ciudades, según sus instrucciones (Tit 1:5).

Jetonius dice:

Es posible que la historia acerca del origen del Evangelio de Marcos, como basado en las enseñanzas de Pedro, tenga un elemento de verdad.

No obstante, hay que notar también las diferencias en los relatos de Eusebio. En Historia Eclesiástica II, 15:1-2 dice que los que oían a Pedro le rogaron a Marcos que escribiese "un memorial escrito de la doctrina que de viva voz se les había transmitido" (actitud muy sensata, pues ya se sabe cómo la palabra oral está sujeta a distorsión). Pero además dice que cuando Marcos hubo realizado su obra, Pedro se enteró por revelación, "se alegró por la buena voluntad de aquellas gentes y aprobó el escrito para ser leído en las iglesias". A continuación cita a Clemente dee Alejandría y Papías, y luego dice:


De Marcos hace mención Pedro en su primera carta; dicen que ésta la compuso en la misma Roma y que él mismo lo da a entender en ella al llamar a dicha ciudad, metafóricamente, Babilonia, con estas palabras: Os saluda la que está en Babilonia, elegida con vosotros, y mi hijo Marcos (Hist Ecl II, 15:2)

El traductor y editor de la edición de la Historia Eclesiástica de la BAC, el dominico Argimiro Velasco Delgado, cita al pie 1 Pedro 5:13 y añade: "Eusebio no parece estar muy seguro de ambas identificaciones, la de Marcos y la de Babilonia" (p. 89, nota 107).

Esa es la opinión de tal traductor y editor, según el texto que has compartido, más no niega la alusión a Roma de parte de Pedro cuando la llama Babilonia, lo cual sigue siendo mi argumento.

Jetonius dice:

Por otra parte, la tradición de Papías nada dice que Pedro hubiese aprobado el escrito. Velasco Delgado también nota, a propósito del relato de Papías transmitido por Eusebio (Hist Ecl III, 39:15), que en éste tampoco se menciona "el ruego de los oyentes de Pedro, a quien, de hecho, supone ya muerto" (p. 89, nota 106).

Finalmente, en el fragmento de Clemente conservado por Casiodoro nada se dice de la aprobación del Evangelio por parte de Simón Pedro. El mismo Eusebio, que narra esta aprobación y menciona a Clemente en Hist Ecl II,15:2 dice explícitamente en VI, 14:7, citando ahora más detalladamente a Clemente, que luego de que Marcos escribió y distribuyó su Evangelio, "al enterarse Pedro, ni lo impidió ni lo estimuló".


Todo eso que mencionas no afecta la validez como Palabra de Dios de lo que conocemos como el Evangelio de Marcos, porque como verás, en la Biblia siempre ha aparecido como libro inspirado.

Jetonius dice:

De modo que estos indicios, interesantes e importantes como son para el historiador, también muestran discrepancias. Por otra parte, ninguno habla de un obispado monárquico de Pedro en Roma, ni mucho menos de transferencia de poderes singulares a presuntos sucesores exclusivos. Por tanto, de ninguna manera pueden justificar las desorbitadas pretensiones de primacía romana.

Si buscas diferencias en los escritos, claro que las encontrarás y que eso no te extrañe siempre y cuando la idea principal no sea afectada. Si pones atención también encontrarás diferencias aún entre los cuatro Evangelios sin que eso afecte su idea principal. Pero como ya dije anteriormente, la veracidad de un hecho histórico descansa sobre la evidencia de testigos impecables. La veracidad y la certeza del hecho no son perjudicadas por algunos detalles difíciles de explicar.
 
Originalmente enviado por: Eddy González
Maripaz dice:

¿Cuánto tiempo antes, Eddy?

Creo que tu iglesia afirma que 25 años. ¿Lo crees así tú también?


25 años es exactamente el cálculo que se ha hecho de la duración del obispado de Pedro en Roma, con la aclaración de que ciertos eventos lo obligaron a salir de la ciudad en más de una ocasión.


¿En base a qué se han hecho esos cálculos?

¿Qué eventos le obligaron a salir de Roma?

¿En qué años?

¿De qué año a qué año estuvo Pedro en Roma?
 
Originalmente enviado por: Maripaz
¿En base a qué se han hecho esos cálculos?

¿Qué eventos le obligaron a salir de Roma?

¿En qué años?

¿De qué año a qué año estuvo Pedro en Roma?

En la lista de 'papas' que ofrecen los católicos, todos los papas menos Pedro tienen un año de entrada y otro de salida, lo que demuestra que no tienen pruebas medianamente convincentes de que lo que enseñan con el primado de Pedro sea cierto... son solo conjeturas...

Shalom!!
 
LIBERIO

LIBERIO

Originalmente enviado por: Eddy González
Jetonius dice:

Maravilloso, pero irrelevante. A ver si queda claro: Atanasio se refiere a la sede episcopal romana como UN trono apostólico, de lo cual se infiere que no era la única sede tenida por apostólica.

(Eddy) Tienes razón: el obispado en Roma, no era ni dos ni tres, sino UN trono apostólico. Donde hay Un obispado, hay UN trono apostólico, lo cual comprueba la naturaleza apostólica de toda la Iglesia. Eso queda claro.


Hueca retórica. El punto que elude con singular cuidado es que no solamente la sede romana era considerada apostólica, ni siquiera mucho después de Atanasio.

Por ejemplo, en su retractación en el II Concilio de Nicea (787), el obispo Basilio de Ancira dijo:

Por tanto yo, Basilio, obispo de la ciudad de Ancira, proponiéndome estar unido a la Iglesia Católica, y a Adriano el santísimo papa de la Antigua Roma, y a Tarasio el beatísimo Patriarca, y a las santísimas sedes apostólicas, a saber, Alejandría, Antioquía y la Ciudad Santa [Jerusalén], así como a todos los sumos sacerdotes y sacerdotes ortodoxos, hago esta confesión escrita de mi fe, y la ofrezco a vosotros que habéis recibido poder por autoridad apostólica.

NPNF 2, 14:532


Jetonius dice:

Y desde luego, la alusión a la Metrópolis se refiere a la ciudad. Los arrianos no tuvieron respeto ni por el obispado ni por la ciudad. Lo interesante es que Atanasio considere ambas cosas como singularmente graves.

Claro que ambas cosas eran graves, y por la siguiente razón: Los herejes arrianos usaban al emperador en contra de Liberio. Ellos ganaron control sobre el emperador con quien querían manipular a Liberio para que cediera y dejara el camino libre a los herejes.


Pasa por alto el detalle de que el emperador (Constancio) no residía por entonces en Roma, sino en Arles.

Jetonius dice:

Por el contrario, es significativo notar que los herejes arrianos se equivocaron al suponer incorrectamente que si el obispo de Roma capitulaba con él caería toda la Iglesia.

Porque de hecho, el obispo de Roma, Liberio, terminó capitulando, y no obstante el arrianismo fue derrotado.

Sin duda el obispo de Roma, por su importancia, era un blanco primario, pero su caída no arrastró a toda la Iglesia. Otro tanto ocurrió siglos más tarde con la enseñanza monotelita de otro obispo de Roma, Honorio.



(Eddy) Lo siento, pero no es así como tú dices: El Papa Liberio nunca capituló o cayó (aunque esas eran las intenciones de sus opositores).

Te diré el porqué. Después que fracasaron en convencerlo “a las buenas” (por medio del soborno), el Emperador Constancio, en el año 355, lo capturó y lo mandó a un exilio forzado por dos razones: (1) por mantener tenazmente la definición de fe nicena, y (2) por negarse a condenar a Atanasio de Alejandría. Liberio fue alejado físicamente de su sede a la fuerza, pero su autoridad como Obispo de Roma prevaleció y eso no permitió la caída definitiva de toda la Iglesia (parece que a los arrianos y al emperador se les pasó por alto ese detalle, que la autoridad del Papa va más allá de su mera presencia física en su sede).

Los presbíteros de Roma declararon solemnemente que no reconocerían a ningún otro Obispo de Roma mientras Liberio estuviera con vida. El emperador, creyendo tener autoridad absoluta sobre la Iglesia como si se tratara de un gobierno civil, quiso imponer sus propios obispos con tendencias arrianas. Pero al final vemos cómo los miembros de la Iglesia de Roma resistieron los avances agresivos de los arrianos y del emperador.

Como ves, ser capturado y exiliado a la fuerza no es lo mismo que capitular. Liberio no capituló, y por eso la Iglesia se mantuvo. Al final, Liberio regresó victoriosamente a su sede con el apoyo de toda la asamblea en Roma. Ni el Papa ni la Iglesia cayeron.

Esto es «historia» alla romana. La fe de la Iglesia se mantuvo a pesar de la defección transitoria de Liberio, que finalizó solamente después de que murió el emperador Constancio.

He aquí los hechos:


Luego de las decisiones de Nicea, la cuestión arriana no quedó definitivamente zanjada, ni mucho menos. Cuando los arrianos ganaron las simpatías del nuevo emperador, Constancio, quien presionó a los obispos ortodoxos de Occidente para que condenasen a Atanasio, obispo de Alejandría y campeón de la fe nicena. La mayoría de los obispos claudicaron, y Liberio, obispo de Roma (352-366), quien se resistía a condenar a Atanasio sin escucharle primero, fue como muchos otros deportado a Asia.

Tras dos años de exilio, Liberio finalmente claudicó y suscribió una confesión de fe que, si bien era ambigua, era aceptable a los arrianos. La fórmula que Liberio firmó era una redactada por los obispos de la corte, la misma que el anciano Osio, obispo de Córdoba y antes consejero de Constantino, había sido obligado suscribir.

Lo que no resultó ambigua fue su condena de Atanasio. Liberio les escribió a los arrianos como sus “amadísimos hermanos” y se disculpó por haber defendido a Atanasio, sobre la base de que su predecesor, Julio, así lo había hecho. Decía: “Yo no defiendo a Atanasio... habiendo sabido cuando le plugo a Dios, que lo habéis condenado justamente, asentí a vuestra sentencia. Así que, habiendo sido Atanasio expulsado de la comunión de todos nosotros, de manera tal que no voy siquiera a recibir sus cartas, digo que estoy muy en paz y concordia con todos vosotros, y con todos los obispos orientales en las provincias. Pero para que sepáis mejor que en esta carta hablo en la verdadera fe lo mismo que mi común señor y hermano, Demófilo, quien fue tan bueno de conceder mostrarme vuestro credo católico, el cual en Sirmia fue por muchos de nuestros hermanos considerado, establecido y recibido por todos los presentes: esto recibí con mente bien dispuesta, sin contradecir nada. A esto le doy mi asentimiento; esto es lo que sigo; esto es sostenido por mí... Os ruego que obréis conjuntamente para que pueda ser librado de este exilio y pueda volver a la sede que me fue confiada por Dios.”

Testigos de la defección de Liberio son el propio Atanasio, Hilario de Poitiers, Jerónimo, Hermias Sozomeno, Faustino y Marcelino.

Atanasio menciona la resistencia inicial de Liberio (quien “era consciente de la conspiración formada contra nosotros” y su claudicación después de dos años de exilio (Apología contra los arrianos, 89). En otra parte (Historia de los arrianos, 41) dice: “Así se esforzaron [los conspiradores arrianos] al principio para corromper la Iglesia de los romanos, deseando introducir la impiedad en ella así como en otras. Pero Liberio, después de haber estado en el exilio dos años, cedió, y por miedo a la amenaza de muerte suscribió. Aún así, esto sólo muestra la conducta violenta, y el odio de Liberio contra la herejía, y su apoyo de Atanasio, mientras se le permitió ejercitar una libre elección.”
Evidentemente Liberio no estaba hecho de la misma madera que algunos de sus antecesores y obispos contemporáneos, capaces de enfrentar el martirio por causa de su fe.

Jerónimo, en su Vidas de Varones Ilustres (97), dice: “Fortunatiano, africano de nacimiento, obispo de Aquilia durante el reino de Constancio, ... , es detestado porque, cuando Liberio obispo de Roma fue exiliado por la fe, fue inducido por la insistencia de Fortunatiano a suscribir la herejía.”

Sozomeno en su Historia de la Iglesia (IV,15) dice que Liberio había escrito una confesión de fe ortodoxa que fue aprobada “partcialmente”. “Pues cuando Eudoxio y sus partidarios en Antioquía, quienes favorecían la herejía de Aecio, recibieron la carta de Osio, circularon el informe de que Liberio había renunciado al término ‘consubstancial’ y había admitido que el Hijo es disimilar con el Padre. Luego de que estas sanciones habían sido hechas por los obispos occidentales, el emperador permitió a Liberio retornar a Roma.”

Faustino y Marcelino presentaron a los emperadores un librito en 383, en el que se contaba que dos años después de haber sido exiliado Liberio, Constancio visitó Roma. Cuando la gente le preguntó por Liberio, el emperador respondió que volvería, y mejor que cuando había partido. “De esta manera”, dicen los autores, “aludió el emperador al consentimiento de Liberio, mediante el cual estrechó las manos de la perfidia.”

Hilario de Poitiers, quien transcribe la carta de Liberio citada antes, interrumpe la transcripción con palabras muy severas: “Esta es la infidelidad arriana”, “anatema, te digo, Liberio y tus cómplices”, “de nuevo, por tercera vez, anatema al prevaricador Liberio.” Escribiendo a Constancio en 360, dice Hilario: “No sé si cometiste mayor impiedad cuando lo exiliaste [a Liberio] que cuando lo restauraste.”

La defección de Liberio era reconocida por los martirologios y breviarios romanos, hasta que en el siglo XVI –supongo que al calor de la controversia religiosa- fueron quitados. En uno de ellos se dice “Liberio, papa, había expresado su conformidad con la perfidia arriana.” Lo mismo reconoce Baronio en sus Anales (56:57).

Tomando en cuenta todos los datos, parece correcto afirmar que Liberio no era arriano en su corazón. Esto no lo exonera del hecho de haber suscripto el arrianismo y la condenación a Atanasio con tal de recuperar su sede. En otras palabras, aceptó lo que sabía que era injusto y erróneo , y lo comunicó oficialmente a los obispos orientales, para poder retornar a Roma, como efectivamente lo hizo. En esta compleja situación histórica, lo menos que puede decirse del obispo de Roma es que hizo un papel muy pobre y no defendió la ortodoxia nicena, que hubo de ser sostenida contra viento y marea por el obispo de Alejandría, Atanasio.

El historiador J.N.D. Kelly explica que tras ser exiliado a Berea en Tracia, Liberio

... a medida que pasaban los meses y el obispo local trabajaba en él, su moral se colapsó y, en doloroso contraste con su actitud previamente resuelta, ahora consintió en la excomunión de Atanasio, aceptó el ambiguo Primer Credo de Sirmio (que omitía el niceno «uno en ser con el Padre) e hizo abyecta sumisión al emperador. Su capitulación es patéticamente reflejada en cuatro cartas que escribió desde el exilio en la primavera de 537 a obispos arrianos, las cuales sugieren que estaba pronto a pagar casi cualquier precio para volver al hogar.

Si bien Liberio fue muy bien recibido en Roma, Kelly observa:

A pesar de su triunfo personal en Roma, empero, él estaba gravemente comprometido en la iglesia en su conjunto; por varios años el liderazgo en occidente pasó efectivamente a otras manos. Quizás por esto, pero también porque había dos obispos en Roma, Liberio no fue invitado, ni envió delegados, al sínodo de Rímini (359) en el cual los obispos occidentales fueron finalmente forzados a aceptar un credo arrianizante.

Oxford Dictionary of Popes (1986), p. 31.


Liberio claudicó y traicionó a Atanasio, y solamente retornó a la ortodoxia cuando las condiciones políticas le ahorraron el costo de la fidelidad. ¡Qué diferente de Atanasio!

Se me acabó el tiempo. Luego continúo.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 

Pedro no estuvo 25 años en Roma como afirma la iglesia católica romana.

a) En el año 44 Pedro fue encarcelado. Ver HECHOS capitulo 12.

b) En el año 48 escribió su primera epístola desde Babilonia. Ver 1ª PEDRO 5:13.

c) En el año 52 Pedro asistió al concilio de Jerusalén. Ver HECHOS 1:15.

d) En el año 53 Pedro estuvo con Pablo en Antioquía. Ver GÁLATAS capitulo 2.

e) En el año 58 Pablo escribió su epístola a los romanos sin mencionar a Pedro, aunque envía saludos a 27 personas en Roma. Ver ROMANOS capitulo 16.

f) En el año 61 Pablo fue llevado preso a Roma, varias personas le fueron a ver pero no menciona nunca a Pedro. Ver HECHOS 28:15.

 
mmmmm

mmmmm

eddy gonzalez dice:
Veo que tú también eres de aquellos que no creen que los Padres de la Iglesia y sus escritos sean fidedignos y convincentes. Para mí lo son. La veracidad de un hecho histórico descansa sobre la evidencia de testigos impecables. La veracidad y la certeza del hecho no son perjudicadas por algunos detalles difíciles de explicar. La presencia y muerte de Pedro en Roma es uno de esos hechos históricos.

edgardo dice:
Si tu y la Iglesia Catolica toman a los Padres de la Iglesia como fidedignos y convincentes, por qué no creen en algunos escritos de ellos. Por ejemplo todos aquellos que reconocen que la roca es la revelación que recibió Pedro: Jesús es el Hijo de DIOS, el Ungido y UNICO mediador entre El hombrey DIOS
 
Re: mmmmm

Re: mmmmm

Originalmente enviado por: emaidana
eddy gonzalez dice:
Veo que tú también eres de aquellos que no creen que los Padres de la Iglesia y sus escritos sean fidedignos y convincentes. Para mí lo son. La veracidad de un hecho histórico descansa sobre la evidencia de testigos impecables. La veracidad y la certeza del hecho no son perjudicadas por algunos detalles difíciles de explicar. La presencia y muerte de Pedro en Roma es uno de esos hechos históricos.

edgardo dice:
Si tu y la Iglesia Catolica toman a los Padres de la Iglesia como fidedignos y convincentes, por qué no creen en algunos escritos de ellos. Por ejemplo todos aquellos que reconocen que la roca es la revelación que recibió Pedro: Jesús es el Hijo de DIOS, el Ungido y UNICO mediador entre El hombrey DIOS

Jetonius nos ha mostrado que la gran mayoría de los llamados Padres de la Iglesia afirman que no hay mas roca o piedra que Cristo y que el ser roca se basa en la fe en él. Así, los católicos lo tienen crudo cuando intentan investigar fuera de las páginas web que citan parcialmente a alguno de los dichos padres.
Es imposible defender aquello que nunca existió.
Bendiciones emaidana