Re: ¿Quién Escribió el Nuevo Testamento?
LEAL:
Respeto que usted crea en ello, pero yo en lo personal no puedo estar de acuerdo. Verá, una fuente de información histórica es más certera en cuanto sus autores estuvieron más cerca de los hechos narrados. Por ello, es bien importante saber quiénes escribieron qué.
Porque si nos quedamos en que están de acuerdo en lo escencial, entonces debemos creerle a los Sutras porque están de acuerdo en lo escencial. Debemos creerle al Corán porque "Ahí lo dice" sin importar quién lo escribió. Si leemos los documentos nazistas, entonces los judíos merecían la muerte porque "ahí dice" y todos coinciden en ese detalle, ¿qué importarían entonces los detalles y la identidad de quienes escriben?
En realidad los detalles importan e importan bastante, los detalles nos hablan de la realidad de lo dicho, los detalles nos hablan de la confiabilidad de los escritores, saber los escritores no habla de las interpretaciones del contenido. Aunque respeto su postura, yo no puedo decir: ¿Qué importa quién fue, qué importa que estén llenos de contradicciones? Lo que importa es que están de acuerdo en ese detalle. Y no puedo decir eso, aun menos sobre un libro que pretende que lo use como base de vida, que afirma que si no lo sigo podré condenar mi existencia, que pide que cambie mi manera de vivir. La mía y la de millones.
Finalmente sobre esto, no es difícil coincidir en la mitología cultural. Si usted lee textos griegos antiguos (puede leer las obras de Sófocles, los textos de Eurípides, la historia de Herodoto y las narraciones de Homero) verá que todos coinciden en que Zeus es el creador de todo lo existente y amo de los cielos, juez de la humanidad y padre amoroso. Y TODOS van a coincidir con ello. Si no importan los detalles, sino los detalles de concordancia, entonces tenemos que creer con los ojos cerrados la existencia de Zeus.
¡No, claro que no! Sencillamente entendemos que todos los escritores mencionados seguían la misma mitología religiosa y que ésta tiene detalles coincidentes más allá de interpretaciones y percepciones. Entonces, si sabemos quiénes la escribieron, si todos esos textos concuerdan y si "ahí lo dice" siguiendo su postura deberíamos creer en Zeus a ojos cerrados.
No, en realidad lo que pasa, repito, es que todos seguían la misma religión. Del mismo modo, los evangelistas cristianos, conociendo el mito de Cristo, fácilmente pudieron escribir todos ellos su propia versión de la historia respetando, desde luego, los puntos centrales del mito. Pero no podemos dejar de considerar otros evangelios (de los apócrifos) que, aun teniendo detalles similares a los evangelios canónicos (que a su parecer es todo lo que importa), nos hablan de un Jesús que considera a Zeus como real, por poner un solo ejemplo.
Si hubiese sido claramente el Mesías prometido no existiría el judaismo. Los judíos tienen muchos y muy buenos argumentos de porque Jesús no es el Mesías. Como cristiano usted podrá decirme que los judíos se niegan a aceptar a Jesús, o podría decirme que están interpretando mal las escrituras. Pero ellos, a su vez, pueden argumentar que son los cristianos los que interpretan mal los escrituras. Y la cosa se pone peor cuando los musulmanes aseguran que ambos (judíos y cristianos) interpretan mal las escrituras. Y cada uno de los tres grupos dirá que los otros están mal.
Ya sé que a usted sólo le interesa lo que usted cree y no lo que todos los demás digan. Pero si los demás lo dicen por algo será y es que platicar con un rabino durante hora y media de porque Jesús no es el Mesías es una experiencia interesante, sobre todo por la cantidad de datos que pueden aportar al respecto. No es una cerrazón ni un capricho, vaya, tienen muy buenos argumentos sobre los cuales sostenerse.
Entonces este punto uno es válido sólo para los cristianos quienes lo ven bajo ojos cristianos y con interpretaciones cristianas. Pero no podemos decir que el Nuevo Testamento por sí mismo lo logre. Necesita que lo lean ojos cristianos. Si lo leen ojos judíos no lo logra, si lo leen ojos musulmanes tampoco. Eso nos habla de que el N.T. por sí mismo no logra esto que usted afirma y que, en realidad, necesita del a-priori cristiano.
Ante este argumento tengo dos posturas:
a) Hay contradicciones en las dos descendencias que se presentan en la Biblia. Usted podría decir, siguiendo su argumento que eso no importa, pues ambas llegan de David a Jesús. LE respeto su fe, pero yo creo que este es de esos elementos contradictorios que hace muy difícil tener confianza en el relato bíblico. Si somos tan laxos exigiendo esta clase de detalles, repito, entonces ya cualquier texto histórico que afirme algo debe ser considerado verdadero y real, pues si se le da poca importancia a los detalles, ¿qué más da?
Las dos líneas que se presentan tienen contradicciones no sólo entre los nombres sino entre la cantidad de familiares y/o generaciones entre Jesús y David. Cualquier genealogista actual diría: "eso está grave" y yo digo lo mismo.
b) Jesús no es pariente de David. Porque quien se conecta con David es José y José no es ABSOLUTAMENTE nada de Jesús. Jesús es un milagro de encarnación en María. María se casó con José pero ni siquiera tuvieron relaciones sexuales para engendrar a Jesús. Jesús es pariente político de José, no es pariente cosanguineo. Jesús no comparte familiaredad con David en ningún sentido. Si María fuera pariente de David otra cosa sería.
Lo que se ve aquí es la necesidad antigua de asociar el mito tanto a la dinastía terrestre como a la dinastía celeste. De ese modo se puede decir que el protagonista de la mitología cristiana es tanto rey del cielo como de la tierra, del cielo porque Dios es su padre y de la Tierra porque es heredero de David. Pero es una vinculación forzada porque, repito, Jesús no es absolutamente nada de David, apenas es hijastro de José. Y eso no lo emparenta con David más que políticamente, no hay sangre real en Jesús, pues.
Vuelvo al argumento del conocimiento cultural del mito imperante, creo que no vale la pena repetirlo aquí.
No voy a tocar por el momento las cartas de Pablo. Pero me parece un poco injusto, discúlpeme que se lo diga, que usted afirme que no valen los argumentos con base en el "dicen, dicen, dicen" cuando que usted mismo ha hecho una acérrima defensa de que no importa quién diga ni cómo lo diga, sino que estén de acuerdo y que "ahí lo diga".
Entonces, si yo le traigo fuentes que concuerden en lo que dicen sobre las cartas de Pablo, sin importar sus contradicciones y sin importar quien lo diga (siempre y cuando lo digan) ¿Sería válido? Creo que es injusto, repito, que los textos científicos que ponen en duda la autoría de Pablo sean medidos con una vara y los Evangelios sean medidos con otra, mucho más corta, mucho menos exigente.
Gracias,
K.
LEAL:
Pues sí, tienes razón al decir que no sabemos exactamente quienes fueron los hombres que escribieron estos cuatro evangelios, no tenemos evidencias internas ni externas; sin embargo, ahí están escritos, no es necesario conocer la identidad de quienes los escribieron
Respeto que usted crea en ello, pero yo en lo personal no puedo estar de acuerdo. Verá, una fuente de información histórica es más certera en cuanto sus autores estuvieron más cerca de los hechos narrados. Por ello, es bien importante saber quiénes escribieron qué.
Porque si nos quedamos en que están de acuerdo en lo escencial, entonces debemos creerle a los Sutras porque están de acuerdo en lo escencial. Debemos creerle al Corán porque "Ahí lo dice" sin importar quién lo escribió. Si leemos los documentos nazistas, entonces los judíos merecían la muerte porque "ahí dice" y todos coinciden en ese detalle, ¿qué importarían entonces los detalles y la identidad de quienes escriben?
En realidad los detalles importan e importan bastante, los detalles nos hablan de la realidad de lo dicho, los detalles nos hablan de la confiabilidad de los escritores, saber los escritores no habla de las interpretaciones del contenido. Aunque respeto su postura, yo no puedo decir: ¿Qué importa quién fue, qué importa que estén llenos de contradicciones? Lo que importa es que están de acuerdo en ese detalle. Y no puedo decir eso, aun menos sobre un libro que pretende que lo use como base de vida, que afirma que si no lo sigo podré condenar mi existencia, que pide que cambie mi manera de vivir. La mía y la de millones.
Finalmente sobre esto, no es difícil coincidir en la mitología cultural. Si usted lee textos griegos antiguos (puede leer las obras de Sófocles, los textos de Eurípides, la historia de Herodoto y las narraciones de Homero) verá que todos coinciden en que Zeus es el creador de todo lo existente y amo de los cielos, juez de la humanidad y padre amoroso. Y TODOS van a coincidir con ello. Si no importan los detalles, sino los detalles de concordancia, entonces tenemos que creer con los ojos cerrados la existencia de Zeus.
¡No, claro que no! Sencillamente entendemos que todos los escritores mencionados seguían la misma mitología religiosa y que ésta tiene detalles coincidentes más allá de interpretaciones y percepciones. Entonces, si sabemos quiénes la escribieron, si todos esos textos concuerdan y si "ahí lo dice" siguiendo su postura deberíamos creer en Zeus a ojos cerrados.
No, en realidad lo que pasa, repito, es que todos seguían la misma religión. Del mismo modo, los evangelistas cristianos, conociendo el mito de Cristo, fácilmente pudieron escribir todos ellos su propia versión de la historia respetando, desde luego, los puntos centrales del mito. Pero no podemos dejar de considerar otros evangelios (de los apócrifos) que, aun teniendo detalles similares a los evangelios canónicos (que a su parecer es todo lo que importa), nos hablan de un Jesús que considera a Zeus como real, por poner un solo ejemplo.
1. Jesús de Nazaret, fue el Mesías prometido. Lo demostró con los milagros que hizo.
Si hubiese sido claramente el Mesías prometido no existiría el judaismo. Los judíos tienen muchos y muy buenos argumentos de porque Jesús no es el Mesías. Como cristiano usted podrá decirme que los judíos se niegan a aceptar a Jesús, o podría decirme que están interpretando mal las escrituras. Pero ellos, a su vez, pueden argumentar que son los cristianos los que interpretan mal los escrituras. Y la cosa se pone peor cuando los musulmanes aseguran que ambos (judíos y cristianos) interpretan mal las escrituras. Y cada uno de los tres grupos dirá que los otros están mal.
Ya sé que a usted sólo le interesa lo que usted cree y no lo que todos los demás digan. Pero si los demás lo dicen por algo será y es que platicar con un rabino durante hora y media de porque Jesús no es el Mesías es una experiencia interesante, sobre todo por la cantidad de datos que pueden aportar al respecto. No es una cerrazón ni un capricho, vaya, tienen muy buenos argumentos sobre los cuales sostenerse.
Entonces este punto uno es válido sólo para los cristianos quienes lo ven bajo ojos cristianos y con interpretaciones cristianas. Pero no podemos decir que el Nuevo Testamento por sí mismo lo logre. Necesita que lo lean ojos cristianos. Si lo leen ojos judíos no lo logra, si lo leen ojos musulmanes tampoco. Eso nos habla de que el N.T. por sí mismo no logra esto que usted afirma y que, en realidad, necesita del a-priori cristiano.
2. El prometido descendiente de David que ocuparía su trono.
Ante este argumento tengo dos posturas:
a) Hay contradicciones en las dos descendencias que se presentan en la Biblia. Usted podría decir, siguiendo su argumento que eso no importa, pues ambas llegan de David a Jesús. LE respeto su fe, pero yo creo que este es de esos elementos contradictorios que hace muy difícil tener confianza en el relato bíblico. Si somos tan laxos exigiendo esta clase de detalles, repito, entonces ya cualquier texto histórico que afirme algo debe ser considerado verdadero y real, pues si se le da poca importancia a los detalles, ¿qué más da?
Las dos líneas que se presentan tienen contradicciones no sólo entre los nombres sino entre la cantidad de familiares y/o generaciones entre Jesús y David. Cualquier genealogista actual diría: "eso está grave" y yo digo lo mismo.
b) Jesús no es pariente de David. Porque quien se conecta con David es José y José no es ABSOLUTAMENTE nada de Jesús. Jesús es un milagro de encarnación en María. María se casó con José pero ni siquiera tuvieron relaciones sexuales para engendrar a Jesús. Jesús es pariente político de José, no es pariente cosanguineo. Jesús no comparte familiaredad con David en ningún sentido. Si María fuera pariente de David otra cosa sería.
Lo que se ve aquí es la necesidad antigua de asociar el mito tanto a la dinastía terrestre como a la dinastía celeste. De ese modo se puede decir que el protagonista de la mitología cristiana es tanto rey del cielo como de la tierra, del cielo porque Dios es su padre y de la Tierra porque es heredero de David. Pero es una vinculación forzada porque, repito, Jesús no es absolutamente nada de David, apenas es hijastro de José. Y eso no lo emparenta con David más que políticamente, no hay sangre real en Jesús, pues.
3. Jesús de Nazaret fue crucificado, y resucitó al tercer día.
Vuelvo al argumento del conocimiento cultural del mito imperante, creo que no vale la pena repetirlo aquí.
Ahora bien, en las epístolas es otro el escenario. En las del apóstol Pablo, por ejemplo, tenemos la evidencia interna de su autoría. Y no me digas que se cree esto o se cree aquello, si vas a afirmar que Pablo no escribió alguna de sus epístolas, presenta las pruebas, y vamos a analizarlas, para no caer otra vez en el dicen, dicen, dicen.
No voy a tocar por el momento las cartas de Pablo. Pero me parece un poco injusto, discúlpeme que se lo diga, que usted afirme que no valen los argumentos con base en el "dicen, dicen, dicen" cuando que usted mismo ha hecho una acérrima defensa de que no importa quién diga ni cómo lo diga, sino que estén de acuerdo y que "ahí lo diga".
Entonces, si yo le traigo fuentes que concuerden en lo que dicen sobre las cartas de Pablo, sin importar sus contradicciones y sin importar quien lo diga (siempre y cuando lo digan) ¿Sería válido? Creo que es injusto, repito, que los textos científicos que ponen en duda la autoría de Pablo sean medidos con una vara y los Evangelios sean medidos con otra, mucho más corta, mucho menos exigente.
Gracias,
K.