En la tradición judía, EL PROJIMO era otro judío... y jamás se refería al extranjero...
COMO SIEMPRE, LLENANDO DE MENTIRA TODO TEMA QUE CONTAMINA
Lev_19:1-37, enseña como prójimo al pobre y al extranjero, al vecino, al empleado, al sordo, al ciego, al compatriota, etcétera.
Veamos la definición de Thayer:
G4139
πλησίον
plēsion
Thayer Definición:
1) un vecino
1a) un amigo
1b) cualquier otra persona, y donde se refiere a dos, el otro (tu prójimo, tu vecino), según los judíos, cualquier miembro de la nación hebrea y de la comunidad de naciones
1c) de acuerdo con Cristo, cualquier otro hombre con independencia de la nación o la religión con el que vivimos o a quien tenemos oportunidad de conocer
El concepto hipócrita que tiene un católico romanista, tipo Jorge Enrique, respecto a los que no profesan su religión, es igual al que tiene cualquier otro católico como él:
"Hermanos Separados"
Anteriormente, los mataban, el asunto es que ahora ya Roma no domina el mundo, con su religión asesina.
A usted le escribí que el término "prójimo"
#67 está enmarcado en circunstancias especiales, como lo revela la enseñanza de Levítica 19 y por tal motivo, escribo:
Todo depende del escenario y contexto.
Porque si se fija bien, la pregunta del intérprete de la ley estaba estrictamente sujeta a las obras, con un completo desconocimiento de la Gracia de Dios, leemos:
Luc 10:25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro,
¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Esta es la "salvación" que ofrece el catolicismo romano, donde ya no es por fe, sino por membresía al catolicismo, pues los engañan con la pauta publicitaria: "Fuera de la cual no hay salvación" y el ingenuo católico se la cree.
En Romanos 9 el apóstol nos da una excelente clase sobre la Soberana Gracia de Dios, cuya personificación es Cristo.
Cuando se nos dice que Israel tropezó en Cristo, significa que tropezaron en la Gracia de Dios, traigo el versículo para que se vea más transparente:
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Rom 9:30 ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe;
Rom 9:31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.
Rom 9:32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues
tropezaron en la piedra de tropiezo,
Rom 9:33 como está escrito:
He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
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Ahora compárelo con este pasaje:
2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras,
sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
2Ti 1:10 Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
A la pregunta del intérprete de la ley, pregunta que lleva veneno, porque la intención es probar al Señor, porque se corre el rumor entre el Sanedrín (del que forma parte el intérprete), que Jesús es un hereje que está en contra de la ley de Moisés, pero asombrosamente, el Señor lo remite a la misma ley con otra pregunta:
Luc 10:26 …
¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
La respuesta correcta del funcionario del "Tribunal Supremo de Justicia Israelí", el Sanedrín, fue precisa y correcta, leemos:
Luc 10:27 Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Pero los honores se los lleva Cristo cuando le dijo:
Luc 10:28 ...
Bien has respondido; haz esto, y vivirás.
¡El más estricto legalista del Sanedrín no podría hallar ningún error en una enseñanza como aquella!
Por tal motivo he escrito que "todo depende del escenario y del contexto", porque este varón, como no pudo hallar ningún error en la respuesta del Señor, para evadir su responsabilidad de confesar, que ninguno de ellos, como instructores, como guías espirituales de la nación de Israel, era ejemplo de obedecer la ley, que ellos mismos usaban para aplicarla a los demás, y hasta asesinarlos, si violaban el sábado judío.
Para disimular su confusión, el intérprete de la ley le hizo en el acto otra pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?», tratando así de escapar por la tangente, como siempre lo han hecho los profesionales de la hipocresía en todas las edades. Estoy seguro de que este tema le viene como anillo al dedo, no solo a los católicos romanistas, porque en los últimos mensajes de Jorge Enrique podemos ver como saborea su condición de asumir la figura de "santurrón" (Isa_65:5) por encima de los perversos "hermanos separados", sino también a las personas como el forista Alissa, con su teología pagana, y otros como los mormones y Arrianos.
Se rasgan las vestiduras diciendo (2Tim.3:5) internamente:
"¡¡Ay!! ¡¡Ay!! ¡No aman al prójimo, qué perversos!!
Existen solamente dos principios alternativos por los que la justificación ante Dios, es teóricamente posible en la actualidad.
Uno es mediante las obras, que el hombre, al hacerlas, la merezca.
El otro es mediante el favor inmerecido de Dios, como está escrito:
"Por gracia sois salvos"
¡Que un hombre, desde la cuna hasta la tumba, sea todo lo que deba ser, y que haga todo lo que deba hacer; que, como la ley dice, ame a Dios con todo su corazón, y a su prójimo como a sí mismo, andando «en pureza, humildad, y haciendo el bien, mientras esté en la tierra», hombre!! Una persona así
«heredará la vida eterna».
Pero todas estas pretensiones son un síntoma de ignorancia y de degradación moral y espiritual.
¿Por qué?
Porque todos los hombres somos
pecadores; y, siendo pecadores, nos hallamos totalmente dependientes de la gracia de Dios.
La palabra griega para «prójimo» es el que está cerca, el vecino, el empleado, el extranjero que convive con nosotros.
Y la pregunta del intérprete de la ley implicaba que no se consideraba comprometido a amar a cada uno de aquellos con los que estuviera en contacto.
El judío de casta alta, si se puede admitir una expresión así, preferiría antes morir que deber su rescate a un samaritano, por lo que el Señor introduce a un samaritano en la parábola, y contrasta su conducta con la del levita y la del sacerdote, y pregunta luego cuál de los tres actuó como prójimo del pobre hombre al que los ladrones habían dejado medio muerto en el camino.
O sea que la lección que aprendemos aquí, está destinada a sacar a flote la hipocresía del religioso.
"¡¡Ay!! ¡¡Ay!! ¡No aman al prójimo, qué perversos!!
Nos llaman perversos y hermanos separados, porque les presentamos la verdad de Dios escrita en la biblia.
La enseñanza espiritual de la parábola tiene que ver de como un pecador arruinado puede ser salvo.
El viajero, de camino desde la ciudad de bendición, Jerusalén, a la ciudad de la maldición (Jos 6:26), Jericó, resulta despojado de todo lo que tiene, y es dejado herido, casi de muerto, y totalmente impotente.
Pasan al lado un sacerdote y un levita.
¿Por qué un sacerdote y un levita?
Porque de esta manera Él Señor, personifica así a la ley y, en una palabra, a la religión.
Estos podrían ayudar a un hombre que pudiera ayudarse a sí mismo,
pero por el impotente pecador no pueden hacer nada.
La religión no salva, este es el engaño del que abraza un sistema teológico y es fiel a él hasta la muerte, sin entender que a Cristo, como Persona que encarna la Gracia de Dios, ha dejado puesto a un lado como un requisito nominal, y Cristo se queda sin conocer el amor y fidelidad de su redimido a tan alto precio.1Co_16:22.
«Pero un samaritano que iba de camino, vino cerca de él.»
¿Por qué un samaritano?
Porque Él les quería enseñar que el Salvador es aquel que, si no fuera por la misma ruina y desgracia en que se encuentra sumido, el pecador despreciaría y rechazaría.
Y esto es lo que viene sucediendo en este foro, cada tema que se abre, por parte de un religioso y pagano forista, no tiene otro objetivo, sino el de hacer prevalecer sus enseñanzas ajenas a la Biblia, a la Sana Doctrina, donde Cristo mismo es puesto a un lado con su Palabra, porque lo que importa son las enseñanzas del magisterio privado de la secta o grupo que les ha dado origen, llámense mormones, arrianos, sabelianos, católicos romanistas, etcétera.
«Y» —remarquemos las palabras— «viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él»; y en la posada pagó el gasto e hizo provisión para su futuro.
Ese Samaritano es Cristo, nuestro Amado Salvador.
Es Aquel que acude al pecador allí donde éste se halla y tal como se halla; que venda unas heridas más profundas que las que pueda infligir el cuchillo de un bandido; que lo saca del lugar de peligro para llevarlo a un lugar seguro y en paz, y que provee para todas sus futuras necesidades.
Y todo esto sin regatear ni poner condiciones, y sin otro motivo que el de Su propia infinita compasión.
Que el Señor nos ayude a entender lo que verdaderamente significa amar al prójimo, sin hipocresías, buscando siempre que Cristo sea formado en cada uno de nosotros, pues al igual que el Samaritano, tiene el poder de sacarnos del lugar donde corremos peligro de muerte eterna y llevarnos a su mesón, como está escrito:
1Pe_2:9 Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Col_1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,