¿Qué dice la Biblia sobre quién es Jehová a los ojos de Jesús?
Aunque suene extraño, algunos piensan que Jehová se convirtió de alguna manera en Jesús, como si ahora hay que olvidarse del primero. Si Jehová se convirtió en Jesús, como esas personas piensan, entonces cuando Jesús hablaba de su Padre y Dios, no estaría hablando de Jehová, el Dios de los judíos, sino de algún dios desconocido. ¿Es eso verdad? ¿Es eso algo que habría enseñado Jesús? ¿Qué nos enseña la Biblia sobre este asunto?
No debemos olvidar que Jesús era judío de nacimiento. Sus padres lo circuncidaron, lo presentaron en el templo como su primogénito y ofrecieron un sacrificio, luego le enseñaron la Ley de Moisés, y él iba a la sinagoga a estudiar y hablar de las Escrituras. La Biblia dice que mientras era un muchachito, Jesús estuvo sujeto a sus padres y se convirtió en un muchachito admirado por quienes lo escuchaban hablar de las Escrituras.
Lucas 2:46 ... lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros. Estaba escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Y todos los que lo escuchaban se quedaban asombrados al ver su entendimiento de los asuntos y las respuestas que daba. (...) 51 Entonces él bajó con ellos de regreso a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre guardaba cuidadosamente todas esas palabras en su corazón. 52 Y Jesús siguió creciendo, llenándose de sabiduría y ganándose la aprobación de Dios y de la gente.
Entonces se deduce que Jesús escuchó hablar del Dios de los judíos desde niño. Ese era su Dios.
Hay relatos en la Biblia que dicen que ya de adulto, cuando visitó el templo se puso muy molesto con los comerciantes que estaban haciendo negocios allí. Eso sucedió más de una ocasión, porque cada vez que iba se encontraba con lo mismo. Fue tal y como dijo Jeremías:
Jeremías 7:11 "¿Acaso esta casa sobre la cual se ha llamado mi nombre ha llegado a ser sencillamente una cueva de salteadores a los ojos de ustedes? Miren, yo mismo también [lo] he visto", es la expresión de Jehová.
Es interesante que sabiendo Jesús que ese templo estaba dedicado al Dios de los judíos, Jehová, les dijo a esos negociantes: “¡Quiten todo esto de aquí! ¡Dejen de convertir la casa de mi Padre en un mercado!” (Juan 2:16).
Así que Jesús dijo que el templo de Jehová en Jerusalén era la casa de su Padre. Vemos entonces que Jesús consideraba a Jehová como Padre suyo, y entonces la idea de que Jesús y Jehová sean una misma persona está descartada por lógica, pues las palabras de Jesús lo contradicen.
En otra ocasión confirmó esto, pues les dijo a los judíos "El que me glorifica es mi Padre, el que ustedes dicen que es su Dios." (Juan 8:54). Claramente está diciendo que Jehová, el Dios de los judíos, el Dios de su familia, el Dios que se adoraba en el templo de Jerusalén, es su Padre.
¿Están de acuerdo?
Desearia, y sin ningun deseo de herir a nadie, que los testigos de jeovah no vinieran al foro a pontificar e intentar una apologia liquida de sus creencias en publico.
No obstante lo que puedas creer o lo que te han dicho, los testigos de jeovah siempre han estado fuera de la ortodoxia cristiana desde su gestacion. Han estado haciendo gestos simbolicos en los medios para tratar de convencer a los iletrados pero es congruente con su teologia.
Por favor lee mis palabras con detenimiento y usca las citas que te incluyo. Puedes dejar que la escritura te hable o puedes aferrarte obstinadamente a tu teologia erronea.
La palabra “cristiano” se usa tres veces en el Nuevo Testamento (Hechos 11:26; 26:28; 1 Pedro 4:16). Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “cristianos” por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26) porque su comportamiento, actividad y habla eran como los de Cristo. La palabra “cristiano” significa literalmente “perteneciente al partido de Cristo” o “seguidor de Cristo”.
Los testigos de jeovah no son seguidores de Cristo Jesus. Para serlo hay que creer en El, todo lo que dijo y todo lo que ordeno a sus discipulos y Apostoles.
La Biblia enseña que las buenas obras que hacemos no nos pueden hacer aceptables a Dios. Tito 3:5 dice:
“Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”.
Por lo tanto, un cristiano es alguien que ha nacido de nuevo por Dios (Juan 3:3; Juan 3:7; 1 Pedro 1:23) y ha puesto su fe y confianza en Jesucristo para su salvacion. Efesios 2:8 nos dice que es
“…por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”.
Un verdadero cristiano es una persona que ha puesto su fe y confianza en la persona y la obra de Jesucristo, incluyendo su muerte en la cruz como pago por los pecados y su resurrección al tercer día. Juan 1:12 nos dice:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. La marca de un verdadero cristiano es el amor a los demás y la obediencia a la Palabra de Dios (1 Juan 2:4, 10). Un verdadero cristiano es, en verdad, un hijo de Dios, parte de la verdadera familia de Dios y alguien a quien se le ha dado nueva vida en Jesucristo.
En Juan 10:30, Jesús dijo:
“Yo y el Padre uno somos”. Los judíos que lo oyeron hacer esa declaración sabían bien que Él estaba afirmando ser Dios, como lo atestigua su reacción:
“Sus adversarios, los judíos, tomaron piedras para apedrearlo” (Juan 10:31). Cuando les preguntó por qué intentaban apedrearlo, dijeron:
“Por blasfemia; porque tú, siendo un simple hombre, afirmas ser Dios” (Juan 10:33). La lapidación era el castigo por blasfemia (Levítico 24:16), y los judíos acusaron claramente a Jesús de afirmar ser Dios.
Jesús hizo otra declaración en la que afirmaba ser Dios cuando dijo:
“De cierto, de cierto os digo: […] antes que Abraham fuese, Yo soy” (Juan 8:58). Los judíos, al oírlo, entendieron claramente que estaba afirmando su preexistencia y, más que eso, que era Yahvé, el gran
“YO SOY” de Éxodo 3:14. En esta ocasión, también, intentaron apedrearlo por blasfemia.
El Evangelio de Juan comienza con una declaración sobre la deidad de Jesús:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1, énfasis añadido). En el versículo 14, Juan identifica al Verbo:
“Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. Y vimos su gloria, gloria como del Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Juan afirma que el Verbo (Jesús) es Dios, y que dejó el cielo para venir a la tierra en forma de hombre para vivir con los hombres y mostrar la gloria de Dios Padre.
Los discípulos de Jesús lo oyeron claramente declarar su deidad. Después de la resurrección de Jesús, Tomás, el discípulo que dudaba, finalmente entendió la deidad de Jesús, y declaró que Él era
“mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28). Si Jesús no fuera Señor y Dios, habría corregido a Tomás, pero no lo hizo; Tomás dijo la verdad. Después de ver a Jesús caminando sobre el agua, sus discípulos lo adoraron (Mateo 14:33). Cuando se les apareció después de la resurrección, cayeron a sus pies y lo adoraron (Mateo 28:9). Los discípulos eran muy conscientes de la pena de la Ley Mosaica por la blasfemia, sin embargo, lo adoraron como Dios, y Jesús aceptó su adoración. Jesús nunca reprendió a las personas por adorarle, aceptando su adoración como buena y apropiada.
La deidad de Jesús se reconoce en todo el Nuevo Testamento. Pablo esperaba con ansias
“la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13) y nos animó a hacer lo mismo. Tanto Pablo como Juan declararon que Jesús creó el universo (Juan 1:3; Colosenses 1:16-17), pero Génesis 1:1 dice claramente que Dios creó los cielos y la tierra. Esto solo puede significar que Jesús es Dios. Incluso Dios el Padre se refirió a Jesús como Dios:
“Del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por los siglos de los siglos” (Hebreos 1:8, citando Salmo 45:6).
¿Dijo Jesús que era Dios? Sí, de muchas maneras, incluso aplicando los nombres y atributos de Dios a Sí mismo. Dejó en claro que era Dios encarnado, probándolo con Sus palabras, con Sus milagros y finalmente con Su resurrección de entre los muertos. Aunque al principio dudaron, los que finalmente se convencieron de Su deidad entendieron por qué tuvo que morir en la cruz. Si Él fuera un simple hombre, Su muerte sólo habría sido suficiente para pagar por Sus propios pecados, pero como Él era Dios en carne, Su sacrificio fue infinito y santo y capaz de pagar por todos los pecados del mundo.
Para ser Cristiano debes creer y afirmar que Jesus Cristo es Dios hecho hombre, El Unigenito del Padre, perfecto y sin pecado. Que obedecio la Ley a la perfeccion y que en su debido tiempo, constituyo el sacrificio perfecto por NUESTROS pecados y su sangre redentora derramada en la cruz es el unico instrumento y medio para tu salvacion. Que tu obediencia y tus obras no son sino trapos de inmundicia ante la justicia y la Santidad de Dios, que quedas condenado a la muerte eterna por tu incapacidad de observar la ley a la perfeccion, que es lo que Dios requiere. Y sin el manto redentor de Jesus Cristo estas condenado a la muerte espiritual eterna.
Debes aceptar lo anterior y confesarlo de corazon ante Dios y testigos en su Iglesia para que puedas ser salvo en el reino de Dios, tener el privilegio de llamarte hijo de Dios y Cristiano de corazon.
Deseo que Dios ilumine tu mente y tu corazon para puedas llegas confesar lo anterior y unirte a la Iglesia de Cristo Jesus y dejar atras la oscuridad en que te encuentras.
Saludos.