Hola Karina.
Creo que ya nos conocimos el año pasado. Fue en el debate sobre el Diluvio Universal ¿Recuerdas?
Si me permites, podría agregar una explicación adicional a la de mi estimado Migu, a tu perspectiva acerca de lo que consideras una contradicción de la Biblia referente a la creación de la luz, la luna y las estrellas en “dos ocasiones distintas”. Vamos por partes:
(Génesis 1:1) “En el principio Dios creó los cielos y la tierra.”
Esta apertura de Génesis se refiere, de modo general, a la creación total de los cielos (incluido todo lo que los llena) y la tierra (todo lo que la llena). Eso es como empezar una narración de algún evento importante, diciendo: “El día 20 de Agosto, los novios se casaron y dieron una gran fiesta en la finca”. Seguidamente, en el verso 2, la Biblia explica y detalla, de forma muy breve, cómo sucedieron los acontecimientos con respecto a la “preparación” de la tierra para ser “ocupada” por una gran variedad de cosas que dieron “la bienvenida” al hombre y la mujer a la escena terrestre. (Desde aquí comienza a narrarse los detalles y pormenores de la boda del ejemplo), y dicha narrativa se divide en “días” creativos, del 1 al 6.
En realidad, como puedes notar claramente, en este comienzo del Génesis se dice que en el “principio” (cualquiera que fuese dicho principio y el tiempo que abarcó) Dios creó los “cielos y la tierra”. Esta narración no forma parte de lo que a continuación explica con respecto a la división en “días” de cada una de las etapas de la creación y lo que se logró consolidar en cada uno de esos “días”. Creo que tu premisa se apoya en una “base fantasma” o tu entendimiento, desde esta perspectiva, comienzas a interpretarlo de manera incorrecta y a ello se debe tu señalamiento como la primer “inconsistencia bíblica” de la que me imagino, debe sustentar tus apreciaciones personales sobre el Libro.
(Génesis 1:2) “Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de [la] profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas.”
Como puedes observar, aquí la explicación se centra en la tierra y cómo se comienza a “darle forma” a algo que, definitivamente, era “indefinido”; no se sabía qué era qué (por decirlo de alguna forma). Sigamos:
(Génesis 1:3-5) "Y Dios procedió a decir: Llegue a haber luz. Entonces llegó a haber luz. Después de eso Dios vio que la luz era buena, y efectuó Dios una división entre la luz y la oscuridad. Y Dios empezó a llamar a la luz Día, pero a la oscuridad llamó Noche. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día primero."
Aquí la Biblia es clara. El decir “Llegue a haber luz” no es lo mismo que decir que la estaba “creando” en el día primero. El verbo “haber” está en uno de sus estados verbales denominado “infinitivo”, que significa “ser necesario o conveniente”. Nunca se le relaciona como “crear” o “creación” de algo, en este caso “la luz”. Por lo tanto, el significado correcto (no especulativo) basado en el entendimiento de nuestro idioma (extraído de la definición hebrea del vocablo) es que la luz, que había sido creada “En el principio” es la que aquí se le está dando, digamos, “orientación”, “ser necesaria” “efectiva” dicha luz, cuando Dios “vio” que era “buena” y estableció, en lenguaje bien sencillo, esa “división entre la luz y la oscuridad”, a lo que llamó “día” y “noche”, respectivamente.
De igual manera, este tiempo verbal se emplea también en el “cuarto día creativo”, cuando dice la Biblia: “Llegue a haber lumbreras en la expansión de los cielos para hacer una división entre el día y la noche; y tienen que servir de señales y para estaciones y para días y años. [SUP]15[/SUP] Y tienen que servir de lumbreras en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra”. Y llegó a ser así. [SUP]16[/SUP] Y Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche, y también las estrellas. [SUP]17[/SUP] Así las puso Dios en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra, [SUP]18[/SUP] y para dominar de día y de noche y para hacer una división entre la luz y la oscuridad. Entonces vio Dios que [era] bueno. [SUP]19[/SUP] Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día cuarto.
Aquí pareciera contradictorio y como que se repite la “creación” del sol y la luna pero aplica el mismo principio. Aquí la perspectiva cambia: “Llegue a haber lumbreras” se refiere a su aplicación de “conveniente” y “necesario” el que las “lumbreras” sean visibles pero desde la superficie de la tierra para que sirvan como protagonistas principales del día y la noche. Y, al principio del verso 16, puedes observar que de nuevo, “Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la mayor y la menor y también las estrellas”. Como puedes observar, muchos se han equivocado en interpretar que la palabra “hacer” significa “crear” y no es así. “hacer”, según el diccionario, entre muchas connotaciones, significa “traer a efecto algo que ya existe”.
Por otra parte, están las definiciones propias de lo que significa “luz” (creada en el principio) y “lumbreras”, nombradas en el “cuarto día”. Aquí cambian los conceptos, “luz” en hebreo es ’ohr, mientras que “lumbrera” es ma·’óhr y se define como fuente de esa luz.
Espero haber aclarado tus dudas…
Atentos Saludos Karina