Estar a la diestra del Padre es tener la misma gloria de Dios.
Juan 17
5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Hechos 7
54 Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos, y crujían los dientes contra él.
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios;
56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios.
57 Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él.
Estar a la diestra no significa igualdad de esencia, sino compartir la gloria que el Padre le da al Hijo.
Juan 17:5 no dice que el Hijo tenía “gloria propia independiente”, sino:
- “Glorifícame… con aquella gloria que tuve contigo.”
La gloria es compartida, no originada por el Hijo.
De hecho, todo el capítulo 17 muestra que Jesús recibe del Padre:
- v. 2: “le diste potestad”
- v. 7: “todo lo que me has dado”
- v. 22: “la gloria que me diste”
La gloria del Hijo es real y eterna, pero derivada, no autónoma.
Hechos 7 confirma lo mismo:
Esteban ve dos:
- “la gloria de Dios” (el Padre)
- “y a Jesús a la diestra de Dios”
Conclusión:
La diestra expresa exaltación y autoridad conferida, no igualdad ontológica.