Ninguno de los textos que presentaste dice que los ángeles o los profetas vinieron en la gloria del Padre. Por mucho que lo intentes no lograrás demostrar eso.
No necesito que los ángeles o los profetas “vengan en la gloria del Padre” para sostener mi punto; sólo necesito demostrar algo simple:
Manifestar la gloria de Dios no implica igualdad ontológica con Dios.
Y eso ya está demostrado con los textos citados:
- Un ángel puede aparecer rodeado de la gloria del Señor (Lc 2:9).
- Moisés puede reflejar la gloria de Dios (Éx 34:29–30).
- Esteban puede resplandecer por acción divina (Hch 6:15).
Por lo tanto, que Jesús diga “en la gloria de mi Padre” (Mt 16:27) no establece identidad de esencia, sino origen:
la gloria pertenece al Padre y el Hijo actúa investido de ella.
Tu objeción (“no dice que vinieron en la gloria del Padre”) no refuta mi argumento, porque:
- Mi punto no depende de que usen la misma frase, sino del mismo principio bíblico:
gloria manifestada ≠ gloria esencial. - Jesús no dice “mi gloria”, sino “la gloria de mi Padre”.
Eso confirma procedencia y delegación, no igualdad ontológica.
- La gloria es del Padre.
- Jesús viene en esa gloria.
- Eso implica autoridad recibida, no esencia compartida.
no por don del Padre. Ese versículo no aparece.