La oración constante. San Gregorio Palamás y el monje Job
San Nicodemo el Aghiorita, autor de la Filocalía
http://www.logosortodoxo.com/category/oracion/
(ACABO DE TRADUCIRLO, POSIBLES ERRORES AVISAR POR FAVOR)
San Nicodemo el Aghiorita, autor de la Filocalía
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Hermanos míos, no pensemos que sólo los monjes tienen el deber a orar constantemente y siempre y no los que viven y se mueven en el mundo. No. No. Todos los cristianos en general tenemos el deber y nos es imprescindible siempre orar. El patriarca de Constantinopla, Filoteos, nos desarrolla este tema, refiriéndose a la vida de San Gregorio Palamás, Arzobispo de Tesalónica y nos cuenta la siguiente historia:
San Gregorio Palamás y el monje Job
San Gregorio Palamas tenía un amigo muy amado llamado Job, que era un hombre muy sencillo y muy virtuoso. Una vez conversando con él, le contó acerca de la oración incesante de que cada hombre debe luchar sobre el tema de la oración para que pueda alcanzar a orar continuamente. Tal y como el apóstol Pablo lo ordena a todos los cristianos: «Orad incesantemente Αδιαλείπτως να προσεύχεσθε adialiptos preséfjesze». Y como el profeta David dice: "Siempre veo a mi Señor delante de mí" (y lo veía orando ininterrumpidamente), a pesar de que era rey y tenía muchas ocupaciones para su reino; y como san Gregorio el Teólogo nos lo explica, diciendo que todos los cristianos debemos ocuparnos y practicar la oración y recordar el nombre de Dios más que nuestro aliento. “Mencionar el nombre de Dios más que nuestra respiración”.
Entonces, tal como San Gregorio Palamás decía estas cosas a su amigo Job, le enfatizaba que no solo debemos ocuparnos en orar constantemente sin interrupción, sino que también debemos alentar y exhortar a todos los demás monjes y laicos, mujeres y niños, sabios y sin estudios, a que ellos también oren incesantemente.
El yérontas Job escuchó estas cosas y las consideró exageradas y demasiado innovadoras, por lo que comenzó a oponerse a San Gregorio y le dijo que la oración incesante es solo para los ascetas y los monjes que están fuera del mundo y las distracciones, y no para los laicos que están en el mundo y que están involucrados en tantos cuidados, ocupaciones y tienen tantos trabajos. Pero San Gregorio le traía también otros testimonios y pruebas, pero el él Yérontas Job no se convencía, y el sabio San Gregorio, para evitar la pelea, la controversia y la charlatanería se silenció y se retiró por lo que cada uno se fue a su celda.
Pero mientras el yérontas Job estaba orando apareció ante él un Ángel del Señor, enviado por Dios “que quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad”. El Ángel lo controló y amonestó estrictamente porque se peleaba con San Gregorio y lo desafiaba y objetaba en asuntos tan claros y obvios de los que depende la sotiría redención, sanación y salvación de los cristianos, y le avisó e indicó que la voluntad de Dios es que a partir de ahora tenga mucho cuidado y no decir nada contrario a san Gregorio sobre este tema de la oración, porque con esta actitud resiste la voluntad de Dios. Pero ni siquiera en su mente y nus sostener semejante logismós y pensar de manera diferente de lo que el santo explicó. Entonces, aquel simple Anciano fue inmediatamente a San Gregorio y se arrodilló en sus pies, pidiendo perdón, por su resistencia y arrogancia y le hizo saber las cosas que le dijo el Ángel del Señor.
¡Veis, pues, hermanos míos, que todos los cristianos, desde el más pequeño hasta el más grande, tienen el deber de orar continuamente con la oración noerá o espiritual del corazón, la «Kirie Jesús Cristo, eleisón me, compadécete de mí…Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησόν με»! ¡Veis que es imprescindible que se acostumbre a decirlo la mente y el nus con el corazón!
¡Y pensad cuánto se complace Dios con esta oración y cuánta Χάρις Jaris (energía increada Gracia divina) y beneficio recibimos de ella, de modo que por Su extrema filantropía enviara también un Ángel celestial al yérontas Job para revelarlo y así no dudemos más sobre el tema de la constante oración noerá del corazón!
Pero la gente que están en el mundo dice:
Nosotros tenemos y estamos en tantos asuntos y preocupaciones, ¿cómo podemos orar sin interrupción?
Y yo les respondo:
-Dios no nos ordenó nada que no se pueda realizar y lograr, pero nos pidió cosas que podemos hacer. Por lo tanto, esto también lo puede conseguir el que pide y persiste ardiente en la sanación y salvación de su psique-alma. Porque, si fuera imposible, sería universal para todo el mundo, y no se habrían estado en el mundo tantos muchos que lo han conseguido.
Uno de ellos, a modo de ejemplo, fue el padre de San Gregorio Palamás, el admirable Constantino, por quien nos habla en la vida de su hijo San Gregorio, el Patriarca Filoteo.
Constantino, padre de San Gregorio.
El admirable Constantino, aunque vivía en los palacios y era considerado como padre y maestro del rey Andronikos, se ocupaba diariamente por los asuntos reales, además de sus ocupaciones personales y su familia, -porque era rico y tenía muchas propiedades y sirvientes, esposa e hijos- sin embargo, estaba tan unido a Dios y tan dado a la oración del corazón, que a menudo olvidaba lo que estaba discutiendo con el rey y con los otros gobernantes del palacio sobre los asuntos reales y a veces necesitaba preguntar por estos asuntos más de una vez. Esto a veces fue la causa por la que los otros gobernantes le deshonraban y se rían de él, porque no sabían la razón de su olvido, y le tomaban mal cuestionándolo porque con sus repeticiones a las preguntas molestaba al rey. Pero el rey que conocía la causa le estaba defendiendo, diciendo:
“Constantino es bienaventurado, tiene sus propias preocupaciones que no le permiten estar atento a nuestras propias palabras que se refieren a cuestiones vanas y efímeras. El nus (espíritu y atención) de esta persona bendita estaba comprometido y fijado a las realidades y cosas verdaderas y celestes. Por eso se olvida de lo terrenal, porque toda su atención está en la oración y en Dios”. Es por eso que Constantino era venerable y digno de ser amado por el rey y por todos los magnates y gobernantes del reino. Como era amado también por Dios, este venerable se hizo digno a realizar también milagros.
Y escuchad un admirable milagro:
Una vez, este admirable Konstantino subió en un barco con toda su familia para ir de Galatá a un ermitaño Yérontas que tenía allí su asceterio hisijástico, para pedir su consejo y bendición. Mientras se acercaban, les preguntó a sus sirvientes si llevaban algo de comida para llevar al Yérontas eremita para poder con esto hospedarlos y darlos filoxenía. Ellos respondieron que por las prisas se habían olvidado y no se llevaron nada con ellos. Entonces el bendito soberano Constantino se entristeció, pero él no les dijo nada. Fue solo al borde del barco, puso su mano en el mar y con la oración del corazón, silenciosa y sincera rogaba a Dios, el señor del mar, que le diera una presa. Y después de un corto tiempo, -¡oh, Rey CristoDios qué maravillosas son Tus obras!- saca su mano de el mar sosteniendo una lubina grande y dijo:
- “¡He aquí, Dios cuidó para el Yérontas-Anciano asceta sabio, Su esclavo y le envió su comida! Abba, su siervo y le envió a Rafael".
¡Veis pues, hermanos míos, cómo Jesús Cristo glorifica a sus esclavos aquellos que siempre están con Él e invocan Su bendito y dulce Nombre! www.diakonima.gr/2010/03/04/η-αδιάλειπτη-προσευχή-1/
«Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησόν με Kirie Jesús Cristo, eleisón me o CristoDios eleisón me, compadécete de mí» PARA CLÉRIGOS Y LAICOS.
Το «Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησον με» για κληρικούς και λαϊκούς https://paterstefanos.gr/2014/01/12
San Gregorio Palamás sostenía que: todos, jóvenes, mayores y ancianos, mujeres y hombres, monjes y laicos, pueden estar orando incesantemente, implorando en el interior de sus corazones a Jesús y sobre todo la llamada “monóloga Oración Noerá o del Corazón o de Jesús”
San Gregorio Palamás, que sistematizó la Oración espiritual o del corazón o de Jesús y el ejercicio, la práctica, la ofrece ya como enseñanza espiritualmente madurada y plenamente experimentada, y sostenía que deben trabajar y practicar este trabajo cordial o espiritual (con el espíritu, nus), empezando por la Oración oral, y después que la ofrezcan a su rebaño y especialmente a los niños.
Sobre todo, aconsejaba el Santo, que la enseñanza comience desde los colegios. Pero para nuestros días esto no sólo es una quimera sino algo extravagante podría decir uno.
¿Quién maestro hoy en día se atrevería a hablarles a los niños sobre la Noerá Oración del Corazón?
Sin embargo se atrevió un maestro joven hace 10 años en un colegio de Kerachini (barriada exterior de Atenas). Sugería a los niños a decir todos juntos por un minuto “«Κύριε Ιησού Χριστέ, ελέησόν με Kirie Jesús Cristo, eleisón me o CristoDios eleisón me, compadécete de mí».
¡Lo decían y bajaban nubes de divina Χάρις Jaris (gracia energía increada) y todos los alumnos estaban en paz tranquilos! Y permanecían serenos hasta el final de las clases. Y esta indicación “Palámica” (de san Gregorio Palamás), la continuó por varios años, siempre con los mismos resultados.
En el libro “Las aventuras de un peregrino ruso” vemos que en el rostro del Peregrino sea reavivado su anhelo para la aplicación del logos-verbo del Apóstol Pablo: “Orad sin cesar”. Este apostólico mandamiento y petición fue la causa que le encendió el celo divino y su anhelo para esto, y le hizo preguntar en todas partes y rogar a Dios que le mande un maestro capacitado, experimentado e inconfundible.
En este libro se dice que: “La oración interior cada uno la puede adquirir y hacerla medio de comunicación con Jesús. No cuesta nada, sino solo el esfuerzo e intento de someternos en el silencio y en las profundidades de nuestro corazón, como también en la ocupación a la medida de lo posible en mayor frecuencia de la imploración o invocación del dulcísimo Nombre de Jesús que llena al hombre de deleite y gozo”.
Pero para que uno progrese en este trabajo interior, es imprescindible la presencia de guía experimentado e inconfundible, tal y como a continuación se refiere el Peregrino: “Mi guía espiritual me dejó que me marchara dándome su bendición y diciéndome que durante este espacio que haría el ejercicio de la oración, debería a menudo visitarlo y contarlo con todo detalle cada dificultad y duda que encontraría, porque la oración interior no puede progresar bien y con éxito sin la conducción de maestro espiritual…
... Por supuesto, las cosas fueron bien al principio, pero luego el esfuerzo cansaba mucho. Sentía pereza y tristeza. Me dominaba el sueño y las nubes de pensamientos de todo tipo me rodeaban.
Visité con tristeza a mi guía para confesar mi situación. Hijo mío, me dijo, te ha venido y asaltado encima tuyo el mundo de las tinieblas, porque aquel mundo no tiene nada peor que nuestra propia oración cordial. Este mundo de las tinieblas intenta con todos los medios de impedirte y alejarte de la oración del corazón. (Porque te tiene envidia y rabia. Porque si ganas, le quitas su posición. ¿Qué posición? Aquella posición de la que ha perdido una vez y la que perdió por haberse pensado querer ser igual y equivalente a Dios.) Pero el Dios nunca permite para el hombre que la tentación sea mayor que de lo que el ser humano necesita. Parece ser que tu humildad debe ser probada todavía, porque, a pesar de tu celo excesivo (y disposición) puede ser demasiado pronto para acercarse a la entrada más alta del corazón (es decir, para ingresar en algo más profundo en el área del corazón). Existe el temor de caer en el caos espiritual”.
Por esto, pues, también nosotros antes de empezar la oración de Jesús, es aconsejable repetir: "Señor, Kirie, enséñanos a orar” la noerá-espiritual y mística-secreta oración de Tus Santos Padres. Y el Señor con algún criado o siervo de Su confianza, guía-conductor bueno e inconfundible, nos enseñará el modo de manera que podamos nosotros también abrir y derramar nuestro corazón ante Aquel nuestro Dios y Salvador Jesús Cristo.
¡Por qué no hay nada más dulce, más hermoso y beneficioso que la comunicación espiritual con Cristo! Por lo tanto, en vez de estar refunfuñándonos y quejándonos o murmurar o decir cualquier otra cosa pecaminosa y sin ningún propósito, repitamos, pues, el “Kirie Jesús Cristo, o CristoDios eleisón me, compadécete de mí” incluso dentro en el templo también. Bajar la cabeza y “Kirie Jesús Cristo, o CristoDios eleisón me, compadécete de mí”.
¿Se ha endulzado el nus o espíritu del corazón de la psique-alma? Eh, no se desapega de la Oración u Bendición del corazón.
“¿El corazón ha gozado y deleitado? ¿Se ha esclavizado para siempre de la divina agapi (amor desinteresado e energía increada divina), del divino eros (amor ardiente)? ¿Alguna vez, quizás, lo habéis sentido y experimentado esto?
Lo que interesa a todos nosotros que vivimos en el mundo terriblemente pecador y sin vergüenza, es estar diciendo la oración “Kirie Jesús Cristo, o CristoDios eleisón me, compadécete de mí”, al principio y muchas veces oralmente, en voz alta o murmurando con un komposkini (tipo rosario ortodoxo) y después desde nuestro interior, en todas partes y siempre. Cuanto más se dice la Oración, con paciencia y calor de nuestra psique-alma, tanto más rápido se hará propiedad nuestra un nuevo τροπο tropo (modo, manera, forma) de vida. Entonces, una vez que hayan precedido muchos esfuerzos y muchas tentaciones, entonces estaremos sintiendo, experimentando y viviendo la oración en nuestro interior. Seremos amedrantados por la Oración “Kirie Jesús Cristo, o CristoDios eleisón me, compadécete de mí”, llenándonos de jaris (energía increada gracia) de la Oración Noerá Cordial o de Jesús, y seremos constituidos enteros una oración…!
Y entonces la divina Jaris energía increada Gracia estará brillando, resplandeciendo en nuestras caras, rostros. Dentro y medio de las tentaciones tendremos paz en el corazón. Dentro y medio de las persecuciones tendremos la jaris de la paciencia y de la ησυχία hisijía* por el buen testimonio de nuestra conciencia. No nos entristecerá nadie, el otro nos perseguirá, pero en nuestro interior estará reinando una dulzura paradójica, inefable e inexplicable!!!
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Traducido por Χρῆστος Χρυσούλας Jristos Jrisulas
ALFAωMEGA GRAN LÉXICO ORTODOXO HELÉNICO-ESPAÑOL
(Si no lo tiene me lo pide)
Ἡσυχία Hisijía o hesyquía: Hisijia 1Ped 3,4 4,7 5,8 en general es serenidad interior y exterior, sosiego, tranquilidad, calma, silencio.
Ἡσυχία (hisijía), en la tradición ortodoxa como término ascético-teológico, principalmente es la paz del corazón, el estado del nus en serenidad sin molestias, permanencia en Dios, la liberación del corazón de los loyismí pensamientos-reflexiones y liberación de los pazos influenciados por el ambiente de manera que permanezca en Dios. Es vivencia interior y no se relaciona necesariamente con las condiciones exteriores. La hisijía es el único camino por el que el hombre llega a la zéosis, o a semejanza. La hisijía del cuerpo es el ayudante para llegar el hombre a la hisijía noerá (espiritual del nus o espíritu del corazón).
San Simeón el Nuevo Teólogo dice: «Hisijía es estado imperturbable del nus y del corazón, serenidad, libertad y gozo de la psique, base sin olas, contemplación de la luz increada, rapto del nus, homilía ilustre y clara hacia Dios, ojo vigilante sin dormir, oración noerá o del corazón, asimilación y unión con Dios y finalmente zéosis y descanso sin dolor de los grandes dolores de la ascesis».
Hablando sobre la nipsis ortodoxa, entendemos la alerta, atención y prontitud del hombre en mantener y tener su nus limpio de distintos loyismí e imágenes que mortifican su libertad interior y su limpieza separándole de su comunión-conexión con Dios, que consiste en la gnosis de Dios. Esta nipsis se califica de los Padres de la Iglesia como “santa hisijía”.
Así, pues, hisijía entendemos el método aquel que utiliza todo hombre para unirse con Dios y superar la muerte, que es uno de los mayores problemas psicológicos del hombre.
Ήσυχασμός (hisijasmós) hesycasmo es el método de catarsis e iluminación del corazón y del nus humano, es la Cristocéntrica vida espiritual ortodoxa.
Con este término expresamos la totalidad de la lucha cristiana ortodoxa que trata de cumplir los mandamientos de Cristo, la lucha contra los pazos, la catarsis del corazón, la atracción de la divina Jaris (energía increada), la consecución de los dones divinos, la Iluminación espiritual y la Zéosis o deificación y, finalmente, la oración por todo el mundo.
En síntesis, la causa y finalidad de las creaciones de Dios: a dónde van y con quién deben de unirse para completarse y glorificarse; la visión contemplación de la increada luz, la manera que el hombre se va desarrollando y se transforma todo en luz, todo un ojo (nus), todo un sentido espiritual en Χριστóς Jristóς Cristo.
El método de la gnoseología sobrenatural en la tradición Ortodoxa se llama Hisijasmo y se identifica con la nipsis-catarsis del corazón. El hisijasmo se identifica con la Ortodoxia. El hisijasmo fuera de la praxis hisijasta es patrísticamente o de parte de los santos Padres Ortodoxos impensable.
El hisijasmo no tiene ninguna relación con el pietismo (exterior) todo lo contrario. El pietismo se ha desarrollado por los protestantes que trata de praxis exteriores, que no tienen nada de ver con lo interior. En la Ortodoxia hablamos de movimiento del como imagen al como semejanza y unión con Dios por la increada jaris, los misterios y la ascesis.
San Isaac el Sirio: La vida Hisijasta se practica principalmente la oración noerá o del corazón o de Jesús (el centro de las fuerzas psicosomáticas del hombre): «Jesús Cristo Kirie-Señor, eleisón me, compadécete, ten misericordia o compasión de mi, que soy pecador».
Ἡσυχασμός (hisijasmós) hesycasmo: forma de vida de los Monjes anacoretas, que buscaban a conectar y comunicarse con el Dios a través del aislamiento, la hisijía y el silencio.
El hisijasmo poco a poco se hizo un movimiento espiritual que consiste en autoconcentración, el recogimiento, la nipsis y la oración incesante, principalmente la oración del corazón o la invocación del nombre de Jesús: «Κύριε Ιησού Χριστέ, Υιέ του Θεού, ελέησόν με. Kirie Jesús Cristo Hijo de Dios, eleisón me». Primer maestro del Hisijasmo fue el alumno de Orígenes, Evagrio (399 dC). Fundadores y representantes del ortodoxo Hisijasmo son: San Macario de Egipto, san Diádoco de Fótica, San Juan el de la Escalera, san Simeón el Nuevo Teólogo, san Gregorio Palamás, san Nicodemo el Aghiorita, san Serafín de Sarof… y los santos actuales, san Justino Pópovits, San Paísios el Athonita y san Porfirios el Athonita.