HOMILÍAS EN LAS LECTURAS EVANGÉLICAS DE LOS DOMINGOS
Yérontas Gheorghios Kapsanis, Kazigúmenos-Co-guía del Monasterio Grigoriu de Athos (1935-2014, durmió en Señor el día del Pentecostés 2014)
2. En el 7º Domingo de Mateo, sobre la terapia “psicoterapia” de los dos ciegos
Aquí la palabra clave es la monóloga oración del corazón o de Jesús: «Κύριε, ἐλέησον» “Kirie eleison” es la oración más corta, condesada y concisa que lo dice todo. El “Kirie eleison” hace milagros. «Κύριε, ἐλέησον Kirie eleison» es una calificación, petición general de cada necesidad mía, de cada caso mío, de lo que me pasa y de lo que quiero y como no sé lo que voy a pedir, entonces digo a Dios, eleisón me” o “kirie eléison”, y Él sabe lo que me va a dar. Eléison ἐλέησον significa ten compasión, caridad, misericordia, clemencia, sanación, ayuda, alivio, consuelo, socorro... No tiene nada que ver con piedad que muchos lo traducen en castellano. Piedad en griego es ευσέβια (efsevia) de aquí viene el nombre Eusebio, piadoso en castellano o latino.
Pero decir, “Eléisonme ἐλέησον με Ten compasión, misericordia o caridad de mí”, implica no sólo el deseo de perdón que comienza del miedo, sino que se trata de la súplica sincera del amor filial, que pone mi esperanza en la misericordia de Dios, y uno reconoce humildemente que es demasiado débil para doblegar su propia voluntad y mantener una cuidadosa vigilancia sobre sí mismo. Es una llamada a la misericordia, es decir, a la jaris (gracia, energía increada) que se manifestará en el don por parte de Dios de la fuerza que nos permite resistir a la tentación y superar nuestras inclinaciones pecaminosas. Es como un deudor sin dinero que pide a su benigno acreedor no sólo que le condone la deuda sino que se compadezca también de su extrema pobreza y le dé una limosna; esto es lo que estas profundas palabras “Eléison me ἐλέησον με Ten compasión, misericordia o caridad de mí”, es como decir: «Dios misericordioso, perdona mis pecados y ayúdame a corregirme; despierta en mi psique-alma un fuerte impulso a seguir Tus mandatos. Dispensa Tu jaris (gracia divina, energía increada) en el perdón de mis pecados presentes, conscientes e inconscientes, y para que solo dirija hacia Ti la atención de mi nus, de mi mente, de mi voluntad y de mi corazón negligentes.»
En la lectura evangélica de hoy hemos escuchado sobre la terapia y psicoterapia (física y espiritual) de los dos ciegos, los cuales cuando el Señor se acerca empezaron a gritar: “…ἐλέησον ἡμᾶς, υἱὲ Δαυΐδ…eléison imás Ié David…Eleisón nos, compadécete o apiádate o ten misericordia de nosotros Hijo de David (Mt 9,27). Y como de los descendientes de David vendría el Mesías, cuando decían “Hijo de David”, es como si dijesen “tú que eres el Mesías, tú que eres el Cristo, es decir, tú que eres Dios eleisón nos”.
Y el Señor se acercó y no los sanó, “psicoterapió” inmediatamente, sino cuando los preguntó si creían. Por supuesto que creían, porque si no tuvieran fe no gritarían “Hijo de David eleisón nos”. Pero el Señor quería dar un ejemplo a todos nosotros de que la fe es cuestión y condición del milagro. O sea que cuando el hombre en su vida se encuentra en un callejón sin salida, cuando pide la ayuda de Dios, el Dios no puede operar si antes no tiene ni existe la fe del hombre, que expresa la libertad del hombre. Porque el hombre con su fe expresa su libertad y su agapi hacia Dios. Por tanto, cuando el Señor pidió fe de los dos ciegos, era como si pidiera de ellos el libre ofrecimiento de sus corazones y la agapi hacia a Él. Y cuando la oferta del corazón y la agapi existían, entonces les concedió también Su propia Jaris (energía increada, gracia divina), los bendijo y se realizó el milagro y los ciegos volvieron a ver.
Nosotros los Cristianos, los que tenemos la posibilidad, capacidad y bendición de ver física o corporalmente, sentimos que este milagro concierne también a nosotros. Porque en efecto, por un lado vemos físicamente, pero desde el aspecto espiritual -unos menos y otros más- padecemos de alguna ceguera. Nuestra ceguera consiste en lo siguiente: Creemos que vemos espiritualmente, pero no es así, no vemos. Porque si viésemos, veríamos las cosas que veían los Santos, estos que realmente tenían sus ojos (psíquicos) catartizados limpiados, sanados y curados; lo que ven los Santos es la doxa (gloria, luz increada) de Dios.
Pero también los santos Apóstoles al principio no veían. ¿Cuándo vieron? Pues, en la Santa Metamorfosis-Transformación del Señor vieron; entonces les fueron abiertos los ojos (psíquicos o espirituales) y vieron la doxa (gloria, luz increada) de Dios! Hasta en aquel momento no veían. Y nosotros creemos que vemos, pero no vemos. Pero si el Señor abre nuestros ojos entonces veremos Su doxa (gloria, luz increada).
Por eso nosotros también debemos estar gritando como los dos ciegos: “…ἐλέησον ἡμᾶς, υἱὲ Δαυΐδ…eléison imás Ié David…Eleisón nos compadécete o apiádate o ten misericordia de nosotros Hijo de David (Mt 9,27). Esto hoy en día lo decimos de la siguiente manera: “ΚΥΡΙΕ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΕ, ΥΙΕ ΤΟΥ ΘΕΟΥ ΕΛΕΗΣΟΝ ΜΕ, τόν αμρτωλόν Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…que soy pecador”. Es la misma oración. Esto que decían los dos ciegos “Hijo de David eleisón nos” nosotros lo decimos “Kirie-Señor, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…que soy pecador”. Y cuando decimos “eleisón me que soy pecador “, significa también ilumíname que estoy ciego. No significa sólo, compadécete de mí, ayúdame, etc., sino también ilumíname que estoy ciego.
Por tanto, cada vez que decimos la oración del corazón: “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…que soy pecador” debemos estar acercándonos hacia Jesús, tal y como los dos ciegos, en contacto consciente con las palabras de la oración y con conciencia de que Jesús está cerca, junto con nosotros. Nosotros le clamamos: “Hijo de David, eleisón nos”, y viene el Señor y nos dice: ¿qué quieres? Queremos ver. ¿Y qué ver? “A Ti queremos ver”, al Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre; a nuestro Sanador y Salvador, a nuestro Jesús queremos ver. Y cuando así persistentemente y con fe gritamos a Jesús, Él viene y escucha, y se acerca a nosotros, no sana, nos psicoterapia y nos ayuda volver a ver, tal y como revela la multitud de Santos de nuestra Iglesia, los cuales con la Jaris (gracia divina, energía increada) de Cristo volvieron a ver y vieron la doxa (gloria, luz increada) de Dios y también al mismo Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre Cristo y se ofrecieron a Él.
Entre los que volvieron a ver son también los santos de nuestra Iglesia que festejamos hoy, los santos Apóstoles de los setenta; Prójoro, Parmenás, Timon y Nicanor, y san Pablo de Xeropotamu Fundador del santo Monasterio de san Pablo de aquí de la Santa Montaña Athos que hoy es su fiesta.
Por tanto, existen los que vuelven a retomar la vista, porque se han ofrecido a Dios y piden a Jesús que vuelvan a ver. Pero existen también los Fariseos, los cuales si ven a alguien retomar la vista -y es Jesús que los hace volver a ver- y que se glorifica Dios, ellos en vez de alegrarse, como son instrumentos del diablo, envidian, calumnian y acusan. Y en vez de elogiar, condenan y reniegan, tergiversan y manipulan, difaman y calumnian.
Los Fariseos eran hombres religiosos, no eran ateos. Uno esperaría que se alegraran y glorificaran a Dios cuando vieron que Jesús curó los dos ciegos. Pero era tanta la perversión de ellos, sus egoísmos y sus maldades, de modo que en vez de agradecer y glorificar a Dios y al Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre Jesús, le acusaron. ¿Y de qué y cómo le acusaron? Pues, por la peor acusación que podrían imaginar y decir: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios» (Mt 9,34), porque a continuación curó también al sordomudo, quien era sordomudo porque tenía demonio. Y el Señor apenas expulsó al demonio, el sordomudo habló. Así que los Fariseos dijeron, “por el Príncipe de los demonios” nuestro Señor “expulsa a los demonios”. Le acusaron de que hace milagros en sinergia, cooperación con los demonios. ¿A quién? Pues, al Θεάνθρωπος Zeánzropos Dios-Hombre Jesús, a nuestro Señor y Dios.
Por eso, no nos sorprenda que en cada generación los herederos de los fariseos, cuando ven alguna buena obra que se hace en la Iglesia de Cristo, la acusan, difaman y calumnian, en vez de alegrarse y glorificar a Dios y elogiarLe. Siempre en la Iglesia existen “los que cometen escándalos” (Rom 16,17). Así que en cada época existen fariseos.
Deseamos y ojalá así sea que Dios ilumine a todos y a nosotros también para que no nos amarguemos cuando vemos estos escándalos, y no nos atormentemos y desanimemos.
Debemos continuar nuestra lucha por la Doxa-gloria de Dios y continuar haciendo esto que hicieron los dos ciegos de la lectura Evangélica de hoy. Con mucha humildad y con mucho anhelo gritando a Dios: Kirie-Señor, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…que soy pecador”.
MONOLOGA ORACIÓN DEL CORAZÓN
“50,19 Corazón quebrantado y humillado Dios no lo destruirá” Salmo 50,
Cristiano mío. Continuamente repita “ΚΥΡΙΕ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΕ, ΥΙΕ ΤΟΥ ΘΕΟΥ ΕΛΕΗΣΟΝ ΜΕ, Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”,
CON ESTA ORACIÓN EL SATANÁS Y SUS DEMONIOS SE VA CORRIENDO MÁS RÁPIDO QUE EL RAYO
CONOZCA QUE: Con esta oración continua se disiparán todos los conflictos, turbaciones, miedos, preocupaciones y angustias y el Cristo te ayudará a lograr y adquirir corazón quebrantado y exactamente entonces será destruida totalmente a la perfección la fuerza y energía del Satanás.
Tal y como uno teme tocar con la mano un hierro candente, así también el diablo teme el quebrantamiento del corazón, que lo provoca la oración “ΚΥΡΙΕ ΙΗΣΟΥ ΧΡΙΣΤΕ, ΥΙΕ ΤΟΥ ΘΕΟΥ ΕΛΕΗΣΟΝ ΜΕ, Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
El quebrantamiento del corazón que provoca esta oración consistente, expulsa el pecado y toda vileza, astucia y energía satánica, humilla la exaltación del Lúcifer y asegura la psicoterapia, sanación y salvación de la psique-alma.
Ante un corazón quebrantado con la oración de “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”, el Satanás y sus demonios salen corriendo más rápido que un rayo.
Tal y como no puedes medir los movimientos de las alas de la abeja cuando está volando, así con esta rapidez no puedes percibir los pasos rápidos del Satanás, cuando se marcha del rostro del corazón quebrantado con la continua oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
Tal y como aquel que habla públicamente sobre el fuego, pero apenas esté rodeado del fuego inmediatamente se detiene y sale corriendo, así también el Satanás que habla públicamente sobre cada mal, se detiene y se marcha del rostro del corazón quebrantado- después de la oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
Cuando el demonio examina tu corazón que dice la oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”, primero prepara sus pasos para salir corriendo de su miedo no vaya a ser que se destruya su corazón con esta monologa oración.
Cada virtud asusta al demonio, en la medida en que la liebre se asusta cuando es perseguida por el perro. Igual que la liebre siente y percibe que difícilmente escapa de los galgos durante la persecución, así también el demonio tiene por seguro que más que ninguna otra virtud le alcanzará antes el rayo del corazón quebrantado por la oración“Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”.
Los gorriones no temen tanto el ímpetu del águila, como el demonio teme el ímpetu del corazón quebrantado por la oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
Igual que la serpiente más que cualquier otra herida tiene miedo a las uñas del gato, así también el demonio más que ninguna otra virtud teme el quebrantamiento del corazón por la oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
Son venenosas para la serpiente las uñas del gato, pero en la psique-alma son siete veces más venenosas las uñas del diablo, en cambio el quebrantamiento del corazón para el diablo es setenta veces más venenoso que sus propias uñas, después de la monologa Oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…”
No tengas miedo ni te asustes del quebrantamiento del corazón, porque de este modo te tendrán miedo los demonios.
Aquel que quebranta su corazón con la oración “Kirie, Jesús Cristo, Hijo y Logos de Dios, eleisón me, compadécete de mi…” tiene al Satanás como una hormiga debajo de sus pies y no se asusta. Aquel que no quebranta su corazón, tiene el satanás como un león, por eso siempre se asusta y tiene miedo. ¿Has sudado por tu tristeza y angustia orando desde las profundidades de tu corazón? Χαίρε Jere alégrate, porque en praxis operación o acción has imitado el Sudor de tu CristoDios, el cual se convirtió en un coágulo de sangre en su oración, cayendo sobre la tierra.
Adaptación y compilación de un antiguo manuscrito de Monasterio de Kostamonitou, Monte Athos.
Ver también:
http://www.logosortodoxo.com/oracion/la-oracion-de-jesus-o-del-corazon/
Traducido por Jristos Jrisulas Χρῆστος Χρυσούλας
www.logosortodoxo.com
¡!!Χάρις Jaris energía increada divina gracia y no des-gracia creada humana, para todos!!!