El apóstol se refiere a la ley de Moisés en su mente y a los deseos dela carne en sus miembros.
Una, la que está en su mente y que es le dio en Sinaí, es una norma de vida espiritual porque va dirigida al espíritu, la otra es una norma de vida carnal heredada del primer Adán.
En un descendiente del primer Adán siempre vencen los deseos de la carne, el espíritu es vencido por los deseos de la carne, esa es la naturaleza heredada por nosotros, somos seres muertos espiritualmente, y eso no significa que no tengamos espíritu, significa que nuestro espíritu no domina los deseos carnales, los deseos de la carne nos dominan, Adán si dominaba los deseos carnales, hasta que calló en el dominio de ellos al pecar.
La ley es espiritual y está en la mente de todo Judío, pero todo Judío es dominado por los deseos de la carne, eso es una ley que está en sus miembros lo lleva cautivo a desobedecer la ley que está en sus mentes y que quieren obedecer.
La ley no puede ser obedecida por un descendiente del primer Adán, a menos que se les dé una ley que no sea espiritual, que sea carnal, que pueda ser satisfecha con los deseos de la carne, por ejemplo si la ley dijera, miente, roba, desea la mujer de tu prójimo, adultera, debes de levantar falsos testimonios etc. etc. entonces sí, un descendiente del primer Adán podría cumplirla a la perfección.