¿Qué CONSIDERAS TÚ que ES el PECADO ORIGINAL?
- Autor Miniyo
- Fecha de inicio
Miniyo;n3123976 dijo:
Fíjate en la alusión al escorpión, el aguijón y el veneno. Analicemos la idea a la luz de Romanos 7:13 y 1ª Cor 15:56.
En Corintios Pablo parece decir que el pecado es el aguijón y el poder del aguijón (el veneno) es la Ley.
Luego en Romanos parece decir lo contrario, que el aguijón es la Ley y el veneno es mi pecado.
Yo creo que si defendemos el cuadro del escorpión tal y como lo presenta Corintios, el texto de Romanos nos aclara lo que sucede. El culpable de mi muerte, dice ahí, es mi pecado, y este pecado UTILIZA la Ley (que es buena) para matarme. Viéndolo así, 1ª Corintios 15:56 encaja perfectamente. Como tú subrayas, ¡el poder del pecado es la Ley! Claro, mi pecado no podría matarme si no hubiera una Ley que condenara mi pecado y lo señalara como tal. Dicho de otro modo, el aguijón por sí sólo no me mata. El aguijón necesita un poder detrás que lo respalde. Lo hemos llamado veneno... pero es una alegoría. No es "veneno" en su esencia, sino que se convierte en "veneno" cuando atraviesa el aguijón/jeringuilla de mi maldad.
De hecho, como dice a Timoteo, la Ley ni siquiera es para el santo. Al santo el escorpión de la muerte nunca le alcanza.
Mucho amor en Su luz,
Ibero
Encontre esto que quiero compartir: [h=3]Por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo (Sb 1,13-15; 2,23-24)[/h]
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13º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura [SUP]13[/SUP] Dios no hizo la muerte,
ni se goza con la pérdida de los vivientes.
[SUP]14[/SUP] Sino que creó todas las cosas para que existieran:
las criaturas del mundo son saludables,
no hay en ellas veneno mortífero,
ni el mundo del Hades reina sobre la tierra:
[SUP]15[/SUP] porque la justicia es inmortal.
[SUP]2,23[/SUP] Porque Dios creó al hombre para la incorruptibilidad
y lo hizo a imagen de su propia eternidad.
[SUP]24[/SUP] Mas por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo,
y la experimentan los que son de su bando.
La afirmación central es que Dios no es autor de la muerte, sino que la muerte vino como consecuencia del pecado. Desde esta convicción el autor inspirado ve la muerte física como símbolo de la muerte espiritual, la verdadera muerte, que consiste en la separación definitiva de Dios (cfr 3,1-9). Estas palabras se aclaran a la luz de 2,23-24 y desde ellas San Pablo interpreta la muerte como consecuencia del pecado original (cfr Rm 5,12-15).
El presente pasaje de Sabiduría permite mirar con optimismo la creación, pues no procede de ella el germen de destrucción, ya que Dios es el autor de la vida y lo que concierne a Dios, la justicia (cfr 1,1-2), no muere.
El error de los impíos es pensar que después de la muerte no hay nada más. Pero este razonamiento va unido a la maldad de sus vidas, al no reconocimiento de los designios divinos y al desprecio de la vida de los justos. Frente a aquéllos, el autor inspirado afirma con fuerza cuál fue el proyecto divino sobre el hombre al crearlo y por qué existe la muerte (vv. 23-24).
Pero de nuevo «muerte» tiene aquí, en primer lugar, un sentido abarcante: equivale a la pérdida de la incorruptibilidad que, para el autor del libro, se da más allá de la muerte física.
La muerte que entró en el mundo por envidia del diablo, y que experimentan quienes le pertenecen, es quedar reducido a nada; ser sin más «un cadáver deshonroso» (4,19), porque se ha perdido la dimensión incorruptible que viene de Dios. Esta exposición doctrinal supone los relatos del Génesis: el de la creación del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26) y, por tanto, con un principio de inmortalidad; y el relato de la caída original, provocada por el diablo, con la consecuente pérdida de aquella inmortalidad (cfr Gn 3-4).
Pero el autor de Sabiduría va más allá: la «inmortalidad» —entendida por él como «incorruptibilidad»— de la persona en su totalidad psico-somática, sólo la pierden quienes obedecen al diablo. A partir de esta interpretación, y a la luz de la Resurrección de Jesucristo, San Pablo enseña que la muerte, tanto física como espiritual, llega a todos los hombres por el pecado de Adán; pero a todos llega también, por Cristo, nuevo Adán, la redención de la muerte.
El diablo, en griego diabolós, significa «acusador, calumniador» y es la traducción ordinaria del hebreo Satán. El relato del Génesis no es citado aquí de modo expreso, pero está en el trasfondo ya que ahí se identifica a la serpiente con el enemigo de Dios y del hombre.
Los autores del Nuevo Testamento recordarán que el diablo fue homicida desde el principio (cfr Jn 8,44); y el Apocalipsis, al relatar el combate entre ángeles buenos y malos, afirmará: «Fue arrojado aquel gran dragón, la serpiente antigua, llamado Diablo y Satanás, que seduce a todo el universo» (Ap 12,9).
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13º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura [SUP]13[/SUP] Dios no hizo la muerte,
ni se goza con la pérdida de los vivientes.
[SUP]14[/SUP] Sino que creó todas las cosas para que existieran:
las criaturas del mundo son saludables,
no hay en ellas veneno mortífero,
ni el mundo del Hades reina sobre la tierra:
[SUP]15[/SUP] porque la justicia es inmortal.
[SUP]2,23[/SUP] Porque Dios creó al hombre para la incorruptibilidad
y lo hizo a imagen de su propia eternidad.
[SUP]24[/SUP] Mas por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo,
y la experimentan los que son de su bando.
La afirmación central es que Dios no es autor de la muerte, sino que la muerte vino como consecuencia del pecado. Desde esta convicción el autor inspirado ve la muerte física como símbolo de la muerte espiritual, la verdadera muerte, que consiste en la separación definitiva de Dios (cfr 3,1-9). Estas palabras se aclaran a la luz de 2,23-24 y desde ellas San Pablo interpreta la muerte como consecuencia del pecado original (cfr Rm 5,12-15).
El presente pasaje de Sabiduría permite mirar con optimismo la creación, pues no procede de ella el germen de destrucción, ya que Dios es el autor de la vida y lo que concierne a Dios, la justicia (cfr 1,1-2), no muere.
El error de los impíos es pensar que después de la muerte no hay nada más. Pero este razonamiento va unido a la maldad de sus vidas, al no reconocimiento de los designios divinos y al desprecio de la vida de los justos. Frente a aquéllos, el autor inspirado afirma con fuerza cuál fue el proyecto divino sobre el hombre al crearlo y por qué existe la muerte (vv. 23-24).
Pero de nuevo «muerte» tiene aquí, en primer lugar, un sentido abarcante: equivale a la pérdida de la incorruptibilidad que, para el autor del libro, se da más allá de la muerte física.
La muerte que entró en el mundo por envidia del diablo, y que experimentan quienes le pertenecen, es quedar reducido a nada; ser sin más «un cadáver deshonroso» (4,19), porque se ha perdido la dimensión incorruptible que viene de Dios. Esta exposición doctrinal supone los relatos del Génesis: el de la creación del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26) y, por tanto, con un principio de inmortalidad; y el relato de la caída original, provocada por el diablo, con la consecuente pérdida de aquella inmortalidad (cfr Gn 3-4).
Pero el autor de Sabiduría va más allá: la «inmortalidad» —entendida por él como «incorruptibilidad»— de la persona en su totalidad psico-somática, sólo la pierden quienes obedecen al diablo. A partir de esta interpretación, y a la luz de la Resurrección de Jesucristo, San Pablo enseña que la muerte, tanto física como espiritual, llega a todos los hombres por el pecado de Adán; pero a todos llega también, por Cristo, nuevo Adán, la redención de la muerte.
El diablo, en griego diabolós, significa «acusador, calumniador» y es la traducción ordinaria del hebreo Satán. El relato del Génesis no es citado aquí de modo expreso, pero está en el trasfondo ya que ahí se identifica a la serpiente con el enemigo de Dios y del hombre.
Los autores del Nuevo Testamento recordarán que el diablo fue homicida desde el principio (cfr Jn 8,44); y el Apocalipsis, al relatar el combate entre ángeles buenos y malos, afirmará: «Fue arrojado aquel gran dragón, la serpiente antigua, llamado Diablo y Satanás, que seduce a todo el universo» (Ap 12,9).
Miniyo;n3123946 dijo:
exacto ,,en que ayuda la obediencia de un angel a la humanidad caida???
en nada
la obediencia de un extraterrestre???
en nada
de un humanoide con apariencia de hombre pero no realmente de naturaleza humana??
en nada
solo un verdadero hombre podia reclamar y ser el modelo de una nueva relacion con Dios en torno al pecado de nuestra raza humana
jesus tenia que fielmente representar a la raza humana en el contexto historico en que se encontraba
salmo51;n3124069 dijo:
Cristo en la carne heredo el cdbydm el cual no es pecado sino que induce al pecado
, no obstante el cdbydm aunque indujo a jesus a pecar no pudo hacer que jesus pecara .
Miniyo;n3123924 dijo:
¡Cómo complican y confunden la relación con Dios, con tanta interpretación teológica!
salmo51;n3124069 dijo:
Nadie heredó el pecado original.
Y aunque hubiera existido un primer pecado, no hubiera sido justo cargárselo a toda la humanidad.
Eso es un relato simbólico para explicar las inclinaciones propias de la naturaleza humana imperfecta.
Cada uno es responsable de sus propios pecados. Los pecados no se heredan.
Jesús no vino a pagar por los pecados. Vino a enseñarnos que el camino del amor, del perdón y de la misericordia, es EL ÚNICO hacia Dios.
IBERO;n3123992 dijo:
No siempre la expresión Ley refiere a la Ley de Dios. Para identificar a cual Ley se refiere, en todos los casos se debe analizar el contexto.
Nuestro dogma nos dice que la Ley de Dios mata aun cuando Pablo después de analizar la relación del pecado con la Ley dice: EN NINGUNA MANERA LO QUE ES BUENO VINO A SER MUERTE PARA MI.
A lo que Pablo refiere con "el poder del pecado es la Ley", es al empoderamiento que da la ley al pecado.. y que aprovechándose de ese empoderamiento, el pecado nos mata..
Pablo también dice que el Pacto del Sinaí da hijos para esclavitud. Pablo nunca refiere a la esclavitud de la Ley, sino a la esclavitud del pecado..Por lo tanto: El Pacto del Sinaí da hijos para esclavitud del Pecado.
Entonces es el Pacto del Sinaí el que empodera al pecado..
Pero el Pacto del Sinaí es bueno y, lo que es bueno en ninguna manera vino a ser muerte para mí, sino que el pecado, aprovechándose de lo que es bueno, me engañó y, por él, ME mató.
¿Qué mandamiento (ley) del Pacto Sinaitico da pie a que el pecado se empodere, se aproveche de ella, me engañe y me mate?.
Analicemos el Pacto Sinaitico para identificar su punto débil, por el cual, lo que fue para vida, vino a ser muerte para mí.
hectorlugo;n3123936 dijo:
En su muerte somos reconciliados con Dios y en su resurrección vivificados.
Su muerte nos redime, su resurrección nos salva.
Sin embargo, existe otro ángulo, que por lo general, no lo analizamos..
El hombre mató a Cristo. Dios lo resucitó.
La Ley mató a un inocente. Dios lo reivindicó con su resurrección.
La justicia de la Ley. . La Justicia de Dios.
Trapo de Inmundicia . Santidad, Justicia, Rectitud.
No es la Ley de Dios quien mató a Cristo, sino la Ley de los hombres, la Ley del Pecado.
[h=1]Colosenses 2:14-16Reina-Valera 1960 (RVR1960)[/h] [SUP]14 [/SUP]anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
[SUP]15 [/SUP]y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
[SUP]16 [/SUP]Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
¡Con lo sencillo de entender que es ama al prójimo como a ti mismo. Todo lo que hagas con los demás a MI me lo haces y yo te diré: ven bendito de mi Padre...Y hay que ver cómo lo complican con las teologías e interpretaciones personales y religiosas.
Dios no necesita que nadie muera para perdonarnos, así que Jesús no vino a pagar por los pecados de los hombres, porque cada uno paga por sus pecados.
Jesús fue sólo humano, y su naturaleza fue igual que la nuestra, fue tentado como todos, pero resistió a la tentación.
Todo lo demás es pura teología que intenta interpretar a Dios, pero sus conclusiones son cosa suya, no de DIos. El que crea que es cosa de DIos, allá él. Pero que no juzgue a los que no podemos creerlo.
Dios no necesita que nadie muera para perdonarnos, así que Jesús no vino a pagar por los pecados de los hombres, porque cada uno paga por sus pecados.
Jesús fue sólo humano, y su naturaleza fue igual que la nuestra, fue tentado como todos, pero resistió a la tentación.
Todo lo demás es pura teología que intenta interpretar a Dios, pero sus conclusiones son cosa suya, no de DIos. El que crea que es cosa de DIos, allá él. Pero que no juzgue a los que no podemos creerlo.
Lean y mediten bien lo que escriben Javan y Martamaria acerca de este tema del pecado, aquí ellos están proveyendo muy buen entendimiento.
Ahora, como curiosidad, pecado es simplemente pecado.
La biblia implica que los hombres heredaron la inclinación al pecado después que Adán y Eva comieron del fruto prohibido.
La pregunta del millòn de dólares es ¿quién le puso ese nombre "pecado original`?
¿Acaso no fue el catolicismo?
http://ec.aciprensa.com/wiki/Pecado_Original
Si fue el catolicismo ¿qué hace el resto de creyentes de otras denominaciones religiosas obedeciendo una doctrina del catolicismo?
Ahora, como curiosidad, pecado es simplemente pecado.
La biblia implica que los hombres heredaron la inclinación al pecado después que Adán y Eva comieron del fruto prohibido.
La pregunta del millòn de dólares es ¿quién le puso ese nombre "pecado original`?
¿Acaso no fue el catolicismo?
http://ec.aciprensa.com/wiki/Pecado_Original
Si fue el catolicismo ¿qué hace el resto de creyentes de otras denominaciones religiosas obedeciendo una doctrina del catolicismo?
Vamos a poner algunas cosas en claro:
Una cosa es el pecado como comportamiento y otra el pecado como el mal en si mismo.
A esta palabra se la usa para significar un comportamiento transgresor pero también se la usa para identificar una naturaleza o ley o inclinación. Como al mismo mal en si mismo.
Déjenme mostrarles:
Romanos 7
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
En estos versos de Romanos el apóstol esta hablando del pecado como si fuera algo con vida propia.
Como sujeto y no como verbo.
Piensen en lo que esto que voy a escribir significa.
Nosotros no somos "pecadores" porque pecamos sino que pecamos porque somos "pecadores".
Acá "pecador" refiere a naturaleza y no meramente a alguien que práctica el pecado.
Adán no era "pecador". No tenía una naturaleza vendida al mal.
El fue "pecador" porque pecó. Acá pecador refiere al que comete pecado.
Entonces "pecador" es el que comete pecados o el que, aun sin cometerlos ya tiene una naturaleza pecadora.
Adán se hizo pecador porque pecó en cambio nosotros pecamos porque ya nacemos pecadores.
La naturaleza de un cuervo es comer carroña y no alpiste.
Yo puedo agarrar a un cuervito recién nacido y alimentarlo a alpiste pero al momento que me distraiga, el cuervito volará sobre la carroña y se alimentará de ella, porque eso ya está en su naturaleza.
Esto resuelve el problema tremendo que tenemos con los bebes....
¿Un bebe es un pecador?
Depende...
Si estamos queriendo preguntar si este bebe ha cometido pecados, la respuesta es: No es un pecador.
Pero si lo que estamos queriendo preguntar es si este bebe ha nacido con una inclinación al pecado, con una naturaleza pecadora, la respuesta será: Si es "pecador".
Todo los bebes nacen "sin pecado" (comportamientos trasgresores) pero "con pecado" en la carne que no quiere decir otra cosa que una naturaleza pecadora.
Cuando este bebito comience a hacer de la suyas al igual que el cuervito de nuestro ejemplo, se rebelara contra Dios y le desobedecerá.
Romanos 7
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Una cosa es el pecado como comportamiento y otra el pecado como el mal en si mismo.
A esta palabra se la usa para significar un comportamiento transgresor pero también se la usa para identificar una naturaleza o ley o inclinación. Como al mismo mal en si mismo.
Déjenme mostrarles:
Romanos 7
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
En estos versos de Romanos el apóstol esta hablando del pecado como si fuera algo con vida propia.
Como sujeto y no como verbo.
Piensen en lo que esto que voy a escribir significa.
Nosotros no somos "pecadores" porque pecamos sino que pecamos porque somos "pecadores".
Acá "pecador" refiere a naturaleza y no meramente a alguien que práctica el pecado.
Adán no era "pecador". No tenía una naturaleza vendida al mal.
El fue "pecador" porque pecó. Acá pecador refiere al que comete pecado.
Entonces "pecador" es el que comete pecados o el que, aun sin cometerlos ya tiene una naturaleza pecadora.
Adán se hizo pecador porque pecó en cambio nosotros pecamos porque ya nacemos pecadores.
La naturaleza de un cuervo es comer carroña y no alpiste.
Yo puedo agarrar a un cuervito recién nacido y alimentarlo a alpiste pero al momento que me distraiga, el cuervito volará sobre la carroña y se alimentará de ella, porque eso ya está en su naturaleza.
Esto resuelve el problema tremendo que tenemos con los bebes....
¿Un bebe es un pecador?
Depende...
Si estamos queriendo preguntar si este bebe ha cometido pecados, la respuesta es: No es un pecador.
Pero si lo que estamos queriendo preguntar es si este bebe ha nacido con una inclinación al pecado, con una naturaleza pecadora, la respuesta será: Si es "pecador".
Todo los bebes nacen "sin pecado" (comportamientos trasgresores) pero "con pecado" en la carne que no quiere decir otra cosa que una naturaleza pecadora.
Cuando este bebito comience a hacer de la suyas al igual que el cuervito de nuestro ejemplo, se rebelara contra Dios y le desobedecerá.
Romanos 7
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.