Re: PORQUE USTED NO DEBE CREER EN LA TRINIDAD
Estimado aitor. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Veamos entonces lo que no entiendes.
1.- Tenemos al Padre celestial, el anciano de días.
2.- Tenemos al Hijo del hombre, nuestro Señor Jesucristo quién se encarnó para salvarnos, y aparece en la historia sagrada como "El ángel de Jehová", como "Miguel arcángel", como el "Niño de Belén", como el "Caminante de Emaús resucitado", etc...
3.- Y tenemos al Espíritu Santo quién nos constriñe de pecado y nos enseña el buen camino.
Yo cuento tres personas de la divinidad. ¿Y tú?
Al parecer no te cuadran ya que tu doctrina católica te enseña que "María" es parte de la divinidad, y le agregan al "Papa" tal como lo proclamó Alfonso María Ligorio, Obispo y Doctor de tu Iglesia
Respondo: La obra de intercesión se realizaba en el lugar santo, no en el santísimo. La obra del santísimo sólo se cumplía en el día del juicio. Pero esto es verdad sólo para el sacerdocio humano, que necesitaba un "velo" para no estar delante de la presencia de Dios.
Por eso, cuando la sangre de la ofrenda por el pecado del transgresor, debía ser rociada sobre la Ley que estaba en el lugar santísimo, ensuciaba el "velo", es decir la "carne" del Salvador (Heb. 10:20), que se interponía para salvar al pecador de la condena de la ley.
Y cuando a "las oraciones de los santos" se las representaba en el lugar santo con el "incienso" perfumado del altar (Apoc. 5:8), debía llegar al lugar santísimo, pues tanto la intercesión diaria como el juicio siempre debía dirigirse al lugar santísimo. Si no llegaba al santísimo o trono de Dios, no había perdón. Por eso al trono se le llama el "trono de la gracia" (Heb. 4:16), y no solamente "trono de juicio" (Prov. 20:8). Esto es muy importante.
Como en el A.T. el perdón era efectivo sólo por la obra con juramento en el templo celestial —los sacrificios terrenales no tenían ningún valor en sí (Heb. 10:1-4)—, ya se registraba el perdón en los libros del cielo (Sal. 69:28; Mal. 3:16; Isa. 65:6,7; Neh. 13:14): "Que perdone ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito" (Éxo. 33:32). Entonces "él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía" (Sal. 78:38. Ver Núm. 14:19; Sal. 32:1; Isa. 6:7; 43:25). Por eso el Señor ya podía decir: "Yo deshice como una nube tus rebeliones [...] tus pecados, vuélvete a mí [debía volver a pedir la justificación], porque yo te redimí" (Isa. 44:22; 45:22). "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia" (Gén. 15:6).
Puesto que el ritual terrenal no tenía valor real, Zacarías dice que el sumo sacerdote Josué (Esd. 2:2) tuvo que ser perdonado por el "ángel de Jehová" —Cristo, "el Renuevo"— (Zac. 3:1-8).
"Hasta entonces [Cristo, antes de la cruz] había obrado como intercesor por otros". En el Calvario "Jesús estaba ganando el derecho de llegar a ser el abogado de los hombres ante el Padre". Es decir, que el perdón que ofrecía desde el cielo era sólo condicional, pues todavía no había derramado su sangre.
Cristo "Se dirigía al trono de Dios, para ser honrado por los ángeles, principados y potestades. Había iniciado su obra de mediación. Revestido de autoridad ilimitada, dio su mandato a sus discípulos: "Id, pues, y haced discípulos".
"Había enviado el Espíritu Santo del cielo a sus seguidores como prueba de que, como sacerdote y Rey, había recibido toda autoridad". "Jesús estaba adquiriendo [en la cruz] el derecho a ser abogado de los hombres en la presencia del Padre".
Notemos que el Señor no fue a la diestra de Dios sólo para ser honrado, ungido y confirmado en su trono, sino también para iniciar con autoridad (no inaugurar( su obra de mediación (Heb. 8:1,6).
De esta manera cumplió la profecía de Zacarías: "Se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado [...]. Y los que están lejos vendrán, y ayudarán a edificar el templo de Jehová" (Zac. 6:13-15pp.).
Ya era "sacerdote" del "orden de Melquisedec" a la "diestra" de Dios (Sal. 110:4,5). Pero desde la crucifixión con pleno derecho.
Zacarías nos confirma que una parte del santuario celestial es real y eterno. Otra parte, durante el reino de la gracia, se edifica espiritualmente con el pueblo de Dios en la tierra (1 Ped. 2:5,9).
Pablo aclara que el "verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre", está en el "trono" de Dios donde Cristo "se sentó a la diestra" del Padre, y donde oficia de "mediador de un mejor pacto" (Heb. 8:1-6).
Respondo: No tan aprisa con tu crítica. Nuestro Señor es compasivo y misericordioso, a la vez muy meticuloso en el sentido de encontrar en cada ser humano algo bueno y positivo. Él no hace las cosas al lote ni de manera apresurada sino que es paciente no queriendo que ninguno perezca sino que se arrepientan para que sean salvos.
Si en época de Noé el juicio a esa raza pecadora que fue amonestada, se demoró por 120 años, ¿Cuánto se demorará en esta última generación luego de 1844, con el mensaje final de advertencia?
"Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.".. "Adorad al que hizo los cielos, la tierra...."
Respondo: No te olvides que aún los pensamientos y las intenciones del corazón cuentan.
¿Cuántos millones de seres humanos pasaremos por el juicio de Dios para ser evaluados y clasificados entre corderos y cabras? ¿Eso demora para tí un segundo, si consideras a las personas como mercadería y sus almas se pueden comprar y vender?
En cambio nuestro Señor Dice: Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. Apocalipsis 3:12.
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono." Apocalipsis 3:20,21.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo
Estimado aitor. Saludos cordiales.
Tú dices:
a ver chalado si eres coherente, lo que debes querer decir es "cuatrinidad" ya que tu eres de esos que dicen que Cristo es el arcángel Miguel. o ya no lo dices
Respondo: Veamos entonces lo que no entiendes.
1.- Tenemos al Padre celestial, el anciano de días.
2.- Tenemos al Hijo del hombre, nuestro Señor Jesucristo quién se encarnó para salvarnos, y aparece en la historia sagrada como "El ángel de Jehová", como "Miguel arcángel", como el "Niño de Belén", como el "Caminante de Emaús resucitado", etc...
3.- Y tenemos al Espíritu Santo quién nos constriñe de pecado y nos enseña el buen camino.
Yo cuento tres personas de la divinidad. ¿Y tú?
Al parecer no te cuadran ya que tu doctrina católica te enseña que "María" es parte de la divinidad, y le agregan al "Papa" tal como lo proclamó Alfonso María Ligorio, Obispo y Doctor de tu Iglesia
osea que ascendió al lugar santo, lo tuvieron haciendo maniobras durante una temporada y luego le autorizaron a entrar al lugar santísimo para hacer el indio en un juicio que no acaba nunca.
Respondo: La obra de intercesión se realizaba en el lugar santo, no en el santísimo. La obra del santísimo sólo se cumplía en el día del juicio. Pero esto es verdad sólo para el sacerdocio humano, que necesitaba un "velo" para no estar delante de la presencia de Dios.
Por eso, cuando la sangre de la ofrenda por el pecado del transgresor, debía ser rociada sobre la Ley que estaba en el lugar santísimo, ensuciaba el "velo", es decir la "carne" del Salvador (Heb. 10:20), que se interponía para salvar al pecador de la condena de la ley.
Y cuando a "las oraciones de los santos" se las representaba en el lugar santo con el "incienso" perfumado del altar (Apoc. 5:8), debía llegar al lugar santísimo, pues tanto la intercesión diaria como el juicio siempre debía dirigirse al lugar santísimo. Si no llegaba al santísimo o trono de Dios, no había perdón. Por eso al trono se le llama el "trono de la gracia" (Heb. 4:16), y no solamente "trono de juicio" (Prov. 20:8). Esto es muy importante.
Como en el A.T. el perdón era efectivo sólo por la obra con juramento en el templo celestial —los sacrificios terrenales no tenían ningún valor en sí (Heb. 10:1-4)—, ya se registraba el perdón en los libros del cielo (Sal. 69:28; Mal. 3:16; Isa. 65:6,7; Neh. 13:14): "Que perdone ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito" (Éxo. 33:32). Entonces "él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía" (Sal. 78:38. Ver Núm. 14:19; Sal. 32:1; Isa. 6:7; 43:25). Por eso el Señor ya podía decir: "Yo deshice como una nube tus rebeliones [...] tus pecados, vuélvete a mí [debía volver a pedir la justificación], porque yo te redimí" (Isa. 44:22; 45:22). "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia" (Gén. 15:6).
Puesto que el ritual terrenal no tenía valor real, Zacarías dice que el sumo sacerdote Josué (Esd. 2:2) tuvo que ser perdonado por el "ángel de Jehová" —Cristo, "el Renuevo"— (Zac. 3:1-8).
"Hasta entonces [Cristo, antes de la cruz] había obrado como intercesor por otros". En el Calvario "Jesús estaba ganando el derecho de llegar a ser el abogado de los hombres ante el Padre". Es decir, que el perdón que ofrecía desde el cielo era sólo condicional, pues todavía no había derramado su sangre.
Cristo "Se dirigía al trono de Dios, para ser honrado por los ángeles, principados y potestades. Había iniciado su obra de mediación. Revestido de autoridad ilimitada, dio su mandato a sus discípulos: "Id, pues, y haced discípulos".
"Había enviado el Espíritu Santo del cielo a sus seguidores como prueba de que, como sacerdote y Rey, había recibido toda autoridad". "Jesús estaba adquiriendo [en la cruz] el derecho a ser abogado de los hombres en la presencia del Padre".
Notemos que el Señor no fue a la diestra de Dios sólo para ser honrado, ungido y confirmado en su trono, sino también para iniciar con autoridad (no inaugurar( su obra de mediación (Heb. 8:1,6).
De esta manera cumplió la profecía de Zacarías: "Se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado [...]. Y los que están lejos vendrán, y ayudarán a edificar el templo de Jehová" (Zac. 6:13-15pp.).
Ya era "sacerdote" del "orden de Melquisedec" a la "diestra" de Dios (Sal. 110:4,5). Pero desde la crucifixión con pleno derecho.
Zacarías nos confirma que una parte del santuario celestial es real y eterno. Otra parte, durante el reino de la gracia, se edifica espiritualmente con el pueblo de Dios en la tierra (1 Ped. 2:5,9).
Pablo aclara que el "verdadero tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre", está en el "trono" de Dios donde Cristo "se sentó a la diestra" del Padre, y donde oficia de "mediador de un mejor pacto" (Heb. 8:1-6).
según tu Cristo es un vago redomado incapaz de acabar un juicio que dura ya decenas de años
Respondo: No tan aprisa con tu crítica. Nuestro Señor es compasivo y misericordioso, a la vez muy meticuloso en el sentido de encontrar en cada ser humano algo bueno y positivo. Él no hace las cosas al lote ni de manera apresurada sino que es paciente no queriendo que ninguno perezca sino que se arrepientan para que sean salvos.
Si en época de Noé el juicio a esa raza pecadora que fue amonestada, se demoró por 120 años, ¿Cuánto se demorará en esta última generación luego de 1844, con el mensaje final de advertencia?
"Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.".. "Adorad al que hizo los cielos, la tierra...."
¿qué pasa? ¿los ordenadores de Cristo también sufren ataques de hackers que borran contraseñas como paso con tu contraseña en forocristaino?
Respondo: No te olvides que aún los pensamientos y las intenciones del corazón cuentan.
¿Cuántos millones de seres humanos pasaremos por el juicio de Dios para ser evaluados y clasificados entre corderos y cabras? ¿Eso demora para tí un segundo, si consideras a las personas como mercadería y sus almas se pueden comprar y vender?
En cambio nuestro Señor Dice: Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. Apocalipsis 3:12.
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono." Apocalipsis 3:20,21.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo