Estimado edgar. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Tu vano intento de torcer y refutar la Palabra de Dios fracasa como era previsible.
Abimelec y José se opusieron a cometer adulterio a pesar de que este mandamiento no aparece escrito sino hasta Sinaí. Abimelec declara que no quería cometer " tan grande pecado" (Gén. 20:9), y José prefirió huir antes que ceder a la tentación (Gén. 39:11-13).
¿Habrían podido reaccionar de esta manera aquellos santos de la antigüedad si no hubieran conocido lo que Dios había indicado al respecto?
Esto demuestra que de hecho Abimelec y José conocían la ley divina, y por eso procuraban no desacatarla, a pesar de que aun no se habían recibido las tablas de la ley. Si no la conocían, ¿qué sentido tenía todo aquel escándalo por algo que Dios no les había prohibido?
La Santa Biblia afirma que “el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace.” (Proverbios 6:32).
Nuestro Señor Jesucristo nos enseña de dónde proviene el adulterio: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre.” (Mateo 15:19-20a).
El apóstol Pablo afirma que el adulterio es una de las obras de la carne, es decir, de la vieja naturaleza adámica que está presente en todos nosotros: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os le he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21.
Escribiendo a los Corintios, el apóstol Pablo añade: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” 1ª Corintios 6:9-10.
Y el autor de la Epístola a los Hebreos ordena que “honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4).
La enseñanza de nuestro Señor Jesucristo respecto al adulterio y su efecto sobre el matrimonio se encuentra en los Evangelios:
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.”(Mateo 5:27-32 Mateo 19:1-12; 1ª Corintios 7:1-17, 27-28, 39.)
Ahora bien, por encima de toda la ley está la gracia soberana del Señor y el mandamiento supremo del amor y del perdón:
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.” (Juan 8:3-6).
Los escribas y fariseos ya están mintiéndole a Jesús, pues procuran tenderle una trampa, ya que lo ordenado en la ley no es precisamente así, sino que el mandamiento comprende a los dos, y no sólo a la mujer:
“Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.” (Levítico 20:10).
“Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.” (Deuteronomio 22:22).
Prosigue la escena de los escribas y fariseos que presentan a la mujer sorprendida en el acto del adulterio:
“Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” Juan 8:7-11.
Por eso el apóstol Pablo, escribiendo a los Corintios, y, como veíamos antes, describiendo cómo había sido la vida de muchos de ellos –fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados, homosexuales, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes y estafadores— ahora que han entregado sus vidas a Jesucristo, les dice:
“Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” 1ª Corintios 6:11.
"Jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquéllos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero." Apocalipsis 21:7
Bien: el otro mandamiento moral es "no matarás" y al igual que los otro nueve restantes siguen en vigencia hoy día.
"Reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas" 1ª Timoteo 1:9.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.