Estos mormones han caido al igual que Eva
Estos mormones han caido al igual que Eva
Estos mormones, han caido, justito, justito, al igual que cayó Eva. Es decir, que ni guardaron la Palabra Revelada que les fue dada por Dios, y a su vez, han añadido sus propias divagaciones, y por ello, cayó, y han caido.
Vamos a verlo:
Dios dijo:
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Ahora veamos la añadidura de Eva:
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis
¿Lo ven?, e aquí la razón por la cual cayó Eva, al no sujetarse a la Palabra Revelada por Dios, dio pie a que Satanás la pudiese llevar a sus propias apetencias.
Hay más estudio, y nos habla mucho más, pero lo dejamos aquí, por una sencilla razón: quien tiene oídos para oír, oye.
Y por cierto, no olviden que Nuestro Señor Jesucristo, en el desierto, a su vez fue tentado de la misma manera, mediante la Escritura, pero no, el no cayó, sino que la utilizo para su defensa, y por ello VENCIÓ.
Estos mormones han caido al igual que Eva
Estos mormones, han caido, justito, justito, al igual que cayó Eva. Es decir, que ni guardaron la Palabra Revelada que les fue dada por Dios, y a su vez, han añadido sus propias divagaciones, y por ello, cayó, y han caido.
Vamos a verlo:
Dios dijo:
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Ahora veamos la añadidura de Eva:
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis
¿Lo ven?, e aquí la razón por la cual cayó Eva, al no sujetarse a la Palabra Revelada por Dios, dio pie a que Satanás la pudiese llevar a sus propias apetencias.
Hay más estudio, y nos habla mucho más, pero lo dejamos aquí, por una sencilla razón: quien tiene oídos para oír, oye.
Y por cierto, no olviden que Nuestro Señor Jesucristo, en el desierto, a su vez fue tentado de la misma manera, mediante la Escritura, pero no, el no cayó, sino que la utilizo para su defensa, y por ello VENCIÓ.