Debido a la adhesión exagerada del autor del epígrafe a la herramienta Strong, en un modo análogo a la de un nadador aferrado a un yunque, vi necesario desplegar un análisis académico respecto a la palabra hebrea “יִדְּעֹנִי” (yidoni).
Quiero subrayar que estimo a la Concordancia Strong como una obra de inestimable valía y extraordinaria utilidad; no obstante, considero que su empleo exige un criterio acucioso, semejante al que se aplica al comprender la función de un yunque y la de su flotabilidad.
El obstinado pergeñador de opiniones fútiles que ha creado esta entrada en el foro, abraza con fervor el credo de la infalibilidad de Strong. Yo, sustentado en mi ostensible erudición en lenguas semíticas y en mi comprobado dominio de la semántica y gramática del hebreo, así como en mi corroborable manejo prolijo de las tradiciones ancestrales de mi pueblo, he esbozado un análisis en torno a la palabra “Yidoni”.
Demostré que la Biblia Reina Valera de 1960, y consecuentemente la Concordancia Strong y en un encadenamiento de desaciertos, la Biblia Interlineal, interpretan de manera descontextualizada la palabra “Yidoni”. La argumentación siguiente, de mi autoría, no ha sido refutada por el presuntuoso y falaz interlocutor; a saber, el autor del epígrafe.
Plasmo aquí mi análisis con el propósito de evidenciar la trascendental importancia de ponderar la tradición conservada en el folclore judío para comprender los procedimientos a los que Shaul aludió en su diálogo con la mujer, y así, enfatizar el hecho de que la mujer no ejecutó ninguna de las acciones específicas solicitadas.
ARGUMENTO CON BASE EN LA SEMÁNTICA DEL HEBREO
Strong te está explicando qué significado le ha dado a yidoni (la “e” es corta y en fonética se torna imperceptible) la Reina Valera de 1960.
Strong no es un banco de significados de las palabras hebreas, sino una concordancia: te muestra la concordancia entre la palabra hebrea y su equivalente en la RV1960.
Y aquí es donde toma preponderancia el conocimiento del hebreo. Yo conjeturo que los traductores de la Reina Valera, y posteriormente los que a partir de esa traducción, elaboraron la concordancia y la interlineación, tuvieorn muy o demasiado en cuenta que pocas personas conocen el funcionamiento del hebreo bíblico.
EL CRASO ERROR DE STRONG
Ver el archivo adjunto 3325092
Esta es una clara demostración de lo que te estoy diciendo. Aquí están tomando la raíz yadá (ידע) para interpretar que se refiere a “conocer”. Pero no toman en cuenta, y de hecho, quién podría naturalmente cuestionarles la razón de su afirmación, o tomar en cuenta el detalle más importante de esta palabra: que es gramaticalmente incorrecta.
Estos casos implican que la palabra no está conformada por la raíz, sino que son un sustantivo en sí mismas. Pero antes de ir por esos lares, quiero explicarte por qué gramaticalmente es incorrecta. Observa:
שְׁלָחַנִי — Shelajani: Envíame (envía a yo)
אדֹנִי — Adoni: Mi señor (señor de yo)
שָׂמַנִי — Shamani: Me ha puesto (puesto a yo)
הַצִּילֵנִי — Hatziléni: Libérame (libera a yo)
En todos estos casos, la terminación o sufijo “ni” es una contracción del pronombre hebreo “aní” (אֲנִי), “yo”. Es decir, aquí se forma una palabra con un sufijo pronominal.
NO CONFUNDIR COMENTO CON CEMENTO
La expresión hebrea “yidoni” o es una forma verbal ni es un vocativo. En esta palabra, la terminación “ni”, no es una contracción del pronombre “aní”. No es un sufijo pronominal.
No se debe confundir יודעני y ידעוני.
En el caso de יודעני, que aparece en Tur, Oraj Jaim, Simán 1:2, es el verbo conocer en modo reflexivo. La acción se realiza sobre la primera persona: me identifica / me conoce / me reconoce. Es decir, está el sufijo pronominal, y la forma más primigenia de traducirla textualmente sería: “conoce a yo”.
El caso de 1 Samuel 28:9
En el versículo referido, la expresión hebrea es יִּדְּעֹנִי, donde jolam es equivalente a “vav”. Por lo que es correcto transcribir la palabra, cuando se suprimen las nekudot, como ידעוני.
Como he mencionado, aquí no se trata de un verbo, sino de un nombre o sustantivo. “Yidoni” es el signo lingüístico de “algo” en el mundo real. Ese “algo” es el “referente”.
Así, “balón” es el signo lingüístico del referente . De la misma manera, “payaso” es el signo lingüístico del referente . Naturalmente, trato de ilustrar el tema, porque en sí, incluso los íconos que estoy usando son signos, pero trato de derivarte al objeto real.
En ese sentido, “yidoni” es el signo lingüístico de “algo” en el mundo real.
La cadena de errores
La Reina Valera 1960, y en consecuencia, la concordancia Strong y la Biblia interlineal, escenifican una concatenación de errores.
Atribuirle un sentido verbal a un sustantivo, es tan incorrecto como hablar de muroficiar (hacer un muro), camear (acostarse), mesear (utilizar una mesa), etc.
El referente de yidoni
Una vez que es evidente que “yidoni” no es una construcción gramatical del verbo hebreo yadá, y comprender que se trata de un nombre o sustantivo, la tarea de identificar a su referente puede ser compleja.
El relato se sitúa en una época muy remota, y en un idioma inherente a un pueblo que ha sufrido masacres e intentos de exterminio que los han llevado a repartirse por el mundo. Además, conllevó a la adopción de formas de comunicación que pueden ser reminiscentes de su lengua original (como el ladino o el yiddish), sin embargo, la carga semiótica original de su lenguaje quedó contenida en sus antiguos escritos.
Es aquí donde entra la importancia de la tradición judía y la ventaja del dominio del hebreo para acceder a ella. Introducirse por los largos pasillos de anaqueles virtuales, donde latentes yacen las conversaciones de eminentes portadores de la transmisión judía, es ciertamente una plusvalía.
En los tratados del Talmud, en los midrashim, en los comentarios Tosafot, etc., se menciona al “yidoni” como el nombre de una práctica, una forma de ritual que ya he explicado en mi mensaje anterior.