-En nuestro uso cotidiano apelamos a figuras de lenguaje tan obvias, que nunca las aclaramos ni se nos piden explicaciones. A veces a Jesús sus oyentes lo interrogaban sobre sus parábolas, pero no leemos que le preguntaran cómo es que era Él la luz, o el camino, o la vid verdadera. A sus discípulos dijo: "Vosotros sois la sal de la tierra" (Mt 5:13), pero ninguno de ellos al preparar su caldo en vez de echarle sal lo hubiera simplemente revuelto con su dedo. Solamente la incredulidad de falsos hermanos incapaces de haber visto por fe al redentor y substituto de todos en la cruz, los llevó a urdir cosa tan distante de la verdad como lo que degeneró en el dogma de la iglesia oficial.
Gracias Ricardo por responder.
A mí este tema me parece interesante porque todos estamos de acuerdo en que hay muchas figuras de lenguaje en la Biblia, pero me intriga cómo diferimos entre nosotros en adjudicarle a algunos pasajes el carácter de simbólico o figurado, y a otros el carácter de literal.
Lutero también creía que había una presencia real y objetiva del cuerpo y sangre de Cristo en el pan y el vino.
Entiendo que la única diferencia con la doctrina de la transubstanciación es que Lutero creía que el pan y el vino seguían siendo pan y vino, ADEMÁS de ser también el cuerpo y sangre del Señor. A esto le han llamado también co-substanciación.
Yo concuerdo con usted en que el comer el pan y el beber el vino eran símbolos. Símbolos de una experiencia espiritual... como la de los discípulos que se dirigían a Emaús.
Estos discípulos reconocieron a Jesucristo no en el momento en que Éste les explicaban las profecías del Antiguo Testamento, sino en el momento de partir el pan. Creo que este episodio es altamente significativo. Una cosa es escuchar ( o leer) la Palabra, y otra cosa "comer" la Palabra. Es decir, introyectarla a nuestra vida, experimentarla, digerirla, asimilarla.
Para mí, La Eucaristía, es un símbolo de introyectar La Palabra a nuestra vida. ("
Mis palabras son espíritu y son vida")
Así como los átomos de la hostia llegan a formar parte de los átomos de nuestro cuerpo, La Palabra llega a formar parte de nuestros pensamientos, intenciones, y actos.
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En otro tema relacionado, un paralelo de la creencia de Lutero es la que tenemos algunos sobre la llamada encarnación de Cristo.
Algunos toman como literal la frase
"Y el Verbo se hizo carne" y otros la tomamos como figurado, y consideramos más directas las expresiones "
En Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad " o
"Dios fue manifestado en carne"
Para algunos de nosotros, resulta obvio que Dios no se convierte en trigo ni en vino, y ciertamente tampoco en madera o metal... y por la misma razón, tampoco en huesos, músculos o piel. Por lo tanto, mí en lo personal, decir que el Verbo "
se hizo carne" no significa literalmente que Dios se hizo hombre. Es un lenguaje figurado que implica una íntima unión espiritual entre Jesús de Nazareth y su Padre. Una unión en donde el Logos divino habita, colma, llena a Jesús, y se manifiesta o exhibe a través de Jesús.
Un ejemplo de este uso del lenguaje figurado es la expresión de Pablo
"...ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí". Obviamente, no significa que Jesús de Nazareth poseyó el cuerpo de Pablo, sino que Pablo había sometido su vida a Cristo.