El
papa es el
obispo de
Roma, por lo que, como tal, se le considera la cabeza visible de la
Iglesia católica, cabeza del
Colegio episcopal y el jefe de Estado y soberano del
Estado de la Ciudad del Vaticano. El actual papa (electo el
19 de abril de
2005) es el antes cardenal alemán
Joseph Ratzinger, que escogió el nombre de
Benedicto XVI.
Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en el apóstol de
Jesús:
San Pedro, quién fuera constituido como primer Papa y a quién se le otorgó la dirección de la Iglesia y primado Apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 265 papas en los dos milenios de historia de dicha institución. Cabe destacar que conforme a otros credos no católicos, tanto la primacía de Pedro, como la sucesión papal y hasta el papado mismo no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diversos al sentir católico.
Origen de la palabra «papa»

Popularmente se cree que PAPA (abreviado P.[SUP]
5[/SUP] ó PP.[SUP]
6[/SUP] ) es un acrónimo del latín Petri Apóstoli Potestatem Accipiens: ‘el que sucede al apóstol Pedro’. Sin embargo, en el latín clásico significaba ‘tutor’ o ‘padre’; dicho término proviene a su vez del griego πάππας (
páppas), que significa ‘padre’ o ‘papá’, término usado desde el siglo III para referirse a los obispos en el
Asia Menor y desde el siglo XI exclusivo del Romano Pontífice.[SUP]
7[/SUP] [SUP]
8[/SUP]
Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión
Papa se usaba para dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis mayores en extensión o importancia. Así,
Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado papa (cf. Epist. 8, 23, 30 etc.). La primera vez que se tiene constancia del empleo de esta expresión para el obispo de Roma es en una carta de
Siricio (cf. Carta VI en PL 13, 1164), a fines del siglo IV. Sin embargo, seguía utilizándose indistintamente para otros obispos. Hay que esperar a
Gregorio VII para un uso ya exclusivo del obispo de Roma.
Origen
Véase también: Simón Pedro
La visión de la
Iglesia Católica de los relatos evangélicos en torno al apóstol
Simón Pedro (conocido como San Pedro) resalta su preeminencia sobre los demás apóstoles: Jesús le da un nombre especial, Kefás (Roca en arameo) traducido al griego como πέτρος (Pedro),[SUP]
9[/SUP] el cual señalaría la futura misión del apóstol. Además, en los listados de apóstoles los evangelistas siempre lo nombran en primer lugar (a pesar de no haber sido el primero en recibir la llamada de
Jesús), incluso utilizando el título de "el primero".[SUP]
10[/SUP]Con todo, el pasaje evangélico clave es Mateo 16, 13-20, donde Jesús -más adelante- hace entrega a
Pedro de las "llaves del reino de los cielos" y se refiere a él como la roca sobre la cual fundaría su Iglesia. Luego de la resurrección, Jesús nuevamente le menciona su papel: "Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas",[SUP]
11[/SUP] donde apacentar en términos bíblicos es ‘gobernar’.[SUP]
12[/SUP]
Por ello, según la visión de la
Iglesia Católica, el
evangelio reflejaría la voluntad de
Jesucristo de que sus discípulos permanecieran unidos bajo la dirección de Pedro, a quien Jesucristo dio ese nombre en un momento solemne, llevando a sus apóstoles a una ciudad edificada junto a una roca,
Cesarea de Filipo:
Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta roca, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra será también desatado en los cielos.
La interpretación de las llaves del Reino de los Cielos actual no se hizo hasta el papa Gregorio VII. La interpretación más común de los Padres de esta metáfora es la predicación de Pedro, el cual abrió el Reino de los Cielos a los judíos[SUP]
13[/SUP] y a los gentiles.[SUP]
14[/SUP]
En los
Hechos de los Apóstoles se mostraría el papel de dirección que tiene Pedro: se encarga de iniciar la dirección del que tomaría el lugar de Judas,[SUP]
15[/SUP] el primero en salir a hablar después de la venida del Espíritu Santo,[SUP]
16[/SUP] el primero en hablar en el concilio de los apóstoles.[SUP]
17[/SUP] Todo ello es interpretado por la Iglesia Católica como muestra del papel y misión que Jesús dio a Pedro en relación con la Iglesia que él supuestamente fundaría.
Por tales motivos Pedro es considerado dentro de la Iglesia Católica como el primer papa. Aunque en aquel tiempo no llevaba el título pero sí la misma función y autoridad.
Pese a esto, muchos
Padres de la Iglesia dicen que la piedra a la que se refiere Cristo es su confesión, no Pedro; pero sin rechazar el pontificado[SUP][
cita requerida][/SUP].
Citas bíblicas sobre la instauración de Pedro
Éstas son las principales citas bíblicas sobre las que se apoya el Catolicismo para determinar el rol de Pedro y el papado:
—Él les dijo: Y vosotros, quién decís que soy?
Respondiendo Simón Pedro, dijo:
—Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
—Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo: que Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra, estará atado en los cielos; y todo lo que desates en la tierra estará desatado en los cielos.
Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá
Y subió a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de la tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a las multitudes
Dijo también el Señor:
Simón, Simón, he aquí que Satanás ha solicitado poder para zarandearlos como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falle; y tú, cuando te hayas vuelto, fortalece a tus hermanos
Después de haber comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?
Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.
Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas ?
Pedro le respondió: Sí Señor, tú sabes que te amo.
Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás. ¿Me amas?
Pedro se entristeció de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas
Muerte de San Pedro

A partir del
siglo XI la Iglesia Católica ha hecho énfasis en el origen de la sucesión apostólica a partir de Roma. Debe tenerse en cuenta que en los inicios de esta tradición, el peso del Imperio Romano se había trasladado a Bizancio. Sin embargo, Roma era el Patriarcado que tenía la primacía sobre los demás patriarcas, pues Constantinopla no fue elevada a Patriarcado sino hasta el siglo V, y aún así no gozó de la autoridad espiritual que tenía Roma, principalmente con papas como
San León Magno. Luego de la caída del Imperio romano de Occidente, la figura del obispo de Roma se volvió relevante también en lo político, siendo la única autoridad de los romanos. Pocos disputan estas pruebas desde el punto de vista histórico, pero como ya se dijo, sí se disputa la conclusión de autoridad a que se puede llegar a partir de ellas, por otras razones. Entre las pruebas de esta sucesión apostólica, están las siguientes:
Las excavaciones arqueológicas realizadas en la segunda mitad del
siglo XX bajo el altar mayor de la
Basílica de San Pedro de Roma probaron que la tumba principal allí contenida, junto a varias inscripciones con el nombre "Petrus", contiene restos del
siglo I. Existen además numerosos testimonios escritos. Los dos más importantes son:
La
epístola de
Clemente de Roma (tercer sucesor de Pedro), dirigida hacia el año
98 a los fieles de
Corinto, menciona el martirio de Pedro en Roma y el de Pablo.[SUP]
18[/SUP] El hecho de que se dirija con autoridad a una Iglesia lejana, como lo era una griega, deja claro que los cristianos reconocían la autoridad del sucesor de Pedro.
Veinte años más tarde (hacia el año
117), el obispo
Ignacio de Antioquía (Iglesia que también había sido presidida por Pedro) escribió siete cartas a sus fieles mientras viajaba como condenado a muerte hacia Roma. En una de ellas pide a los cristianos romanos que no intercedan por su liberación, pero aclarando que "Yo no os mando como Pedro y Pablo"[SUP]
19[/SUP] Lo que hace suponer la estancia de dichos apóstoles en la capital imperial y, a la vez, la sumisión de las demás iglesias a la de Roma.
El
Evangelio de Juan, redactado a fines del
siglo I, cuando Pedro ya había muerto, no señala el lugar de su martirio, pero alude claramente a la muerte de Pedro por el martirio, y sabe evidentemente que fue ejecutado en la cruz.[SUP]
20[/SUP] Que el lugar es Roma puede deducirse por los versículos finales de la primera carta de Pedro, que dice estar escrita en "Babilonia".[SUP]
21[/SUP] La identificación entre
Babilonia y Roma aparece en el
Apocalipsis de
Juan (14, 8; 16) y en la literatura judía apocalíptica y rabínica.
Otro documento cristiano, la "Ascensión de Isaías", redactado hacia el año
100, habla en estilo profético (documentando en realidad algo ocurrido en el pasado) de que uno de los doce apóstoles será entregado en manos de "Beliar, el asesino de su madre" (
Nerón). El
Apocalipsis de Pedro, datable asimismo a principios del
siglo II, muestra también conocer el martirio de Pedro en Roma, al dirigirle esta frase: "Mira, Pedro, a ti te lo he revelado y expuesto todo. Marcha, pues, a la ciudad de la prostitución, y bebe el cáliz que yo te he anunciado".
Los testimonios sobre la muerte de Pedro en Roma continúan en oriente, con el obispo
Dionisio de Corinto (
180 d. C.); en Occidente, con
Ireneo de Lyon (muerto en el
208, discípulo de
Policarpo de Esmirna, que a su vez había sido discípulo del apóstol Juan), y en
África, por
Tertuliano (muerto en el
220). Aún es más importante el hecho de que no haya iglesia cristiana que pretenda para sí esta tradición ni se levante una voz contemporánea que la combata o ponga en duda.[SUP]
22[/SUP]
El gobierno jerárquico de la Iglesia Católica se basa en la autoridad de los sucesores de los apóstoles, llamados
obispos, reunidos en
concilio bajo la autoridad del primero de los obispos. Para los católicos romanos, éste es el obispo de Roma, llamado papa, porque tanto Pedro (que primero se trasladó de
Jerusalén a
Antioquía de Siria) como Pablo murieron en Roma. Ésta es una de las razones por la que, a partir del siglo XI, la Iglesia de esa ciudad fue reconocida por la Iglesia de Occidente como cabeza de las demás Iglesias católicas romanas: por haber tenido dentro de sí a dos apóstoles, dándole por ello mayor autoridad frente a otras ciudades que sólo habrían tenido a uno. Para el caso de
Pablo, además del testimonio de sus cartas desde la prisión romana, existen testimonios arqueológicos y escritos de su martirio en Roma. Más importante es el caso de
Pedro, a quien los católicos considera que suceden los 264 papas que después de él han regido la Iglesia Católica Romana.