Edvin, mucho gusto
¿Te parece cierto si afirmo que los cristianos “rechazan el judaísmo”? A mí no.
A mí me parece que el cristiano (al menos los que conozco en persona) ama a D-os. Son personas tan correctas. Familias maravillosas. Hijos lindos, educados, de buenas costumbres.
Ellos están viviendo su identidad. Ellos no están viviendo en función de un “rechazo al judaísmo”. Están siendo ellos.
Los judíos
El judío no está “rechazando a cristo”. Vivir en función de un rechazo me parece tan miserable e indigno.
Creo que deberían reconsiderar ese prejuicio hacia lo judío. El judaísmo es la identidad judía. Existe desde antes de que Jesús naciese. Subsiste a las incluso masacres por parte de aquellos que bajo el estandarte de una cruz nos han perseguido durante siglos.
Pero aquí estamos. No viviendo para rechazar, sino para hacer lo que D-os a nosotros nos ha encargado hacer en su Torá.
Asi es,
Pero es la perspectica del judaismo sin Cristo. Yo no rechazo el judaismo completo en Cristo, pero sin el yo lo rechazo, no cumple aun lo que debiera ser el judaismo. El dios del judaismo moderno es un dios tribal y no universal. Pero el cristianismo es muy distinto, no hay compaacion, Israel es terrestre, la Iglesia es celestial.
No hay un solo justo en la tierra, y Dios no se complace en sacrificios de animales. Pero se complacio en el sacrificio de su Hijo, el Cristo.
Hebreos 10
10 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.
8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
16 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
17 añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
18 Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.
19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.