UNA MIRADA AL INTERIOR DEL CATOLICISMO ROMANO PARA LOS QUE CUELAN EL MOSQUITO Y TRAGAN EL CAMELLO
"El rosario de las bellaquerías de Wojtyla no tiene cuento.
Al final, para seguirse haciendo ver, le dio por pedir perdón y se disculpó por un centenar de los incontables crímenes cometidos por el catolicismo romano en los mil seiscientos años que disfrutó de un omnímodo poder.
Y así el 31 de octubre de 1992 pidió perdón por la persecución en 1633 a Galileo; el 9 de agosto de 1993, por la participación deL catolicismo romano en el comercio de esclavos en África; en mayo de 1995 y en la República Checa, por los que quemó la Iglesia católica en la hoguera y por las guerras de religión que desencadenó tras la Reforma protestante; el 10 de julio de 1995 y en una carta a "todas las mujeres", por las injusticias cometidas contra ellas en nombre del "cristo" de ellos, por la violación de sus derechos y por la misoginia empecinada del catolicismo; el 16 de marzo de 1998, por el silencio cómplice del catolicismo ante el holocausto; el 18 de diciembre de 1999 en Praga, por la ejecución de Jan Hus en la hoguera en 1415: que "independientemente de las convicciones teológicas que defendió Hus no se puede negar por más tiempo su integridad personal ni su empeño por elevarle el nivel moral a su nación", dijo el desvergonzado.
El 12 de marzo de 2000, durante una de las misas del perdón que se inventó, lloró "por los pecados de los católicos cometidos a lo largo de los siglos contra los grupos étnicos, por la violación de sus derechos y el desprecio a sus culturas y tradiciones religiosas".
El 4 de mayo de 2001 le pidió perdón al patriarca de Constan tinopla por los pecados de los cruzados cuando devastaron a esa ciudad cristiana en 1204.
El 22 de noviembre de 2001 y por Internet, pidió perdón por los abusos de los misioneros contra los pueblos aborígenes del Pacífico Sur.
Y un largo etcétera.
Pero lo que más me gusta de toda esta bellaquería de nuevo cuño es la visita del impúdico el 6 de mayo de 2001 a la mezquita de los Omeyas en Damasco a la que entró a orar y a perorar y donde dijo en su perorata:
"Por todas las veces que los musulmanes y los cristianos se han ofendido pidámosle perdón al Altísimo y perdonémonos mutuamente".
Y acto seguido el cara dura besó el Corán.
Por un beso de éstos al Corán en la España de los Reyes Católicos o en la Roma de San Pío V lo habrían quemado vivo en la hoguera por apóstata.
Son los signos de los tiempos.
¿Y qué papa habrá de pedir perdón en el futuro por la homofobia de Wojtyla y por la infinidad de niños que nacieron para ser abandonados o con sida por su obtusa oposición a las pildoras interruptoras del embarazo y al condón en un mundo superpoblado?
¿O por los infinitos crímenes deL CATOLICISMO ROMANO contra nuestros niños en su descarada pedofilia que comienza con el bautixmo de bebés, para luego consumarse en el "sacramento de la confirmación" o en las lecciones del catecismo católico?
Meras argucias para acercar al jovencito a la casa cural, donde se anida al acehco el depredador sexual."