No eres un redimido.
Palabra de profeta ante DIOS.
¿Y pasado mañana?
¿El lloro y el crujir de dientes?
Tú te crees Dios y Juez como para escudriñar en los corazones de los demás y determinar quiénes son los que no son salvos. Esa pretensión te lleva a tu propia idolatría que tanto achacas a los demás.
No soy yo, por enésima vez, por qué no le dan a las Escrituras el valo que ellas merecen?
Sueñas con tener esa autoridad que Cristo proveyó a sus apóstoles, la misma autoridad divina con la que se escribió la Biblia y se discernió el correcto canon bíblico.
Son las Escrituras como ésta, la que te condena:
Éxo 20:2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Éxo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
Éxo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Éxo 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación
de los que me aborrecen,
USTEDES ABORRECEN A CRISTO CON SUS DIOSES, CON SUS ÍDOLOS.
¿Sabes porqué no te creemos? Porque eres la representación de un lobo disfrazado de oveja.
NO SE TRATA DE MÍ, NO SON MIS PALABRAS, SON LAS ESCRITURAS LAS QUE OS AMONESTAN PARA QUE SALGÁIS A CRISTO FUERA DEL CAMPAMENTO CONTAMINADO DEL ROMANISMO CATÓLICO.
Colosenses 2
16 Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo.
AQUÍ EL JUEZ ES CRISTO, LEE:
Éxo 20:2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Éxo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
Éxo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Éxo 20:5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;(A) porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,