Si la LEY no te reprueba no hace falta la GRACIA para nada.
¿SÍ LA LEY NO TE REPRUEBA?
¿QUÉ ES ESO?
Veamos algunos pasajes que nos ayudan a considera la ley como un ayo para conducirnos a los pies de Cristo y no como ahora la ves, como un instrumento de justificación que hace innecesaria la gracia de Dios.
Rom 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Rom 3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
Y esta podría ser la continuación espiritual de nuestra completa ruina espiritual, leemos:
Gál 3:22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
Gál 3:23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
Gál 3:24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
Gál_3:25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
Rom_3:20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
El reconocimiento de nuestra propia concupiscencia que habita en nosotros, desde nuestro nacimiento, entendida como una inclinación a hacer lo malo, nos impide considerar la obediencia a la ley como un medio de justificación delante de Dios, este fue el error de Israel, leemos:
Rom 9:31 mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó.
Rom 9:32 ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
El joven rico se le acercó al Señor y dentro de su conversación quiso impresionar al Señor con su afirmación de haber guardado TODA LA LEY desde su juventud, leemos:
Mat 19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Mat 19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Mat 19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
¿Qué significa la tristeza de este joven rico?
-"NO ME INTERESA EL CIELO Y SUS TESOROS, LOS PREFIERO AQUÍ CONMIGO" -
La avaricia de su corazón le impidió hacer el mejor negocio en este mundo, la Fe en Cristo Jesús:
"y ven y sígueme"
Teológicamente solo existen dos principios alternativos por los que la justificación es teóricamente posible en la actualidad.
Digo teóricamente, porque en la realidad esto es imposible, veamos:
1. Que el ser humano merezca la justificación por su esfuerzo en vivir en obediencia a la ley en todos sus puntos, porque escrito está:
Stg_2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
¿Usted si cree, apreciado forista, que el joven rico vivía guardando toda la ley?
Es que al Señor no se le puede caer a mentiras, presentándose uno como al mismo nivel de él, este fue el pecado del Querubín Protector, la soberbia, la altivez de espíritu, la sobradez, leemos:
Isa_14:14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
Israel cometió el mismo pecado, al comprometerse de una manera jactanciosa, con la obediencia a la Palabra del Señor, leemos:
Éxo 19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro, sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Israel no agachó su cerviz delante de Aquel que había hecho maravillas en su liberación de la esclavitud en Egipto, dando una respuesta humilde, reconociendo su absoluta dependencia del Señor:
-"SEPARADOS DE TI, NADA PODEMOS HACER"-
Al contrario, se infló, se engordó Jesurum, tiró coces, leemos:
Éxo 19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.
¿HAREMOS?
El Señor se apartó de ellos, no estaban considerando lo que vieron que hizo a los egipcios y cómo los había traído libres, a la libertad, como sobre alas de águilas.
No existió un corazón agradecido de parte de su pueblo hacia su Libertador y el Señor se escondió en medio de truenos y relámpagos, de tal manera que Moisés dice:
"Estoy espantado y temblando" (Heb.12:21).
De manera que todo aquel que pretenda ser justificado por la obediencia a la ley, debe reunir los siguientes requisitos:
Que desde la cuna hasta la tumba, sea todo lo que deba ser, y que haga todo lo que deba hacer; que, como está escrito, ame a Dios con todo su corazón, y a su prójimo como a sí mismo, andando «en pureza, humildad, y haciendo el bien, mientras esté en la tierra», una persona así «heredará la vida eterna».
2. El segundo principio es mediante el favor inmerecido de la Gracia de Dios.
Así que esta pretensión:
Si la LEY no te reprueba no hace falta la GRACIA para nada.
Son un síntoma de ignorancia y de degradación moral y espiritual.
Todos los hombres somos pecadores; y, siendo pecadores, nos hallamos totalmente dependientes de la Gracia de Dios.
Espero hallas entendido, al igual que este servidor, nuestra completa dependencia de la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu santo, quién hace posible esta santa comunión; porque ya hemos comprobado, en nuestra experiencia personal, que al menor atisbo de emancipación, caemos en pecado, así sea con nuestro pensamiento, como aquel que el Señor estima como adulterio (Mat_5:28).
El Señor viene.
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