LA EXPERIENCIA DE SAULO DE TARSO
Hch 9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Hch 9:6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿Qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
"Y SE TE DIRÁ LO QUE DEBES HACER"
El no fue encomendado a la obra de inmediato, luego de su conversión camino a Damasco, fue varios años después, porque leemos que cuando Bernabé lo trajo de Tarso, a dónde lo habían enviado los hermanos por temor a que lo mataran los judíos de Jerusalén (Hch 9:29-30) habían transcurrido varios años, leemos
Hch 11:25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.
Hch 11:26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Esto significa que un candidato a ser obrero de tiempo completo, es reconocido por la asamblea como un hombre que ya lleva tiempo aprendiendo la Doctrina de la Iglesia y está sirviendo voluntariamente en la obra, no que quiere servir al Señor, sino que ya lo está haciendo.
Debe quedar muy claro que somos llamados a predicar a Cristo, no nuestras experiencias, sueños o visiones, tales cosas son ajenas al propósito de Dios con la asamblea.
Las experiencias del predicador, usadas moderadamente y con cordura, pueden ser ilustraciones útiles, pero nunca deben ocupar lugar preponderante.
El apóstol quién había experimentado un encuentro con el Señor de esta manera tan dramática, pudo decir:
1Co_11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
En contraste, la pretensión de estregar la experiencia sobrenatural de un forista ante los ojos de los lectores, por encima de la Doctrina Apostólica, solo refleja el grado de inmadurez y la falsedad de su ministerio.
Ese no es un llamado celestial, más bien es una soberbia que busca a toda costa, ser reconocidos como "clase aparte", pero en su pequeño lago, en el cual nadan como gansos o patos sin que nadie se atreva a confrontarlos con las Escrituras.
Es la "cristiandad profesante".
Hch 9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Hch 9:6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿Qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
"Y SE TE DIRÁ LO QUE DEBES HACER"
El no fue encomendado a la obra de inmediato, luego de su conversión camino a Damasco, fue varios años después, porque leemos que cuando Bernabé lo trajo de Tarso, a dónde lo habían enviado los hermanos por temor a que lo mataran los judíos de Jerusalén (Hch 9:29-30) habían transcurrido varios años, leemos
Hch 11:25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía.
Hch 11:26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Esto significa que un candidato a ser obrero de tiempo completo, es reconocido por la asamblea como un hombre que ya lleva tiempo aprendiendo la Doctrina de la Iglesia y está sirviendo voluntariamente en la obra, no que quiere servir al Señor, sino que ya lo está haciendo.
Debe quedar muy claro que somos llamados a predicar a Cristo, no nuestras experiencias, sueños o visiones, tales cosas son ajenas al propósito de Dios con la asamblea.
Las experiencias del predicador, usadas moderadamente y con cordura, pueden ser ilustraciones útiles, pero nunca deben ocupar lugar preponderante.
El apóstol quién había experimentado un encuentro con el Señor de esta manera tan dramática, pudo decir:
1Co_11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
En contraste, la pretensión de estregar la experiencia sobrenatural de un forista ante los ojos de los lectores, por encima de la Doctrina Apostólica, solo refleja el grado de inmadurez y la falsedad de su ministerio.
Ese no es un llamado celestial, más bien es una soberbia que busca a toda costa, ser reconocidos como "clase aparte", pero en su pequeño lago, en el cual nadan como gansos o patos sin que nadie se atreva a confrontarlos con las Escrituras.
Es la "cristiandad profesante".