MUERTE... ¿Fin de la existencia? (vers. 2.0)
- Autor Efe-E-Pe
- Fecha de inicio
No se necesita de un árbol en medio de las calles, si con Cristo tenemos Vida Eterna.
Ap 22:19: "y si alguno quitara de las palabras del rollo de esta profecía, DIOS quitará su parte del árbol de la vida y de la santa ciudad, de las cosas escritas en este rollo."
Tampoco parece importante añadir o quitar del libro de la Revelación, cuando en el Huerto hay más árboles.
SALMITO51:
Aprende a valorarte a ti mismo, pues fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios. Necio no eres. Quizas seas debil si estuvieses enfermo. No creo que seas un VIL, pues no estarias interesado en participar en este Foro que es cristiano. Menospreciado, por lo menos, no de parte mia, y por eso mantengo contacto contigo, porque NO TE MENOSPRECIO.
Que el buen Senor te bendiga muy ricamente, mi hermano en Cristo.
Patricio Cespedes Castro.
Discipulo de Jesus.
Última edición:
Al parecer, mucho. Porque Adam y Eva despreciaron Su Fruto, a cambio del fruto del Árbol del bien y del mal...
¿Quién te dijo que despreciaron su fruto?
Fue del primero que comieron hasta que lo vaciaron y como les había encantado y no estaban muy dispuestos a esperan al mes siguiente, de repente el otro árbol que se destacaba del resto en medio del huerto pasó a ocupar un especial lugar en sus intereses.
Abrazos.
1 CORINTIOS 1SALMITO51:
Aprende a valorarte a ti mismo, pues fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios. Necio no eres. Quizas seas debil si estuvieses enfermo. No creo que seas un VIL, pues no estarias interesado en participar en este Foro que es cristiano. Menospreciado, por lo menos, no de parte mia, y por eso mantengo contacto contigo, porque NO TE MENOSPRECIO.
Que el buen Señor te bendiga muy ricamente, mi hermano en Cristo.
Patricio Cespedes Castro.
Discipulo de Jesus.
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Abrazos...
1-El árbol del medio del huerto posee 12 frutos, uno por cada mes: inagotable.
Ap 22:2: "En medio de su calle, a uno y otro lado del río, estaba el árbol de vida, que produce doce frutos, dando su fruto según cada mes, y las hojas del árbol son para sanidad de las naciones."
2-No cambiaron su atención. La serpiente hizo que OLVIDARAN los beneficios de dicho árbol (daba Vida).
Gn 3:13: "Y dijo Adonai Elohim a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me hizo errar, y comí."
Gn. 3.13 me hizo errar... 2Co. 11.3 engañó por completo... La raíz primitiva hebrea del vocablo nasha significa desviarse, errar del camino. También conducir al error, causar engaño. Está emparentado con el verbo olvidar. Prohibido olvidar:
Sal 38:1: "Salmo de David, para hacer recordar. Oh YHVH, no me reprendas en tu ira, Ni me disciplines en tu indignación,"
Olvidaron el mandamiento.
Da frutos mensuales. Cada mes.
No es inagotable.
Y si te los comés tenés que esperar hasta el otro mes para tener mas.
A la serpiente nunca le interesó el árbol de la vida y eso de que el árbol de la vida era un árbol de vida eterna es una mala interpretación. Nada de vida eterna. Solo vida y punto.
Hay que comer de el siempre para vivir siempre.
Si dejás de comer de el pues terminás muriéndote.
Tenés que verlo así:
Vida es obediencia y obediencia es vida.
Desobediencia es muerte.
La obediencia es un plato de todos los días.
Todos los días tenés que ser obediente y eso te hace justo un solo día porque si mañana no sos obediente, te caiste.
En cambio la desobediencia es un plato de una sola ingesta.
Como la fidelidad en el matrimonio.
Tenés que ser fiel todos los días y eso no te compra nada pero si sos una sola vez infiel, tu estado cambió a injusto para siempre.
El Apóstol San Pablo nos dice que la muerte es un enemigo de Dios:
Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en Su Venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad. Porque debe Él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la Muerte. Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies. Mas cuando diga que «todo está sometido», es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas. Cuando hayan sido sometidas a Él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo. De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos? Y nosotros mismos ¿por qué nos ponemos en peligro a todas horas? Cada día estoy a la muerte ¡sí hermanos! gloria mía en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día estoy en peligro de muerte. Si por motivos humanos luché en Éfeso contra las bestias ¿qué provecho saqué? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.» Despertaos, como conviene, y no pequéis; que hay entre vosotros quienes desconocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo. Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta. Y Dios le da un cuerpo a su voluntad: a cada semilla un cuerpo peculiar. No toda carne es igual, sino que una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves, otra la de los peces. Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres. Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor. Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. En efecto, así es como dice la Escritura: Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida. Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual. El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo. Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los celestes. Y del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celeste. Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción. ¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victora por nuestro Señor Jesucristo! Así pues, hermanos míos amados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que vuestro trabajo no es vano el el Señor. 1 Co. 15, 21-58.
Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en Su Venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad. Porque debe Él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la Muerte. Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies. Mas cuando diga que «todo está sometido», es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas. Cuando hayan sido sometidas a Él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a Aquel que ha sometido a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo. De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos? Y nosotros mismos ¿por qué nos ponemos en peligro a todas horas? Cada día estoy a la muerte ¡sí hermanos! gloria mía en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día estoy en peligro de muerte. Si por motivos humanos luché en Éfeso contra las bestias ¿qué provecho saqué? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.» Despertaos, como conviene, y no pequéis; que hay entre vosotros quienes desconocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo. Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta. Y Dios le da un cuerpo a su voluntad: a cada semilla un cuerpo peculiar. No toda carne es igual, sino que una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves, otra la de los peces. Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres. Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor. Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. En efecto, así es como dice la Escritura: Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida. Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual. El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo. Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los celestes. Y del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celeste. Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción. ¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victora por nuestro Señor Jesucristo! Así pues, hermanos míos amados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que vuestro trabajo no es vano el el Señor. 1 Co. 15, 21-58.
No es tan sencillo como decir que Cristo es tan sólo un espíritu Alissa, tampoco es un fantasma, el Apóstol San Pablo lo llama El Hombre Celestial, El Hombre del Cielo, Cristo sigue siendo un hombre, nunca a dejado de serlo, tampoco a dejado de ser Dios, siempre lo ha sido.
Última edición:
El Verbo, sabiduría de Dios, se hizo hombre
De los sermones de san Pedro Crisólogo, obispo
Sermón 117
El apóstol san Pablo nos dice que dos hombres dieron origen al género humano, a saber, Adán y Cristo. Dos hombres semejantes en su cuerpo, pero muy diversos en su obrar; totalmente iguales por el número y orden de sus miembros, pero totalmente distintos por su respectivo origen. Dice, en efecto, la Escritura: El primer hombre, Adán, fue un ser animado; el último Adán, un espíritu que da vida.
Aquel primer Adán fue creado por el segundo, de quien recibió el alma con la cual empezó a vivir; el último Adán, en cambio, se configuró a sí mismo y fue su propio autor, pues no recibió la vida de nadie, sino que fue el único de quien procede la vida de todos. Aquel primer Adán fue plasmado del barro deleznable; el último Adán se formó en las entrañas preciosas de la Virgen. En aquél, la tierra se convierte en carne; en Éste, la carne llega a ser Dios.
Y ¿qué más podemos añadir? Éste es aquel Adán que, cuando creó al primer Adán, colocó en él su divina imagen. De aquí que recibiera su naturaleza y adoptara su mismo nombre, para que aquel a quien había formado a su misma imagen no pereciera. El primer Adán es, en realidad, el nuevo Adán; aquel primer Adán tuvo principio, pero este último Adán no tiene fin. Por lo cual, este último es, realmente, también el primero, como Él mismo afirma: Yo Soy el Primero y Yo Soy el Último.
De los sermones de san Pedro Crisólogo, obispo
Sermón 117
El apóstol san Pablo nos dice que dos hombres dieron origen al género humano, a saber, Adán y Cristo. Dos hombres semejantes en su cuerpo, pero muy diversos en su obrar; totalmente iguales por el número y orden de sus miembros, pero totalmente distintos por su respectivo origen. Dice, en efecto, la Escritura: El primer hombre, Adán, fue un ser animado; el último Adán, un espíritu que da vida.
Aquel primer Adán fue creado por el segundo, de quien recibió el alma con la cual empezó a vivir; el último Adán, en cambio, se configuró a sí mismo y fue su propio autor, pues no recibió la vida de nadie, sino que fue el único de quien procede la vida de todos. Aquel primer Adán fue plasmado del barro deleznable; el último Adán se formó en las entrañas preciosas de la Virgen. En aquél, la tierra se convierte en carne; en Éste, la carne llega a ser Dios.
Y ¿qué más podemos añadir? Éste es aquel Adán que, cuando creó al primer Adán, colocó en él su divina imagen. De aquí que recibiera su naturaleza y adoptara su mismo nombre, para que aquel a quien había formado a su misma imagen no pereciera. El primer Adán es, en realidad, el nuevo Adán; aquel primer Adán tuvo principio, pero este último Adán no tiene fin. Por lo cual, este último es, realmente, también el primero, como Él mismo afirma: Yo Soy el Primero y Yo Soy el Último.
La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, es decir la palabra de la fe que nosotros predicamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Rm. 10, 8-9
A quien invocarás en el trance de la muerte si no es a Jesucristo, Cristo Dios Vencedor de la muerte.
Última edición:
Estimado Patricio no estás entendiendo la muerte y ni siquiera estás entendiendo la ley y mucho menos la justicia de Dios.
Pero porque la ley es la ley y Dios es Dios y la paga del el pecado es la muerte, ningún pecador puede levantarse de ella.
Porque si alguien puede levantarse de los muertos, una de dos, o el tal no era pecador o la ley para nada sirve y la justicia de Dios es como el peso argentino.
Y todo esto ocurre cuando se juega con los términos y se los desprecia.
La paga por el pecado es la muerte y la muerte es la paga por el pecado. No hay mas.
La muerte paga, obviamente, si se permanece muerto, porque si no se muere pues entonces esa muerte no es muerte y no paga absolutamente nada.
Suponte que vivís en EEUU en un estado que tiene pena de muerte para los asesinos y matás a alguien.
La ley te condena a muerte por ese asesinato y la justicia del estado te detiene para hacer cumplir aquella ley.
Y tu muerte es la paga por tu pecado.
El estado te mata y la ley queda satisfecha y vos pagás tu pecado con tu vida.
Se acabó.
Volvamos ahora a lo que nos interesa.
El punto es que todos pecaron y merecen la muerte y Dios no puede salvar si quiera a uno solo sino pone en marcha la gracia y la gracia, o la sangre de Cristo, no opera en referencia a los pecadores sino en referencia a la justicia de Dios.
Esto es que no puede hacer acepción de personas porque están todos destituidos de la gloria de Dios, por justa causa que no es otra que el pecado.
El punto es que la muerte de Cristo ante la justicia divina cumple la ley y termina con el pecado.
Y los resucitados ya no están bajo la ley ni bajo el pecado y ya no puede morir.
Solo pueden ser separados.
El que está pisoteando la justicia divina sos vos al justificar una segunda vida para los pecadores.
Y el punto es que para matarlos de nuevo en una segunda muerte, de alguna manera, tenés que decretar inválida la primera muerte.
Y si invalidás la primera muerte estás invalidando la ley y la justicia divina, porque la paga del pecado es muerte y no vida. Ya la muerte es el juicio de la ley por los pecados.
La justicia de Dios demanda que los pecadores mueran y paguen con su vida por sus pecados.
Y todo el que paga con su vida no puede levantarse mas por el pago de la ley y la justicia divina es la misma muerte.
Y como todos pecaron son todos condenados y no pueden tener vida eterna de ninguna manera.
Y es acá donde Dios pone en marcha la gracia que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Obviamente que no. Y por eso la ley y el pecado quedan atrás para los que se levantan.
Porque Dios no toma en vano la muerte de Cristo y mucho menos su sangre.
Vos estás creyéndole a Satanás al hablar de una segunda muerte porque estás invalidando la primera y dándole la razón a satanás. No morirás.
Mira no esta en la verdad y no escribo niguna basura y menos pisoteamos la Escritura y eso lo que hace usted lamentablemente, no tomando la escritura como un todo y quedarse con un versículo como un pretexto, porque en uno diga que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23), tambien otro dice que no temamos a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar ( Mateo 10:28) y la muerte es la corrupción de la carne y la muerte espiritual, que es estar separados de la gloria de Dios (Romanos 3:23) y siempre antecede a la muerte física como lo dice Jesús (Mateo 8:22) y es un vergüenza y una total ignorancia que sigan los caprichos interpretativos de la ignorante señora Elena White y cuando pongas ex-adventista creeré que es un mentiroso porque somos lo creemos y la doctrina del dormilón del alma es la más retorcida de la denominaciones cristianas y solo basada en interpretaciones espurias, que aun denominaciones judías y musulmanes creen que el alma no duerme .
Gracias por la explicación, Almoni. Te comparto como leo el texto:
El "cuerpo natural" que describe Pablo es el cuerpo biológico. Es el de la naturaleza que creo Dios. El que tiene células, material genético, necesita oxígeno y glucosa, etcétera. Pablo dice que tal cuerpo natural es corruptible. Obedece las leyes de la naturaleza y por eso al morir se integra con todos sus elementos a la tierra.
El "cuerpo espiritual" o "cuerpo celeste" es distinto: obedece otro tipo de leyes y es incorruptible. Ese cuerpo celeste lleva la imagen del celeste, es decir, de Dios que es espíritu, de Cristo, que es "espíritu que da vida". Este cuerpo es que está libre de los deseos terrenos: territorialidad, agresión/huida, pulsión sexual, etc que son los deseos que nos emparentan con otras especies animales. Por lo tanto, no requiere de toda la infraestructura física que fue creada para estos fines.
Saludos Alissa; San Pablo Apóstol a manera de conclusión dice:
En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria.
¿Qué crees que quiere decir con ésto de que lo corruptible se tiene que revestir de incorruptibilidad y lo mortal de inmortalidad? En concreto, ¿qué significado crees que tiene revestir en el contexto de sus palabras? te lo pregunto porque entiendo que tú propones que lo espiritual elimina lo natural, que un cuerpo espiritual hace innecesario nuestro cuerpo natural, es decir, la resurrección no tiene razón de ser según lo que propones, ya sé que usted no cree en la Resurrección de Cristo, no cree que verdaderamente murió como todo hombre y se levantó de entre los muertos; no entiendo como pretende la fe bahaí hacer encajar a Jesucristo en su doctrina cuando la Buena Nueva que se predicó y se predica es que Cristo resucitó; pero volviendo al tema no me parece que revestir en el contexto de las palabras de San Pablo Apóstol implique eliminar como entiendo que usted lo propone, pero denos su lectura, ¿qué significado le da a revestir en el contexto de las palabras de San Pablo?
En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria.
¿Qué crees que quiere decir con ésto de que lo corruptible se tiene que revestir de incorruptibilidad y lo mortal de inmortalidad? En concreto, ¿qué significado crees que tiene revestir en el contexto de sus palabras? te lo pregunto porque entiendo que tú propones que lo espiritual elimina lo natural, que un cuerpo espiritual hace innecesario nuestro cuerpo natural, es decir, la resurrección no tiene razón de ser según lo que propones, ya sé que usted no cree en la Resurrección de Cristo, no cree que verdaderamente murió como todo hombre y se levantó de entre los muertos; no entiendo como pretende la fe bahaí hacer encajar a Jesucristo en su doctrina cuando la Buena Nueva que se predicó y se predica es que Cristo resucitó; pero volviendo al tema no me parece que revestir en el contexto de las palabras de San Pablo Apóstol implique eliminar como entiendo que usted lo propone, pero denos su lectura, ¿qué significado le da a revestir en el contexto de las palabras de San Pablo?
Escrito por el mismo autor inspirado por Dios.
Biblia:
En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos.
Lucas 16-23
Biblia:
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él ((todos viven))
Lucas 20-38
Dios no excluye al rico de que para el todos viven, razón por la cual se revela conciencia en el estando en el Hades, por tanto el pensamiento del fin de la existencia es solo un temor a un castigo eterno.
Biblia:
En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos.
Lucas 16-23
Biblia:
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él ((todos viven))
Lucas 20-38
Dios no excluye al rico de que para el todos viven, razón por la cual se revela conciencia en el estando en el Hades, por tanto el pensamiento del fin de la existencia es solo un temor a un castigo eterno.
SALMO51:
NO PIERDO NI SIQUIERA UN SEGUNDO DE MI TIEMPO con supuestos "cristianos" que creen que ensenan lo que la Biblia dice Y NO PUEDEN SOSTENER SUS FALSAS CREENCIAS CON TEXTOS BIBLICOS.
ADIOS !!!!!
Buscate a otro que tenga HARTO TIEMPO, para discutir CONJETURAS que no estan ensenadas en la Palabra de Dios.
PERSONALMENTE, YO NO ME FORMO CONJETURAS PROPIAS.
YO USO TEXTOS BIBLICOS PORQUE SON LA REVELACION DE DIOS DE LO QUE VERDADERAMENTE ES LA VERDAD Y LA REALIDAD.
Patricio Cespedes Castro.
Discipulo de Jesus.
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