¿Cuál vida corta? Es la falta de entendimiento tuyo, que te hace pensar que la separación del alma del cuerpo es aniquilación.
La muerte solo es el comienzo de la eternidad, en el sitio que el hombre haya escogido aquí en la tierra, en relación con Cristo.
Porque aquellas naciones donde Cristo nunca ha sido predicado, sus moradores serán juzgados por su conciencia.
Rom 2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
Rom 2:15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
De manera que, los que jamás oyeron el evangelio de la gracia de Dios, su propia conciencia será su principal Juez.
Es una pregunta que surge del completo desconocimiento de la Justicia de Dios, basada en un amor que la criatura jamás podrá sondear (Jn.3:16).
¿Cómo Dios justifica al impío, a tan alto costo? El Sacrificio de su propio Hijo, no lo escatima, sino que lo entrega a favor de una raza caída en el pecado, reos al infierno, pero lo entrega, para que en el día del Juicio toda boca se cierre y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Al que no conoció pecado, esto es, su Hijo, lo hizo pecado, es decir, nuestros pecados todos, fueron puestos sobre el cuerpo del inocente Cordero, allí en el Altar de la Cruz.
¿Qué significa esto? (Is.53:6)
Que Dios imputa al Hijo la sentencia que nuestros pecados merecían.
El que debiese estar crucificado allí era yo. El Hijo lo hace por mí, porque tanto el Padre como el Hijo, nos han amado, mucho antes de nosotros venir a ser, venir a existir.
¿Por qué razón?
Porque aquí en la tierra uno nace condenado (Ro.5:18), directo a una eternidad de tormento.
¿Es culpable la raza humana de nacer en esas condiciones?
La criatura sí es culpable.
A ver, explico por qué.
Dios no hizo robots. Hizo a la criatura con la capacidad de elegir entre el bien y el mal.
La primera rebelión a la voluntad de Dios se registra en el cielo mismo (Is.14:14)
El Querubín Protector, el mayor de los ángeles, en hermosura y perfección, cayó de su alta dignidad para convertirse en diablo (Eze 28:15), el día que se rebeló contra Dios.
Y ese elemento de rebeldía, innato en la criatura, trajo como consecuencia la ruina de la raza humana.
Isaías 14:14, es trasladado a la tierra, por medio de la persuasión de la serpiente antigua a Eva:
Gén 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
De manera que la raza humana es culpable de buscar la independencia de la voluntad de Dios, desde el mismo día que la mujer usurpó la gloria de Dios al emanciparse del hombre y por ella misma, abrir el oído a la voz del diablo y obedecer a su voz, leemos:
1Co 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Es gloria del varón, porque del varón fue formada.
Es claro, por el relato bíblico, que el diablo hizo inteligencia durante mucho tiempo sobre Adán y Eva, como lo inferimos de esta frase:
Gén 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Y cuando Eva se apartó de su Esposo Adán la serpiente atacó y ella le abrió el oído a su voz y la obedeció.
CONCLUSIÓN
La posesión de una voluntad independiente es la vanagloria orgullosa, pero peligrosa, de la criatura.
Lo contemplamos en la rebelión angelical.
Esa voluntad independiente, a la voluntad del Creador, el diablo la trasladó a la tierra y sedujo a Eva para que hiciera caer a su marido, porque Adán no fue engañado, sino que Eva siendo engañada, incurrió en transgresión (1Ti 2:14).
El deber de la criatura, sea ángel o humano, para obtener seguridad y felicidad eterna, demandan por igual que su voluntad, su libre albedrío, quede subordinado a la voluntad de su Creador, porque toda rebelión contra la voluntad del Creador, es pecado, aquí no hay pataleos, su esencia es la rebeldía y punto.
LA JUSTICIA DE DIOS
Ya hemos demostrado que la criatura es responsable de elegir su propio destino eterno.
¿Pero cómo obró Dios ante la insurgencia de la criatura?
El Hijo recibe la sentencia que nuestros pecados merecían y a nosotros, sin merecerlo, nos es imputada la santidad perfecta del Hijo, no solo su sangre nos limpia de todo pecado, sino que ante la Justicia de Dios, somos considerados santos, apartados del pecado, leemos:
Jua 17:19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Si los creyentes examinarán estos pasajes, cesarían los debates acerca de la Justicia de Dios, leemos:
2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. (En su Hijo Jesús)
Considera las Escrituras presentadas y que el Señor te dé entendimiento en todo.
