Por supuesto que MUTILASTE Hebreos 9: 27, PORQUE LOS PUNTOS SUSPENSIVOS NO TIENEN VOCALES, NI TAMPOCO TIENEN CONSONANTES, POR LO QUE NO DICEN ABSOLUTAMENTE NADA.
¿Qué los puntos suspensivos no dicen absolutamente nada?
Su correcto uso corresponde a un nivel académico básico. Cuando se ignora su utilización, entendemos que estamos frente a un forista escaso de entendimiento gramatical.
Esto lo conduce a formarse erróneas interpretaciones como los lectores puede entender en este contexto:
Heb 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
Veamos el correcto uso de puntos suspensivos:
-De la muerte primera o natural a todos los hombres, vemos que es temporal, no solo porque acaba con la resurrección sino que finalmente es absorbida en la muerte segunda (Ap 20:14). Esta última es atemporal pues se dilata infinitamente en el tiempo sin término o conclusión.
-Nunca supe que "muerte segunda" fuese morir por segunda vez, pues todavía recuerdo Heb 9:27 que dice "de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez..." ¡nunca podría pensar que tras el juicio volvieran a morir! Con el postrer suspiro el moribundo acababa su vida terrenal, pero en la muerte segunda ya no hay soplido ni resoplido final porque el ahogo del azufre sofoca pero no hay bocanada que acabe con el atormentado en las llamas perpetuas.
No se pueden mutilar los primeros tres renglones, donde la muerte física del cuerpo finaliza con la resurrección, donde el escritor Ricardo, experto en el manejo del idioma español, enfatiza el carácter provisional y temporal de la primera muerte.
Esta primera muerte, en los salvados, corresponde a la primera resurrección para vida eterna, como la misma escritura enfatiza aquí, haciendo diferencia con la segunda muerte:
Apo 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Y refiriéndose al carácter eterno de la segunda muerte, el forista Ricardo, con absoluta precisión, puntualiza:
"Esta última es atemporal, pues se dilata infinitamente en el tiempo sin término o conclusión."
Es, precisamente, debido al castigo eterno propio de la segunda muerte, que el forista Ricardo coloca en irónico contraste los tres puntos suspensivos:
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"-Nunca supe que en la "muerte segunda" se fuese a morir por segunda vez, pues todavía recuerdo Heb 9:27 que dice "
de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez..."
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Sencillamente porque el resto del versículo, su complemento:
"Y después de esto el juicio,"
Es completamente innecesario, porque en la muerte segunda ya no hay más muerte y mucho menos otro juicio dentro del lago que arde con fuego y azufre, pues escrito está:
Apo 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Le ruego a los lectores Cristianos, que tengan cuidado con las enseñanzas de este ciudadano: Patricio Céspedes, que con su boca engaña, diciendo que fue seguidor de las doctrinas heréticas de Elena de White en su grupo de la IASD, pero que realmente sigue siendo un discípulo del diablo, haciendo a Dios mentiroso cuando dijo:
Mat_25:46
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
El castigo eterno es la muerte segunda.
La mente de este forista, no está capacitada para comprender lo que significa tres puntos suspensivos, mucho menos para entender el carácter eterno de la segunda muerte.
Aquí está la evidencia:
Quisiste dar la FALSA APARIENCIA que Dios ensena que los hombres NO PUEDEN MORIR 2 VECES, SINO QUE DEBEN MORIR SOLAMENTE UNA VEZ.
ESO NO FUE LO QUE QUISO DECIR EL ESCRITOR RICARDO, COMO YA FUE EXPLICADO POR LA MISMA ESCRITURA.
Pues el énfasis estuvo centrado en la eternidad del tormento de la segunda muerte en el lago de fuego, donde el humo de su tormento, sube por los siglos de los siglos, un ciclo sin fin.
Este varón, Patricio Céspedes, es uno de los discípulos de la falsa doctrina del aniquilacionismo, al igual que su compañerito de fechorías, el tal Marcelino.