“Los muertos” de Eclesiastes, cita multicitada hasta la náusea y totalmente descontextualizada por los religiosos aniquilacionistas, es el clavo caliente del que se aferra la herejía aniquilacionista.
Evidencia de que no conocen ni saben realmente del Autor de la Vida.
…muertos que nada saben, religiosos pero muertos, sin fe ni esperanza en la resurrección.m
Efectivamente, un día estos incrédulos descenderán al Seol sin saber nada, tal como la escritura se refiere a ellos y, estando muertos, descenderán al Seol y a su vez serán enterrados por otros muertos.
Jamás tuvieron La Vida.
Vanidad de vanidad, sin Dios y sin Cristo, todo les fue en vano. Serán lanzados al Lago de fuego para continuar esa existencia que es estar apartados de Dios, castigo eterno. Continuarán con lo que siempre fueron, hojarasca para el horno donde sufrirán por lo que vienen de la eternidad.
Qué destino tan distinto con quienes en Cristo tenemos La Vida, estando inmersos en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Dormiremos pero seremos levantados a la voz de nuestro Señor Jesucristo pues él es la Resurrección y la Vida.
Ven Señor Jesús.
Amén!