Lo único que me has mostrado, es tu incredulidad, así como el error que tú creíste.
Y te lo voy a demostrar a continuación.
No. La Escritura dice que la vida de toda carne está en la sangre.
La vida, no el alma.
Independientemente de este cuestionamiento fuera de foco, no logras demostrar que el alma desaparece al morir.
Porque la muerte es separación de la vida, no extinción de la vida. Por lo tanto, cuando el alma abandona el cuerpo, subsiste, no desaparece. Tu mismo argumento te delata.
En el pasaje donde Cristo relata el juicio a las naciones (Mateo 25), no parece que los hechos e implicaciones sean paganos.
Y menos viniendo de Cristo. Porque el diálogo sostenido con los muertos que son revividos para enfrentar el juicio (Juan 5:25), son seres con actividad consciente, capaces de dar cuentas de sus acciones.
No te servirá de nada pasarte de azteca, parándote sobre los huesos de los muertos para validar tu incredulidad.
El filósofo platón no está aquí, entre los vivos. Por lo tanto, te equivocas de nuevo: Dios es de vivos, no de muertos. El extracto de tu biblioteca teocrática carece de valor en el debate.
La Escritura dice claramente que el ser humano está compuesto de espíritu, alma y cuerpo (1° Tesalonicenses 5:23). Para truncar la inspiración de Dios sobre pablo, habrá que demostrar que todo lo que él vivió cuando iba de camino a Damasco cuando Cristo lo llamó, fue una mentira.
O sea, ¡tanto argumento pedorro para no contestar si el alma desaparece al morir o no!