Nunca dejé el evangelismo porque nunca fui evangélico.
Si dejé el catolicismo.
Nací en una comunidad cristiana en Buenos Aires donde todos sus pastores habían sido echados de sus congregaciones evangélicas.
Descontaba que el altar fuera en el cielo pero me refería a otra cosa.
Me pone contento que en el tema de la primera muerte, los Adventistas y Testigos de Jehová estén en la verdad.