Re: Mormones Acosadores.
Falta de Evidencia Arqueológica
Habiendo declarado que Joseph Smith hizo la traducción del
Libro de Mormón a partir de unas planchas de oro que
encontró en el Monte Cumorah en el estado de Nueva York,
José Smith afirmó que estas planchas contenían registros de
antiguos habitantes de América, quienes migraron a este lugar
desde Jerusalén.
La primera migración guiada, según alegan, por Jared y su
familia, ocurrió por el 2250 a.C. Avanzando la historia, este
grupo de gente se multiplicó tanto que se dividió en dos
naciones, y peleó la una con la otra hasta que todos murieron.
La segunda migración compuesta por Lehi, su familia y
amigos, según alegan, ocurrió alrededor del 600 a.C. Este
grupo también creció hasta convertirse en dos enormes
naciones: Los Nefitas y los Lamanitas. Estallaron las guerras
y, eventualmente, los Lamanitas mataron a todos los Nefitas
en el año 385 d.C. Por lo tanto, de acuerdo con la historia
Mormona, los Lamanitas son los antepasados los Indios
Americanos y únicos sobrevivientes de esta antigua
migración.
Si el Libro de Mormón contiene el registro de los antiguos habitantes de América, es lógico que la
arqueología pudiera sustentar estas afirmaciones encontrando ruinas de grandes grupos humanos
que construyeron ciudades enormes y fortificadas, y cuyas guerras a gran escala culminaron en la
destrucción de miles de Nefitas cerca del Monte Cumorah en el actual estado de Nueva York.
Incluso, es notable la carencia de toda evidencia arqueológica para sostener dichas afirmaciones.
Instituciones arqueológicas de prestigio, como la National Geographic Society y el Instituto
Smithsoniano atestiguan este hecho.
“Con frecuencia han aparecido reportes en diarios, revistas y libros sensacionalistas, acerca de
hallazgos en el Nuevo Mundo - en un contexto precolombino - de antiguos escritos Egipcios,
Hebreos y otros del Viejo Mundo. Ninguna de estas demandas ha confrontado la verificación de
algún erudito reconocido.” —Smithsonian Institution Form Letter, 1988 (Traducido del Inglés)
Además, los estudiosos mormones han realizado repetidos esfuerzos para encontrar las tierras del
Libro de Mormón en algún lugar de América Central. Sin embargo, estos estudiosos están en
desacuerdo entre ellos mismos con respecto a la localización de estas tierras. Algunos señalan la
zona de Costa Rica, mientras otros dicen que se encuentran en la Península de Yucatán; otros
señalan la zona de Tehuantepec. Incluso el Dr. Ray Matheny de la Universidad Brigham Young
admite la falta de una evidencia arqueológica para los registros históricos del Libro de Mormón.
“Yo no me atrevería a hacer ninguna afirmación con respecto a ninguna cultura antigua a menos
que existiera una amplia evidencia para respaldarla. Proceder de otro modo sería un engaño e
intelectualmente deshonesto, empleando mal mi posición de científico investigador. Mientras
algunas personas han elegido reivindicar el Libro de Mormón a través de evidencias
arqueológicas, para mi, han procedido prematuramente y sin el conocimiento suficiente.”—Dr.
Ray Matheny, Carta fechada en Diciembre 17, 1987 (Traducido del Inglés)
Habiendo declarado que Joseph Smith hizo la traducción del
Libro de Mormón a partir de unas planchas de oro que
encontró en el Monte Cumorah en el estado de Nueva York,
José Smith afirmó que estas planchas contenían registros de
antiguos habitantes de América, quienes migraron a este lugar
desde Jerusalén.
La primera migración guiada, según alegan, por Jared y su
familia, ocurrió por el 2250 a.C. Avanzando la historia, este
grupo de gente se multiplicó tanto que se dividió en dos
naciones, y peleó la una con la otra hasta que todos murieron.
La segunda migración compuesta por Lehi, su familia y
amigos, según alegan, ocurrió alrededor del 600 a.C. Este
grupo también creció hasta convertirse en dos enormes
naciones: Los Nefitas y los Lamanitas. Estallaron las guerras
y, eventualmente, los Lamanitas mataron a todos los Nefitas
en el año 385 d.C. Por lo tanto, de acuerdo con la historia
Mormona, los Lamanitas son los antepasados los Indios
Americanos y únicos sobrevivientes de esta antigua
migración.
Si el Libro de Mormón contiene el registro de los antiguos habitantes de América, es lógico que la
arqueología pudiera sustentar estas afirmaciones encontrando ruinas de grandes grupos humanos
que construyeron ciudades enormes y fortificadas, y cuyas guerras a gran escala culminaron en la
destrucción de miles de Nefitas cerca del Monte Cumorah en el actual estado de Nueva York.
Incluso, es notable la carencia de toda evidencia arqueológica para sostener dichas afirmaciones.
Instituciones arqueológicas de prestigio, como la National Geographic Society y el Instituto
Smithsoniano atestiguan este hecho.
“Con frecuencia han aparecido reportes en diarios, revistas y libros sensacionalistas, acerca de
hallazgos en el Nuevo Mundo - en un contexto precolombino - de antiguos escritos Egipcios,
Hebreos y otros del Viejo Mundo. Ninguna de estas demandas ha confrontado la verificación de
algún erudito reconocido.” —Smithsonian Institution Form Letter, 1988 (Traducido del Inglés)
Además, los estudiosos mormones han realizado repetidos esfuerzos para encontrar las tierras del
Libro de Mormón en algún lugar de América Central. Sin embargo, estos estudiosos están en
desacuerdo entre ellos mismos con respecto a la localización de estas tierras. Algunos señalan la
zona de Costa Rica, mientras otros dicen que se encuentran en la Península de Yucatán; otros
señalan la zona de Tehuantepec. Incluso el Dr. Ray Matheny de la Universidad Brigham Young
admite la falta de una evidencia arqueológica para los registros históricos del Libro de Mormón.
“Yo no me atrevería a hacer ninguna afirmación con respecto a ninguna cultura antigua a menos
que existiera una amplia evidencia para respaldarla. Proceder de otro modo sería un engaño e
intelectualmente deshonesto, empleando mal mi posición de científico investigador. Mientras
algunas personas han elegido reivindicar el Libro de Mormón a través de evidencias
arqueológicas, para mi, han procedido prematuramente y sin el conocimiento suficiente.”—Dr.
Ray Matheny, Carta fechada en Diciembre 17, 1987 (Traducido del Inglés)