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PAZ.
Gracias por tu respuesta, pero quedan muchos "huecos".
Primeramente yo me refería a por qué la autoridad de atar y desatar, o de confesar pecados no es de TODOS los creyentes, si es una generalización igual a la que se hace con María y Juan.
Luego eso que dices de que entregarle a Juan a su madre "era lo que faltaba para cumplir con lo establecido para nuestra salvación". No entiendo de dónde sacas eso, porque siguiendo esa forma de interpretar yo podría decir que el encargo le produjo sed.
Y me gustaría saber cuál es el texto que dice que "la escritura señala que era necesario el doble encargo entre el dicipulo amado y la Madre"?
paz
Claro que la capacidad de perdonar es erga omnes igual que todo, voa a tratar de darme a entender:
el Concilio Segundo Vaticano se pronuncio a esto al respecto señala que considera el pecado en su doble aspecto de ofensa a Dios y de herida a la Iglesia. Leemos en la Lumen Gentium: 'Quienes se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de la ofensa hecha a él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron pecando, y que colabora a su conversión con la caridad, con el ejemplo y las oraciones' (n.11).
El Concilio nos recuerda que el pecado es una herida infligida a la Iglesia. Si todos somos parte de Ella, todo pecado va contra la santidad de la comunidad de la Iglesis. Y comotodos los fieles somos solidarios en la comunidad cristiana, no existe nunca un pecado que no tenga algún efecto sobre toda la comunidad. Como es verdad que el bien hecho por uno procura un beneficio y una ayuda a todos, también es verdad, por desgracia, que el mal cometido por uno va contra la perfección a la que todos tienden. Si cada alma que se eleva levanta al mundo entero, como dice la beata Isabel Leseur, también es verdad que todo acto de traición al amor divino perjudica a la condición humana y empobrece a la Iglesia. La reconciliación con Dios es también reconciliación con la Iglesia y, en cierto sentido, con toda la creación, cuya armonía ha quedado violada por el pecado. La Iglesia es la mediadora de esta reconciliación. Es un papel que le asignó su mismo Fundador, quien le confirió la misión y el poder de 'perdonar los pecados'. Toda reconciliación con Dios se realiza, pues, en relación explícita o implícita, consciente o inconsciente, con la Iglesia.
Sin duda, el poder de perdonar corresponde a Dios, y la remisión de los pecados es obra del Espíritu Santo. Con todo, el perdón proviene de la aplicación al pecador de la redención realizada en la cruz de Cristo (Cfr. Ef 1,7; Col 1,14.20), que confió a su Iglesia la misión y el ministerio de llevar en su nombre la salvación a todo el mundo (Cfr. S.Th. III, q. 84, a. 1). El perdón, por tanto, hay que pedirlo a Dios, y es Dios quien lo concede, pero no lo hace de forma independiente de la Iglesia, fundada por Jesucristo para la salvación de todos.
Sabemos que Cristo resucitado, para comunicar a los hombres los frutos de su pasión y muerte, confirió a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados: 'A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se no se los perdoneis no se les perdonaran(Jn 20, 23).
Ahora el meollo de tu pregunta es por que esto no es para todos y yo te digo que si es para todos como herederos de la misión y del poder de los Apóstoles, los presbíteros, en la Iglesia, perdonan los pecados en nombre de Cristo. Pero se puede decir que en el sacramento de la reconciliación el ministerio específico de los sacerdotes no excluye, sino que comprende el ejercicio del 'sacerdocio común' de los fieles, que confiesan sus pecados y piden el perdón bajo la efusiondel Espíritu Santo, que nos convierte en su interior con la gracia de Cristo redentor.
El papel del catolico en el sacramento de la penitencia consiste en reconocer sus propias culpas con una 'confesión' que, salvo casos excepcionales, se hace individualmente al sacerdote; con la manifestación del propio arrepentimiento por la ofensa hecha a Dios: 'contrición'; con la sumisión humilde al sacerdocio institucional de la Iglesia, para recibir el 'signo eficaz' del perdón divino; con el ofrecimiento de la 'satisfacción' impuesta por el sacerdote como signo de participación personal en el sacrificio reparador de Cristo, que se ofreció al Padre como hostia por nuestras culpas; y, finalmente, con la acción de gracias por el perdón obtenido.
Yo no se si estes de acuerdo pero asi lo creemos nosostros, todos tenemos la capacidad de perdonar pecados, pero los presbiteros en su calidad de representantes de Cristo en la Tierra con el Papa a la cabeza se les ha dejado esa facultad, pero no es excluyente sino que antes al contrario es incluyente.
Los sacerdotes confiesan y perdonan pecados no por que sean los unicos facultados, sino por que ellos son representantes del Señor en la tierra junto con el Papa, entonces ellos tienen la facultad conferida de perdonar en cuanto Iglesia y en cuanto representantes de Cristo, todo eso tiene que estar regulado, imaginate si la gente se confesara directamente con Dios como se les perdonarian los pecados por los sucesores de los apostoles.
No se si me di a entender.
Lo de la que faltaba el encargo es por que inmediatamente despues la palabra señala que indicando este doble encargo estaba todo cumplido, y si hasta la sed que sintio era parte de esto.
PAZ.
Gracias por tu respuesta, pero quedan muchos "huecos".
Primeramente yo me refería a por qué la autoridad de atar y desatar, o de confesar pecados no es de TODOS los creyentes, si es una generalización igual a la que se hace con María y Juan.
Luego eso que dices de que entregarle a Juan a su madre "era lo que faltaba para cumplir con lo establecido para nuestra salvación". No entiendo de dónde sacas eso, porque siguiendo esa forma de interpretar yo podría decir que el encargo le produjo sed.
Y me gustaría saber cuál es el texto que dice que "la escritura señala que era necesario el doble encargo entre el dicipulo amado y la Madre"?
paz
Claro que la capacidad de perdonar es erga omnes igual que todo, voa a tratar de darme a entender:
el Concilio Segundo Vaticano se pronuncio a esto al respecto señala que considera el pecado en su doble aspecto de ofensa a Dios y de herida a la Iglesia. Leemos en la Lumen Gentium: 'Quienes se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de la ofensa hecha a él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron pecando, y que colabora a su conversión con la caridad, con el ejemplo y las oraciones' (n.11).
El Concilio nos recuerda que el pecado es una herida infligida a la Iglesia. Si todos somos parte de Ella, todo pecado va contra la santidad de la comunidad de la Iglesis. Y comotodos los fieles somos solidarios en la comunidad cristiana, no existe nunca un pecado que no tenga algún efecto sobre toda la comunidad. Como es verdad que el bien hecho por uno procura un beneficio y una ayuda a todos, también es verdad, por desgracia, que el mal cometido por uno va contra la perfección a la que todos tienden. Si cada alma que se eleva levanta al mundo entero, como dice la beata Isabel Leseur, también es verdad que todo acto de traición al amor divino perjudica a la condición humana y empobrece a la Iglesia. La reconciliación con Dios es también reconciliación con la Iglesia y, en cierto sentido, con toda la creación, cuya armonía ha quedado violada por el pecado. La Iglesia es la mediadora de esta reconciliación. Es un papel que le asignó su mismo Fundador, quien le confirió la misión y el poder de 'perdonar los pecados'. Toda reconciliación con Dios se realiza, pues, en relación explícita o implícita, consciente o inconsciente, con la Iglesia.
Sin duda, el poder de perdonar corresponde a Dios, y la remisión de los pecados es obra del Espíritu Santo. Con todo, el perdón proviene de la aplicación al pecador de la redención realizada en la cruz de Cristo (Cfr. Ef 1,7; Col 1,14.20), que confió a su Iglesia la misión y el ministerio de llevar en su nombre la salvación a todo el mundo (Cfr. S.Th. III, q. 84, a. 1). El perdón, por tanto, hay que pedirlo a Dios, y es Dios quien lo concede, pero no lo hace de forma independiente de la Iglesia, fundada por Jesucristo para la salvación de todos.
Sabemos que Cristo resucitado, para comunicar a los hombres los frutos de su pasión y muerte, confirió a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados: 'A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se no se los perdoneis no se les perdonaran(Jn 20, 23).
Ahora el meollo de tu pregunta es por que esto no es para todos y yo te digo que si es para todos como herederos de la misión y del poder de los Apóstoles, los presbíteros, en la Iglesia, perdonan los pecados en nombre de Cristo. Pero se puede decir que en el sacramento de la reconciliación el ministerio específico de los sacerdotes no excluye, sino que comprende el ejercicio del 'sacerdocio común' de los fieles, que confiesan sus pecados y piden el perdón bajo la efusiondel Espíritu Santo, que nos convierte en su interior con la gracia de Cristo redentor.
El papel del catolico en el sacramento de la penitencia consiste en reconocer sus propias culpas con una 'confesión' que, salvo casos excepcionales, se hace individualmente al sacerdote; con la manifestación del propio arrepentimiento por la ofensa hecha a Dios: 'contrición'; con la sumisión humilde al sacerdocio institucional de la Iglesia, para recibir el 'signo eficaz' del perdón divino; con el ofrecimiento de la 'satisfacción' impuesta por el sacerdote como signo de participación personal en el sacrificio reparador de Cristo, que se ofreció al Padre como hostia por nuestras culpas; y, finalmente, con la acción de gracias por el perdón obtenido.
Yo no se si estes de acuerdo pero asi lo creemos nosostros, todos tenemos la capacidad de perdonar pecados, pero los presbiteros en su calidad de representantes de Cristo en la Tierra con el Papa a la cabeza se les ha dejado esa facultad, pero no es excluyente sino que antes al contrario es incluyente.
Los sacerdotes confiesan y perdonan pecados no por que sean los unicos facultados, sino por que ellos son representantes del Señor en la tierra junto con el Papa, entonces ellos tienen la facultad conferida de perdonar en cuanto Iglesia y en cuanto representantes de Cristo, todo eso tiene que estar regulado, imaginate si la gente se confesara directamente con Dios como se les perdonarian los pecados por los sucesores de los apostoles.
No se si me di a entender.
Lo de la que faltaba el encargo es por que inmediatamente despues la palabra señala que indicando este doble encargo estaba todo cumplido, y si hasta la sed que sintio era parte de esto.