Maria Santisima

Originalmente enviado por Juan_Manuel:
No te desanimes, hermano Marsuar,
nadie conoce todo, salvo Dios.

No todos necesitn conocer la exacta definición del pecado original, y cómo se propaga.

Al ser católico,
¡¡¡ todo lo que pertenece a la Fé de la Iglesia, aunque lo ignoremos,
nos pertenece a cada uno de los católicos !!!

¡¡¡ Esa es la grandeza y la riqueza de estar dentro del Cuerpo de Cristo,
y no fuera de El !!!

Lo que pertenece a un miembro , me pertenece !!!

Todo lo que saben los Doctores, yo lo sé !!!

Todo lo que oran los religiosos, a mí me aprovecha para mi salvación !!!

¡¡¡ Esa es la riqueza de la Comunión de los Santos !!!

No necesitamos, ni saberlo todo,
ni entenderlo todo, ni hacerlo todo !!!


Estimado Juan Manuel:

Tengo la impresión de que esta peculiar comprensión suya del catolicismo que expresa aquí tiene amplio arraigo popular, a pesar de los esfuezos que la Iglesia de Roma ha hecho por erradicarla en las últimas décadas.

En efecto, los dirigentes romanos se han dado cuenta, por ver la realidad, que esta actitud es insostenible hoy.

De todos modos, si aceptamos por vía de concesión que un católico auténtico, que vive su fe (vicariamente a través de los doctores, santos, etc) no tiene que conocer
la definición del pecado original que la misma Iglesia de Roma enseña, ni, para tal caso, la exclusividad absoluta del privilegio que habría recibido la Bienaventurada María al ser concebida supuestamente sin pecado original, aún así permanecería el problema.

Este problema es que, si se desea defender la propia fe con argumentos es necesario saber lo que ésta enseña. De lo contrario, parecería más prudente decir "yo creo esto" y punto. Si los hechos no cuentan y las definiciones no importan, no veo otra alternativa.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Originalmente enviado por Marsuar:
Originalmente enviado por Jetonius:

.

"Por tanto, la premisa mayor del "silogismo" es defectuosa al menos desde el punto de vista católico de lo que es el pecado original.
Marsuar:
Amigo Jetonius yo me refiero al dolo del pecado original, o sea a lo que pretenden conseguir nuestros primeros padres con la desobediencia a Dios y no al pecado que es de desobediencia.

Usted puede referirse a lo que quiera, pero si defiende la doctrina de la Iglesia Católica, no puede en modo alguno soslayar la definición y explicación de este preciso pecado del que la misma Iglesia dice que María fue exceptuada.

De lo contrario, ignora un dogma para defender otro. Insisto en que hable con su consejero espiritual sobre estas ideas suyas.

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Veamos la premisa menor:

"Cuando Maria puede ser como Dios(o mas que El según se mire) ella inmediatamente se declara muy inferior a Dios."
Pues bien, sin entrar a discutir aquí la doctrina católica de la impecabilidad personal de María, tal como se formula la premisa menor sólo demuestra que en esa particular ocasión la Bienaventurada María se declaró la sierva del Señor. Ello no prueba lógicamente que esa haya sido invariablemente su actitud. En otras palabras, aunque la premisa menor es cierta, la conclusión no se sigue unívocamente de ella.

Marsuar:
Una vez deducida la falta de pecado original antes del parto. Sabiendo el amor que profesan las madres hacia sus hijos. ¿No te parece razonable pensar que durante el parto y despues del parto ese amor hacia Dios se incremento en el corazón de Maria?. ¡Que dificil es pensar que se desvirtuó!. Pensar asi solo puede estar justificado para aquellos que no conocen el amor que las madres profesan a sus hijos.

Disculpe, mi amigo, pero yo he experimentado el amor materno y no dudo en absoluto del amor de María hacia su primogénito.

El punto central de mi observación, que pasa olímpicamente por alto, es que usted formuló su argumento como un silogismo y no lo es. Uno podría pensar que la obediencia de María en aquella ocasión era prenda y garantía de una obediencia continua. Pero un acto aislado de obediencia no prueba lógicamenteuna obediencia perpetua y perfecta , y por tanto su razonamiento es inválido como silogismo.

Estas son simplemente cuestiones de hecho, que no invalidan su derecho de creer lo que le parezca correcto y verdadero. Pero no lo puede hacer escundándose en la mala aplicación de la lógica.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Estimado Jetonius:

No creo que todos debamos ser "Maestros en doctrina", así como no somos todos "Profetas", ni todos "Obispos", ni todos "hablan en lenguas", ni todos tienen "don de sanar enfermos", etc, etc.

Esto es lo que dice San Pablo, en su magistral representación de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, de la Carta a los Corintios.

No todos los miembros tienen la misma función , dice San Pablo.

La mano es mano, la cabeza es cabeza.

Todos necesitan de todos, y todo es PATRIMONIO COMUN:
la Fé, la Doctrina, la vida de santidad, el servicio fraterno, y todo lo demás.


Supongo que esto lo admite ud, es 100 % bíblico.

No creo que la Iglesia católica busque cambiar esto, tampoco hoy en día.

Lo que se busca es que el mayor número tenga al menos un mayor conocimiento de su fé, al menos básico, kerygmático.

Pero es ilusorio pensar que un creyente ordinario pueda llegar a conocer la totalidad de doctrinas que componen el cristianismo.

La gente común no tiene ni el tiempo ni la formación mínima necesaria para profundizar en todos esos temas, esta es la realidad del mundo en que la Iglesia se debe encarnar.

Y mucho más ilusorio aún es creer que porque todos lean la Biblia, todos puedan ser capaces (sin una adecuada guía) de llegar a intepretarla correctamente.

Mucho de lo que se puede leer en este foro es una muestra MUY ELOCUENTE de lo que acabo de decir.

Bendiciones.
 
Originalmente enviado por Abraham20:
La Inmaculada Concepción

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo(Ap 11, 19).

No entiendo a qué viene aquí esta cita de la visión celestial de Juan.


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La creencia es que María fue concebida sin pecado original.
La creencia, esto es, de la Iglesia de Roma, formulada en la Edad Media, rechazada por insignes teólogos de la misma Iglesia, y luego inculcada progresivamente a lo largo de siglos hasta su formulación dogmática en 1854.

Dios la tenía como parte de su plan salvífico desde el principio: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya..". (Gn 3,15).

Como tenía, siguiendo la misma lógica, a toda la larga línea de descendencia que va desde Eva hasta Jesús. Eso no lleva a reclamar un privilegio similar para la concepción de los padres, los abuelos y los bisabuelos de la Bienaventurada María.

La simiente de la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente es indubitablemente Jesucristo.


No es por casualidad que Jesús llama a María "mujer", la nueva Eva- en la cruz- porque allí venció a Satanás. (También Pablo utiliza la palabra "mujer" en Gá 4,4). Jesús la exalta como la Nueva Eva: la mujer.

La expresión "nacido de mujer" empleada por Pablo simplemente apunta a la verdadera humanidad de Jesús, de modo similar al que empleó el Señor al hablar de Juan el Bautista como el más grande profeta entre "los que nacen de mujeres".

En cuanto al trato que Jesús le da a su mamá, no sólo aquí sino también en las bodas de Caná ("¿Qué tengo yo contigo, mujer?", Juan 2:4), es reverente pero no implica ninguna distinción especial.

De hecho, Jesús se dirigió del mismo modo a la mujer cananea (Mateo 15:22), a la encorvada de la cual expulsó un espíritu de enfermedad (Lucas 13:12), a la samaritana que había tenido cinco maridos (Juan 4:21) y a la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:10).

Por lo demás, el Nuevo Testamento enseña que fue Jesucristo mismo, y no su señora madre, que fue testigo de la redención, quien venció a Satanás.

Existen muchos malentendidos sobre la doctrina. El Papa Pío IX, en 1854, proclamó la fe de la Iglesia: que María, desde el momento de su concepción, por un don gratuito de Dios y por los méritos de Jesucristo, fue preservada de toda mancha del pecado original. Esta doctrina incluye que María nunca desobedeció a Dios en toda su vida.

La fe de la Iglesia ...de Roma. Curioso que se hayan requerido dieciocho siglos para que se llegase a una definición, si todo era tan obvio.

Los hermanos dicen que sólo Dios no tiene pecado, y entonces que María es pecadora. Prueba de esto es que ella misma llamó a Jesús Salvador (Lc 1, 47). Además, dicen ellos, Pablo escribió que no hay ningún justo, nadie busca a Dios,... todos pecaron (Ro 3, 10-12 y 23) (17) .

Ya hemos tocado antes este último argumento de que nadie es justo.

¿Dónde???
Estos son los problemas del "cut & paste" ...

Pablo citó al rey David. Si llevamos lejos el argumento de que nadie es justo llegamos hasta el extremo del absurdo porque la Biblia dice que Elizabeth y Zacarías eran justos (Lc 1, 6 y 2, 5), y mientras Pablo dice "nadie busca a Dios", Cornelio sí lo buscaba (Hch 10, 3 5). Adán y Eva eran justos antes de pecar. ¿No son justos los ángeles y santos en el cielo? ¿No es Jesús justo? ¿Como puede Santiago decir en 5, 15: La oración eficaz del justo puede mucho si no hay justos?

Por supuesto que cuando se retuerce a un argumento se llegan a extremos absurdos. Ridiculizar una objeción puede ser un modo rápido pero ciertamente ni honesto ni en verdad eficaz de refutarla.
Cuando se aplica en la Biblia el término "justo" a cualquier ser humano con excepción de Jesucristo (de quien se dice explícitamente que no cometió pecado), la palabra no involucra absoluta impecabilidad.

"En la literatura sapiencial aparece el género humano dividido en dos categorías: frente a los justos y a los sabios, los impíos y los locos... El impío deja rienda suelta a sus instintos: astucia, violencia, sensualidad, soberbia ... desprecia a Dios ... se encarniza con los justos y los pobres ...

El llamamiento de los impíos a la salvación. El problema es exactamente el mismo desde que Cristo consumó su sacrificio muriendo «por la mano de impíos» (Act 2,23). Murió, «justo por los injustos» (1 Pe 3,18), aun cuando quiso «ser computado entre los malhechores» (Lc 22,37). Murió por los impíos (Rom 5,6) a fin de que fueran justificados por la fe en él (Rom 4,5). Tales son los justos en el NT: impíos justificados por gracia."

(Xavier Léon-Dufour, Dir.: Vocabulario de Teología Bíblica, ed. rev. y ampliada. Barcelona: Herder, 1985, p. 416-418; negritas añadidas).

La falacia del argumento consiste precisamente en suponer que "justo" significa necesariamente "inmaculado" o "libre de pecado". Pero luego de la caída esto no es cierto de ningún humano excepto de Cristo.

Sin pecado concebida
Leemos en Lucas 1, 28 que Dios por medio de Gabriel llama a María muy favorecida (Sof 3, 14, Jl 2, 21; Zac 9,9), que en griego es KECHARITOMENE (llena de gracia) o "la perfección de gracia". La raíz de esta palabra es "járis" que significa gracia(18). De hecho, la forma de la palabra en griego hace entender que María YA ES (pasado) perfeccionada en la gracia.

Como ya expliqué, lo que este pasaje enseña es que Dios favoreció a María, lógicamente desde antes que el ángel lo anunciara; no implica en modo alguno la impecabilidad personal de María, como tampoco del resto de los creyentes para los cuales Pablo emplea el mismo verbo (Efesios 1:6).

Y, como dice Pablo (Fil 3, 9s), el pecado es in-compatible con esta. Es decir que en María no hay espacio, en su alma y corazón, para pecados. La gracia se opone al pecado. Nótese que María es llena de gracia ya. No dice "será llena".

Filpenses 3:9-10 no emplea las palabras "gracia" ni "pecado". De todos modos, en otras partes Pablo explica que necesitamos la gracia de Dios precisamente porque somos pecadores (Gálatas 3; Romanos 3-5, etc). La gracia nos capacita para vencer el pecado (Romanos 6:12-14).

¿Cómo puede uno "ser lleno de gracia" si Jesús no había muerto todavía y somos pecadores desde nuestro nacimiento? María fue salvada por Jesús, pero antes de pecar; como cuando alguien salta a una alberca para salvar a otro que está ahogándose. Y antes de echarse al agua el "salvavidas" previene a otra persona de caer en la misma piscina. Entonces esta persona salva a la otra antes que caiga, salvándola al mismo tiempo que salva a los que están ahogándose.

Esta noción de "pre-redención" o redención preventiva fue propuesta por Juan Duns Escoto para justificar la doctrina de la Inmaculada Concepción, pero no se enseña en la Biblia. Se trata simplemente de un subterfugio escolástico para "librar" a María del pecdo original.

María proclamó que Jesús era su Salvador (Lc 1, 47). Él la salvó en esta manera. Su obra redentora se aplica al pasado porque salvó desde el principio del mundo (Ap 13, 8).

María no declaró a Jesús como su Salvador; sus palabras, bien al estilo de los Salmos del Antiguo Testamento, fueron:

"Engrandece mi alma al Señor,
y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador"

En cambio, Zacarías sí se refiere a Jesús cuando lleno del Espíritu Santo profetizó:

"Bendito sea el Señor Dios de Israel,
que ha visitado y redimido a su pueblo,
y nos levantó un poderoso Salvador
en la casa de David, su siervo..."

Jesús también salvó a los grandes personajes del AT aunque nacieran antes que él. Pablo habla de como Dios lo escogió por su gracia antes de nacer (Gá 1, 15). Dios escogió a Jeremías así: antes que nacieses te santifiqué (Jer 1, 5).

Que yo sepa Pablo pertenece al tiempo del Nuevo Testamento...
En efecto, Pablo dice que Dios lo apartó desde el vientre de su madre, lo que no implica en absoluto que haya nacido inmaculado. De hecho, fue el más destacado perseguidor de los cristianos antes del encuentro con el Señor camino a Damasco.
Igualmente, Jeremías fue separado (santificado) para servir a Dios desde el vientre de su madre, pero su misión comenzó cuando Dios efectivamente lo llamó.

Si estos textos se toman como modelo o patrón del accionar divino, ellos desmieten la doctrina de la Inmaculada Concepción en lugar de ratificarla. Aunque en el caso de María no se dice palabra sobre que hubiese sido santificada desde el vientre de su madre (que no es igual que "desde el instante mismo de su concepción" como quería Pío IX), su misión comienza efectivamente cuando Gabriel se la anuncia. Si Pablo pudo ser escogido por Dios desde el vientre de su madre y aún así persiguió a los cristianos, ello es evidencia de que tales llamados no implicaban ausencia de pecado.

Como narra un pastor protestante que se convirtió a la Iglesia católica: "Mi esposa cuenta que Jesús la salvó de las drogas, de la prostitución, del terrorismo, etc. Es decir, por su fe en Jesús, ¡ella nunca cayó en estas cosas! Jesús la salvó de manera parecida como a María previniendo que ella cayera."

Pues aplicando consistentemente su lógica, he aquí otra candidata a la inmaculada concepción, entonces.

Para poder hablar de María debemos aclarar qué entendemos por colaboración del hombre a la gracia de Dios. Hay varios textos bíblicos que nos ayudan a entender, por ejemplo 1 Co 3 ,9 y 2 Co 6, 1.

Me pregunto qué tendrán que ver estos versículos con la Inmaculada Concepción...


La Iglesia dice que María colaboró con una gracia especial que el Padre le otorgó para que fuese preparada para ser madre de su Hijo divino. María articula esta colaboración plenamente: Hágase conmigo conforme a tu palabra (Lc 1, 37).


De nuevo, esto lo dice la Iglesia de Roma.

No me cabe duda de que la respuesta de la Bienaventurada María, superada su temor y confusión iniciales, fue una de fe y obediencia.

De allí a decir que ella respondió así porque fue concebida sin pecado hay una distancia sideral; el mismo criterio podría aplicarse a todos los fieles siervos de Dios que a lo largo de los siglos obedecieron a la vocación divina.


Más pruebas
Cuando entendemos que el AT prefigura el NT, y que el nuevo es mejor que el viejo ( por e.j. el Nuevo Adán es mejor), comprendemos que María está prevista por ejemplo en la "madre tierra" de la cual salió el primer Adán. Y esta tierra era sin mancha. No estaba bajo la maldición todavía (Gn 3, 17). Los elementos inmaculados de los cuales salió el primer Adán, prefiguran a María de la cual salió Jesús (Ro 5, 14)(19) .

No puede ofrecer "más pruebas" cuando todavía no ofreció ninguna válida.

Romanos 5:14 establece que Adán era figura de Cristo, pero no dice ni jota de que la tierra fuese la figura de María. Ella no es mencionada en absoluto por Pablo en este pasaje de Romanos 5:12-21. El valor de una bíblico de una figura se limita al punto de comparación, en este caso el primer hombre,Adán, y el Hombre perfecto o postrer Adán, Cristo. Podría aceptarse el paralelo patrístico de que así como la tierra era virgen, igualmente lo fue María. Pero ir más allá de esto es imprudente, entre otras cosas porque la tierra no fue preservada de corrupción.


María está prefigurada también en Eva, la madre de nuestra raza. (Hay que recodar que los tipos son solamente sombras de los antitipos del N. T.),

El Nuevo Testamento nada dice de este paralelo en particular. Si se quiere evitar una tipología desaforada, es preciso limitarse a los tipos que la Escritura indica explícitamente.
En los Padres, Eva y María son puestas más bien en oposición. De hecho, Eva ni fue la madre del primer Adán, ni era virgen cuando concibió.

Como vimos, ella es nuestra madre por ser la madre de la Iglesia cuerpo de Cristo (Ap 12, 17).

¿Dónde "vimos"?

Apocalipsis 12 habla de dos grandes señales en el cielo, una mujer que da a luz el Mesías, y que según la mayoría de los intérpretes modernos representa al pueblo de Dios, y el Dragón que quiere destruir al niño, y luego persigue a la "mujer" y su descendencia. La descendencia del remanente de Israel (del cual María era obviamente parte) es la Iglesia de Jesucristo.


Lo que Eva perdió por desobedecer, María lo corrigió por su fe: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Lc 1, 38). Mientras la serpiente venció a Eva (Gn 3, 13), Dios protegió a María de su mordedura: Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierrra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto... (Ap 12, 13-16).

¿Y a qué episodio de la vida de María correspondería esta protección? Note ante todo que la mujer recibe esta protección después de haber dado a luz y de que su hijo fuese arrebatado al cielo.


Vemos en Génesis algo muy importante: dice la simiente suya (la simiente de la mujer) (3, 15), y la palabra griega en la versión de la Setenta es SEMENOS (semen en castellano).

¿Cómo?¿Qué?

La palabra que emplea la Septuaginta es spermatos, no "semenos" (¿de dónde lo habrá sacado?), para traducir el hebreo zera' que significa siembra, semilla o descendencia.


Entonces, ya que una mujer no tiene semen, la única mujer a quien se podría referir es a María, cuyo hijo fue concebido sin hombre, porque las demás personas nacen de mujer y hombre, de quien viene el semen.

Triple salto mortal exegético...¡y sin red!

La palabra spermatos puede significar "esperma" o "semen", pero también simiente, semilla, descendencia, estirpe, raza, vástago, hijo. Tratar de forzar aquí un sentido artificial para sostener una doctrina medieval es una barbaridad.

En el siguiente capítulo, Eva emplea exactamente la misma palabra hebrea (zera') para referirse a su hijo Set, concebido ciertamente mediante relación sexual. En la Septuaginta la palabra es traducida sperma (que es una variante de spermatos y significa lo mismo)

El sentido natural y obvio es que la mujer a la que aquí se refiere es la única mujer que se nombra en el pasaje, la única que existía, la única a la que Dios le dirige aquí la palabra: Eva.

Génesis nos dice que existiría entre la mujer y la serpiente una enemistad completa y que la mujer iba a herir a la serpiente: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya.

La enemistad (que no se dice "completa") no implica que la descendencia de la mujer (Eva) nunca llegase a ser instrumento del mal. La simiente de la mujer, al igual que la descendencia de Abraham, puede entenderse como colectivo (ver Romanos 16:20) pero en último análisis se refiere al descendiente individual (ver Gálatas 3:16) de Eva que aplastaría la cabeza de Satanás, es decir, Cristo. La presencia de María solamente está implícita, como la de todos los descendientes de Eva que van desde ésta hasta Jesús.

Esta mujer (María prefigurada) está en enemistad total con el diablo. No existiría tal enemistad total si María hubiese pecado como pecó Eva. No son socios. La serpiente es fuente de todo pecado y maldad. Al fin y al cabo es Dios quien hace que María no peque: YO PONDRÉ enemistad entre tú y la mujer (Gn 3, 15).

Se le desbocó la imaginación ante todo porque como señalé "la mujer" es obvia e indudablemente Eva. Además, el diablo continúa siendo nuestro enemigo aunque pequemos, porque es homicida desde el principio.
La enemistad entre Satanás y el género humano es perpetua, pero sólo se resuelve en Cristo.

No hay que poner en oposición, Jesús o María como si fuera uno u otro. Los católicos vemos cómo los dos luchan juntos en contra del diablo (Gn 3, 15). En esta primera profecía del plan de la salvación, vemos que "la mujer" que prefigura a María y su descendiente (Jesús) luchan en contra de Satanás.

¿En qué quedamos? ¿La mujer "prefigura" a María o "es" María?
Lo que aquí se anuncia es una enemistad perdurable, pero quien logra la victoria es "la simiente" de la mujer, que no puede ser otro que el Mesías.

Esta desesperación de los católicos por meter a la fuerza a María en tareas que la Biblia no le asigna solamente puede verse como un esfuerzo en exaltarla mucho más allá que lo prudente.


Es importante ver cómo María es prefigurada por otras mujeres que Dios utiliza para salvar a su pueblo del malvado. Las dos mujeres hieren la cabeza del enemigo de Dios en Génesis 3, 15: Jael, en Jueces 4, 21, mata a Sísara con una estaca en la cabeza. Y cómo Elizabeth le diría a María en Lc 2, 42, así a Jael le dicen: Bendita sea entre las mujeres (Jue 5, 24).

¿Lo cual indicaría que también Jael era inmaculada? Los apóstoles no trazan este paralelo.

Otra mujer que prefigura a María es Judít: Ella hace lo mismo con otro enemigo de Dios, Holofernes, le cortó la cabeza (13, 8) salvando así al pueblo de Dios. De ella como de María se dice: Bendita seas tú en todas las naciones (Jdt 14, 7).. El pueblo de Israel la alaba diciendo: El Señor te ha mostrado su favor. Qué el Señor Todopoderoso te bendiga eternamente (15, 9). Es claro, que estas mujeres: de Génesis 3, Jael y Judit prefiguren a María que Dios utiliza como instrumento en contra del enemigo.

Como si no fuese suficiente toda esta hojarasca mariana, ahora también se traen los libros apócrifos en favor de la Inmaculada Concepción.


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En el caso de María, el enemigo que ella vence es el diablo, quien fue vencido también por Jesús en la Cruz plantada en Gólgota. Lo interesante es que Gólgota quiere decir calavera (Jn 19, 17) . Entonces otra vez un enemigo de Dios -el enemigo supremo- es vencido por medio del símbolo de herir su cabeza: el madero de la Cruz plantada en la "calavera".
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Orígenes hubiera estado orgulloso de este despliegue alegorístico. Lo triste es que no se indica jamás que fuese María, y no sólo Jesús, quien venció a Satanás.

También María es el Nuevo Tabernáculo. El primer tabernáculo fue detalladamente construido según Éxodo 25, 9 y 39, 42-43 para ser perfecto y sin mancha (2 Cr 7, 2). Esto prefigura a María. La gloria de Dios cubrió y llenó el primer tabernáculo (Ex 40, 34-38). Compara esto con las palabras de Gabriel en Lucas 1, 35 donde María está cubierta con esta gloria, sobre ella bajó la gloria del Espíritu Santo(20) . María fue prefigurada como el tabernáculo perfectamente construido sin mancha. La traducción de los Setenta (LXX) utiliza la misma palabra y habla de la misma manera de María (el poder del Altísimo la llena en Lc 1, 35) como lo que pasó con el tabernáculo (Ex 40, 34-35).

Es claro también que Lucas quiere que veamos a María como otra arca de la alianza también construida perfectamente. Compara también segundo de Samuel (6, 9), vemos que David dice algo semejante a lo que dice Elizabeth a María (en Lc 1, 43): ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?; David salta frente al arca (2 S 6, 14) como saltó de alegría Juan el Bautista frente a María (Lc 1, 44) la Nueva Arca de la Nueva Alianza que contiene a Jesús el verdadero pan de cielo (el primer arca contenía el maná). Y no es por casualidad que del arca se dice que estuvo en casa de Obed-edom geteo tres meses (2 S 6, 11), igual que se dice de María: Y se quedó María con ella como tres meses (Lc 1, 56). Así se encuentra este enlace entre el arca construida perfectamente y María en el libro del Apocalipsis: Y el tempo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo Apareció en el cielo UNA GRAN SEÑAL: una mujer vestida del sol... (Ap 11, 19-12,1).

Como el monte Sinaí es santo porque Dios está allí (Ex 3, 5), aún más María es "santa" por la presencia de Dios en Ella. Es verdad que nada de estas cosas "prueban" sin duda la Inmaculada Concepción, pero sí la apuntan.

¡Por fin una frase coherente!


Si tú fueras Dios, ¿cómo crearías a tu madre con o sin pecado?

Esta pregunta me recuerda la tentación de la serpiente en Edén ... Quienes pretenden ponerse en el lugar de Dios corren el riesgo de que les pase lo que a Adán y Eva. Gracias a Dios por Jesucristo que nos libró de esta maraña de insensatos argumentos y conjeturas.


La idea de Dios al salvar a María de los pecados es para que ella no reciba en su alma el pecado de Adán que Pablo menciona. Jesús, siendo Dios, es perfecto y nada con mancha puede acercarse a Dios (Ap 21, 27). Dios habita en luz inaccesible (1 Ti 6, 16). Dios preparó a María para recibir por el Espíritu Santo al Hijo de Dios.

Qué cosa más extraña, porque durante todo su ministerio Jesús anduvo por el mundo rodeado de pecadores.

Lutero escribió más de 60 homilías y sermones alabando a María. Calvino escribió algunas también. Recientemente más y más protestantes (no fundamentalistas) están reconociendo el lugar privilegiado de María, como podemos constatar en charlas dadas en el congreso sobre María por los Luteranos, Reformados, etcétera.

Pues se pueden decir muchísimas cosas buenas de María. Pero no se la honra ni se honra su humildad y fidelidad a Dios adjudicándole privilegios de los que las Escrituras nada dicen.


¡Es curioso cuánto hablan (aunque en forma negativa) de María los hermanos! :eek:

Efectivamente; a veces motu proprio, otras veces obligados por las apologías mariológicas que hacen otros.

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Hace algunos años en el periódico Reforma (15/5/94) citaron a un misionero bautista que decía que María nació con pecado porque toda la descendencia humana desde el punto de vista de Génesis está maldita. ¿Incluye a Jesucristo quién es descendencia de David?
:eek:[/B][/QUOTE]

No lo creo, porque de seguro el misionero conocía 2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22 y 3:18. Por el contrario, no hay ningún texto que diga que nadie excepto Cristo fue sin pecado.


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><

¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
Marsuar:
La paz y el bien hermano Haaz. Lo que dice Jetonius ya se lo he rebatido a él. Puedes leerlo si quieres.

haaz:
Paz para tí también. Ya leí lo que le respondiste (rebatir es un verbo que no cabría en este caso), y también leí su respuesta. Si no lo quieres admitir públicamente está bien, pero porfiar en el error ante todos es una tontería, hasta tu hermano Juan Manuel, con una patética y triste argumentación te ha dado su brazo para que te apoyes, te recomiendo que lo uses, aunque sea algo triste ver una excusa como la usada por él, algo así como "viva la ignorancia, de por sí todo es de todos!!!"


Marsuar:
Te equivocas al creer que no estamos unidos. La Iglesia es Una como rezamos todos en nuestro credo.

haaz:
EL credo puede decir miles de cosas, la vivencia es otra cosa.


Marsuar:
Todos sin escepción acatamos los dogmas de fe, pero no todos tenemos una misma devoción. Yo puedo ser mas devoto de San Juan Bautista que de San Pedro por ejemplo y no pasa por eso nada. No impongo mi devoción personal a los demas ni exijo a nadie que crea que San Juan queria a Dios antes de nacer porque pegase blincos de alegria en el vientre materno ante la presencia de Maria y Jesus.

haaz:
Permíteme decirte que tú mismo eres un buen ejemplo, en este tema, de uno que no acata los dogmas de la fe. Jetonius te los tuvo que explicar, y Juan Manuel te ha dicho que no te sientas mal por no conocerlos!!! Pero aún más, Jetonius hizo lo mismo con Juan Manuel, le tuvo que explicar que lo que él creía iba en contra del magisterio de la SCR, y así muchas veces, Jetonius ha dado clases de catolicismo a los católicos de este foro, de hecho es tan así que estoy concluyendo que ustedes siguen siendo católicos porque no conocen su iglesia, a diferencia de lo que nos acusan a los que salimos de ahí por la gracia de Dios. Así que de unidad, nada de nada, parece que entre los pocos que hay en este foro, ya hay bastantes diferencias e ignorancia sobre la SCR, te imaginas entre cientos de millones???


Marsuar:
Esas diferencias personales no son separación entre catolicos sino fruto de una pluralidad enriquecedora que existe dentro del seno eclesial.

haaz:
Parece que en repetir como loras este "argumento" ahí SI hay unidad. Todos lo hacen, lo interesante es que la misma cosa que entre católicos es "pluralidad enriquecedora", entre los protestantes la llaman "división".
Por cierto que en la SCR me parece imposible que haya "pluralidad enriquecedora", pues se debe acatar lo que dice el magisterio y se acabó!!!! Dónde está la pluralidad????
 
Originalmente enviado por Juan_Manuel:
Estimado Jetonius:

No creo que todos debamos ser "Maestros en doctrina", así como no somos todos "Profetas", ni todos "Obispos", ni todos "hablan en lenguas", ni todos tienen "don de sanar enfermos", etc, etc.

Esto es lo que dice San Pablo, en su magistral representación de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, de la Carta a los Corintios.

No todos los miembros tienen la misma función , dice San Pablo.

La mano es mano, la cabeza es cabeza.

Todos necesitan de todos, y todo es PATRIMONIO COMUN:
la Fé, la Doctrina, la vida de santidad, el servicio fraterno, y todo lo demás.


Supongo que esto lo admite ud, es 100 % bíblico.

Claro que lo admito, tal como usted lo formula hasta aquí. Mi punto es precisamente que, como hay diversas funciones en el Cuerpo de Cristo, diversas vocaciones y ministerios, cada uno debe darse su lugar.

Si alguien desea defender la doctrina católica e ignora al menos algunos de sus aspectos elementales, que están bien claros en el Catecismo (que para algo se publicó, supongo)es obvio que tal persona debe, si realmente tiene el carisma en cuestión, cultivarlo con un mínimo de estudio, cosa que aquí falta. De hecho, los argumentos de Marsuar nunca los he visto empleados así en las obras católicas que he leído, y tengo la impresión de que caminan muy cerca de la heterodoxia.

No creo que la Iglesia católica busque cambiar esto, tampoco hoy en día.

Por el contrario, mi impresión es que la Iglesia de Roma está haciendo ingentes esfuerzos para evitar el creciente éxodo por todos los medios a su alcance.

Lo que se busca es que el mayor número tenga al menos un mayor conocimiento de su fé, al menos básico, kerygmático.

Pero es ilusorio pensar que un creyente ordinario pueda llegar a conocer la totalidad de doctrinas que componen el cristianismo.

No se trata de hacer de cada creyente un teólogo. Ahora, si espontáneamente se propone enseñar, y precisamente en un foro evangélico...

La gente común no tiene ni el tiempo ni la formación mínima necesaria para profundizar en todos esos temas, esta es la realidad del mundo en que la Iglesia se debe encarnar.

Sobre todo no tiene las ganas, la pasión por tener la Palabra de Dios cerca de su mente y de su corazón. Es un drama.

Y mucho más ilusorio aún es creer que porque todos lean la Biblia, todos puedan ser capaces (sin una adecuada guía) de llegar a intepretarla correctamente.

A juzgar por algunas de las doctrinas que ha proclamado como dogmas de fe, tal guía adecuada no ha de hallarse en la Iglesia de Roma.

Como usted sabe, en la Biblia hay verdades que saltan a la vista, y misterios que desafían aún a los más santos y eruditos. De todos modos, ¿cómo van a saber qué dice, si no la leen?

Hoy, que existen ediciones de las Escrituras prácticamente al alcance de todos, si lo desean con notas con censura eclesiástica, la vasta mayoría de los católicos sigue por los caminos tradicionales.

Mucho de lo que se puede leer en este foro es una muestra MUY ELOCUENTE de lo que acabo de decir.

Bendiciones.

Y también de lo que yo acabo de decir.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Sabes mi amado Juan_Manuel, les estas diciendo a la mayoria de los catolicos que son unos verdaderos idiotas y estupidos, u esto no le voy a permitir pues mis abuelos eran catolicos, mejor ponte a leer las escrituras y deja de engañar a la gente


Originalmente enviado por Juan_Manuel:
Estimado Jetonius:

No creo que todos debamos ser "Maestros en doctrina", así como no somos todos "Profetas", ni todos "Obispos", ni todos "hablan en lenguas", ni todos tienen "don de sanar enfermos", etc, etc.

Esto es lo que dice San Pablo, en su magistral representación de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo, de la Carta a los Corintios.

No todos los miembros tienen la misma función , dice San Pablo.

La mano es mano, la cabeza es cabeza.

Todos necesitan de todos, y todo es PATRIMONIO COMUN:
la Fé, la Doctrina, la vida de santidad, el servicio fraterno, y todo lo demás.


Supongo que esto lo admite ud, es 100 % bíblico.

No creo que la Iglesia católica busque cambiar esto, tampoco hoy en día.

Lo que se busca es que el mayor número tenga al menos un mayor conocimiento de su fé, al menos básico, kerygmático.

Pero es ilusorio pensar que un creyente ordinario pueda llegar a conocer la totalidad de doctrinas que componen el cristianismo.

La gente común no tiene ni el tiempo ni la formación mínima necesaria para profundizar en todos esos temas, esta es la realidad del mundo en que la Iglesia se debe encarnar.

Y mucho más ilusorio aún es creer que porque todos lean la Biblia, todos puedan ser capaces (sin una adecuada guía) de llegar a intepretarla correctamente.

Mucho de lo que se puede leer en este foro es una muestra MUY ELOCUENTE de lo que acabo de decir.

Bendiciones.
 
Juan_Manuel, ¿y que dices de nuestros hermanos Jetonius, Hazz, Mizpa, Maripaz, etc? ¿son ignorantes?, o de mi, por si no lo sabes tengo una carrera profesional, se ingles, y tambien recibo clases de judaismo, y por lo menos creo que mi lengua materna cuando no entiendo una palabra me remito a coinsultar un diccionario, sabes lo que para mi representan tus palabras una gran testarudes, te contare cualquier persona que no solamente sepa leer sin tener carrera profesional, sin saber ingles, y sin tener conocimiento del judaismo, puede leer las escrituras y entenderlas como cualquiera más letrado e instruido, como Pedro, Andres, Pablo, Tomoteo, cualquiera que busque realmente a Dios, pero realmente me descepcionas, has caido en lo que los demas catolicos, defienden la mentira, y a esto no se como llamarlo, has leido con tus propios ojos los versiculos biblicos y la verdad, pero seguramente has de ser un fraile ordenado o cura, que aun conociendo la verdad no sigue a Jesucristo sino al sistema que lo engendro

Pero veremos en donde quedamos pues recuerda hay un juicio final, y si alguien se pierde por que andemos predicando mentiras, eres culpable de esa sangre y de esas almas que se pierdan, mientras puedes estar seguro de algo según 2a. de Timoteo 3.14, vuelve a leer esto en tu Biblia y realmente que Jesucristo te bendiga
 
Mmmmm Vaya, vaya...!!!

Me parece de lo mas gracioso, que ahora los católicos van a aprender los dogmas de su organización con un cristiano.....
:D :D :D :D :D

Mizpa
Daniel Ortega null
 
Respuesta a Jetonius.
Marsuar:
Quiza la formulación del silogismo es incorrecta pero no él en si erroneo.
Tu muy bien sabes que en derecho es necesario el dolo delictivo para aceptar la existencia del delito y asi se manifiesta la jurisprudencia.
Bien pues igualmente podemos considerar que la Virgen Maria al carecer del dolo del pecado original, tambien carece de ese pecado. Al menos como tu muy bien dices inmediatamente antes de la concepcion de Jesucristo.
Es de pura piedad y humanidad suponer y deducir que a partir de ese momento la Virgen Maria incremento su amor hacia Jesucristo y no su desvirtuación como vosotros deducis.
Tu me dices que yo deduzco mal pero no ves la viga en tu ojo. Te repito ¿es deducir bien creer que con la maternidad divina la Virgen Maria es estropeo y desvirtuo moralmente?. ¿Que perdio su virginidad posterior y todas esas deduciones erroneas que interpretais?
Si para ti yo deduzco mal muestrame lo que tu deduces y no me vengas diciendo que la virginidad no es una virtud porque no te creere.
 
Elevo una oracion al Altisimo para que quien lea lo siguiente sea iluminado por El y asi pueda entender.


Grande fue la ruina que el pecado de Adán trajo a los seres humanos, pues al perder la gracia o amistad con Dios se perdieron
también muchísimos bienes que con la gracia iban a venir, y en cambio llegaron muchos males.

Pero quiso Dios hacer una excepción y librar de la mancha del pecado original a la Santísima Virgen a la que Él había destinado
para ser madre del segundo Adán, Jesucristo, el cual venía a reparar los daños que causó el primer Adán.

Veamos cómo convenía que Dios librara de la mancha del pecado original a la Virgen María. El Padre como a su Hija preferida.
El Hijo como a su Madre Santísima.
El Espíritu Santo como a la que había de ser Sagrario de la divinidad.


PUNTO I: Convenía al Padre Celestial preservar de toda mancha a María Santísima, porque Ella es su hija preferida.

Ella puede repetir lo que la Sagrada Escritura dice de la Sabiduría: "yo he salido
de la boca del Altísimo" (Ecl. 24, 3). Ella fue la predestinada por los divinos decretos para ser la madre del Redentor del mundo. No
convenía de ninguna manera que la Hija preferida del Padre Celestial fuera ni siquiera por muy poco tiempo esclava de Satanás.
San Dionisio de Alejandría dice que nosotros mientras tuvimos la mancha del pecado original éramos hijos de la muerte, pero que la
Virgen María desde su primer instante fue hija de la vida.
San Juan Damasceno afirma que la Virgen colaboró siendo mediadora de paz entre Dios y nosotros y que en esto se asemeja al
Arca de Noé: en que los que en ella se refugian se salvan de la catástrofe; aunque con una diferencia: que el Arca de Noé solo libró
de perecer a ocho personas, mientras que la Madre de Dios libra a todos los que en Ella busquen refugio, aunque sean miles de
millones.
San Atanasio llama a María: "nueva Eva, y Madre de la vida", en contraposición a la antigua Eva que nos trajo la muerte. San Teófilo
le dice: "Salve, tú que has alejado la tristeza que Eva nos había dejado".
San Basilio la llama "pacificadora entre Dios y los seres humanos" y San Efrén la felicita como: "pacificadora del mundo".
Pero el pacificador no debe ser enemigo del ofendido ni estar complicado en el delito u ofensa que se le ha hecho.
San Gregorio dice que si para aplacar a un
ofendido llamamos a uno que es su enemigo, en vez de aplacarlo lo irritamos más. Siendo que María iba a colaborar con Cristo a
conseguir la paz entre Dios y nosotros, no convenía que ella fuera una pecadora o enemiga de Dios sino todo lo contrario: una mujer
con el alma totalmente libre de toda mancha de pecado.
Convenía que María no tuviera la mancha del pecado original porque ella estaba destinada a llevar entre sus brazos al que iba a pisar
la cabeza del enemigo infernal, según la promesa que Dios hizo en el Paraíso terrenal, cuando le dijo a la serpiente: "Pondré
enemistad entre ti y la mujer, entre su descendencia y la tuya, y la descendencia de Ella te pisará la cabeza" (Génesis 3). Si María
iba a ser la mujer fuerte que traería al que iba a aplastar la cabeza de Lucifer, convenía que Ella no estuviera ni siquiera por poco
tiempo manchada con el pecado con el cual Lucifer manchó el alma de nuestros primeros padres. La que nos iba a ayudar a
librarnos de toda mancha de pecado convenía que no tuviera ninguna mancha de pecado.
San Buenaventura dice: "Convenía que María que venía a librarnos de la vergüenza de estar manchados con el pecado, lograra verse
libre de las derrotas que el demonio proporciona".
Pero la razón principal por la cual convenía que el Padre Celestial librara a María de todo pecado es porque la tenía destinada a ser
Madre de su Santísimo Hijo.
San Bernardino decía que si no hubiera otros motivos bastaría este: que por el honor de su Hijo que es Dios, al Padre Celestial le
convenía librar a María de toda mancha de pecado.
Santo Tomás enseña que lo que se consagra totalmente a Dios debe ser santo y libre de toda mancha. ¿Y qué creatura humana ha
sido consagrada más perfectamente a Dios que la Virgen María?. El rey David decía que un templo no se destina para los seres
humanos solamente, sino sobretodo para Dios (1 Crónicas 29) y así también el Creador que formó a la Santísima Virgen con un fin
principal: ser Madre de su Santísimo, seguramente adornó su alma con los más bellos
adornos, y entre todos, el mejor: el estar libre de toda mancha de pecado, para que fuera digna morada donde iba a vivir nueve
meses el Salvador del mundo.
San Dionisio afirma: "Dios preparó a su Hijo la más santa y bella morada en ese mundo: el alma de su Madre Santísima, libre de
toda mancha".
Y algo parecido dice la liturgia de la Iglesia cuando reza esta oración: "Oh Dios
Omnipotente que por medio de el Espíritu Santo has preparado el cuerpo y el alma de María como digna morada de tu Hijo,
concédenos a los que la invocamos, vernos libres de todo mal. Amén".
Gloria de los hijos es proceder de padres de intachable conducta. El libro de los
Proverbios dice: "La gloria de los hijos son sus padres" (Prov. 17, 6). La gente llega a aceptar que los demás digan que sus padres
eran pobres o ignorantes, pero lo que no desean de ninguna manera es que puedan afirmar que sus padres no eran gente buena. ¿Y
cómo nos pudiéramos nosotros imaginar que Dios pudiendo hacer que su Hijo naciera de una mujer libre de toda mancha de pecado,
hubiera permitido que Ella hubiera estado manchada por el pecado, y que Lucifer
pudiera afirmar que aunque fuera por poco tiempo, había logrado esclavizar con el
pecado a la Madre de Dios? No, esto nunca lo iba a permitir el buen Dios.
Por eso la Iglesia griega en uno de sus himnos dice: "Por especial Providencia hizo Dios que la Santísima Virgen desde el principio
de su vida fuera tan totalmente pura cuanto convenía a su dignidad de Madre de Dios".
Los santos dicen que a ninguna otra creatura le concede Dios alguna virtud o cualidad espiritual que no le haya dado antes a la
Madre de su Hijo.
San Bernardo afirma: "Las cualidades o virtudes que a otros santos da Dios, no se las negó a la Madre del Redentor".
Santo Tomás de Villanueva dice: "Esas cualidades y virtudes y privilegios que Dios les ha concedido a otros santos, ya antes los
había regalado a la Santísima Virgen, y aún mucho mayores".
Y San Juan Damasceno se atreve a exclamar: "Entre las virtudes de la Santísima Virgen y las de los santos hay tanta diferencia
como del cielo a la tierra", y Santo Tomás explica que Ella es la Madre y los demás santos son simplemente "siervos", y que se le
acostumbra conceder más privilegios a la Madre que a los siervos.
San Anselmo se pregunta: ¿Pudo Dios preservar a ciertos ángeles de toda mancha de pecado, y no podía preservar a su propia
Madre? ¿Pudo Dios crear a Eva sin mancha de pecado y no iba a poder crear el alma de María sin esa
mancha? Y si pudo hacerlo y le convenía hacerlo, ¿por qué no iba a hacerlo?
Y continúa el gran doctor San Anselmo: "Era verdaderamente justo que a la Virgen a la cual tenía Dios reservada para ser Madre de
su Hijo, la adornara con tan gran pureza que no sólo aventajara a los seres humanos y a los ángeles sino que también se pudiera
decir de Ella que en pureza sólo le gana Dios".
San Juan Damasceno exclama: "Dios vigilaba cerca de la Santísima Virgen, para que fuera totalmente pura, porque Ella iba a
albergar por nueve meses al Salvador del mundo y lo iba a acompañar en todos sus 33 años sobre la tierra. La que iba a estar junto
al más puro de todos los habitantes de la tierra, debía ser también totalmente Inmaculada y libre de toda mancha de pecado".
De María se pueden repetir las palabras del Cantar de los Cantares: "Eres como un lirio entre espinas" (C. 2, 2). Todos fuimos
manchados y somos como espinas, y Ella como un lirio blanquísimo, permaneció Inmaculada, sin mancha de pecado.


PUNTO II: Convenía al Hijo de Dios preservar a su Santísima Madre de toda mancha de pecado.

No se concede a los hijos poder escoger a su propia madre ni elegir qué tan santa debe ser. Pero si ello se nos permitiera, nosotros
no iríamos a escoger por madre a quien no fuera bien santa y bien amiga de Dios. ¿Y Jesús que fue el Único Hijo que pudo escoger
a su propia Madre y crearla según su parecer, no iba a hacer que la que le diera su naturaleza humana y lo acompañara
cariñosamente durante toda su vida mortal fuera una mujer extraordinariamente pura y totalmente libre de toda mancha de pecado?
Cuando el Creador determinó que su Hijo naciera de una mujer, escogió a la que
más convenía a su Altísima dignidad, dice San Bernardo. Y siendo conveniente que la Madre de un Redentor Purísimo fuera Ella
también totalmente pura, así la hizo Nuestro Señor.
La Carta a los Hebreos dice: "Tal convenía que fuera nuestro Pontífice: santo, inocente, sin mancha de pecado, apartado de los
pecadores" (Hebr. 7, 26). ¿Y la Madre de este Pontífice Supremo no convenía que fuera también Santa, inocente, sin mancha? ¿Y
cómo se hubiera podido afirmar que Jesucristo estaba "apartado delos pecadores" si hubiera tenido una Madre pecadora?
San Ambrosio enseña: "Jesucristo eligió a María por Madre, no en la tierra, sino ya desde el cielo, y para morar en Ella y nacer de
Ella y vivir acompañado por Ella, la llenó totalmente de santidad y de pureza". Y este santo se atreve a llamar a María ‘Mansión
Celestial’, no porque Ella no fuera humana, sino porque el Señor la adornó con cualidades celestiales para ser mansión donde viviera
el Hijo de Dios.
Santa Brígida dice que en una revelación oyó que María superaba a los ángeles en santidad por estar destinada a traer al mundo al
Redentor.
Y la misma santa añade: "María fue concebida sin mancha del pecado original, para que de Ella naciera el Hijo de Dios, también sin
mancha alguna. Jesús no quiso permitir que la Madre de la cual iba a nacer, tuviera ni siquiera por breve tiempo, la mancha del
pecado en su alma.
Los santos dicen que Dios libró a la Virgen María de padecer la podredumbre de un sepulcro, porque hubiera sido una deshonra para
Jesucristo que su Madre se pudriera en una tumba. Pues si hubiera sido deshonroso para Jesucristo que su Madre sufriera la
podredumbre de un sepulcro, mucho más deshonroso hubiera sido para Él que María hubiera tenido en su alma, aunque fuera por
poco tiempo, la podredumbre del pecado. Hubiera sido verdaderamente deshonroso para Cristo encarnarse en una madre manchada
por el pecado, y esclava de los enemigos del
alma.
María no sólo fue Madre, sino digna Madre del Redentor, como la han llamado infinidad de santos.
San Bernardo le dice: "Sólo tú has sido digna de que el Rey Celestial te eligiera para Madre suya".
Santo Tomás de Villanueva afirma: "Si la escogió Dios para madre de su Hijo, es porque estaba bien preparada para este oficio
sublime". La misma Iglesia Católica en una de sus oraciones dice: "La Santísima Virgen, cuyas entrañas merecieron llevar al
Salvador del mundo". Y Santo Tomás de Aquino lo explica así: "Decimos que Ella mereció llevar en sus entrañas al Salvador del
mundo, no porque Ella mereciera por sí misma la
Encarnación, sino porque recibió de Dios todo el grado de pureza y de santidad, que eran convenientes para ser Madre del
Salvador".
Y San Pedro Damián añade: "María recibió de Dios tal grado de santidad que mereció el singular privilegio de ser la única digna de
ser elegida como Madre del Redentor".
Santo Tomás enseña que cuando Dios elige a una persona para un oficio especial le concede las gracias y cualidades que necesita
para este oficio. Y deduce de esto que si escogió a María para Madre del Redentor, seguramente le concedió a Ella todas las
gracias y cualidades que este sublime oficio exigía. Y es que el ángel le dijo: "No temas María, que has hallado gracia delante de
Dios" (S. Lucas 1, 30). Si María hubiera tenido mancha de pecado, no hubiera hallado esa gracia y simpatía delante de Dios. Para
Jesús habría sido un verdadero desdoro haber
tenido por madre a una mujer manchada de pecado.
San Agustín cuando habla de la Santísima Virgen dice: "aquí ni siquiera me atrevo
a nombrar el pecado, porque Ella por la excelsa condición de estar destinada a ser Madre de Cristo, tenía que estar libre de todo
pecado. María que concibió y dio a luz al que no tuvo la más mínima mancha de pecado, debía estar ella también libre de esa
mancha, y recibió gracias especialísimas para vencer en todo el pecado" (De Nat y grat. L.C. 36 Nº 42).
De todo esto teneos que concluir que el Hijo de Dios se escogió por Madre a una mujer tan pura que nunca tuviera que avergonzarse
de estar manchada con pecado alguno.
San Proclo exclama: "Para Jesús nunca fue deshonroso que lo llamaran el hijo de María. Pero sí le habría sido deshonroso que los
demonios le hubieran podido decir: ‘Tu madre fue pecadora en otro tiempo y esclava nuestra’".
Dios que es la Sabiduría misma supo fabricarse muy sabiamente en la tierra a la
que había de ser morada de su Hijo. Y si el profeta anunció: "La sabiduría no morará con gusto en cuerpo manchado por el pecado"
(Sap. 1, 4) ¿cómo podríamos imaginar que el Hijo de Dios, Sabiduría Infinita, hubiera escogido
habitar en su encarnación, a una mujer que no estuviera absolutamente libre de toda mancha de pecado?
Un autor sagrado decía: Dios no encontró otro palacio más bello ni más puro que la Virgen María, para que su Hijo Santísimo viniera
a habitar y nacer.
San Cirilo afirma: ¿Qué tal que uno construyera una hermosa morada para sí mismo y después se la diera a un enemigo suyo para
que la habitara? ¿Y qué diríamos de Dios, que habiendo formado a la Virgen Santísima para orada y nacimiento de su Hijo, le dejara
luego esa santa morada al pecado para que la
habitase?
Ningún hijo amó ni amará jamás a su propia madre con un amor tan grande como el de Jesús a María. ¿Y podríamos decir que la
amaba verdaderamente si la dejaba esclava del pecado? ¿Si la honra como ningún otro hijo ha honrado a la propia madre, podría
permitir que quedara deshonrada con la mancha del pecado? Pregunta Gerson.
San Agustín dice que hay dos modos de redimir: uno, levantando a quien ya cayó en pecado, y otro, evitando que la persona caiga
en pecado. Pues a María la redimió de este modo, superior al otro: la libró de toda mancha de pecado, y de caer en pecado.
San Buenaventura en un sermón decía que el Espíritu Santo en vez de tener que liberar después a María Santísima del pecado
original, la preservó de este pecado desde el momento mismo de su Inmaculada Concepción.
Y el Cardenal Cussano dice algo muy parecido: "A María, la gracia de Dios la preservó de toda mancha de pecado, mientras que a
las demás creaturas lo que hace la gracia es liberarlas de las manchas del pecado que ya tienen. A Ella el Redentor la preservó de
mancharse el alma con el pecado, mientras que a los demás el Redentor los libera de esa mancha de pecado cuando ya la han
contraído".
Hugo de San Víctor exclama: "El fruto declara qué tal es el árbol que lo produjo. Si el fruto del vientre de la Virgen Maríafue Jesús, el
totalmente puro, el Inmaculado y Santísimo, así la Madre que lo engendró debió ser totalmente pura, inmaculada y santísima. Sólo
María fue digna de ser Madre de tal Hijo, y sólo Jesús fue digno de ser hijo de tal Madre".
San Ildefonso le dice: "porque eres perfecta y totalmente pura, por eso fuiste elegida para ser Madre del Creador".


PUNTO III: Convenía al Espíritu Santo que María fuera totalmente libre de toda
mancha de pecado.

Santo Tomás llama a María: "Sagrario del Espíritu Santo". Varios santos la llaman
"Templo del Espíritu Santo". Pues bien, el Espíritu Santo estaría más contento y más satisfecho si el Sagrario o el templo donde iba
a habitar era totalmente libre de toda mancha de pecado. Por eso Dios libró a María de toda mancha pecaminosa.
En el Cantar de los Cantares se dice algo que le corresponde muy bien a María Santísima: "Eres totalmente hermosa y en ti no hay
mancha alguna ni defecto" (Cant. 4, 7) y también: Tu eres como un huerto cerrado a donde no han llegado los enemigos a hacer
mal, y eres como una fuente sellada que nadie ha podido contaminar (Cant. 4, 12). San Bernardo dice que el Espíritu Santo que es
el autor principal de la Sagrada Biblia, afirmó esto de la Santísima Virgen. Y en el Libro
Sagrado sigue diciendo: "Las jóvenes son muchas, pero una sola es mi paloma, la perfectamente pura" (Cant. 6, 7). Por eso el
Ángel le dijo al saludarla "Salve, llena de gracia".
San Sofronio dice que a las demás creaturas les concede Dios mucha gracia y bendición, pero que a María la llenó totalmente de su
gracia. Y si estaba llena de gracia de Dios no podía tener mancha de pecado en su alma.
San Pedro Damián afirma: "La que Dios eligió para ser Madre de su Hijo debía tener su alma totalmente llena del Espíritu Santo". Y
por lo tanto sin sitio para la mancha del pecado.
Los Santos afirman: "María estuvo siempre llena de luz espiritual en el alma, y nunca tuvo tinieblas de pecado en su espíritu". –
"Dios que creó pura a la Madre carnal de los seres humanos, también podía crear totalmente pura a María, la Madre espiritual de
todos los creyentes" – .
San Bernardino afirma: "No es aceptable que Jesús quisiera nacer de una madre manchada por el pecado, pudiendo nacer de una
madre totalmente pura y santa". Si el ángel le dice: "Has hallado gracia delante de Dios" puede significar que en su alma no había
ninguna mancha de pecado que la hiciera antipática ante Nuestro Señor.
Ya en el año 1661 solamente entre los Padre Dominicos (que eran los más reacios) se habían contabilizado 136 escritores de esa
Orden religiosa que proclamaban que María no tuvo ni la más mínima mancha de pecado en su alma. Y las Universidades más
famosas de entonces: la de La Sorbona en París, las de
Colonia y Nápoles en Italia, las de Salamanca y Alcalá en España y la de Maguncia en Alemania, declararon solemnemente estar
totalmente de acuerdo con la idea de que María Santísima fue preservada de toda mancha de pecado. Si tan altos intelectuales lo
han proclamado, ¿por qué no proclamar esto mismo
todos los fieles sencillos de la Iglesia Católica?
La Iglesia Católica ha celebrado desde muy antiguo la fiesta de la Inmaculada Concepción, en recuerdo de que María fue concebida
sin pecado original, y esta fiesta la han aprobado los Sumos Pontífices y los obispos de todo el mundo.
La Iglesia celebra también el 8 de septiembre la fiesta del nacimiento de la Virgen María. Santo Tomás enseña que la Iglesia católica
no acostumbra celebrar el nacimiento de sus santos, pero que a María sí le celebra el nacimiento porque Ella fue totalmente santa
ya desde antes de nacer (Summa. T. 3, q. 27 a 1).


ORACIÓN:

Inmaculada Madre Mía, me alegro contigo al verte enriquecida con tanta pureza por parte de Dios y quiero dar gracias al Creador por
haberte preservado de toda mancha de pecado, como lo creo firmemente. Y estoy siempre dispuesto a defender la gran verdad de
que has sido concebida sin mancha de pecado original.
Quisiera que todo el mundo te admirara y te alabara, como la Aurora que anuncia la llegada del Sol, que es Jesucristo; como el Arca
de la Nueva Alianza, que se salvó del naufragio de la mancha del pecado original, como la Paloma sin mancha y blanquísima, como
el Huerto cerrado al cual no han logrado llegar los enemigos del alma, como la Fuente Sellada que no ha sido contaminada, como el
blanco lirio que floreció entre las espinas, pues en medio de tantas gentes manchadas
con el pecado, tu naciste y te conservaste siempre blanca, pura y completamente amiga del Divino Creador.
Permíteme que te alabe con las palabras pronunciadas por el mismo Dios: "Toda hermosa eres tú, y en ti no hay mancha alguna".
Oh amabilísima e Inmaculada María: tu que eres tan bella ante los ojos de Dios, no dejes de mirar con compasión a las asquerosas
llagas de mi pobre alma. Mírame con compasión y ayúdame a curarme de las llagas de mis pecados. Tú que eres un imán que atrae
los corazones, atráeme también a mí hacia tu corazón maternal. Tú que desde el primer momento de la vida apareciste tan
completamente pura y tan agradable a
Dios, ruega por mi que no sólo nací con la mancha del pecado original sino que durante toda mi vida he venido manchando mi alma
con tantas culpas y pecados. Dios que te eligió como Hija predilecta del Padre, y Madre Santísima del Hijo y Sagrario del Espíritu
Santo, y por eso te libró de toda mancha de pecado y te demostró más amor que a toda otra creatura, ¿qué favor o gracia que pidas
para
nosotros te podrá negar? Virgen Inmaculada: ¡tienes que ayudarme a salvarme!
Por eso te digo con San Felipe Neri: haz que yo siempre me acuerde de Ti, y Tú nunca te olvides de mi. Me parece que faltaran mil
años todavía para poder contemplar tu hermoso rostro maternal en el cielo, para empezar a amarte y alabarte en el Paraíso como a
la más buena de las madres, mi madrecita, mi Reina, mi gran benefactora, la más bella, la más amable, la más pura, la siempre
Inmaculada Virgen María.
Amén.


Adam Meck Roth
 
Respuesta colectiva:
Porque Juan Manuel muy acertadamente me ha dicho una gran verdad vosotros le atacais. Aqui en España se suele decir en este caso que al que se pica es porque ajos come. No quiero el enfrentamiento con nadie y es mi deseo hacer un intento de buenas armonias con vosotros pero no puedo admitir el que porque me digan que no lo se todo(y es una gran verdad ya que hay muchisimas cosas que no se) y me recuerden que soy una parte pequeña del Cuerpo de Cristo como decia San Pablo al mismo tiempo que me animan a seguir en el tema vosotros tomeis esta actitud de ataque hacia Juan Manuel. No es justo lo que le haceis y asi quiero significarme. Los catolicos no lo sabemos todo ni tenemos igualdad de dones pero si tenemos una Iglesia en marcha con capacidad para seguir enriqueciendose intelectualmente a base de tiempo. Afirmar que los miembros de la Iglesia ya lo sabemos todo y que tenemos todos la misma función es algo que se me antoja falso y contraproducente por eso sostengo como mias las palabras de Juan Manuel. Y es que es una gran verdad que entre todos los catolicos formamos un solo cuerpo con una sola cabeza que es lo que Juan Manuel ha querido decir repitiendo las palabras de San Pablo y vosotros no habeis interpretado bien.
 
Adam dice:

Virgen Inmaculada: ¡tienes que ayudarme a salvarme!

¿Y qué tal si se lo pides DIRECTAMENTE a Jesucristo?, fué Él quien murió en la cruz para darte la vida, ¿vas a despreciar al Salvador acudiendo a un ser creado como es María?. Si ella puede verte ahora, estará triste, pues la estás poniendo a la altura de Cristo, y ella era bien humilde

Dios se apiade de tu alma; estás BLASFEMANDO CONTRA JESUCRISTO :(


Arrepientete, pide perdón y deja entrar a Cristo en tu vida, no desprecies la salvación que Él te ofrece, Hoy


Dí como María: Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi SALVADOR


He aquí yo estoy a la puerta y llamo(Jesús)

Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti y te conceda ver Su Salvación. Amén

Maripaz
 
Adam:

Leete CON CALMA y meditando delante de Dios lo siguiente, que es un aporte de Jetonius que te puede clarificar mucho las cosas:


Comprendo tu problema. Lo que ocurre es que el romanismo reclama para Maria un privilegio singular (y a mi entender imaginario) por el cual fue redimida "por anticipado", es decir, antes de que pecase.

Tal vez lo siguiente sea de utilidad para aclarar el panorama.

LA INMACULADA CONCEPCIÓN: ¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA?

Tal como la Iglesia de Roma formuló la definición dogmática de la inmaculada concepción (pasiva) de la Bienaventurada María, no puede objetarse en contra de este dogma que María tenía necesidad de redención (como cualquier descendiente de Adán), pues la definición tiene explícitamente en cuenta este hecho.

Lo que es ciertamente objetable, y la razón por la cual debe ser rechazado por los cristianos, es que simplemente no se enseña en la Biblia.

“La doctrina de la concepción inmaculada de María no se encuentra explícitamente en la Sagrada Escritura.”

(Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Edición Revisada. Barcelona: Herder, 1969, p. 315).

Este autor pasa a decir que según “numerosos teólogos”, la doctrina está implícita en los siguientes textos: Génesis 3:15, Lucas 1:28 y Lucas 1:41 (sic; en realidad se refiere a 1:42).

Génesis 3:15

“Y enemistad pondré entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y su simiente;
[él] te herirá la cabeza
y tú le herirás el talón”

Este texto, que es a menudo llamado el “primer evangelio”, anuncia una lucha que se prolongará a través de los siglos. Como parte del veredicto de Dios contra la serpiente, el final de tal combate le será adverso a ésta. La mujer a la que se refiere aquí es Eva (¡no había por entonces otra!). El pronombre masculino singular “él” es permitido (aunque no exigido) por el hebreo, y la Septuaginta pasa del neutro “simiente” (sperma) al pronombre masculino singular autos, “él” (en Génesis 4:25 el término “simiente” , hebreo zera’ también se aplica a un varón particular, Set).
De la plenitud de la revelación presente en el Nuevo Testamento entendemos que esta simiente es Cristo, quien derrotó a Satanás. Como corroboración podemos notar que en Gálatas 3:16-19 Pablo aplica a Cristo la referencia a la simiente (zera&#8217 ;) de Abraham de Génesis 12:7.

Es en extremo difícil ver cómo la doctrina de la inmaculada concepción pueda estar implícita en este texto. Entre Eva y Cristo se extiende una larga cadena de descendientes de los cuales María no es sino el último eslabón, lo cual no permite en modo alguno pensar que ella (y no el resto de los ascendientes de Cristo según la carne) fuese exceptuada del pecado original por algún decreto divino que no aparece por ningún lado en la Escritura.

Lucas 1:28

“Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».”

Estas palabras del ángel Gabriel a María constituyen el saludo previo a la anunciación. Las palabras “llena de gracia” de la Biblia de Jerusalén corresponden al término griego kejaritômenê, del verbo jaritoô, “favorecer” o “colmar de favores”. Los católicos sostienen que esta era una plenitud extensiva e intensiva que, por tanto, debía de incluir la excepción del pecado original. Sin embargo, debe notarse que las palabras del ángel no guardan referencia alguna a la concepción de María ni a su condición previa a la visita del ángel. De hecho, ante la perplejidad de María, en el versículo 30 Gabriel dice: “Has hallado gracia delante de Dios”. Además, en este verbo solamente aparece otra vez en todo el Nuevo Testamento, en Efesios 1:6, y en esta ocasión se refiere a todos los cristianos: “para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos colmó de favores (o “nos llenó de gracia”, ejaritôsen) en el Amado”. Si esta expresión implicase por sí misma la concepción inmaculada, entonces este sería un privilegio de todos los creyentes.

Lucas 1:42

“y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu seno».”

Estas palabras pronunciadas por Isabel, llena del Espíritu Santo, son tomadas por los católicos en el sentido de que la bendición de Dios sobre María y sobre Jesucristo a la vez implicaba que tanto la madre como el Hijo compartían el privilegio de ser libres de pecado desde la concepción. Pero de esto no hay ni jota en el texto ni en el contexto. Además, que tal bendición supusiese una bendición suprema y singular exclusiva de María es contradicho por las palabras del mismo Señor. En el mismo Evangelio de Lucas leemos:

“Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».” (Lucas 11:27-28)

En otras palabras, según Jesús, la bienaventuranza de quienes oyen y obedecen a Dios es mayor que la de haber llevado a Cristo en el vientre y haberlo amamantado.


La tradición

Si algún católico objeta que debe también tenerse en cuenta la tradición apostólica transmitida por vía oral como otra fuente de revelación, habrá que responderle que además de estar en desacuerdo con tal noción, de hecho no existe ninguna tradición confiable documentada en los primeros diez siglos del cristianismo que documente tal creencia.


Los Padres de la Iglesia

No solamente es esta doctrina ajena a la Biblia y no es apoyada por ninguna tradición confiable. Tampoco fue enseñada por ningún escritor cristiano de los primeros siglos. Uno puede buscar en vano durante el primer milenio del cristianismo un autor tenido por ortodoxo que enseñase la inmaculada concepción. Dice Ott (o.c., p. 316) :

"b]Ni los padres griegos ni los latinos enseñan explícitamente la concepción inmaculada de María[/b]."

Pero como su libro es una exposición de la teología católica, no puede dejar ahí la cosa, y argumenta que la doctrina está implícita en los Padres. La inmaculada concepción quedaría implícita en el alto concepto que tuvieron estos autores de la pureza y santidad personal de María, y en el paralelismo y antítesis entre Eva y María.

Permanece ciertísimo que, por más admiración que sintiesen por María, ningún Padre enseñó su concepción inmaculada, y de hecho cuando en la Edad Media comenzó a hablarse de esta doctrina, recibió una firme oposición de algunos de los teólogos más importantes de la época. La principal objecion era la universalidad del pecado y por tanto de la necesidad de redencion por Cristo.


Historia de una tradición espuria

La primera insinuación de lo que progresivamente y no sin controversia condujo a la doctrina en discusión la hallamos no en Occidente, sino en Oriente. A partir del siglo VII surge en las iglesias griegas una festividad de la concepción de Santa Ana, a quien se tenía por madre de María.

El origen de esta creencia puede trazarse a uno de los libros apócrifos del Nuevo Testamento que con el tiempo adquirió enorme influencia en las creencias acerca de María. Aunque esta obra narra el nacimiento de Jesús, su propósito obvio es el de ensalzar a su madre, de la cual narra nacimiento, infancia y casamiento. Se trata del Protoevangelio de Santiago.

Es uno de los llamados “evangelios de la infancia” y se cree que data de la segunda mitad del siglo II. Escrito en griego, se tradujo al siríaco, etiópico, georgiano, sahídico, eslavo antiguo, armenio y probablemente al latín (aunque no subsisten manuscritos latinos tempranos). Es en esta obra que aparecen por vez primera los supuestos nombres de los padres de María como Ana y Joaquín. Aunque, como dice Elliott, “las doctrinas desarrolladas de la mariología pueden trazarse hasta este libro”, irónicamente en la antigüedad fue prohibido por la Iglesia occidental porque enseñaba que María fue la segunda esposa de José.

En cambio, tuvo como dije gran popularidad en el Oriente, y probablemente explica el origen de una festividad dedicada a la concepción pasiva de María, ocurrida luego de una prolongada esterilidad de Ana, su madre, y anunciada por un ángel (según el pseudo Santiago).

Más tarde esta fiesta se introdujo en occidente, al principio en el sur de Italia y quizá en Irlanda allá por el siglo IX. A principios del siglo XII, mientras la celebración de la concepción de María se infiltraba en la liturgia, dos monjes británicos, Eadmer y Osberto, comenzaron a enseñar que en su concepción María había sido libre del pecado original


El hecho indisputable que tal creencia era una novedad en la Iglesia de Roma queda evidenciado por la reacción del Doctor melifluo, Bernardo de Claraval (1090-1153; el mismo que escribió Las glorias incomparables de María). Cuando la fiesta de la Inmaculada Concepción se introduce en Lyon en 1140, el abad de Claraval “la desaconseja como novedad infundada, enseñando que María había sido santificada después de su concepción...” (Ott, o.c., p. 317).


El más grande teólogo católico medieval, Tomás de Aquino, se opuso a la doctrina de la Inmaculada Concepción

De igual modo, los principales teólogos católicos del mismo siglo y del siguiente se opusieron a la doctrina de la inmaculada concepción; entre ellos Pedro Lombardo (1100-1160), Alejandro de Hales (1170-1245), Buenaventura (1221-1274), Alberto Magno (1200-1280) y su más grande discípulo, Tomás de Aquino (1225-1274). Este último enseñaba que María fue santificada desde el vientre de su madre, pero no desde el instante mismo de su concepción, sino más tarde. Tomás escribió en la Summa Theologica (III, 27: 2) según su método acostumbrado, los argumentos (Objeciones) a favor de la inmaculada concepción, y los contestó como sigue.


¿Fue la Bendita Virgen santificada antes de recibir el alma?

Objeción 1. Pareciera que la Bendita Virgen fue santificada antes de recibir el alma. Porque, como hemos dicho, se le otorgó más gracia a la Virgen Madre de Dios que a cualquier otro santo. Ahora bien, parece que se les concedió a algunos ser santificados antes de la recepción del alma. Pues está escrito (Jer. 1:5): "Antes de que te formase en el vientre de tu madre, yo te conocí"; y el alma no es infundida antes de la formación del cuerpo. De igual modo dice Ambrosio de Juan el Bautista (Comment. in Luc. i, 15): "Aún el espíritu de vida no estaba en él y ya poseía el Espíritu de gracia." Mucho más, por tanto, pudo la Bendita Virgen haber sido santificada antes de la animación.

Objeción 2. Además, como dice Anselmo (De Concep. Virg. xviii), "fue apropiado que esta Virgen resplandeciese con tal pureza que por debajo de Dios no puede imaginarse ninguna mayor ": por lo cual está escrito (Cant 4:7): "Tú eres en todo hermosa, mi amada, y no hay mancha en ti." Pero la pureza de la Bendita Virgen podría haber sido mayor si ella nunca hubiese estado manchada por el contagio del pecado original. Por tanto, le fue concedido ser santificada antes de que su carne recibiese el alma.

Objeción 3. Además, como e dijo arriba, no se celebra ninguna fiesta excepto la de algún santo. Pro algunos guardan la fiesta de la Concepción de la Bndita Virgen. Por tanto pareciera que en su mismísima concepción fue santa; y de aquí que fue santificada antes de recibir el alma.

Objeción 4. Además, el Apóstol dice (Rom. 11:16): "Pues si la raíz es santa, así son las ramas." Ahora bien, la raíz de los hijos son sus padres. Por tanto, la Bendita Virgen pudo ser santificada ya en sus padres, antes de recibir el alma.


Por el contrario. Las cosas del Antiguo Testamento eran figuras del Nuevo, según 1 Cor. 10:11: "Todas las cosas les ocurrieron en figura." Ahora bien, la santificación del Tabernáculo, del cual está escrito (Salmo 45:5): "El Altísimo ha magnificado su propio tabernáculo” parece significar la santificación de la Madre de Dios, quien es llamada “el Tabernáculo de Dios” según el Salmo 18:6: "Él ha establecido su tabernáculo en el sol.” Pero del tabernáculo está escrito (Ex. 40:31,32 [¿?]): "Después de que todo fue perfeccionado, la nube cubrió el tabernáculo del testimonio, y la gloria del Señor lo llenó.” Por tanto tampoco la Bendita Virgen fue santificada hasta que todo en ella fue perfeccionado, es decir, su cuerpo y alma.

Respondo que. La santificación de la Bendita Virgen no puede entenderse como ocurrida antes de la recepción del alma, por dos razones. Primero, porque la santificación de la que hablamos no es sino la limpieza del pecado original; pues la santificación es una “limpieza perfecta”, como dice Dionisio (Div. Nom. xii). Ahora bien, el pecado original no puede ser quitado excepto por gracia, el sujeto de la cual es solamente la criatura racional. Por tanto, antes de la infusión del alma racional, la Bendita Virgen no fue santificada.
Segundo, porque, ya que solamente la criatura racional puede ser el sujeto del pecado, la descendencia concebida no es capaz de pecar. Y así, en cualquier manera en que la Bendita Virgen hubiese sido santificada antes de recibir el alma, nunca hubiese podido incurrir en la mancha del pecado original; y de este modo no hubiese necesitado la redención y salvación que son por Cristo, de quien está escrito (Mt. 1:21): "Él salvará a su pueblo de sus pecados.” Pero esto es inapropiado, por implicar que Cristo no es el “salvador de todos los hombres”, como es llamado (1 Tim. 4:10). Se sigue, por tanto, que la Bendita Virgen ue santificada después de recibir el alma.

Respuesta a la objeción 1. El Señor dice que “conoció” a Jeremías antes de que fuese formado en el vientre, por conocimiento, es decir, de predestinación; pero dice que lo “santificó” no antes de su formación, sino antes de que “saliera del vientre”, etc. Con respecto a lo cual dice Ambrosio, o sea que en Juan el Bautista no estaba el espíritu de vida cuando ya estaba el Espíritu de gracia, por espíritu de via no hemos de entender el alma que da vida, sino el aire que respiramos. O puede decirse que en él no estaba el espíritu de vida, esto es el alma, en cuanto a sus operaciones manifiestas y completas.

Respuesta a la objeción 2. Si el alma de la Bendita Virgen nunca hubiese incurrido en la mancha del pecado original, esto sería lesivo de la dignidad de Cristo, por causa de que él es el universal Salvador de todos. Consecuentemente después de Cristo, quien, como Salvador universal de todos, no necesitaba ser salvado, la pureza de la Bendita Virgen ocupa el lugar más elevado. Pues Cristo no contrajo el pecado original en absolutamente ninguna manera, sino que fue santo desde su mismísima concepción, según Lucas 1:35: “El santo Ser que nacerá de ti será llamado el Hijo de Dios.” Pero la Bendita Virgen ciertamente contrajo el pecado original, mas fue limpiada de él antes de su nacimiento desde el vientre. Esto es lo que se significa (Job 3:9) donde está escrito de la noche del pecado original “que espere luz”, es decir, Cristo, “y no la vea” (porque “nada inmundo viene a ella”, como está escrito, Sap 7:25), "que tampoco vea el rayar de la aurora” , esto es de la Bendita Virgen, quien en su nacimiento era inmune al pecao original.


Respuesta a la objeción 3. Aunque la Iglesia de Roma no celebra la Concepción de la Bendita Virgen, sí tolera la costumbre de ciertas iglesias que sí guardan aquella fiesta, por lo cual ella no ha de ser enteramente reprobada. De todos modos, la celebración de esta fiesta no nos da a entender que ella era santa en su concepción. Pero ya que no se sabe cuándo fue santificada, la fiesta de su Santificación, más que la fiesta de su concepción, se celebra en el día de su concepción.

Respuesta a la objeción 1. La santificación es doble. Una es la de toda la naturaleza: en la medida en que toda la naturaleza humana es liberada de toda corrupción de pecado y castigo. Esto ha de ocurrir en la resurrección. La otra es la santificación personal. Ésta no se transmite a los hijos engendrados de la carne; porque no considera la carne, sino la mente. Consecuentemente, aunque los padres de la Bendita Virgen fueron limpiados del pecado original, de todos modos ella contrajo el pecado original, ya que fue concebida por vía de la concuspicencia de la carne y la relación entre varón y mujer; pues dice Agustín (De Nup. et Concup. i): "Toda carne nacida de relación carnal es pecaminosa."


A pesar de todo, ya se había arraigado en el sentir popular

A pesar de la firme oposición de los maestros de los siglos XII y XIII, la doctrina ganó terreno sobre todo gracias a la defensa que de ella hicieron los franciscanos, en particular Juan Duns Escoto (1264-1308). El llamado Doctor Subtilis acuñó el término “prerredención” para expresar su idea de que no es absolutamente necesario que la santificación preceda cronológicamente a la infusión del alma, sino que basta una prioridad conceptual. Según Duns Escoto, María necesitó ser redimida por Cristo como cualquier otro ser humano, pero accedió a la forma más perfecta de redención, aquella que no la limpió sino que la preservó del pecado original. El hecho de que no hubiese precedente bíblico ni necesidad lógica de esta extraña y novedosa enseñanza no detuvo el entusiasmo. Lo cierto es que el Doctor Subtilis le proveyó a la Iglesia de Roma una excusa racional para enseñar lo que la gente quería creer.

A partir de entonces quedó relativamente allanado el camino para la doctrina de la Inmaculada Concepción. En 1439 el Concilio de Basilea, que no es tenido por ecuménico en el catolicismo, afirmó la creencia como una opinión piadosa conforme a la fe católica, la razón y las Escrituras. En 1476 el papa Sixto IV, franciscano, aprobó la fiesta de la Inmaculada Concepción con su propia liturgia. A pesar de sus obvias simpatías hacia la doctrina, Sixto se abstuvo de transformarlo en un dogma. Y es que todavía distaba de ser unánimemente aceptado en Occidente.

Prueba de ello es que en la Constitución Grave nimis del 4 de setiembre de 1483, este papa debió censurar duramente a los predicadores que “no se han avergonzado de afirmar hasta ahora públicamente en sus sermones al pueblo por diversas ciudades y tierras ... que todos aquellos que creen y afirman que la inmaculada Madre de Dios fue concebida sin mancha de pecado original, cometen pecado mortal, o que son herejes celebrando el oficio de la misma inmaculada concepción, y que oyendo los sermones de los que afirman que fue concebida sin esa mancha, pecan gravemente”. Al mismo tiempo, Sixto IV tampoco admitió que se condenase a quienes se oponían al dogma; en la misma Constitución, en efecto, reprendía también a los que

“se atrevieren a afirmar que quienes mantienen la opinión contraria, a saber, que la gloriosa Virgen María fue concebida con pecado original, incurren en crimen de herejía o pecado mortal, como quiera que no está aún decidido por la Iglesia Romana y la Sede Apostólica...” (Denzinger # 735)

En el siglo XVI, el Concilio de Trento, sin tratar específicamente el tema, dejó explícitamente fuera del Decreto sobre el pecado original del 17 de junio de 1546, a la Bienaventurada María, sin pretender avanzar en el asunto de la inmaculada concepción más allá de lo que lo había hecho Sixto IV.

“Declara, sin embargo, este mismo santo Concilio que no es intención suya comprender en este decreto, en que se trata del pecado original, a la bienaventurada e inmaculada Virgen María, Madre de Dios, sino que han de observarse las constituciones del Papa Sixto IV, de feliz recordación, bajo las penas en aquellas Constituciones contenidas, que el Concilio renueva.” (Denzinger # 792)

Poco más de un siglo más tarde, precisamente el 8 de diciembre de 1661, en la Bula Sollicitudo omnium Ecclesiae, el papa Alejandro VII básicamente ratificó lo actuado por su antecesor Sixto IV y el concilio de Trento, llamando a la inmaculada concepción “un antiguo y piadoso sentir” que abrazan “ya casi todos los católicos”. En 1708 Clemente XI hizo de la fiesta una observancia obligatoria para toda la Iglesia Católica.


La mendacidad de Pío IX

Vistos estos antecedentes históricos, no es de extrañar que finalmente en el siglo XIX la inmaculada concepción fuese elevada a la categoría suprema de dogma de fe católica definida, en la Bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854. La parte de la Bula que contiene la definición propiamente dicha es como sigue :

“Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe por tanto ser firme y constantemente creída por todos los fieles.”

A la cual le sigue, como no podía ser de otro modo, el anatema de rigor:

“Por lo cual, si alguno, lo que Dios no permita, pretendiere en su corazón sentir de modo distinto a como por Nos ha sido definido, sepa y tenga por cierto que está condenado por su propio juicio, que ha sufrido naufragio en la fe y se ha apartado de la unidad de la Iglesia, y que además, por el mismo hecho, se somete a sí mismo a las penas establecidas por el derecho, si lo que en su corazón siente se atreviere a manifestarlo de palabra o por escrito o de cualquiera otro modo externo.”

Este texto figura en Denzinger # 1641. Lo que no aparece allí es la fundamentación que Pío IX ofreció en la citada Bula. He aquí algunas de sus afirmaciones más interesantes:

“La Iglesia Católica, dirigida por el Santo Espíritu de Dios, es la columna y el fundamento de la verdad y siempre ha sostenido como divinamente revelada y como contenida en el depósito de la revelación celestial esta doctrina concerniente a la inocencia original de la augusta Virgen –una doctrina que está tan perfectamente en armonía con su maravillosa santidad y preeminente dignidad como Madre de Dios- y así nunca ha cesado de explicar , de enseñar y de promover esta doctrina época tras época de muchas formas y por actos solemnes.” (negritas añadidas)

Como vimos, es patentemente falso que esta doctrina haya sido creída siempre, ni siquiera dentro de la Iglesia de Roma.

“Ahora, en la medida en que todo cuanto pertenece a la adoración ssagrada está íntimamente conectado con su objeto y no puede tener ni consistencia ni durabilidad si tal objeto es vago o incierto, nuestros predecesores, los Romanos Pontífices, por tanto, mientras dirigían todos sus esfuerzos hacia un aumento de la devoción, hicieron su objetivo no sólo el de enfatizar el objeto con el mayor celo, sino también de enunciar la doctrina exacta.” (negritas añadidas)

Falso por completo; por el contrario, como hemos visto, los papas Sixto IV y Alejandro VII, así como el Concilio de Trento, fueron deliberadamente vagos en sus enseñanzas al respecto, absteniéndose de definiciones dogmáticas al respecto.

“Todos son conscientes de con cuánta diligencia esta doctrina de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios ha sido transmitida, propuesta y defendida por las más destacadas órdenes religiosas, por las más celebradas academias teológicas, y por eminentísimos doctores en las ciencias de la teología.” (negritas añadidas)

Esto es verdad si se excluye a todos los Padres orientales y occidentales de los primeros siglos, y a Bernardo de Claraval, Pedro Lombardo, Alejandro de Hales, Buenaventura, Alberto Magno y Tomás de Aquino...

“Y ciertamente, ilustres documentos de venerable antigüedad, tanto de la Iglesia Oriental como de la Occidental, muy vigorosamente testifican que esta doctrina de la Inmaculada Concepción de la Beatísima Virgen, la cual fue cotidianamente más y más espléndidamente explicada, establecida y confirmada por la más alta autoridad, enseñanza, celo, conocimiento, y sabiduría de la Iglesia, y la cual fue diseminada entre todos los pueblos y naciones del mundo católico de manera maravillosa – esta doctrina siempre existió en la Iglesia como una doctrina que ha sido recibida de nuestros ancestros, y que ha sido estampada con el carácter de una doctrina revelada.” (negritas añadidas)

No existe la más mínima evidencia histórica de esta afirmación, y de hecho Pío IX no pudo citar ninguno de los “ilustres documentos” de los que presume.

En consecuencia, es evidente que las consideraciones sobre las que la definición de la Inmaculada Concepción se fundamenta son irremediablemente falsas, por lo cual no cabe pensar mejor de la doctrina misma.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius


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¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
Originalmente enviado por Juan 8:32:
Coincidimos plenamente en la 1 y la 4:
1º Fe y obras buenas (Agradable a Dios)
4º Sin fe y sin buenas obras(No agradable a Dios).


No coincidimos en la otras:
2º Fe sin obras buenas (Un pelin agradable; digamos que no es un cero pero si un insuficiente fijate sino en San Juan 11,26:
26. y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre; ¿crees tú esto?)


Si vive y CREE en Cristo, con verdadera fe, sus obras buenas no pueden estar ausentes en su vida. Es una "seña" del cristiano, nueva criatura, hijo de Dios. Santiago es muy claro al respecto. Fe sin obras buenas no es fe. Por lo tanto está con un pie en la opción 4.


Y esta considero que es la mas peligrosamente equivocada de tus suposiciones.

3º Sin fe pero con buenas obras(Agradable a Dios. Fijate sino en la lectura de San Mateo 25,34-40)

No estoy de acuerdo.
Si bien Mateo 25:34-40 parecería que solo el obrar sería analizado para separar a derecha e izquierda, hay una palabra que aclara la situación perfectamente.

Dice Mateo 25:37 "Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?"

La palabra clave es "los justos". No cualquiera que haga buenas obras será llamado "bendito de Mi Padre", sino que claramente dice los justos. Y pregunto ¿gracias a QUÉ somos justificados?

"Justificados, pues, POR LA FE, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." (Romanos 5:1)

Y como para complementar mi explicación, y viendo una vez mas que la Palabra de Dios es perfecta, citemos la carta a los Hebreos, a colación de tu 3º punto: "Sin fe pero con buenas obras somos agradables a Dios"

Hebreos 11:6 dice "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.."
Bendiciones en Cristo
Me pareceria bien si el tercer grupo lo hacemos dos.
Uno seria aquellos que obran bien pero que por circunstancias de la vida no llegan a conocer a Jesucristo que son los justos que nombra San Mateo y que agradan a Dios.
El otro grupo seria a los que obran bien pero no quieren a Jesucristo y lo rechazan y que serian los que desagradan a Dios como el joven rico que cumplia los mandamientos pero no siguio a Jesucristo.
Si, asi parece que coincidiriamos mejor ¿no es asi hermano Juan?
Que Dios le bendiga.
 
No está bien la forma en que algunos han respondido a Marsuar. Para exponer nuestras ideas, no es necesario insultar. Marsuar tiene todo el derecho de escribir su forma de pensar y razonar.

A Marsuar puedo decile que el caso de Zacarías y María no es igual. Juan el Bautista no nació por el milagro de la encarnación como el caso de Jesús. El milagro de Zacarías es que tanto él como su esposa eran ancianos y ella además era estéril. Pero la concepción de Juan fue como una concepción general humana.

María no había tenido relación marital con su prometido José. Ella concibió del Espíritu Santo. Ese es el gran milagro; el único milagro en ese sentido.

El problema es que los líderes católicos, en su afán de deificar a María, han enseñado lo que fue un dogma papal: la inmaculada concepción de María. O sea, que María fue concebida de igual forma que Jesús. Que el vientre de su madre fue santificado por Dios. Llegan al absurdo, al decir que María es madre de Dios, cosa que la pone sobre el mismo Dios.

María dio a luz la humanidad de Cristo, ya que como dice en Juan 17:5, Él existe con el Padre "desde antes que el mundo fuese". Cristo es el único ser en el universo que posee dos naturalesas: la divina y la humana.

Lo que más debe preocuparle a Marsuar y a todos los buenos católicos, es que el culto a María es uno idolátrico; que los títulos que le dan son blasfemos: que ella no ha aparecido ni aparecerá en ningún lugar; que ella murió y aguarda la venida de su Hijo para que la saque de su sepulcro; que su nombre no es mencionado en ninguna de las cartas de Pablo, Pedro, Santiago, Juan ni Judas; que su culto es una copia de los cultos a diosas paganas; que las palabras que pronuncian las supuestas vírgenes aparecidas no soportan la prueba de la Bibia; que lo que han escrito los llamados "padres" de la iglesia sobre ella, ha sido inspirado en el paganismo y que ella ni es mediadora, ni abogada, ni intercesora de nadie, sino que es Cristo en único que lleva, por derecho, esos títulos. Que el único camino al Padre es Jesús. Que "no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos", solo en el santo nombre de Jesucristo.

Las manos que fueron clavadas en la cruz fueron las de Cristo y la sangre derramada para la salvación fue la de Cristo. Que las oraciones hay que hacerlas al Padre en el nombre de Jesús, y que las oraciones a María y a los santos no pasan del techo.

Amigo, te presento al santo más grande, al que debes aceptar como Salvador: a Cristo Jesús. Olvida otros nombres; sólo en ese NOMBRE está tu salvación.
 
Maruasr dijo:
"Me pareceria bien si el tercer grupo lo hacemos dos"

Estimado Marsuar:
Yo creo que los grupos están bien, tal cual están.


"Uno seria aquellos que obran bien pero que por circunstancias de la vida no llegan a conocer a Jesucristo que son los justos que nombra San Mateo y que agradan a Dios."

"No hay justo, ni aun uno;" (Romanos 3:10)

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.." (Romanos 5:1)

Como respondí en otro foro:
Si podemos ser salvos aunque no conozcamos a Cristo, Pregunto (1) y Propongo (2)

(1) ¿Para que murió Cristo, entonces?
(2) Si podemos ser salvos sin conocer a Cristo, entonces es mejor que dejemos de predicar el evangelio.. ¿Porqué? sencillo:

Si le predico a Cristo a una persona, tiene 2 alternativas: 1. Aceptarlo (salvado) o 2. Rechazarlo (condenado). Por lo cual tiene el 50% de posibilidades de ser salvo

Si no le predico a Cristo, lo preservo de conocerlo. Por ende, al morir, será "salvado" por el principio católico de "consideración divina". Por lo cual tiene el 100% de posibilidades de ser salvo

Resultado: Predicando a Cristo estamos mandando a gente al infierno

No creo que esto suene lógico...

Un abrazo en Cristo
 
Originalmente enviado por Luis G. Cajiga:


Lo que más debe preocuparle a Marsuar y a todos los buenos católicos, es que el culto a María es uno idolátrico; que los títulos que le dan son blasfemos: que ella no ha aparecido ni aparecerá en ningún lugar; que ella murió y aguarda la venida de su Hijo para que la saque de su sepulcro; que su nombre no es mencionado en ninguna de las cartas de Pablo, Pedro, Santiago, Juan ni Judas; que su culto es una copia de los cultos a diosas paganas; que las palabras que pronuncian las supuestas vírgenes aparecidas no soportan la prueba de la Bibia; que lo que han escrito los llamados "padres" de la iglesia sobre ella, ha sido inspirado en el paganismo y que ella ni es mediadora, ni abogada, ni intercesora de nadie, sino que es Cristo en único que lleva, por derecho, esos títulos. Que el único camino al Padre es Jesús. Que "no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos", solo en el santo nombre de Jesucristo.

Las manos que fueron clavadas en la cruz fueron las de Cristo y la sangre derramada para la salvación fue la de Cristo. Que las oraciones hay que hacerlas al Padre en el nombre de Jesús, y que las oraciones a María y a los santos no pasan del techo.

Amigo, te presento al santo más grande, al que debes aceptar como Salvador: a Cristo Jesús. Olvida otros nombres; sólo en ese NOMBRE está tu salvación.[/B]

Respuesta:
Ahora os comprendo un poco mas. Poco a poco voy descubriendo como pensais pues antes no sabia vuestra forma de creer. Me decis que Maria esta en el sepulcro esperando la resurreción. ¿Como vais a pedir a un santo intercesión ante Dios si los creeis muertos? Vuestra postura aunque erronea no carece de logica pero pobre Dios que solo lo habeis dejado. No comulgo en que nos morimos y nos quedamos en el sepulcro ni siquiera los que no somos santos. Me gustara tener un debate sobre esto y demostraros con citas biblicas que los que creeis muertos viven.
Un abrazo en Cristo.
 
Originalmente enviado por Juan 8:32:
"No hay justo, ni aun uno;" (Romanos 3:10)

"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.." (Romanos 5:1)

Como respondí en otro foro:
Si podemos ser salvos aunque no conozcamos a Cristo, Pregunto (1) y Propongo (2)

(1) ¿Para que murió Cristo, entonces?
(2) Si podemos ser salvos sin conocer a Cristo, entonces es mejor que dejemos de predicar el evangelio.. ¿Porqué? sencillo:

Si le predico a Cristo a una persona, tiene 2 alternativas: 1. Aceptarlo (salvado) o 2. Rechazarlo (condenado). Por lo cual tiene el 50% de posibilidades de ser salvo

Si no le predico a Cristo, lo preservo de conocerlo. Por ende, al morir, será "salvado" por el principio católico de "consideración divina". Por lo cual tiene el 100% de posibilidades de ser salvo

Resultado: Predicando a Cristo estamos mandando a gente al infierno

No creo que esto suene lógico...


Un abrazo en Cristo
Respuesta:
Hermano Juan si pretendes afirmar que no se puede ser bendito de Jesucristo sin conocerlo estas llamando mentiroso a Jesucristo pues el bien claro lo dice en el pasaje de San Mateo que ya hemos comentado.
No estas mandando a la gente al infierno por enseñar la doctrina de El todo lo contrario les estas dando a conocer la verdad para que ellos libremente decidan si le siguen o no, facilitandoles el camino para que hagan lo que es agradable a Dios. Si pensaras que no hay salvación para los que no le conocen creerias que Jesucristo estaba tambien condenando y que daba por condenados a todos los que no le habian conocido antes de su venida y despues de su venida y resultaria mas condenador que salvador cuando la realidad es todo lo contrario. Hasta la llegada de los Españoles, en America no se conocia a Dios y no creo que todos los indios se hallan condenado irremediablemente hasta entonces.
Un abrazo en Cristo
 
Originalmente enviado por Marsuar:
Respuesta a Jetonius.
Marsuar:
Quiza la formulación del silogismo es incorrecta pero no él en si erroneo.


Algo es algo... de a poco se avanza.


Tu muy bien sabes que en derecho es necesario el dolo delictivo para aceptar la existencia del delito y asi se manifiesta la jurisprudencia.

Esta es la parte que no entiendes. La Iglesia de Roma enseña -a mi entender correctamente- que el pecado original no es un acto cometido (ante lo cual sería pertinente la noción de dolo) sino una condición heredada por causa del pecado de Adán.

Una analogía biológica sería lo que en genética se conoce como mutación, es decir, un cambio permanente en un gen que se propaga a la descendencia.

Una analogía jurídica sería la obligación de los herederos de un difunto de asumir las deudas que éste contrajo.

En otras palabras, ninguno de nosotros cometimos el pecado original, sino que nacimos con él. Por tanto, tu analogía forense no es válida en el caso que nos ocupa.

Bien pues igualmente podemos considerar que la Virgen Maria al carecer del dolo del pecado original, tambien carece de ese pecado. Al menos como tu muy bien dices inmediatamente antes de la concepcion de Jesucristo.

Por las razones expresadas, la analogía no es válida. Uno no se libra del pecado original porque en alguna ocasión no peque, del mismo modo en que un ladrón no deja de serlo en los momentos en que no está consumando un robo.

Además, aún aceptando en beneficio del argumento que María fue de alguna forma librada del pecado original "inmediatamente antes de la concepción de Jesús", ello no favorecería sino que se opondría de plano con la doctrina católica. La Iglesia de Roma no enseña que la Bienaventurada María fue librada del pecado original justo antes de concebir a Jesús, sino que fue libre de tal pecado desde el instante en que ella fue concebida, o en otros términos, que nunca lo contrajo.
A riesgo de volverme reiterativo, te ruego que te asesores bien de lo que tu Iglesia enseña.

Es de pura piedad y humanidad suponer y deducir que a partir de ese momento la Virgen Maria incremento su amor hacia Jesucristo y no su desvirtuación como vosotros deducis.

¿Dónde he deducido yo tal cosa? ¿Por qué habría de pensar que la Bienaventurada, fiel y dulce María habría de sentir otra cosa que el más profundo amor por su Hijo???

Tu me dices que yo deduzco mal pero no ves la viga en tu ojo. Te repito ¿es deducir bien creer que con la maternidad divina la Virgen Maria es estropeo y desvirtuo moralmente?

No, en absoluto.

¿Que perdio su virginidad posterior y todas esas deduciones erroneas que interpretais?

Mire, mi amigo, si creemos que María dio a luz a Jesús por medios naturales es porque no hay ninguna indicación en sentido contrario que justifique la noción de la virginidad en el parto. Jesús debe de haber sido un bebé normal.

En cuanto a la virginidad post-parto, el hecho de que la Escritura no la enseñe y por otra parte se refiera sin mayor comentario (como cosa sabida por todos) a los hermanos y hermanas de Jesús hace pensar que ella tuvo más hijos. Esto no es para mí un dogma de fe, ni algo particularmente importante; por cierto, no menoscaba en absoluto la integridad moral y espiritual de la Bienaventurada María.
Si alguien quiere creer que María no tuvo más hijos, y que los hermanos de Jesús eran sus primos, o hijos de un matrimonio anterior de José, disiento respetuosamente pero no me parece nada crucial. Sin embargo lo es para quienes desean exaltar a la Bienaventurada María en una forma en que las Escrituras no lo hacen, hasta ponerla en un nivel de santidad sólo inferior al Dios Trino, invocarla e "hiperduliarla".

Si para ti yo deduzco mal muestrame lo que tu deduces y no me vengas diciendo que la virginidad no es una virtud porque no te creere.

Ya le he dicho lo que deduzco.

1. Del anuncio del ángel y el posterior relato deduzco que María concibió a Jesús siendo virgen.

2. De la universalidad del pecado deduzco que nadie excepto Cristo nació sin pecado original.

3. Del hecho de que María haya parido a Jesús deduzco que allí debe de haber perdido la virginidad.

4. De las referencias a los hermanos de Jesús que acompañan a María (y otros textos) deduzco que tuvo más hijos.

Por cierto que la castidad en general es una virtud. La virginidad es una forma de castidad exigida a los creyentes antes del matrimonio; por tanto, una virtud en quienes no están casados.
Sin embargo, ello no quiere decir que sea una virtud en sentido absoluto. Antes de que Adán y Eva pecasen, Dios les mandó multiplicarse. En la Biblia los hijos son tenidos por una bendición, y su ausencia como un mal. Los sacerdotes del AT eran casados, como también al menos algunos de los Apóstoles. La pérdida de virginidad dentro del vínculo matrimonial no es vista como un pecado. Fíjese que el Código de Derecho Canónico de la Iglesia de Roma establece que un matrimonio correctamente celebrado desde el punto de vista sacramental puede ser declarado nulo si no ha habido relación sexual entre los cónyuges. Si perder la virginidad dentro del vínculo conyugal fuese pecaminoso o "poco virtuoso", esto significaría que la Iglesia de Roma tendría el derecho de nulificar los matrimonios que no hubiesen pecado.

De paso, en la Escritura a menudo se emplea la figura de la virginidad y su opuesta, la de la fornicación , con referencia a la fidelidad a Dios y a la idolatría. Sin embargo, también se emplea la imagen de un matrimonio fiel como opuesta al adulterio.

Sinceramente, no veo que en modo alguno aumente los méritos de María el hecho de que, siendo una mujer casada, no hubiese cumplido acabadamente con sus deberes conyugales.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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