CONOCIENDO A MARÍA (I)
Como bien nos dice Lucas en su Evangelio:
Luc. 1:1 Muchos han emprendido la tarea de escribir la historia de los hechos que Dios ha llevado a cabo entre nosotros, 2 según nos los transmitieron quienes desde el comienzo fueron testigos presenciales y después recibieron el encargo de anunciar el mensaje. 3 Yo también, excelentísimo Teófilo, lo he investigado todo con cuidado desde el principio, y me ha parecido conveniente escribirte estas cosas ordenadamente, 4 para que conozcas bien la verdad de lo que te han enseñado.
Por lo tanto empecemos:
Luc. 1:28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Recordemos primeramente que “muy favorecida” (Kecharitömenën) es un participo perfecto pasivo de (charitoö) y significa dotada de gracia (charis), enriquecida con gracia como en Efesios 1.6 y que por lo tanto su traducción e interpretación correcta es “llena de gracia que has recibido” y NUNCA “llena de gracia que tienes para otorgar” como erróneamente algunos “estudiosos” de las Escrituras mal entienden.
Pero vamos a ir un poco más lejos en el estudio y para ello acudiremos a un reconocido (entre los seminaristas católicos) diccionario teológico del N.T.
“[...] Una especial importancia histórico-dogmática se ha atribuido al saludo angélico a María: “¡Agraciada!” (Lc 1,28: [Kecharitömenën] L: muy agraciada NB: favorecida), que de ninguna manera la levanta esencialmente sobre el resto de la humanidad (también se dice en Hech 6,8 de Esteban p. ej. que está lleno de gracia), sino que le comunica como un favor especial de Dios este poder-ser-sierva, único en la historia de la salvación, que en ella se realiza [génoito], Lc 1,38) [...]” Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (Ediciones Sígueme. Tomo I. Pág. 627)
Ahora pasemos a la parte donde nos dice:
¡El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres! (*)
Veamos que dice textualmente “ENTRE las mujeres” y no “SOBRE las mujeres”, por lo cual, María, no es levantada esencialmente como bien observamos, sino que es la más favorecida por ser de entre todas las mujeres, la que Dios y en su gracia ha elegido para que de a luz al Mesías.
Como vamos viendo, la Biblia misma es quien nos muestra que María no es, por Dios, levantada esencialmente sobre el resto de la humanidad. Y a la vez, ahora vamos a ver como Jesús mismo así nos lo muestra y confirma, cuando no le da preferencia a María, ante aquellos que oyen la Palabra de Dios, y la guardan.
Veámoslo:
Luc. 8:20 Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.
Luc. 8:21 Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.
Luc. 11:27 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste.
Luc. 11:28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Como estamos viendo y bien leyendo, son dos las ocasiones en que Jesús mismo bien claro deja que María no está por sobre quines oyen la Palabra de Dios, y la guardan, lo cual y a la vez; nos muestra que la expresión utilizada “ENTRE las mujeres” es correcta. Pero aun así, la Palabra y por tal de no dejar lugar a duda alguna nos da una escena donde nos muestra claramente el lugar que ocupa María entre aquellos que creen en el Señor Jesucristo, y guardan Su Palabra.
Veámoslo:
Hech. 1:14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Fijémonos bien donde queda María: en tercer lugar, y como no, citada después de las mujeres, lo cual nos está diciendo claramente que está “ENTRE las mujeres” y no "SOBRE las mujeres". Es muy importante tener en cuenta que María es citada después de las mujeres, en tercer lugar, y no antes, y ello quedó escrito así por tal de no contradecir el Evangelio y menos aun, las enseñanzas de Jesucristo que anteriormente, y en claridad, han quedado reflejadas.
Recordemos y siempre que el Espíritu Santo no se contradice, y que siempre hay que hallar la verdad meditante toda la Escritura, no pudiendo omitir ni añadir nada de lo que en Ella está escrito. Es haciéndolo así cuando por la gracia de Dios Padre va saliendo la verdad y por ella, entendiendo el Evangelio de Jesucristo para vida eterna. Y siempre y claro está; pidiendo y primeramente a Dios Padre y en el Nombre de Jesucristo el Señor, que el Espíritu Santo nos guíe en nuestros estudios y nos muestre la verdad del Evangelio de nuestro Señor y Maestro, el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Que el Dios y Padre de Jesucristo el Señor derramen su gracia, paz y bendición para Su Gloria y Alabanza Eterna. Porque suyo es el Reino, suyo el Poder y suya la Gloria, por los siglos de los siglos AMEN!!!
(*) Destacar que en los más antiguos MSS. no tienen “bendita tú entre las mujeres” aquí, sino en el versículo 42, por lo tanto, bien podría suprimirse. Pero siendo que se da en algunas de las reconocidas traducciones (versiones) que podemos encontrar, he considero dejarlo a tal cual nos viene en la versión inter-confesional que estoy utilizando (DHH de Sociedades Bíblicas).