Gabaon
Con la intención de validar el nombre Theotokos para María era necesario que el calificativo de Madre de Dios se adaptara a las verdades bíblicas, aunque este mismo nombre era absolutamente antibíblico.
La verdad bíblica enseña que el Verbo era Dios (Jn 1:1; Fil 2:6; Heb 1:3; Jn 10:30; Rom 9:5) y que se hizo carne como la nuestra (Jn 1:14; Gal 4:4; 1 Jn 4:2; 1 Tim 3:16).
La naturaleza divina unida indisolublemente a la humana en el Hijo de Dios; esto es radicalmente cierto, pero al querer defender esta verdad (¿o era al contrario? ¿defender el dogma de María Theotokos?) se les olvidó que si bien la naturaleza divina de Jesús se encontraba desde el mismo instante de su concepción en el vientre de María, ésta le pertenecía desde antes del nacimiento de María que solamente podía brindarle su naturaleza humana.
Jesús dijo: “Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:6) La naturaleza de María no podía generar naturaleza divina, porque ella era carne pero el Espíritu Santo si podía generar la vida divina en Jesús. Si se le criticó a Nestorio por llamar a María Christotokos, o sea madre de Cristo con el argumento de que con esto se destruía la unidad de naturalezas en Jesús, es aún más criticable, reprochable y condenable el hecho de que se le llamara Theotokos, madre de Dios, pues en primer lugar cómo va a ser la madre del Verbo eterno si este fue antes de la creación del mundo? Si por Él fueron hechas todas las cosas (Heb 1:2); la criatura no puede engendrar a su Creador.
Hacerla madre del Creador es hacerla Dios por encima de Dios! Y en segundo lugar el Hijo no es solo Él Dios.
Hacer a María madre de Dios es atacar la misma Unidad indisoluble de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Llamarla Madre de Dios es llamarla también Madre del Padre y Madre del Espíritu Santo, algo totalmente absurdo que no contemplaron al declarar este dogma a la multitud paganizada; y pensar que el nombre Christotokos más apegado a lo enseñado en las Escrituras era escandaloso y contrario a la sana doctrina según los obispos reunidos en Éfeso.
María no fue sino la madre de Yeshua, el Verbo de Dios hecho carne, el Mesías de Israel. Esto es bíblico y no lo que las culturas paganizadas pretender hacer de las verdades bíblicas.
Con la intención de validar el nombre Theotokos para María era necesario que el calificativo de Madre de Dios se adaptara a las verdades bíblicas, aunque este mismo nombre era absolutamente antibíblico.
La verdad bíblica enseña que el Verbo era Dios (Jn 1:1; Fil 2:6; Heb 1:3; Jn 10:30; Rom 9:5) y que se hizo carne como la nuestra (Jn 1:14; Gal 4:4; 1 Jn 4:2; 1 Tim 3:16).
La naturaleza divina unida indisolublemente a la humana en el Hijo de Dios; esto es radicalmente cierto, pero al querer defender esta verdad (¿o era al contrario? ¿defender el dogma de María Theotokos?) se les olvidó que si bien la naturaleza divina de Jesús se encontraba desde el mismo instante de su concepción en el vientre de María, ésta le pertenecía desde antes del nacimiento de María que solamente podía brindarle su naturaleza humana.
Jesús dijo: “Lo que es nacido de carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Jn 3:6) La naturaleza de María no podía generar naturaleza divina, porque ella era carne pero el Espíritu Santo si podía generar la vida divina en Jesús. Si se le criticó a Nestorio por llamar a María Christotokos, o sea madre de Cristo con el argumento de que con esto se destruía la unidad de naturalezas en Jesús, es aún más criticable, reprochable y condenable el hecho de que se le llamara Theotokos, madre de Dios, pues en primer lugar cómo va a ser la madre del Verbo eterno si este fue antes de la creación del mundo? Si por Él fueron hechas todas las cosas (Heb 1:2); la criatura no puede engendrar a su Creador.
Hacerla madre del Creador es hacerla Dios por encima de Dios! Y en segundo lugar el Hijo no es solo Él Dios.
Hacer a María madre de Dios es atacar la misma Unidad indisoluble de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Llamarla Madre de Dios es llamarla también Madre del Padre y Madre del Espíritu Santo, algo totalmente absurdo que no contemplaron al declarar este dogma a la multitud paganizada; y pensar que el nombre Christotokos más apegado a lo enseñado en las Escrituras era escandaloso y contrario a la sana doctrina según los obispos reunidos en Éfeso.
María no fue sino la madre de Yeshua, el Verbo de Dios hecho carne, el Mesías de Israel. Esto es bíblico y no lo que las culturas paganizadas pretender hacer de las verdades bíblicas.